El período siguiente al traslado desde las naves de cría a las naves de producción es un tiempo crítico en el manejo de los gallos reproductores. En este tiempo es cuando frecuentemente los pesos corporales de los machos se disparan fuera de control y todo el trabajo que se ha realizado durante la crianza se pierde en cuestión de semanas. Invariablemente este problema no es identificado como causa de ningún problema de importancia ya que las consecuencias adversas desde el punto de vista de la fertilidad no son observadas hasta que los reproductores cumplen alrededor de 45 a 50 semanas de edad.Como se puede observar en la Fig 1 la sobrealimentación de los gallos causa un efecto retardado sobre la fertilidad a largo plazo. Es con esta perspectiva que debemos aumentar el control de los pesos de los gallos en las diez primeras semanas después de su traslado a la nave de producción.
Durante el traslado es el tiempo
mas apropiado para hacer una selección de todos los gallos
y quitar esos que son demasiado pesados o demasiado livianos.
El fin que se persigue es trasladar los gallos que tengan un peso,
tamaño y una madurez uniforme esta selección hará
mucho más fácil el manejo en la nave de producción..
Si, por alguna razón, los gallos tienen una madurez excesiva
con respecto a las hembras entonces se debería reducir
la relación de número de machos por hembras. Si
la relación de macho/hembra en estas circunstancias no
fuera reducida lo único que conseguiríamos es aumentar
el miedo y la mortalidad de las hembras circunstancia que puede
reducir la fertilidad drásticamente. Comenzando con 3 a
4 % de gallos maduros se les permitirá a los gallos encontrar
hembras suficientes que estén sexualmente receptivas sin
tener que atacar a hembras maldispuestas. En tales casos sé
irán agregando un 1 % de gallos semanalmente dando facilidad
a que las hembras maduren y lleguen a ser más receptivas.
Esta practica será una acertada decisión de manejo
en aquellas granjas con experiencias de alta mortalidad de hembras
en las primeras semanas de producción. No olvidemos que
los huevos fértiles no deben ser recogidos antes de las
26 semanas y por lo tanto no necesitamos alcanzar la relación
Machos/Hembras optima hasta las 24-25 semanas de edad. Los problemas
con los gallos agresivos que pelean excesivamente y por los que
se producen altos índices de mortalidad tanto en gallos
como en gallinas son frecuentemente debido a un exceso de montas.
Una relación Gallos/Hembras que exceda del 10% es raramente
necesaria y una relación del 7 a 8 % de gallos maduros
y activos son comúnmente suficientes.
En las primeras semanas después del traslado siempre es
una buena practica la de inspeccionar cada 4-5 días y manualmente
el estado de la condición corporal de los gallos para que
el encargado pueda evaluar como los gallos responden al programa
de alimentación impuesto. El músculo de la pechuga
es el último músculo que se desarrolla y también
es el primero que deteriora su condición cuando el ave
pierde peso. Así que si los gallos muestran un músculo
redondo y lleno probablemente estarán siendo sobre alimentados
y aquellos gallos que al tocarlos muestran un músculo poco
desarrollado en el que al tacto se nota su hueso de la quilla
probablemente están siendo mal alimentados. Estas situaciones
pueden ocurrir irrespectivamente del peso corporal y reflejan
las diferencias en el tamaño de madurez del cuerpo causadas
por las variaciones en el desarrollo de tamaño de cuerpo
durante la crianza.
Cuando se vaya a planificar el programa de manejo de estos gallos
a principios del periodo de producción es indispensable
que el gerente de producción examine la historia del ultimo
lote de reproductores en esa nave para observar las tendencias
y problemas potenciales con los gallos, su fertilidad y peso corporal
a lo largo del ciclo de producción. Además, el lote
debería ser observado durante el periodo de alimentación
y vigilar el comportamiento de las aves para ver si hay peleas,
robo de alimentos y entonces poder evaluar si los espacios de
los comederos y bebederos son los adecuados.
La distribución y altura de los comederos y bebederos se
descartan frecuentemente como factor importante para mantener
y controlar la uniformidad y el peso corporal de las aves. La
introducción nidales con sistemas de recogida automática
de huevos ha presentado algunos problemas al respecto. Existen
casos donde todos los bebederos se han ubicado enfrente de los
nidales, lo que requiere que tanto los machos como las hembras
salten por encima de las aves que están comiendo o por
encima de sus nidales para poder beber. Esto puede ocasionar lesiones
en las patas de los machos y también puede dar como resultado
un aumento en los huevos puestos en el piso, por hembras que han
sido asustadas de sus nidales. Es importante recordar que las
aves consumen dos veces más agua que alimento ( mucho mas
en días calurosos), y por lo tanto beber agua es esencial
para una alimentación normal. Tanto los machos como las
hembras deberían tener un acceso libre a los bebederos.
Esto significa que, en el caso de los bebedores redondos de campana,
algunos bebederos deberían ubicarse al borde de las rejillas
o cerca de los comederos de los gallos si es una nave de cama
convencional.
La alternativa ideal es, por supuesto, una fila de los bebedores
de tetinas ubicado en el área de los comedores de los gallos
evitando así derrames de agua innecesarias. Los bebedores
de tetina son especialmente importantes si se usan las pantallas
protectoras "Noz-Bonz" que es una pantalla plástica
que se monta en las narices del gallo para impedirle que tenga
acceso al comedero de las hembras. Los machos equipados con este
artilugio tienen dificultad para beber en bebederos redondos de
campana, particularmente si el nivel de agua se mantiene a un
nivel bajo para minimizar el riesgo de mojar el piso. En tales
casos el nivel de agua debería aumentarse en esos bebedores
de campana asignados al uso de los machos. Alternativamente, puede
usarse un bebedero redondo de campana para pavos, que son mas
apropiados para estos machos.
La tasa de crecimiento del macho desde 20 a 60 semanas de edad,
cuando esta tasa de crecimiento se desvía de las recomendaciones
estándar de la Granja matriz de los reproductores, frecuentemente
siguen la linea de uno de estos tres ejemplos,mostrados a continuación
en las figuras 2,3 y 4
En la figura 2 Los gallos muestran un rápido aumento de peso una vez trasladados a la nave de producción y este aumento continua a lo largo del período de producción e invariablemente los resultados son machos con sobrepeso y con problemas de patas y pies y por lo tanto con una fertilidad baja y una alta mortalidad. Tal escenario frecuentemente se presenta cuando los comederos de las hembras solamente están equipados con la protección de las parrillas (sin barras protectoras horizontales) y en tales casos los machos simplemente fuerzan las parrillas aparte en algunas áreas y ganan acceso libre al comedero.
En la figura 3 los gallos muestran un rápido aumento de peso hasta el momento que entran en funcionamiento las parrillas protectoras en los comedores de las hembras (Alrededor de las 30 semanas de edad). Y como resultado su alimentación se ve restringida severamente y ocasionara perdidas notables en el peso corporal, si esta situación no es corregida de inmediato provocara la aparición de machos muy desiguales y débiles y la tasa de mortalidad aumentara al mismo tiempo que la fertilidad se reducirá. En este ejemplo el encargado de producción sé vera obligado a aumentar la ración diaria de alimento de los machos para superar este problema y poder volver a controlar el crecimiento. En este caso sigue existiendo un riego de una bajada en fertilidad en un periodo mas adelante pero no es comparable a las perdidas ocasionadas en el ejemplo anterior en la figura 2. Esta condición usualmente proviene porque los machos con la cresta cortada no han sido excluidos de tener acceso al comedero de las hembras o también porque los gallos con su cresta desarrollada plenamente han sido capaces de robar alimentos del comedero de las hembras, esto termina cuando los machos alcanzan su madurez y el ancho de su cabeza sobrepasa los 44 mm que es cuando las barras protectoras les impiden seguir sobre alimentándose en el comedero de las hembras. En ambos casos la protección del comedero de las hembras durante este periodo en que los machos tardan en alcanzar su pleno desarrollo es inadecuada y esto les permite robar el alimento a las hembras. Esto no solamente hace muy difícil el control del peso de los machos sino también el control de la ración diaria para esas hembras que están comenzando la fase de producción de huevos.
Los ejemplos citados en las figuras
2,3 y 4 son bastante corrientes de observar en granjas de reproductoras
pesadas y desde luego parece ser cierto que en muchas razas de
machos reproductores se da la circunstancia de que el ancho de
su cabeza es inferior a los 42-44mm sobre todo antes de las 30
semanas de edad, lo que permite a estos machos el robo de alimento
en los comederos de las hembras que solo están protegidos
por la parrilla. Esto obliga a que en los comederos de las hembras
se instalen mecanismos protectores verticales en las parrillas
existentes y que también se seleccionen machos con su cresta
desarrollada y solo realicen en los machos corte parcial de la
cresta en la parte de atrás.
Los comedores de plato generalmente permiten que el tamaño
de la apertura sea ajustado a voluntad y puede ser necesario restringir
la apertura de tal forma que aun para algunas hembras sea difícil
el comer en ellos, a fin de lograr una exclusión total
para los machos. En tales circunstancias el espacio de comedero
por ave debe ser aumentado y seria recomendable el uso de formulas
de alimentos mas bajas en energía para así poder
aumentar la ración diaria y permitir el tiempo suficiente
para que todas las hembras coman.
Algunos productores han recurrido al uso de "Noz-Bonz"
en un esfuerzo de asegurar que los machos estén excluidos
completamente del comedero de las hembras. Desdichadamente, muchos
han encontrado que algunos machos con la cresta cortada aprenden
rápidamente a torcer su cabeza para ganar acceso al comedero
de las hembras y el robo continúa, aunque a un valor reducido.
En algunos casos esta situación resulta en severas restricciones
de alimento para los machos mientras que los criadores se afanan
en hallar la cantidad exacta de alimento requerida para el buen
mantenimiento del macho durante el periodo de producción
(comúnmente de 145 a 165 g, dependiendo de la densidad
de energía de la formula del alimento). Es esencial que
en las granjas que usen para los machos la protección "Noz-Bonz"
se les suministre toda su ración diaria en los comederos
asignados para su uso a fin de evitar la mortalidad que sufren
al estar restringidos de alimento hasta que aprenden a comer desde
el comedor de las hembras.
Los aumentos de la ración diaria de alimentación
para los machos deben también ser mas frecuentes en este
período temprano de su madurez. Hay comúnmente una
mortalidad ligeramente mas alta en los machos que usan "Noz-Bonz"
(sobre 1 %) al fracasar los machos mas débiles en la competición
del comedero y su perdida de condición. Seguramente, "Noz-Bonz"
puede ser una herramienta útil para el manejo de los machos.
Pero no es la respuesta a todos nuestros problemas del manejo
de los machos reproductores y en algunos casos, su uso ha creado
problemas.