Condensado de:  Homeopathy: The Ultimate Fake,

by Stephen Barret, MD. October 4, 2007.

 

 

Artículo original

 

 

Homeopatía: el fraude extremo

 

Las falsas creencias básicas.  Cuando más, los "remedios" son placebos.  Electrodiagnosis.

Investigaciones mediocres.  Mercadeo ilegal.  Se necesitan mayores regulaciones.

 

Sumario. Los remedios homeopáticos disfrutan de un status único en el mercado de la salud: es la única categoría de productos medicinales fraudulentos que se pueden comercializar legalmente como medicinas.  En primer lugar, el Acta Federal de Alimentos, Drogas y Cosméticos, que fuera “pastoreada” a través del Congreso de los EE.UU. ...por un médico homeópata, que también era senador, reconoce como medicinas todas las sustancias incluidas en la Homeopathic Pharmacopeia of the United States.  En segundo lugar, la FDA (Food and Drug  Administration)   no aplica a los productos homeopáticos las mismas regulaciones que a otras medicinas.  Actualmente esos productos se comercializan en tiendas de alimentos naturales, en farmacias, en las oficinas de médicos privados, por distribuidores a diferentes niveles, por el correo y en Internet.

 

 

Las falsas creencias básicas

Samuel Hahnemann (1755-1843), médico alemán, formuló los principios básicos de la homeopatía a finales de los 1700s.  Junto a sus colaboradores realizo “pruebas” (provings) en las que administraba hierbas, minerales y otras sustancias a personas saludables, incluyéndose ellos mismos.  Los resultados se registraron en libros de referencia nombrados materia medica, que aún se utilizan para asociar los síntomas de un paciente con la "medicina" correspondiente.  Así, la base para incluir una sustancia en la Homeopathic Pharmacopeia no son los ensayos clínicos modernos como los conocemos hoy, sino los provings homeopáticos realizados en los 1800s y a principios de los 1900s.

La novena edición actual describe como se preparan más de mil sustancias para el uso homeopático, pero no identifica los síntomas de las enfermedades para los que estos productos deben utilizarse;  esto lo  decide el médico (o el fabricante).  El hecho de que algunas sustancias recogidas en la Homeopathic Pharmacopeia estén reconocidas legalmente como medicinas no significa que legalmente los productos homeopáticos se reconozcan como efectivos por los tribunales o la FDA en los EE.UU...

Muchos médicos comenzaron a usar la homeopatía porque realmente era mucho menos peligrosa que algunos de los remedios que se aplicaban en el siglo XIX.  A principios del siglo XX había unos 14 000 médicos que la aplicaban en los EE.UU... y era enseñada en diferentes “escuelas”.  Pero en la medida que la educación médica avanzó, la homeopatía declinó rápidamente, y las “escuelas” cerraron o se convirtieron a los métodos modernos. La última escuela homeopática en los EE.UU.. cerró sus puertas alrededor de 1920 [1].

 

Cuando más, los “remedios” son placebos

Los productos homeopáticos se elaboran a partir de minerales, sustancias botánicas y varias otras fuentes.  Si la sustancia original es soluble, una parte se diluye en 9 ó 99 partes de agua destilada y/o etanol y se agita vigorosamente (sucussion).  Si es insoluble, se pulveriza y mezcla en proporciones similares con lactosa pulverizada.  Una parte del producto ya diluido se vuelve a diluir, y el proceso se repite hasta alcanzar la concentración (o "potenciación") deseada.  Las diluciones del 1 al 10 se designan con números romanos:  (1X = 1/10, 3X = 1/103, 6X = 1/106).  Las del 1 al 100 en forma similar:  (1C = 1/102, 3C = 1/(102)3, etc.).  La potenciación de la mayoría de los productos varía entre 6X y 30X,  pero existen productos con 30C o más. Una dilución de 30X significa que la sustancia original ha sido diluida 1,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000 de veces. Un número de gotas de agua igual al anterior ocuparía un volumen 50 veces el tamaño de nuestro planeta. Imagine por un momento diluir  una gota de tinte rojo en ese inmenso volumen y homogeneizar.  La homeopatía afirma que cualquier gota de agua que Ud. retire posteriormente poseerá información de la gota de tinte que Ud. añadió, y será capaz de actuar sobre su organismo.

El Oscillococcinum, un producto de concentración 200C {1/(102)200} que se vende para aliviar los síntomas de un resfriado, se prepara incubando pequeñas cantidades de hígado y corazón de pato durante 40 días.  La solución resultante se filtra, seca, rehidrata, diluye y se impregna en gránulos de azúcar. Si alguna molécula del pato original lograra sobrevivir al proceso de dilución y posterior división, su concentración sería de 1 en 100200.  (Si fueran 100 ó 1000 la diferencia sería insignificante).  De todas formas, éste último número sería  mucho más grande que el estimado de moléculas en el universo.  En el número de U.S. News & World Report del 17 de febrero de 1997 se comentaba que sólo se necesitó un pato para manufacturar todo el producto que se vendío en 1996, con un total de ventas de 20 millones USD. El magazín bautizó al pobre pato como “el pato de los 20 millones”.

Otros cálculos realizados aplicando las leyes básicas de la probabilidad muestran que  para lograr que al menos una sola molécula del producto se encuentre presente en pastillas “potenciadas” a la 30X sería necesario tomarse un par de miles de millones de pastillas.

Las leyes de la química establecen que hay un límite para la dilución, a partir del cual la sustancia original desaparece totalmente después de la última división.  Este límite corresponde a la potencia homeopática de 12C ó 24X (1 parte en 1024).  El mismo Hahnemann estaba consciente que en las diluciones extremas la probabilidad  de que incluso una sola molécula de sustancia activa quedara presente en el preparado era prácticamente nula. Pero el pensaba que cada paso de la dilución dejaba atrás una especie de “esencia espiritual” -que los sentidos no podían percibir- que curaba al estimular la “energía vital” del organismo.

Este argumento, desde luego, carece de fundamento.  Aún más, si fuera cierto, cualquier sustancia que interaccionara en cualquier lugar con una molécula de agua,  podría imprimir una “esencia” capaz de ejercer efectos poderosos (e impredecibles) sobre la persona que ingiriera esa agua.  Algunos defensores de la homeopatía alegan que estos productos se asemejan a una vacuna en la medida que proporcionan un pequeño estímulo que origina una respuesta de inmunidad.  La comparación carece de validez porque las cantidades que se suministran en una vacuna son mucho mayores;  además los anticuerpos que producen las vacunas se pueden detectar y medir en la sangre, cosa que no es posible con los productos homeopáticos.  Finalmente, las vacunas se usan para prevenir, no para curar síntomas.

 

"Electrodiagnosis"

Mas recientemente, la homeopatía se ha combinado con la “electrodiagnosis”.  El procedimiento, denominado electroacupuncture according to Voll (EAV), electrodiagnosis, o electrodermal screening, fue introducido e finales de los 1950 por Reinhold Voll, M.D.,  un médico alemán que desarrolló el dispositivo original.  Otros modelos incluyen el Vega, Dermatron, Accupath 1000, and Interro.  Quienes los usan sustentan que logran medir “perturbaciones en el flujo de energía electromagnética a lo largo de los meridianos de acupuntura”.  En realidad, los equipos no son más que galvanómetros corrientes que miden la resistencia eléctrica en la piel del paciente cuando se conectan a una punta de prueba.  Si Ud. tropieza con alguno de estos dispositivos, repórtelo al Buró de Licencias del estado correspondiente, al Fiscal General del Estado, al FBI, y/o al Centro Nacional de Información de Fraudes.  Las direcciones de estas agencias se pueden obtener en http://www.quackwatch.org/02ConsumerProtection/complain.html.

 

Investigaciones mediocres

Muchos remedios homeopáticos no contienen cantidades detectables de ingredientes activos, por lo que resulta imposible comprobar si efectivamente contienen lo que dice la etiqueta. Además, en contraposición a la medicina convencional, no han sido comprobados mediante ensayos clínicos a la doble ciega.  De hecho, la inmensa mayoría de los productos homeopáticos nunca se han probado en el experimento;  quienes los recetan confían en el “proving” para decidir como deben funcionar.

En 1990, un artículo en el Review of Epidemiology analizó 40 experimentos que comparaban tratamientos standards y homeopáticos, un placebo, y ningún tratamiento.  La conclusión fue que no había evidencias de que el tratamiento homeopático sea más efectivo que el uso de un placebo [2].

En 1994, la revista Pediatrics publicó un artículo afirmando que la homeopatía había sido efectiva en controlar casos de diarrea en niños de Nicaragua [3], pero fue posteriormente desautorizado en 1995 por Sampson and London [4].

En 1995, la revista francesa Prescrire International dedicada a evaluar productos farmaceuticos, publicó un resumen que concluye:  "...a pesar del gran número de ensayos comparativos realizados hasta la fecha, no existen evidencias de que la homeopatía sea más efectiva que un placebo aplicado en idénticas condiciones." 

En diciembre 1996 el Homoeopathic Medicine Research Group (HMRG), un panel de expertos perteneciente a la Comunidad Económica Europea, tras evaluar 184 reportes de ensayos homeopáticos, concluyeron que sólo 17 habían sido realizados correctamente, y que el número de participantes en estos 17 era demasiado pequeño para llegar a conclusiones sobre la efectividad de la homeopatía [5].  

El Consejo Nacional Contra el Fraude en la Salud ha llamado la atención sobre el hecho de que "la naturaleza sectaria de la homeopatía levanta serias dudas acerca de la confiabilidad de los investigadores homeopáticos[6]." Otros reportes acerca de la metodología deficiente de las investigaciones homeopáticas parecen sustentar esta opinión [7], [8], [9].

Aún suponiendo que en los pocos ensayos clínicos que se han obtenido resultados positivos son verídicos (y sin que aparentemente se haya comprobado su reproducibilidad) ello no es demostración de que la homeopatía sea efectiva.  En todo caso, se habría demostrado que ese remedio es efectivo para esa enfermedad en particular.  No demostraría la validez de las teorías básicas de la homeopatía, ni que el tratamiento homeopático sea efectivo para otras enfermedades.

 

Mercadeo ilegal

De 1982 a la fecha la Food and Drug Administration ha iniciado procedimientos legales en diversas ocasiones.  En 1984 obligó a la Biological Homeopathic Industries (BHI) de Albuquerque, New Mexico, a parar la distribución de algunos productos.  No obstante, los catálogos de la BHI siguen ofertando medicinas para más de 450 padecimientos, incluyendo neoplasias [10], [11].  La FDA ha seguido tomando medidas preventivas, pero sólo en casos muy extremos (productos que alegan prevenir el SIDA o curar la neumonía).

 

Se necesitan mayores regulaciones

La FDA nunca ha reconocido que algún remedio homeopático sea seguro y efectivo para propósitos médicos.  En 1995 presenté a la FDA un Acta de Solicitud de Libertad de Información [12]. Un funcionario me informó que algunas docenas de productos se habían aprobado hacía muchos años, pero que la aprobación había sido retirada en 1970 [13]. Significa que a partir de 1970, ningún remedio homeopático se considera “seguro y efectivo” por la FDA.  Si la FDA exigiera que los remedios homeopáticos demostraran su efectividad, tal como se exige a las medicinas convencionales, la homeopatía en los EE.UU. se enfrentaría a la extinción [14].

En 1994, 42 críticos prominentes de la pseudociencia le pidieron a la FDA el control de los productos homeopáticos, así como que hicieran de público conocimiento que, aunque la FDA permitía la venta de productos homeopáticos, no los reconocía como efectivos.  La FDA aún no ha respondido a la petición.  Sin embargo, en Marzo 3 de 1998, el Comisionado en ese momento, David A. Kessler, M.D., J.D., reconoció que los remedios homeopáticos no funcionan, pero que no intentaría prohibirlos porque tenía la sensación de que el Congreso no apoyaría la prohibición [15].

 

Referencias

  1. Kaufman M. Homeopathy in America. Baltimore, 1971, The Johns Hopkins University Press.

  2. Hill C, Doyon F. Review of randomized trials of homeopathy. Review of Epidemiology 38:139-142, 1990.

  3. Jacob J and others. Treatment of childhood diarrhea with homeopathic medicine: a randomized clinical trial in Nicaragua. Pediatrics 93:719-725, 1994.

  4. Sampson W, London W. Analysis of homeopathic treatment of childhood diarrhea. Pediatrics 96:961-964, 1995.

  5. Homoeopathic Medicine Research Group. Report. Commission of the European Communities, December 1996.

  6. NCAHF Position Paper on Homeopathy. Loma Linda, Calif.: National Council Against Health Fraud, 1994.

  7. Wise, J. Health authority stops buying homoeopathy. British Medical Journal 314:1574, 1997.

  8. Dantas E. A systematic review of the quality of homeopathic pathogenetic trials published from 1945 to 1995. Homeopathy 96:4-16, 2007.

  9. Hauck KG. Homeopathy and coronary artery disease. Homeopathy Today 17(8):3, 1997.

  10. Biotherapeutic Index. Baden-Baden, Germany: Biologische Heilmittel Heel GmbH, 1993.

  11. Biotherapeutic Index, 5th revised English edition. Baden-Baden, Germany: Biologische Heilmittel GmbH, 2000.

  12. Barrett S. Letter to FDA Office of Freedom of Information, Feb 7, 1995.

  13. Davis H. Letter to Stephen Barrett, M.D., April 24, 1995.

  14. Pinco RG. Status of homeopathy in the United States: Important ominous developments. Memo to Willard Eldredge, president, American Association of Homeopathic Pharmacists, Jan 17, 1985.

  15. Kessler DA. Panel discussion on herbal dietary supplements. Consumer Safety Symposium on Dietary Supplements and Herbs, New York City, March 3, 1998.