LA ENERGÍA Y EL PLACER.
Imaginemos que la entrada de energía a un cuerpo es como laentrada de aire al inflar un globo. Cada bocanada de aire que se introducedentro del globo lo va dilatando, haciéndolo hincharse cada vez más, haciéndolo lucir cada vez más importante. Llega un momento en que la cubierta elástica no puede
estirarse más.Si entonces se pone un poco más de aire, el globo estallará.
En nuestra cotidianeidad vamos incorporando placer en pequeñas cuotas, lo cual significa que vamos acumulando energía. Cuanta más energía acumulamos en nuestro interior, mejor aspecto tenemos, nos sentimos muy bien, nuestra salud va siendo cada vez más plena, y nuestro trabajo cotidiano evidencia una mayor excelencia. Al relacionarnoscon otros, somos capaces de dar cada vez más y
mejores cosas y/oideas. Irradiamos bienestar por todas partes. También nos relacionamos mejor con nuestra pareja y tenemos energía suficiente como para ‘compartir’ nuestra energía-placer, lo cual hacemos mediante la actividad sexual: en el orgasmo compartimos nuestra energía con nuestro compañero en un estallido placentero, a la vez que ‘armonizamos’ el movimiento circulatorio de nuestra energía almacenada. En cambio, frecuentes eyaculaciones mantienen nuestro nivel de energía dentro de límites ‘soportables’. Si no lo descargamos, ese placer-energíase acumula en el interior y nos sensibiliza cada vez más, con lo cual habremos de toparnos con los bloqueos internos. Debido a esto es que suele interesar más la descarga: es para no sentir el conflicto interno.De acuerdo a nuestra estructura psíquica (energética),nuestras culpas y miedos funcionan a modo de barreras, limitando nuestra capacidad de acumular placer-energía. Cuando hay demasiada para nuestra estructura, inconcientemente buscamos una forma de descargarla: masturbación, encuentro sexual,
sueños exitantes. A ellos,la mujer agrega su período mensual para ‘descargar’.
En los encuentros amorosos, si la carga de culpa interna es grande,las descargas son más compulsivas y llegan a carecer de modos amorosos, mostrándose muy agresivos y hasta violentos.
Los yoguis y meditadores que trabajan en el manejo de la energía interna, aumentan permanentemente su nivel de energía-placer. Mediante sus prácticas de purificación remueven culpas y miedos, pudiendo así soportar mayores cargas energéticas. Suelen hacer votos de celibato durante su aprendizaje, para no descargar su energíae incrementarla hasta límites insospechados para una persona
común. El temor a ‘ser como Dios’ abarcándolo todo, implica básicamente el temor de perder nuestra humanidad, estallando y perdiendo nuestra formahumana para convertirnos solo un aire o viento cósmico.En un plano más cotidiano, este temor funciona activamente poniendo barreras o límites a la cantidad de energía que circula en nuestro sistema. Las sobrecargas que no podemos y/o no sabemos manejar adecuadamente son eliminadas mediante la eyaculación o medianteviolencia sobre otros o sobre nosotros mismos, o también, en un modo creativo, produciendo distintas clases de obras, la cuales portan energía a otros.
La sexualidad está condicionada en toda cultura, a preservar ciertas tradiciones, hábitos, y/o deformaciones. Consecuentemente,el reaprendizaje de la sexualidad es un paso indispensable para que la unión sexual produzca el logro esperado y deseado.
Para ampliar la sensibilidad en un sentido tántrico, será preciso educar la mente en el amor y en la meditación, educar la energía en el equilibrio emocional y respiratorio, educar el cuerpo en la pureza y el pleno funcionamiento. El amor subyacente en el intercambio sexual resulta ser una pieza clave para
el logro del éxtasis. Laplenitud del amor se desarrolla rescatando el instinto natural, que implica regular el equilibrio de las emociones, especialmente celos, envidia, apego,odio, miedo, y reaprender la entrega, incorporar la sensualidad y el juego a todos los actos de la vida cotidiana, y aprender a aceptar el placer cada vez más intenso, teniendo en cuenta que el orgasmo es, entre otras cosas, placer puro y súmamente intenso.