J. Álvarez González, El Lenguaje de la Pseudociencia y la Energía o Efecto Piramidal,

Revista Habanera de Ciencias Médicas, 6,2, (2007)

 

 

 

 

 

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El Lenguaje de la Pseudociencia y “la Energía o Efecto Piramidal

 

 

RESUMEN

 

            La “terapia piramidal” es de uso corriente en algunas instituciones de salud cubanas, pero la

“energía piramidal” nunca ha  sido medida, ni  se conoce  qué es lo  que  produce  sus  supuestas acciones. No existen estudios que, con el debido rigor científico, hayan probado fehacientemente sus virtudes  terapéuticas.  Sus  promotores,  han  propuesto  que  este   tipo   de   “energía”,   produce determinados efectos biológicos, pero no han publicado un solo estudio que avale estos efectos o que valide  la  ausencia  de  efectos  adversos.  Por  las  implicaciones  éticas  que  esto  conlleva,  nos propusimos  revisar las  posibles consecuencias  de algunos  de estos efectos biológicos. De manera general, los efectos biológicos que se proponen, son potencialmente peligrosos. Si los promotores de esta terapia están convencidos de las acciones biológicas que han propuesto deben, en primer lugar, demostrarlas  con  todo  el  rigor  científico.  En  segundo  lugar,  están  obligados  a  realizar  estudios precisos que demuestren la ausencia de efectos adversos de estas supuestas acciones.

 

 

ABSTRACT

 

“Pyramidal therapy” is commonly used in some Cuban health institutions. However, “pyramidal energy” has never been measured and it is not known the underlying mechanism that produces its supposed actions. There are no rigorous studies that for certain have proven its therapeutic powers. Promoters of this therapy have proposed that this kind of “energy”, produces some biological effects but  they  have  not  published  studies  supporting the existence of these effects or the absence of adverse  effects.   Since  this  entail  ethical  repercussions  we  decided  to  review  the  probable consequences of some of these biological effects. The proposed biological effects  are  potentially hazardous. If supporters of this therapy are convinced of the proposed biological actions they should first,  demonstrate  them  with scientific  rigor. Second  they are compelled to  do precise  studies to demonstrate the lack of adverse effects of the supposed actions of this therapy.

 

 

INTRODUCCIÓN

 

            El  tema  “energía piramidal” es relativamente nuevo para mí.  En abril (2006),  se publicó un artículo sobre un debate a propósito de la “energía piramidal” a partir del cual comprendí que en Cuba se viene hablando desde hace ya algún tiempo de este tema (1). Aparentemente debido a los sólidos argumentos vertebrados en torno a la ley de conservación de la energía y la imposibilidad de crear o concentrar energía por “fuerzas telúricas, biocósmicas, etc.”, (2-4), los promotores de estas acciones han optado,  recientemente,  por referirse  a  “efecto piramidal” (5). Pero  ya sea  “energía” o  “efecto”, diversos autores cubanos han reportado resultados realmente  espectaculares  de acciones  físicas sobre   objetos   inanimados   que  van,  desde  afilar  fresas  dentales,  hasta  reparar  disquetes   de computadora, pasando por la recarga de baterías alcalinas (5, 6). En el campo de la salud pública, las acciones  son  no  menos  llamativas y  se refieren a beneficios  terapéuticos en las  más  variadas afecciones,  desde  el  sistema osteo-mio-articular  hasta la piel  (5-8).  Sin embargo,  no hay una  sola acción adversa reportada, ni sobre pacientes, ni sobre el filo de una fresa dental.

 

Esta “terapéutica piramidal” es de uso corriente en varios centros de salud de nuestro país y está avalada por el Consejo Científico del CENAMENT (9), pero no existen publicaciones, en revistas arbitradas, de estudios sobre la “energía o efecto piramidal” que hayan sido realizados con todo el rigor  requerido.  Los  reportes  sobre  las  acciones  terapéuticas  de  la  “energía  o  efecto  piramidal” adolecen de no ser estudios aleatorizados, carecen de un grupo control, no están hechos utilizando el método de doble ciego; no se descarta, por tanto, la posibilidad de un efecto placebo que explique las supuestas acciones reportadas.

 

Toda persona dedicada a las buenas prácticas científicas, sabe que la  publicación  de  los  resultados  en  revistas arbitradas  es el único medio  real que tenemos los investigadores no solo de contribuir a difundir el conocimiento y nutrir a la ciencia, sino también de confirmar nuestros resultados mediante la contrastación y comprobación por otros, de igual a igual. Es  parte  del método científico.  Pero  este  no es el objetivo de esta breve revisión; ya esto ha sido discutido de manera excelente en dos recientes publicaciones nacionales (1, 2). Como tampoco es el objetivo demostrar la inviolabilidad de la ley de conservación de la energía. Remito al lector a una de estas publicaciones (2) o a cualquiera de los miles de protocolos de investigación experimentales y teóricos,  que  han confirmado hasta  la saciedad  esta  ley  la  cual, por demás, se ratifica a diario en cualquier  aspecto  de  nuestras  vidas.  Una  búsqueda  en  Internet  usando  el  descriptor  “law  of conservation of energy” arroja nada más y nada menos que 43,300,000 resultados. Aunque quizás bastaría ir a cualquier libro de Física e informarse sobre esta Ley UNIVERSAL.

 

Tampoco existen, insisto, publicaciones que demuestren fehacientemente que este proceder terapéutico, del  cual no  parece conocerse su mecanismo  (o  mecanismos)  básico (s) de acción, carece de acciones adversas (ver 10). Toda nueva terapia que se pretenda aplicar al ser humano, debe  pasar  antes  por  las   más  exhaustivas  pruebas  pre-clínicas  para  precisar,  no  solo   sus mecanismos  de  acción  y  sus  posibles méritos terapéuticos, sino  también sus ocasionales efectos adversos.  Es  un  principio  ético  que  debe  guiar  a  la  medicina.  

 

El  análisis  de  las  publicaciones existentes  sobre  “energía  piramidal”,  nos  revela  cinco  características  fundamentales:  a)  No  hay demostración alguna de esta “energía”, se cree en ella. b) No se proponen mecanismos de acción concretos, solo se hacen propuestas carentes de base científica. c) Las referencias que se hacen no son de revistas arbitradas. d) Los conceptos que utiliza están pobremente definidos y cuando se usa algún  concepto  científico  se  hace  inadecuadamente.  e)  No  se  busca  la  reproducibilidad  de  los resultados, se  autosatisfacen  con ejemplos  aislados. No hay nada más parecido al lenguaje de  la pseudociencia (ver 2). No obstante, en algunas de estas publicaciones, se pretende dar un carácter científico a las afirmaciones de que esta “energía” tiene amplias virtudes terapéuticas, utilizando como argumento  la  existencia  de  algunas acciones de tipo biológico (7, 8). El resultado  es una serie de incoherencias que entre otras cosas demuestran, a mi modo de ver, una marcada incultura científica. Permítaseme aquí entonces hacer una breve revisión sobre algunas de las acciones biológicas que han sido reportadas para el “efecto piramidal” (7, 8).

 

LOS EFECTOS BIOLÓGICOS DE LA “ENERGÍA O EFECTO PIRAMIDAL”

 

En los textos disponibles sobre “energía o efecto piramidal”, no hay referencia alguna que el lector pueda consultar respecto a las acciones biológicas que se dice tiene el tratamiento piramidal (7, 8).  La escasa “bibliografía” acotada  (ninguna proveniente  de revistas  científicas arbitradas), no respalda de manera alguna las acciones que se reportan. Una búsqueda en Medline acerca del uso de  “energía  o  efecto  piramidal”,  utilizando  diferentes  descriptores  (incluídos  los  nombres  de  los promotores de estas acciones) arrojó un resultado nulo. Desde luego, que después de este intento, no queda claro cuáles son los “numerosos artículos publicados internacionalmente” a los que se hace referencia en un texto digital sobre la “terapia piramidal” (8).

 

Quisiera  hacer  hincapié  en  el  hecho  de  que  uno  de  los  autores  señala  que:  “hemos encontrado una  acción terapéutica similar de la energía piramidal con la obtenida con  el  equipo Teramag MT-200 de  magnetismo  terapéutico”.  También se manifiesta  que  “La estrecha  relación existente  entre  ambas  energías  y  su  similitud  de  acciones  biológica  y  terapéutica,  hace  más comprensible y aceptable el misterioso mundo con que se ha querido rodear, en ocasiones, el ámbito piramidal” (7, 8). Sin embargo, no aclara si se refiere a intensidad del campo o a gradiente del campo magnético, algo que realmente merita precisarse. Entre las  acciones del  campo  magnético  (y  por ende  del  “efecto  piramidal”)  a  las  que  se  refiere  el  autor  (8),  hay  algunas  que  son  realmente inquietantes. De ser cierto este “efecto piramidal”, es posible esperar que existan acciones adversas sobre  el  organismo  humano. Ya  anteriormente señalamos que si los autores de  estos  “procederes terapéuticos”  aplicados  a  humanos,  están  convencidos  de  sus  acciones,  entonces  deben  verse definitivamente obligados a hacer estudios rigurosos que demuestren la carencia de efectos adversos

 

(10). Esto es de obligatorio cumplimiento para cualquier proceder terapéutico nuevo que se pretenda aplicar al humano.

 

Algunos de los  “Efectos Biológicos” que han sido reportados para  la  terapia  piramidal  (ymagnetismo terapéutico; ver 7, 8) son:

1.-  Activación  de  la repolarización  y la permeabilidad. Estos términos, no  expresan absolutamente nada desde el punto de vista biológico, pero haciendo una abstracción del término “activación de la repolarización” quizás éste quiera decir que se acelera  la repolarización, durante  un potencial de acción,  es  decir,  se  acorta su duración. En Cardiología, como ejemplo más  notable, esta acción puede ser arritmogénica sin lugar a dudas; es harto conocido que lo primero que ocurre durante un episodio isquémico es una aceleración de la repolarización de las células cardíacas afectadas (11,12).  Si  por  activación  de  la  repolarización  se  quisiera  expresar  un   enlentecimiento   de   la repolarización, también debo decir que es arritmogénico. Las diferentes variantes del síndrome de QT largo (todas altamente arritmogénicas) muestran una repolarización ventricular prolongada (13), como también la muestra el corazón isquémico - insuficiente remodelado, propenso como ningún otro a las arritmias  fatales  (14-16).  Ahora  bien,  si  esta  supuesta  acción  es  real,  no  hace  falta  tener  una cardiopatía  isquémica  para  tener  un  efecto  adverso:  el  QT  prolongado  ocurre  en  corazones  no isquémicos y también la fibrilación auricular. Hay que tener en cuenta además que una aceleración de la repolarización, independientemente de sus consecuencias eléctricas, puede tener consecuencias negativas en un corazón normal pues esta acción conlleva, además, una reducción en contractilidad (17). Por otra parte, cambios, en un sentido u  otro, en la  repolarización en las neuronas  y nervios periféricos provocarían  alteraciones inevitables  en sus  patrones de  descarga  o conducción, con  la consecuente variación en la señalización (18). No vale la pena extenderse mucho aquí pero también la musculatura lisa y la esquelética, sufrirían cambios notables en su actividad. Es decir, un cambio en el proceso de repolarización normal en células excitables puede traer consecuencias potencialmente graves.

 

En  cuanto   a  otros   términos  citados,   “activación   de  la  permeabilidad”  ,  “favorece   la concentración intracelular del calcio”, “restablece el equilibrio iónico ...” , puedo asegurar que resultan tan imprecisos que no quieren decir nada. Las permeabilidades iónicas (¡hay que precisar!) se activan en el curso normal de la actividad eléctrica pues hay canales iónicos dependientes del gradiente de potencial  eléctrico  a  través  de  la  membrana  celular.  En  condiciones   patológicas   se   activan

(generalmente   por   elevaciones  en  el   calcio  libre  intracelular),  canales  iónicos  indistintamente permeables  a  todos los  iones  y que provocan alteraciones  electrofisiológicas  en corazón (19) y en neuronas (20). Dadas las limitaciones de espacio no voy a referirme al “restablecimiento del equilibrio iónico”. Este punto, por sí solo, merita otro artículo.

 

2.-  Mayor rapidez  de la  mitosis ...  Aumento del  DNA .... Alteración del mecanismo de proliferación celular. Son términos muy vagos pero es indudable que cualquiera de estas  acciones  puede tener algún punto de contacto con el desarrollo del cáncer. ¿Qué consecuencia tendrían estas acciones en pacientes que tuvieran tumores no detectados? Sería algo realmente muy necesario de verificar, imprescindible, me atrevería a decir. Es materialmente imposible abordar aquí, con el rigor debido, las consecuencias biológicas de estas acciones pero la relación de cualquiera de ellas con el desarrollo del cáncer, es obvia. Veamos que nos  dicen las referencias  en Medline: DNA y  cáncer,  152,761 referencias; contenido de DNA (“content”) y cáncer, 15,168; factores de crecimiento y cáncer, 74,381; proliferación celular y cáncer 77,224; mitosis y cáncer, 10,137 referencias. Sugiero a los promotores de  esta  terapia  buscar  información  sobre  esto.  No  obstante,  algunas  revisiones  recientes  dan excelentes guías para el que desee iniciarse en estos temas (21-24).

 

3.- En lo que pudiera ser un error de traducción o interpretación, se habla de “desarrollo de círculos

vasculares   colaterales”,   es   decir   circuitos  vasculares  colaterales.  Recordemos  que  para  el establecimiento de estos circuitos tiene que haber angiogénesis. Simplemente remito a los autores a cuatro  revisiones  recientes sobre el papel  de la  angiogénesis  en la  formación, el crecimiento y  la metástasis  de  tumores  malignos   (25-28).   En   estas  referencias,   además,  se  hacen  notar las perspectivas de la terapia anti-angiogénica en el tratamiento del cáncer. Angiogénesis y cáncer arroja 13,654 citas en Medline.

 

4.- Activación de la formación de estructuras conectivas fibrosas. Es evidente que se está hablando de activación de fibroblastos. La activación y desarrollo de fibroblastos es la mayor complicación del daño tisular crónico (ver por ejemplo 29-31). Hay, además, algo que los ortopédicos deben conocer perfectamente:  el  factor  clave  en  la  patogénesis  de  la  artritis  reumatoidea  es  la  activación  de fibroblastos en el compartimento sinovial (32); estas células no solo son los ejecutores principales de la destrucción del  cartílago  y el hueso,  sino que además  modulan  numerosas interacciones  en las articulaciones afectadas. ¿No hay una incompatibilidad entre el beneficio reportado con esta terapia en problemas articulares y su correspondiente acción biológica? Existen más de 5,660 referencias en Medline  que  son  revisiones  sobre  el  papel  de  los  fibroblastos  (en  particular)  en  las  diferentes patologías.

 

5.- Hay efectos que resultan un tanto contradictorios:  “Activación del metabolismo de iones y de la oxigenación  -  Disminución  del  ritmo  de  la  respiración  celular”.  La  vaguedad  de  esta  forma  de expresión dificulta realmente el análisis, pero aún así no impide que se deje ver una contradicción en lo que el autor plantea.

 

6.- Efectos sobre el transporte de membrana .... Efectos sobre la concentración intracelular de calcio. Me  pregunto:  ¿cuál  o  cuáles  de  los  innumerables  mecanismos  de  transporte  existentes  en  las membranas  celulares? ¿transporte de iones? ¿de no electrólitos?¿cuál es el efecto sobre el calcio intracelular? ¿No hay variaciones de volumen celular asociadas a estos cambios? Estas afirmaciones necesitan ser precisadas y por qué digo esto: Un ejemplo clásico que involucra un transportador de membrana  y  cambios  en  la  concentración  de  calcio  intracelular  es  la  acción  de  los  digitálicos (digoxina  por ejemplo) que inhiben el transporte  sodio-potasio  en  las  células.  Esto es  una  “acción sobre el transporte de membrana”. Esta acción implica, por la vía de otro “transporte de membrana” (el  intercambiador  sodio-calcio),  un  aumento  en  el  calcio  libre  intracelular  (“efectos  sobre  la concentración intracelular de calcio”) y así, por ejemplo,  se incrementa en cierta medida la fuerza de contracción en  corazones  insuficientes que  han requerido este tratamiento.  La explicación que  los promotores de la terapia piramidal deben dar para las acciones biológicas que reportan, debería ser en este lenguaje. Pero es bueno señalar que los  “efectos  sobre el transporte de membrana” no siempre  son  beneficiosos,  si  tenemos  en  cuenta  la  compleja  interrelación  existente  entre  los diferentes mecanismos de transporte en las células. Por ejemplo, las arritmias cardíacas letales en la intoxicación digitálica, son debidas a un incremento en “el calcio libre intracelular”, el cual a su vez fue debido a “efectos sobre el transporte de membrana” (para una visión completa ver 17). Y voy a omitir aquí la activación de oncogenes, apoptosis, etc., causada por la elevación del calcio intracelular pues sería demasiado largo.

 

Pero  hay  un  “efecto”  que  realmente  confunde  en  las  acciones  que  se  reportan:  “Las moléculas  se  alinean ordenadamente por el campo magnético” ... Para que ocurra un  efecto  de orientación magnética se requieren campos magnéticos extremadamente intensos (>10 kG, es decir >1T) y aún así, no es posible orientar moléculas individuales debido a las fluctuaciones térmicas (33). Valdría la pena que los autores reflexionaran un poco en el hecho de que, por ejemplo, las proteínas pueden  tener una estructura  cuaternaria que  les confiere actividad enzimática  y que  el “orden”,  la estructura particular de cada una, su perfil de hidropatía si se inserta en membranas, etc., depende de la codificación precisa de enlaces muy bien definidos. ¿Qué sucedería si estos enlaces naturales se “alinearan ordenadamente” como dice el autor? Y no vayamos a imaginarnos que solo van a hacerlo aquellas moléculas que estaban  “desordenadas”  y causaban la patología (como  si patología fuera sinónimo de “desorden molecular”). En vista de todo esto, ¿no sería saludable verificar qué ocurre con la “energía o  efecto piramidal” (y/o la magnetoterapia) si se afirma que posee estas acciones? (10). No me voy a extender más en el análisis de los efectos biológicos reportados. Solo señalaré que las “explicaciones” que se brindan  por los especialistas en  esta  terapia, realmente  dejan mucho que  desear y solo siembran dudas.

 

Hay, sin embargo, un aspecto que es de preocupación de muchos (incluida la OMS) y que no se menciona por estos especialistas: los efectos de campos electromagnéticos débiles sobre la salud humana. Si esta  “energía o  efecto piramidal” tiene similitudes con la magnetoterapia y nadie hasta ahora ha podido medir la  magnitud  de  esta  “energía” que, por fuerzas  “biocósmicas y  telúricas, concentran las  pirámides”, ¿no podemos pensar que  pueda  tener  una  magnitud  tal que, a  corto, mediano o largo plazo, genere acciones adversas para la salud?

 

No  obstante,  quizás para  tranquilidad  del lector, quisiera  señalar  que, en el  espectro de campo electromagnético no ionizante (líneas de alta tensión, TV, radio, telefonía celular, micro-ondas, radio-frecuencias en general), los efectos (que pudieran ser de tipo “térmico”) de las intensidades de campo a la cual está sometido el humano habitualmente son prácticamente nulos.  Los efectos “no térmicos” a estas intensidades son ambiguos y no están bien probados (34). Una revisión reciente sobre  los  posibles  efectos  de  campos  magnéticos  de   bajas   frecuencias,   deja   claro  que  los mecanismos  básicos  de  las  interacciones  entre  esos  campos  y  los  seres  vivos  son  totalmente desconocidos (35). En esta revisión, se plantea claramente que no se sabe si hay efectos sobre la salud  humana.  Todo  queda  como  una  mera  hipótesis  sobre  un  posible  mecanismo  de  “stress” oxidativo,  por generación de especies reactivas del oxígeno, partiendo de algunas evidencias  de acción a nivel celular que no dejan  de  ser  contradictorias.  No  quiero dejar de  poner dos ejemplos relacionados  a  mi  temática  de trabajo:  Weidmann demostró que las acciones de  estimulación del músculo cardíaco con campo magnético,  son explicadas  exclusivamente  por la corriente  generada por el estímulo, independientemente de su origen (36). Por otra parte, Wolke et al., (37), demostraron que, en células cardiacas, la estimulación por campo magnético (aun a altas frecuencias) no provoca cambios  en la concentración de  calcio intracelular, en concordancia con  el consenso  que parece existir en las investigaciones en diferentes tejidos y que explicamos anteriormente.

 

CONCLUSION

 

Los  promotores  de esta terapéutica afirman, sin método científico pero quizás con certeza, que no han encontrado acciones adversas con el tratamiento piramidal. En eso sí coincidimos. Con las evidencias que han puesto a disposición de la comunidad científica, en las publicaciones hechas por ellos,  solo puedo llegar  al convencimiento de que no hay acción ninguna;  no puede por  tanto, haber efectos adversos, fuera de aquel  que se infrinja sobre la credibilidad de  nuestro  sistema  de salud y de nuestros investigadores. Ese sí sería un daño irreversible. Como irreversible puede ser el daño cuando en algún tipo de patología se utiliza una terapia inocua y no se aborda a tiempo con métodos científicos efectivos. Evitemos las frases lapidarias las cuales muchas veces son extraídas de  alguna lectura no relacionada directamente con  quien  la  dijo y son, además, generalmente mal aplicadas  o  interpretadas  equivocadamente.  Sin embargo, puesto que en no pocas ocasiones se mencionan frases de “un grande” de la Fisiología, la Medicina y la Experimentación en general, el Maestro Claude Bernard, invito al lector interesado  en  conocer realmente el  pensamiento de  este grande, a leer su obra  Introduction à l’étude  de la Medécine Expérimentale,  publicado por la editorial J.B. Baillière et fils de Paris en 1865. Dispongo del libro en formato pdf (747 KB).

 

 

 

* Laboratorio de Electrofisiología. Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular.

17 N° 702, Vedado, 10 400, Ciudad Habana.

Teléfono: 552646

E-mail: [email protected]


 

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