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Tomado de “Los fósiles de mar del plata un viaje al pasado de nuestra región” por Carlos a. Quintana, Cap. 3. 2da ed, 2015. Vázquez Mazzini editores, Argentina (accesible en la WEB)


 

CONOCER LA PSEUDOCIENCIA

 

y un comentario sobre el posmodernismo

 


 

 

 

 

CIENCIA

La ciencia hace una pregunta objetiva para conocer la realidad (en este caso la realidad está ejemplificada por un elefante). Luego aplica un método contrastable y experimental para responder a esa pregunta y su resultado será una hipótesis que otra vez se podrá analizar para mejorarla o desecharla. Nótese que el método se grafica a modo de un ciclo continuo, una vez obtenida la hipótesis se la vuelve a poner a prueba y así sucesivamente. 

PSEUDOCIENCIA

El pensamiento irracional (mágico, posmoderno o pseudocientífico) plantea preguntas cargadas de prejuicios y dogmatismos. Como resultado obtiene una visión distorsionada y estática de la realidad.

Nótese que el método se grafica como unidireccional, es decir una vez lograda la respuesta nunca se la vuelve a cuestionar.

 

Toda verdad científica es un modo de interpretar la realidad y para ser modificada sólo es admisible otro enunciado construido con el mismo método, sin dar cauce a intereses político-económicos o a lo sobrenatural. Es decir, todo conocimiento científico sólo es modificable por metodologías científicas. Predicción, contrastación, no autoritarismo y renovación son algunas de las características del método científico que mucho advierten sobre la promoción de las “ciencias ocultas” o “ciencias paranormales” que, con fines lucrativos, logran confundir y desculturizar en lugar de educar.

Por causas diversas, principalmente una educación deficiente, muchas personas no distinguen fácilmente entre una realidad posible y una realidad ficticia. Esta dificultad en separar lo real de lo irreal alienta la aparición y proliferación de los que fomentan la desinformación con el objetivo de obtener ventajas de algún tipo (monetarias, políticas, etc.), y con este fin incentivan conscientemente la desinformación y la ignorancia. El científico se pregunta constantemente ¿por qué? y puede demostrar fehacientemente aquello que enuncia, actitudes que derrumban la venta de ignorancia sobrenatural que realizan los seguidores de pseudociencias como la “new age”, adivinadores, astrólogos, homeópatas, parapsicólogos, reikistas y otros mercaderes de lo inmaterial.

Habitualmente estos vendedores de ignorancia sostienen su mercado inventando respuestas con cualquier afirmación antojadiza (y por lo tanto incontrastable) basándose sobre la premisa de que cierto fenómeno no está explicado por la ciencia. Para estos piratas del conocimiento es muy fácil transformar la mancha en una fotografía fuera de foco en monstruos extinguidos, platos voladores o bestias humanoides. Ardides como éste no hacen más que manipular el estado de la duda y falta de información sobre cierto hecho, en pro de la ignorancia e intereses personalizados. Cuando el conocimiento sobre cierto evento se encuentra incompleto, no se puede realizar ninguna explicación en un plano verosímil (científico) para comprenderlo, puesto que esa explicación debe estar enriquecida con la información suficiente que, aplicando el pensamiento racional, transforme ese evento poco conocido en algo que pueda ser interpretado. Una fotografía oscura y borrosa de algún lago patagónico no demuestra que existen criaturas fantásticas, solo es una fotografía oscura y borrosa. De ésta manera se pone de manifiesto el reaseguro que porta la metodología científica, es decir, cuando un fenómeno se encuentra sin explicación para el estado del conocimiento de ese momento se evita que la interpretación sea manejada de forma arbitraria. La metodología científica explica los fenómenos naturales pero, cuando no lo puede hacer, enuncia el estado de esa limitación. Esto servirá de punto de partida para su posterior comprensión y, de hecho, es el aliento de la actividad científica: razonar y experimentar para explicar lo que no conocemos.

El pensamiento mágico y pseudocientífico se caracterizan por su falta de objeto de estudio (ovnilogía, Flores de Bach, acupuntura, etc.), porque sus afirmaciones fueron refutadas (creacionismo “científico”, frenología, etc.), porque carecen de posibilidad de contrastación empírica (espiritismo, religión, etc.) o por una combinación de las mismas.

El avance del oscurantismo actual está sintetizado en la contracultura posmoderna, una corriente pseudo intelectual caracterizada por el desprecio hacia el avance del conocimiento, la oposición a la tradición racionalista (modernista) y por la elaboración de explicaciones desconectadas de cualquier evidencia empírica. De este modo se difunde la idea que el conocimiento es un relativismo cognitivo en el cual la ciencia es una narración, una creencia, una superstición particular o un acuerdo entre partes. El posmodernismo alienta la inexistencia de la realidad, de modo que si la realidad no existe ¿para qué estudiar? ¿Para qué investigar? La consecuencia de ello es la proclamación del fin de la historia, o la muerte de la ciencia o del racionalismo, en suma, del “fin del conocimiento”. Los límites de esta actitud cultural van más allá de la ciencia, en tanto que mina la idea de progreso e igualdad social, ya que si cualquier relato es igualmente válido se abre el camino hacia la justificación de la aplicación de las teorías económicas y sociales más reaccionarias, las políticas racistas y excluyentes y los sistemas educativos más oscurantistas.

Ninguna corriente irracionalista, ya sea pseudocientífica, posmoderna, anarcoprimitivista, mágica o dogmática, jamás ha realizado un solo aporte útil a la humanidad, como un medicamento, un procedimiento médico, una novedad tecnológica, una solución a algún problema ambiental, una explicación de un fenómeno natural, una novedad arquitectónica o cualquier otro tipo de conocimiento.


 

N.delE. En 1997 dos físicos, el estadounidense Alan Sokal y el belga Jean Bricmont publicaron el libro Imposturas Intelectuales, que pone en evidencia el relativismo posmoderno mediante el desarrollo de dos puntos esenciales. Estos son:

1. El incompetente y pretencioso uso de conceptos científicos por un pequeño pero influyente grupo de filósofos e intelectuales de ramas no científicas, o de disciplinas que no lo son en sentido formal (como psicoanalistas).

2. El problema del Relativismo Cognitivo, es decir, la idea de que la "ciencia moderna es comparable a (nada más que) un mito moderno, una "narración" o "Construcción social" entre otros apelativos.

Sokal validó “experimentalmente” sus críticas al posmodernismo de la manera siguiente. Redactó una parodia de texto posmoderno titulada "Transgresión de las fronteras: hacia una hermenéutica transformadora de la gravedad cuántica"; un texto lleno de absurdos y carente de lógica, pero reforzado con lenguaje pretencioso, rebuscado y complicado, más algunas citas de intelectuales célebres. La parodia fue enviada a la prestigiosa revista estadounidense Social Text, que la publicó en uno de sus números especiales en 1996 (Transgressing the boundaries: toward a transformative hermeneutics of quantum gravity). Poco después Sokal reveló el engaño, exponiendo así públicamente de forma notoria cómo el abuso de la terminología científica y las extrapolaciones de las ciencias naturales a las sociales que hacen los autores de estas últimas muchas veces son incoherentes, es posible que no digan nada, y solo sirven para engañar a quienes carecen de formación científica.