Publicado por  A. González Arias,

Juventud Técnica, Ed. digital, Dic., 17 2007

 

 

 

Dólares, política y homeopatía

 

Atención!, puede valer 20 millones

 

 Considere la siguiente receta: pequeñas cantidades de hígado y corazón de pato se mantienen durante 40 días en condiciones controladas; la disolución resultante se filtra, se deseca, se rehidrata, y se vuelve a diluir.  A continuación se aplica un proceso de dilución repetida, que consiste en tomar una parte de la muestra original, digamos un centímetro cúbico (cm3) y disolverla en 1 litro de agua destilada. Se obtiene así una parte en 1000 (1/1000 ó 1/103) de la disolución original.  Luego se toma un cm3 de esta nueva disolución y se vuelve a diluir en otro litro de agua.  Así se obtiene una nueva disolución de concentración 1/1000000 (1/106).  El proceso de dilución sucesiva continúa hasta llegar a una concentración de (1/10400) (un 1 seguido de 400 ceros en el denominador).  La etapa final de la receta consiste en impregnar granos de azúcar con esta última disolución.  Sin embargo, las leyes de la química establecen que hay un límite hasta donde se puede llegar en este proceso para garantizar que al final quede algo de la sustancia inicial.  Ese límite corresponde a una proporción de 1/1024, de manera que en la receta anterior no hay garantía alguna de que siquiera una molécula del pato original llegue a parar a los granos de azúcar.

Pues bien, aunque parezca mentira, esta “receta” se vende en los EE.UU. bajo el nombre de Oscillococcinum como remedio homeopático para los resfriados y el catarroEn el número del 17 de febrero de 1997, la revista U.S. News & World Report señalaba que para preparar todo el producto vendido en 1996 (unos 20 millones de dólares en ventas) sólo se necesitó un pato. Y esta no es, ni mucho menos, la única “medicina” homeopática con estas características.  Hay muchísimas más.

Y seguramente el lector informado se preguntará: ¿Cómo es posible? ¿No existe en los EE.UU. una Food and Drug Administration (FDA) que se encarga de proteger al consumidor y verificar que no se vendan productos dañinos a la salud –al menos en su propio país? ¿No existe también una Federal Trade Commission que sanciona la comercialización de productos fraudulentos?  Pues bien, para entender este descomunal despropósito es necesario hacer un poco de historia.

Fue el médico alemán Samuel Hahnemann (1755-1843 quien formuló los principios básicos de la homeopatía.  Junto a sus colaboradores realizo “pruebas” (provings) en las que se administraban hierbas, minerales y otros productos a personas saludables para provocarles síntomas de enfermedades. Los resultados se registraron en libros de referencia bajo el título materia medica, que aún hoy se utilizan para asociar los síntomas de un paciente con la correspondiente "medicina".  Así, la base para incluir una sustancia en la Homeopathic Pharmacopeia no son los ensayos clínicos modernos como los conocemos hoy, sino los provings homeopáticos realizados en los 1800 y principios de los 1900. La teoría subyacente en esta “ciencia” considera -sin fundamento científico alguno- que, al estimular al paciente con un agente adicional que cause efectos similares al padecimiento, el organismo será capaz de reaccionar y curarse por sus propios medios.

Al usar sustancias muy diluidas, la homeopatía resultaba menos peligrosa que algunos de los remedios que se recetaban en el siglo XIX, y muchos médicos la adoptaron como válida. A principios del siglo XX había unos 14000 médicos que la aplicaban en los EE.UU.; también se enseñaba en diferentes “escuelas homeopáticas”.  Más adelante, a medida que la medicina se fue modernizando, la homeopatía declinó rápidamente. La última escuela homeopática en los EE.UU. cerró sus puertas alrededor de 1920.

Sin embargo, en ese país el Acta Federal de Alimentos, Drogas y Cosméticos aún reconoce como medicinas todas las sustancias incluidas en la Homeopathic Pharmacopeia.  Lo que casi nunca se menciona es que la susodicha Acta fue cabildeada e impulsada en el Congreso por un senador... que también era médico homeópata.

En el presente los remedios homeopáticos disfrutan de un status único en el mercado de la salud norteamericano; es la única categoría de productos medicinales no sometidos a ensayos clínicos que se pueden comercializar legalmente en tiendas de alimentos naturales, en farmacias, en las oficinas de médicos privados, por distribuidores a diferentes niveles, por correo y en Internet. A pesar de que los reportes desfavorables sobre la homeopatía abundan y de que continuamente aparecen nuevas evidencias negativas, la FDA no aplica a esos productos las mismas regulaciones que a las medicinas convencionales (si lo hicieran, de seguro sería el fin de ésta “ciencia”).

En 1994, 42 críticos prominentes de la pseudociencia le solicitaron a la FDA que regulara los productos homeopáticos y que declarara que, aunque se permitía su venta, no los reconocía como efectivos.  La FDA no ha respondido aún a esta demanda.  Sin embargo, en marzo de 1998 el Comisionado de la FDA en ese momento, el médico David A. Kessler, reconoció que los remedios homeopáticos no funcionan, pero que no intentaría prohibirlos porque “tenía la sensación” de que el Congreso no apoyaría la prohibición.

La homeopatía ha sido adoptada en numerosos países con un nivel de desarrollo científico muy por debajo del de los países del primer mundo. Por regla general se toma como bueno lo que Europa y los EE.UU. aceptan como tal, sin que se hagan investigaciones adicionales. Al parecer, en los EE.UU. las multimillonarias ganancias –¡el gasto en materias primas es prácticamente nulo!, unidas a los compromisos políticos, ejercen una influencia determinante en la decisión de los asuntos homeopáticos.  La protección al paciente-consumidor pasa a segundo o tercer plano. Y quizás suceda lo mismo en otros lugares.

 

Bibliografía: 

http://www.quackwatch.org/01QuackeryRelatedTopics/homeo.html

Kaufman M. Homeopathy in America. Baltimore, 1971, The Johns Hopkins University Press.

Kessler DA. Panel discussion on herbal dietary supplements. Consumer Safety Symposium on Dietary Supplements and Herbs, New York City, March 3, 1998.

G T Lewith et. al, Use of ultramolecular potencies of allergen to treat asthmatic people allergic to house dust mite: double blind randomised controlled clinical trial, British Med. J. 2002;324:520 ( 2 March )