EYACULACIÓN, ESPERMA, ÓVULO.
La energía sexual masculina está ‘materializada’ en el esperma, el elixir sexual. Una eyaculación promedio es de unos 3cc. de fluido -más exactamente entre 2 y 5cc-, que contiene entre 200 y 500 millones de espermatozoides, donde cada uno de ellos tiene 23 cromosomas y por tanto es un ser humano potencial. Si cada espermatozoide pudiese fecundar un óvulo, tan solo 1000 personas podrían producir toda la población de EEUU o de India, o de China en 9 meses. Esta superpotencia interna se elabora dentro del cuerpo, utilizando el 30% de las energías que una persona produce cada día, y lo hace en base a la energía que las glándulas toman del sistema inmunológico. La naturaleza no es tan derrochona como para usar este inmenso caudal de energía -que significa elaborar el elixiry mantener la dispoción sexual en las personas- para dilapidarlo en hacer solamente unos pocos niños. Esta enorme inversión de energía es para acelerar la evolución, usando la energía sexual para el desarrollo espiritual.

El varón de occidente eyaculaba -de acuerdo al informe Kinseyde 1969- un promedio de 5000 veces -que significa unos 15 litros de fluído seminal- a lo largo de  su vida. Si consideramos que luego de ese informe se produjo el aumento de la cantidad de estímulación sexual cotidiana, y que llegó el auge y la moda de la libertad sexual muy cerca de la promiscuidad, apoyado por los métodos anticonceptivos y mejores métodos para evitar o combatir las enfermedades de transmisiónsexual, es muy probable que esa cifra se haya incrementado como mínimo un 40% más. El producido con esto es muy pobre: la calidad de vida ha empeorado y la espiritualidad está en vias de extinción.

Hemos visto que el semen es una secreción caracterizada por ser vida en potencia. El óvulo también lo es. La diferencia entre ambos es que la mujer tiene un número determinado de folículos que maduran una vez por mes para transformarse en óvulo, el cual, si no es fertilizado se elimina. Mientras tanto, los espermatozoides en el semen, se fabrican continuamente cada vez que hacen falta, y son eliminados en cada eyaculación. En resumen, la mujer eyacula una vez al mes -ovulación-, y el varón lo hace cada vez que estimula lo suficiente la tensión en sus genitales. La mujer no gasta su potencia fabricando óvulos, mientras que el hombre necesita fabricar esperma cada vez que eyacula.
El orgasmo en el varón casi siempre está acompañado simultaneamente por la eyaculación. Se percibe el orgasmo como un estremecimiento que hace vibrar todo el cuerpo. La mente queda en blanco por unas fracciones de segundo. Luego la conciencia vuelve a su estado normal, aunque generalmente un poco más relajada. Entonces la potencia sexual y vital disminuye, el pene se relaja, y el varón cansado suele dormirse.

El orgasmo en la mujer no está acompañado por eyaculación de su substancia vital: el óvulo. Su óvulo infertilizado saldrá del cuerpo durante la menstruación, período durante el cual disminuye su vitalidad. A lo sumo la mujer ‘eyaculará’ algún líquido corporal cargado con la invisible esencia de su propio placer y presencia. Dado que su vitalidad no decae, puede tener orgasmos a repetición. La mujer en esta sociedad de eyaculadores precoces, suele desconocer la bondad del orgasmo provocado por la estimulación del varón, pues este se duerme debido al desgaste de eyacular, dejando a la mujer sin la vivencia del orgasmo, o a lo sumo con solo una ínfima muestra. La alternativa que le queda a la mujer es continuar estimulándose a sí misma hasta alcanzar su propio placer. La posibilidad de tener orgasmos profundos y prolongados, esos que implican ampliación de la conciencia, requiere de un entrenamiento para detener los pequeños y cortos orgasmos reflejos, para poder seguir acumulando la tensión pre-orgásmica y finalmente permitirse el buscado orgasmo prolongado y profundo.  Después de ese intenso placer, como su vitalidad no ha disminuido, podrá continuar hacia un nuevo orgasmo.

Dado que la mujer eyacula una vez al mes, pareciera que está en inferioridad de condiciones respecto del varón. Sin embargo, el desarrollo del control interno puede llegar hasta suspender la ovulación, y por ende su consecuencia, la menstruación, con lo cual su potencia multiorgásmica no desaparece.
¿Cuánto tiempo toma un intercambio sexual? Con suerte una media hora, incluyendo juegos preliminares, penetración, movimientos de profundización y retracción, orgasmo y eyaculación. Para la concepción tántrica, esto solo es una eyaculación precoz, y ese llamado orgasmo, solo es un tic nervioso.

La variante tántrica parte de que es posible detener indefinidamente la eyaculación, separando el proceso del orgasmo del proceso excretor de la eyaculación. Dado que entonces no sucede una baja de la vitalidad, es posible llegar a un verdadero orgasmo, un orgasmo tanto más grande cuanto más tiempo continúe el encuentro amoroso. El varón adquiere de ese modo la misma capacidad multiorgásmica que posee la mujer.

A ello hay que agregar que el orgasmo así obtenido es un disparador a un estado ampliado de la conciencia, tal como el que se obtiene luego de muchísimos años de práctica de meditación puramente mental. Se busca ese orgasmo como una manera de salir del estado ordinario de conciencia y acceder a un estado supraconciente, que según se afirma, es aun más placentero.

De entre las tantas ideas erroneas acerca del tantra es que el varón no debe eyacular. En Tantra eso es lo que menos importa. Si se eyacula o no, es un aspecto relacionado con la energía, con la vitalidad, y no con el logro tántrico. Los practicantes tántricos suelen optar por no eyacular para mantener un estado vital sobresaliente, y especialmente para disponer de suficiente energía con la cual despertar la actividad potencial de los centros de energía. No obstante, si en algún momento el practicante deseara concebir un hijo, puede eyacular con toda tranquilidad, pues el entrenamiento no es para anular las funciones corporales, sino para usarlas al servicio de la conciencia.

También es cierto que la pareja tántrica puede elegir concebir hijos tanto como evitarlos, y esto es resultado de la simple regulación interna. Muchas personas han entrado en la práctica tántrica concibiéndola como el mejor método anticonceptivo natural. No obstante que ese no es el objetivo del Tantra, el acercamiento en pos de lograr una ayuda para vivir mejor siempre es bienvenido, si no existe confusión sobre lo que verdaderamente está haciendo.

En Tantra, el orgasmo es una ampliación de la conciencia, cuyo correlato fisiológico implica un mantenerse el mayor tiempo posible en el punto culminante de hipertensión previa a la relajación profunda, esto es, en el punto orgásmico. Para lograrlo es preciso por un lado, que el varón retrase y detenga su eyaculación y también los diversos orgasmos menores, para alcanzar el orgasmo más profundo, y por otro lado, que la mujer también pueda detener los pequeños orgasmos de descarga a fin de también alcanzar el orgasmo más profundo.

En la tradición tántrica, el tiempo mínimo que debe durar un orgasmo para ser considerado profundo, es de dos horas y veinticuatro minutos. Esto se refiere solamente al orgasmo, sin contar los ‘juegos’ preliminares. Por otra parte, este tiempo se refiere tan solo a los aspectos externos del orgasmo. También necesita saber que‘hacer’ mientras está suspendido en el éxtasis de ese orgasmo.
Para lograr estos objetivos, el aspirante necesitará ejercitarse en pautas muy precisas y estrictas, como más o menos se detalla a continuación, reeducando toda su sexualidad, exaltando la sensibilidad para que los estímulos alcancen a generar las reacciones fisiológicas adecuadas, desencadenando entonces un orgasmo pleno.

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