Tomado de http://ecured.cubava.cu/2013/01/16/que-es-la-ciencia/

 

 

 

¿Qué es la ciencia?

 

 

A primera vista parece una pregunta un tanto trivial; sin embargo, ha sido objeto de atención de filósofos prominentes como Aristóteles, Descartes, Leibnitz y Kant.  Es un tema que no puede ser respondido en pocas palabras sin incurrir en faltas y que, aún hoy día, se puede considerar controvertido.  En realidad, contestar a esta pregunta se divide en dos subproblemas, según se refiera a las ciencias formales (matemática y lógica) o las ciencias factuales o fácticas, que dependen de hechos (química, física, biología).  Para definir la ciencia factual con la mayor precisión y rigurosidad posible, el filósofo Mario Bunge introduce previamente el concepto de campo cognitivo.[1]

 

Simplificando un tanto las definiciones para facilitar la lectura, se puede definir un campo cognitivo (E) integrado por un conjunto de 10 propiedades o subconjuntos; de acuerdo a la expresión E = (C,S,D,G,F,B,P,K,O,M), donde cada letra representa lo siguiente.

 

C: comunidad cognitiva que se ocupa de E (las personas que se dedican a estudiar sus objetos de estudio).

S: sociedad que acoge a C (incluyendo su cultura, su economía y su organización política).

D: el dominio de E; es decir, los objetos, sucesos o eventos de los que se ocupa E.

G: la filosofía o cosmovisión de C; es decir, su perspectiva general del universo.

F: las herramientas lógicas y matemáticas que se utilizan en E.

B: el conjunto de presupuestos o conocimientos acerca de D tomados de otros campos de conocimiento no incluidos en E.

P: el conjunto de problemas de los que E se puede ocupar.  En particular, la determinación de las leyes en D.

K: los conocimientos previos acumulados por E.

O: los objetivos que persigue C al desarrollar E; (elaborar teorías, encontrar leyes, refinar métodos de investigación).

M: la colección de métodos que se pueden utilizar en E.

 

Los campos cognitivos se separan en dos grandes grupos: campos de creencias y campos de investigación (ver tabla I). 

 

Antes de definir la ciencia factual, resulta oportuno señalar que una de las características principales de la ciencia es que trata de encontrar las leyes que rigen los sucesos o eventos.  Una ley es un nexo estable y reiterado entre fenómenos; las leyes son relaciones universales de causa-efecto a cumplirse bajo condiciones determinadas. Hay muchas leyes y principios, tanto en las ciencias naturales como en las sociales; baste citar entre las primeras las de gravitación universal (Newton, física), la de las proporciones definidas (Proust, química) y las de la herencia (Mendel, biología). Ejemplo de las segundas es la ley de Gresham en economía (‘el dinero malo expulsa al bueno de la circulación’).  La importancia esencial de las leyes es que permiten predecir con certeza lo que ocurrirá al cumplirse determinadas causas, sin necesidad de repetir una y otra vez los experimentos o ensayos.[2] 

 

Un ejemplo muy ilustrativo de campo cognitivo pseudocientífico es la homeopatía, que llama leyes a lo que no lo son.  Tales ‘leyes’ no provienen de la experimentación, sino de la ‘inspiración’ de una persona particular y se encuentran desligadas de la realidad que pretenden describir.  Al promocionar supuestas leyes que nunca han sido demostradas, la homeopatía cae dentro del campo de las creencias y es, por tanto, doctrina, aunque algunos hoy día aún insisten en llamarle ciencia.

 

Las humanidades (filología, arte, etc.) no son ciencias; se dedican a recopilar información sin pretender encontrar leyes o relaciones de causa-efecto entre los eventos, sucesos o procesos que estudian.  Por eso se clasifican aparte en la Tabla I, a diferencia de las Ciencias Sociales que se incluyen como ciencias, ya sean básicas o aplicadas.  Por otra parte, también se puede alegar que la medicina tiene suficientes atributos para ser considerada ciencia y no tecnología, pues con el transcurso del tiempo ha desarrollado sus propias ciencias específicas como la anestesiología, la cirugía o la bromatología. 

 

Tabla I

Campos cognitivos

Campos de creencias

Religiones

Ideologías políticas

Pseudociencias y pseudotecnologías

Campos de investigación

Humanidades

Matemática

Ciencia básica

Ciencia aplicada

Tecnología, incluidos medicina y derecho

 

Bunge considera como ciencia factual aquellos campos de investigación que cumplen los siguientes criterios:

 

1.    La comunidad C está compuesta por personas que han recibido una instrucción especializada, intercambian información entre sí y continúan una tradición de investigación (o dan comienzo a una).

2.    La sociedad S fomenta (o al menos tolera) la actividad de C.

3.    El subconjunto D está formado exclusivamente por entidades reales pasadas, presentes o futuras.

4.    El trasfondo filosófico G consta de:

a.    una visión del mundo que lo considera como real, compuesto por cosas concretas y mudables que cambian según leyes (en vez de considerar cosas inmutables o fantasmales).

b.    una teoría del conocimiento realista (el conocimiento adquirido refleja la realidad).

c.    un sistema de valores basados en la claridad, la exactitud, la profundidad, la coherencia y la búsqueda de la verdad.

5.    El subconjunto F sólo incluye teorías lógicas o matemáticas actualizadas.

6.    El trasfondo específico B es una colección de datos, hipótesis y teorías actualizadas y razonablemente confirmadas (aunque corregibles) junto a métodos eficaces de investigación producidos en otras áreas.

7.    P se compone sólo de problemas que atañen a la naturaleza de los componentes de D, en particular a sus leyes asociadas.

8.    Los conocimientos previos K incluyen teorías, hipótesis y datos actualizados y comprobables (aunque no definitivos), compatibles con los de B.

9.    Los objetivos O contemplan descubrir o emplear las leyes en D y refinar la teoría y los métodos de M.

10.  M incluye solamente procedimientos escrutables, controlables, analizables, criticables y explicables o justificables, en primer lugar mediante el método científico.[3]

11.  E es un componente de un campo de conocimientos más amplio.  Es decir, existe al menos otro campo de conocimientos que comparte con E en algunos de sus subconjuntos, parcial o totalmente, o uno es subconjunto del otro.

12.  La composición de los últimos 8 componentes de E cambia, aunque muy lentamente, como resultado de la investigación en ese mismo campo y en los relacionados.

 

Todo campo de investigación que no logre satisfacer íntegramente estas doce condiciones es acientífico.  Todo campo que siendo acientífico se publicite a sí mismo como científico, es pseudocientífico; tal es el caso de la homeopatía ya mencionada.  Si un campo satisface las 12 condiciones de manera aproximada, se puede considerar una protociencia (ejemplos: economía y politología); si evoluciona hasta el cumplimiento satisfactorio de las 12 condiciones, entonces será una ciencia emergente o en desarrollo (ejemplos: psicología e historia).  La diferencia entre ciencia y protociencia es una cuestión de grado; la diferencia entre protociencia y pseudociencia es cualitativa. 

 

 

[1] Bunge M.   ‘Las pseudociencias, vaya timo’, Ed. Laetoli, 2010, pp. 70-75,130-133.

 

[2] González Arias A. y Horta Rangel F. A. Ciencia, pedagogía y cultura científica. Elementos 87 (2012) 3-11.  Accesible en http://www.elementos.buap.mx  y  http://www.fisica.uh.cu/rationalis/aqui-alla/educacion/Ciencia-pedagogia-cultura.pdf  

 

[3]  Sobre el método científico, ver ref. 2, p.8