Tomado de la Revista Anales de la Academia de Ciencias de Cuba. Vol.5, No.1, Año 2015 1

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Apuntes para una historia sobre la medicina alternativa en Cuba

IV. Remedios homeopáticos y nosodes

 

   Notes for an history about alternative medicine in Cuba - IV. Homeopathic and nosode medications

  Arnaldo González Arias


 

Resumen

En 1866, la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana se pronunció en contra de la doctrina homeopática.  En el documento publicado, la Academia rechazó la homeopatía como contraria a la razón y a la experiencia estimando que… “[la Academia] no debe descender á la crítica de ningún trabajo que esté basado en los principios de dicha doctrina“.   Sin embargo, la homeopatía reapareció oficialmente en Cuba en 1992, cuando el Ministerio de Salud Pública decidió incorporarla como terapia ‘natural o tradicional’, ignorando las evidencias contrarias que en ese momento ya existían en todo el mundo, incluyendo la de los propios académicos cubanos del siglo XIX.  En 1993 se autorizó por primera vez a diez médicos del patio y a diez farmacéuticos la prescripción y venta de remedios homeopáticos; los productos homeopáticos se producían en los laboratorios Finlay, en La Habana.  A pesar de la total ausencia de evidencias científicas, la gran cantidad de ensayos clínicos modernos que arrojan resultados negativos y la reciente condena de organizaciones políticas como el partido Izquierda Unida de España y la Cámara de los comunes en Reino Unido, aún hay quienes hoy favorecen estos procedimientos y se esfuerzan en promoverlos a costa del erario público.  La homeopatía ha cobrado una numerosa cuota de muertes en diversos países; también en Cuba.  La prensa local nunca ha informado de manera detallada el rechazo general a esta práctica de los círculos académicos en todo el mundo, incluyendo los de nuestro país. Por el contrario, en la prensa y algunas revistas médicas han aparecido numerosos reportajes y escritos favorables a los productos homeopáticos.

 

Abstract

In 1866, the Royal Academy of Medical, Physics and Natural Sciences of Havana made a statement against the homeopathic doctrine.  In the published document, the Academy rejected the homeopathy as contrary to reason and experience, considering that … [the Academy] must not demote to criticize any work based on the principles of such doctrine”.  However, homeopathy officially reappeared in Cuba in 1992, when the Public Health Ministry decided that it should be considered as a ‘natural or traditional’ therapy, ignoring the contrary evidences existent in that moment the whole world, including that of the Cuban academics on the nineteen century.  In 1993, ten native medical doctors and ten druggists were authorized to prescribe and supply homeopathic remedies; the products were prepared in the Finlay laboratories, in Havana.  In spite of the complete lack of scientific evidence, the large number of updated clinical assays showing negative results and the recent censure of politic organizations such as the United Left party in Spain and the House of Commons in United Kingdom, still there are people who favor these procedures and make efforts to promote them at community expenses.  Homeopathy has charged a large quota of deaths in several countries; also in Cuba.  Local press has never informed in detail about the general rejection of homeopathy by academic circles in the entire world, including those in our country. On the contrary, in the press and some medical journals have appeared a number of favorable reports and writings in favor of homeopathic products.

 

Key words.  Homeopathy, nosodes, academy, doctrine, health policy, science

 


 

“…los higienistas saben de la naturaleza humana y sus achaques más que los abominables curanderos,

que demuestran que la ignorancia osada todavía es reina de los hombres,

y que en estos tiempos de luces aún hay quien crea en hechiceros y encantadores...”

 José Martí

La Opinión Nacional

Caracas, Mayo 3 1882

 

Hoy por hoy, hechicería parece ser una palabra más apropiada que homeopatía para designar las prácticas curativas introducidas por el médico alemán Samuel Hahnemann a principios del siglo XIX.  Si en los 1800 pudiera haber existido alguna duda razonable acerca de la veracidad de sus postulados o de la efectividad de esas prácticas, a la luz de los conocimientos actuales no hay justificación para considerarlas algo más que creencias de brujos y curanderos. 

Las propuestas curativas de Hahnemann fueron publicadas por primera vez en “Organon der Heilkunst” en 1810 y en seis volúmenes de “Materia Medica Pura” entre 1820 y 1827 , más de 10 años antes que se supiera que la célula es la unidad estructural común a todos los seres vivos.   Mucho menos se conocían los procesos bioquímicos que tienen lugar a nivel celular, causantes de las complejas relaciones fisiológicas o funcionales de los diferentes órganos del cuerpo humano. 

Hay referencias de que Hahnemann asociaba las enfermedades a cierta mística.  Por ejemplo, se le atribuye la creencia de que las enfermedades no eran causadas por agentes físicos concretos, sino por la falta de armonía del organismo con cierta  fuerza vital.  Para argumentar la no existencia de esos agentes acostumbraba preguntar: “¿Ha visto alguien alguna vez la materia de la gota o el veneno de la escrófula?  Tras su muerte, Alfred Baring Garrod demostró que el urato monosódico es “la materia de la gota” y Robert Koch que el mycobacterium tuberculosis es el “veneno de la escrófula”.

A pesar de que los fundamentos de la homeopatía siguen inalterables y no han cambiado en lo más mínimo a partir de los tiempos de Hahnemann, aunque no hay fundamento teórico de sus propuestas y no aparecen resultados experimentales confiables a su favor, los homeópatas contemporáneos siguen tomando las prédicas de Hahnemann como verdades incuestionables, y con ello reniegan de los avances de las ciencias naturales y médicas a lo largo de casi 200 años. 

 


 

1. Los principios básicos de la homeopatía

Se cuenta que cuando traducía la obra “A Treatise on the Materia Medica” de William Cullins, Hahnemann encontró que la Cinchona (quina, quinina), obtenida de la corteza de un árbol peruano, era efectiva para el tratamiento de la malaria.  Dado que otras sustancias con características astringentes  parecidas no eran efectivas contra esa enfermedad, decidió investigar con él mismo y comprobó que,  tras ingerir la sustancia, se le presentaban síntomas similares a los de la malaria. Es muy probable que este sea el resultado que lo llevó a postular: “Lo que puede producir una sintomatología en un individuo sano, puede servir para tratar al enfermo que sufre esa misma sintomatología”. Esta es la base de la llamada “Ley de los Similares” de los homeópatas y la raíz de la doctrina de Hahnemann (homeopatía, de homoios, similar y pathos, sufrimiento).

Los ensayos en individuos sanos los denominó ‘provings’; consistían en buscar algún producto que al ser suministrado al sujeto produjera los mismos síntomas ocasionados por el mal que se deseaba curar. (Ojo, los mismos síntomas, no la misma enfermedad).

En otras palabras, la ley de los similares establece que, si a Ud. le duele la cabeza, debe ingerir algún producto que cause dolores de cabeza para curarse (no importa si su dolor es originado por hipertensión, por un tumor cerebral o por un golpe).  Y si tiene diarreas, pues tómese algún purgante, sin importar si la diarrea fue causada por un virus, una bacteria o una úlcera en el intestino.  El homeópata le dirá que esa estimulación adicional hace que su organismo identifique el mal que lo aqueja (no se sabe por qué medios) y se encargue por sí mismo de luchar contra la enfermedad original, hasta curarse. Si la diarrea prosigue, entonces le dirá que Ud. no ingirió el producto adecuado, y que para lograr la cura hay que encontrar otra sustancia que se adapte mejor a sus síntomas. 

Antes de proseguir es necesario insistir que la homeopatía es una doctrina, no una ciencia.  Nadie ha demostrado la legitimidad de la ley de los similares acorde a lo que hoy se entiende como método científico, regla universal empleada en la ciencia para comprobar la veracidad de cualquier hipótesis.  Cuando se refiere a terapias y medicinas, el método científico se denomina ensayo clínico, metodología que permite investigar la efectividad real del medicamento propuesto. A la vez, el ensayo clínico protege al paciente de posibles perjuicios cuando se le administran sustancias cuyos efectos en el organismo a corto, mediano o largo plazo son desconocidos.  

Unido al ensayo clínico también es necesario considerar la farmacodinámica y la farmacocinética del medicamento a suministrar.  La farmacodinámica estudia los efectos bioquímicos y fisiológicos del producto sobre el organismo, sus mecanismos de acción y su dependencia de la concentración. La farmacocinética investiga qué le sucede al producto desde que es administrado hasta su total eliminación del cuerpo. Comprende estudios sobre la liberación del producto activo, su absorción y distribución en el organismo, su metabolismo y la eliminación de los residuos.

La cantidad de pacientes dañados por Hahnemann y sus seguidores al intentar las curaciones aplicando la “Ley de los Similares” debe haber sido importante, porque al poco tiempo Hahnemann “descubrió” otra supuesta ley:  en su opinión, mientras más se diluía el supuesto medicamento mayores eran sus efectos. La llamó “Ley de los Infinitesimales” y postuló que si las diluciones se hacían de acuerdo a una técnica también creada por él (sucusion, en inglés), la actividad del preparado se potenciaba, y aun a diluciones extremas podía producir los síntomas en el individuo sano o curar al enfermo. 

La sucusion consiste en agitar el frasco de vidrio con la disolución acuosa aplicando con vigor diez golpes contra un objeto elástico (usualmente goma o cuero). Según los homeópatas, el “aporte energético” del operador – sea esto lo que sea – resulta de importancia en el proceso.  Después se toma una parte del producto, se disuelve en 10 ó 100 partes de agua y se repite el procedimiento.  Y así sucesivamente. Es fácil comprobar que una disolución 30CH, muy común entre los homeópatas, obtenida a partir de repetir 30 veces la sucusion en diluciones sucesivas de 1/100, contiene una sola molécula del producto original por cada 1060 moléculas de agua –un 1 seguido de 60 ceros.  Cálculos elementales demuestran que para lograr encontrar una sola molécula del producto activo en la masa acuosa se necesitaría revisar un volumen superior al de nuestro planeta en unas 30 mil millones de veces.  De aquí que la probabilidad de encontrar siquiera una molécula del producto original en un frasco ordinario de cualquier remedio homeopático es, a todos los efectos, cero.

 

2. Criticas internacionales

Con el avance del desarrollo científico quedó claro para todos, homeópatas incluidos, que tras las reiteradas diluciones, en los preparados homeopáticos no quedaba nada del supuesto principio activo.  Para tratar de sortear esta dificultad, los homeópatas introdujeron el concepto de la “memoria del agua”.  La idea principal era que, a pesar de las diluciones extremas, el agua guardaba en su estructura una “memoria” de la sustancia original, capaz de actuar favorablemente sobre el enfermo.  Desde luego, ningún homeópata ha sido capaz de demostrar o ni siquiera explicar racionalmente cómo tiene lugar la tal memorización, y tampoco podrá hacerlo en un futuro porque el agua líquida posee una estructura que cambia continuamente a medida que transcurre el tiempo.  Entre los átomos de oxígeno de la molécula de agua se crean y desaparecen de continuo los denominados ‘puentes de hidrógeno’ (figura 2), formando enlaces que duran sólo pequeñísimas fracciones de segundo. Por tanto, no hay posibilidad de que existan estructuras estables formando una especie de ‘huella’ o ‘memoria’ de lo que estuviera disuelto en ella alguna vez.  Investigaciones publicadas en 2006, basadas en técnicas de resonancia magnética nuclear, aplicadas a preparados homeopáticos, no lograron encontrar la formación de agrupaciones estables de algún tipo en el agua.[1]  El consenso actual entre químicos y físicos es que, una vez que un compuesto cualquiera se extrae de una disolución acuosa, cualquier perturbación residual en la estructura del agua desaparecerá en no más de 0,00001 segundos, a causa del continuo y vigoroso movimiento térmico propio de las moléculas en fase líquida.[2] En resumen, la posible existencia de la tal ‘memoria del agua’ es ilusoria, pues contradice la evidencia experimental que refleja leyes universales de la física y la química a las que están sometidas todas las sustancias.

Una controversia muy publicitada acerca de la memoria del agua se inició en 1988 entre el inmunólogo Jacques Benveniste por una parte y los editores de la prestigiosa revista Nature por la otra.[3],[4]  El primero alegó haber encontrado evidencias experimentales de su existencia, pero la revista aceptó publicar su artículo sólo a condición de que sus resultados fueran sometidos a verificación por una comisión independiente.  La documentación, argumentos adicionales y artículos publicados con posterioridad a los trabajos de la comisión, con resultados negativos y total pérdida de prestigio para Benveniste y su grupo de trabajo, aparece recogida en detalle en el libro de Rogelio Díaz El agua, una polémica insoluble por naturaleza, publicado en La Habana en 2012.[5]

 

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Figura 1.  Estructura del agua líquida (H2O).

 

La cantidad de artículos que denuncian la ausencia de fundamento científico y la ineficacia de la homeopatía desde sus mismos inicios es muy amplia;  en la actualidad aún es posible encontrar regularmente escritos de este tipo, tanto en la prensa como en revistas científicas especializadas.[6],[7],[8],[9],[10],[11],[12],[13],[14],[15],[16],[17],[18], [19],[20],[21],[22]  No obstante, esta superchería aún es compartida por numerosos practicantes y simpatizantes.  También ha contado con el respaldo de algunos pocos gobiernos, aunque ya algún que otro partido político -en este caso, de izquierda- ha tomado conciencia del engaño, denunciando públicamente estas prácticas desde una posición colegiada.[23]

Entre los países que alguna vez han adoptado la homeopatía como política oficial se encuentra la Alemania de Adolfo Hitler (figura 2).  Entre 1936 y 1939 los nazis trataron infructuosamente de demostrar la eficacia de los tratamientos homeopáticos, llegando a organizar un congreso mundial en Berlín en 1937. El ministro Rudolf Hess, nombrado por Hitler en 1939 tercero en la sucesión política del partido nazi, fue un asiduo observador en ese congreso. [24]

Los médicos más conservadores del Tercer Reich, aunque desconfiaban de los tratamientos homeopáticos, no dejaban de notar su popularidad entre la población, sumado al hecho de que eran extremadamente baratos.  Los homeópatas, por su parte, en pago por el apoyo a sus creencias, adulaban a más no poder a los funcionarios nazis.  Las investigaciones se interrumpieron cuando comenzó la II Guerra Mundial.  Fritz Donner, un homeópata que participó activamente en aquellas investigaciones, tras retirarse en 1961 escribió un reporte bastante crítico sobre todo el asunto, mencionando la forma arbitraria de evaluar la efectividad de los supuestos medicamentos en muchas ocasiones, pero no fue publicado en Alemania hasta 1995; ahora se puede consultar en la Internet.  En algunos ensayos también se usaron reclusos del campo de concentración de Dachau, a veces tras ser diagnosticados mediante el también espurio iridodiagnóstico.[25],[26]

 

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Figura 2.  (Izq.) Samuel Hahnemann. (Der.) Grupo de simpatizantes en una reunión en Chemnitz, Sajonia, en la década de los años 30 del siglo pasado (ref. [26[]). En 1953 Chemnitz tomó el nombre de Karl-Marx-Stadt, pero lo recuperó en 1990. 

 

Desde el punto de vista estrictamente médico, cinco meta-análisis estadísticos realizados por investigadores independientes en los últimos años, cubriendo un gran número de ensayos clínicos con miles de sujetos, han arrojado resultados negativos para los homeópatas. Tras excluir los ensayos inadecuados desde el punto de vista metodológico y los reportes tendenciosos con errores evidentes, los estudios no encontraron resultados estadísticos significantes a favor de la homeopatía.[27],[28],[29],[30],[31]

El rechazo internacional a la homeopatía por parte de agencias gubernamentales responsables no cesa.  En febrero de 2010, el Comité de Ciencia y Tecnología de la Cámara de los Comunes del Reino Unido, en un documentado reporte de más de 150 páginas, calificó diversos aspectos de la homeopatía con los siguientes atributos:  inverosímil; insostenible; teóricamente débil; los productos homeopáticos no funcionan mejor que los placebos; no merece la pena hacer más estudios clínicos controlados sobre placebos, porque estaríamos tirando el dinero;  el gobierno debería parar la aportación de fondos para la homeopatía.[32]

 A principios de 2014 el Consejo de Salud Nacional e Investigación Médica de Australia (National Health and Medical Research Council, NHMRC) emitió un documento de 300 páginas sobre de la evidencia existente de los tratamientos homeopáticos en 68 condiciones clínicas. El documento concluye que “no hay evidencia fidedigna de que la homeopatía sea eficaz para tratar condiciones clínicas”.[33]   En marzo de 2015 este mismo consejo emitió un nuevo artículo informativo incluyendo recomendaciones específicas  acerca de la efectividad de la homeopatía para tratar condiciones de salud.  Con una extensión de 40 páginas,  el reporte describe en detalle las actividades de una comisión integrada por 7 profesores de diversas especialidades médicas, 4 de ellos con grado phD y los restantes con responsabilidades importantes en áreas de la medicina y la ética médica en ese país.  En las conclusiones se lee: “La homeopatía NO DEBE SER USADA para tratar condiciones de salud crónicas, serias, o que pudieran llegar a serlo.  Las personas que eligen la homeopatía pueden poner su salud en riesgo si rechazan o retardan los tratamientos  para los que existe buena evidencia de que son seguros y efectivos”.  

También a finales de marzo de 2015 un artículo publicado en el Nuevo Herald expresó que la Administración de Alimentos y Medicamentos (Food and Drug Administration, FDA), dependencia federal de los EE.UU., planeaba revisar la seguridad y eficacia de remedios homeopáticos.  El artículo declara que la medicina homeopática se basa en un principio no verificado por la ciencia convencional, pero legal en la actualidad gracias a que 1938 el Congreso estadounidense aprobó una ley que otorgó a los remedios homeopáticos el mismo estatus legal que los remedios regulares. El principal impulsor de esa ley fue el senador Royal Copeland, un homeópata.

Acorralados por las críticas y la imposibilidad de fundamentar racionalmente sus propuestas ni teórica ni experimentalmente, algunos homeópatas alegan que la ciencia contemporánea carece de medios efectivos para valorar la efectividad de la homeopatía.  Según ellos, sus propuestas conforman un sistema que va más allá de la ciencia, por lo que no se pueden someter a los criterios científicos. No caen en la cuenta que, al rechazar la ciencia y su metodología, reniegan de Hahnemann como científico.  Habría entonces que considerar a Hahnemann como un profeta, comparable a Mahoma o a Moisés, con la diferencia de que éstos predicaban su doctrina a cuenta de algún dios y Hahnemann lo hizo por cuenta propia.[*]  Al rechazar el método científico reconocen, quizás sin pretenderlo, que la homeopatía no es ciencia, sino doctrina oscurantista y anticientífica, ajena a las ciencias médicas y sólo apropiada para curanderos.

 

3. Los nosodes

Se atribuye la introducción de los nosodes a Constantine Hering (1800-1880), quien desde 1824 mantuvo relaciones de amistad con Hahnemann y se consideró su discípulo. Emigró a los EE.UU. en 1833, donde se le llegó a conocer como el ‘padre de la homeopatía norteamericana’.[34]  El Dr. Hering, muy posiblemente influenciado por el éxito obtenido por las vacunas convencionales, creó sus propias vacunas homeopáticas o nosodes. 

Las vacunas convencionales se preparan a partir de microbios muertos de cepas virulentas, o microbios vivos de cepas atenuadas, para promover la producción de anticuerpos que reconozcan y ataquen la infección.  Así se logra inmunizar al organismo inoculado.  La primera vacuna data de un poco antes del desarrollo de la homeopatía (1798); fue creada por Edward Jenner para prevenir la viruela.  Un nosode es la imitación de una vacuna, donde no se aplican los pasos usuales para eliminar o atenuar la cepa virulenta.  Lo que se hace es tomar los fluidos contaminados de algún enfermo (esputos, tejidos cancerosos, sangre menstrual, saliva de perro rabioso) y aplicar el proceso homeopático de dilución hasta que no queda nada del fluido original.  Los homeópatas consideran -sin ningún tipo de aval teórico o experimental que apoye sus afirmaciones- que este procedimiento es suficiente para lograr la inmunidad del sujeto sano al ser suministrado por vía oral. 

Es usual que se trate de suplir la falta de evidencia científica y la desconfianza que crean estas afirmaciones aportando cifras extravagantes de supuestas ‘inmunizaciones’.  Así, por ejemplo, un sitio WEB denominado Nosodes reporta que en 1950 en Johannesburgo, Taylor Smith inmunizó a 82 personas con el nosode anti-polio Lathyrus, con un 100% de efectividad.  El mismo escrito afirma que posteriormente, en Chicago, un tal Grimer hizo lo mismo con 5000 niños, con igual resultado: 100% de eficacia.  El sitio también reporta resultados similares de Heisfelder en 1956-58 con 6000 niños y otro en Buenos Aires, que involucró a 40 000 personas.[35]  Sin embargo, en ninguno de los casos se reportan más detalles o se dan las referencias correspondientes para poder verificar esos resultados en su contexto.

En realidad, fue el norteamericano Jonas Edward Salk quien desarrolló la primera vacuna efectiva contra la poliomielitis en 1952, mezclando tres diferentes cepas de virus inactivados; su vacuna fue sustituida en 1963 por la vacuna oral Sabin, de mayor efectividad.  Tras una campaña mundial de vacunación iniciada en 1988, en 2004 sólo quedaban 18 países de 125 afectados inicialmente por la enfermedad. El continente americano es una región libre de poliomielitis desde 1994.[36] Desde luego, nada de esto se debe a los homeópatas.

 

4.  Transparencia y homeopatía

La falta de transparencia siempre ha sido una característica presente en los manejos de los homeópatas, lo que ya en alguna ocasión ha llevado a sus promotores a los tribunales.  La multinacional francesa homeopática Boiron se vio obligada en 2012 a pagar 12 millones de dólares para evitar una demanda colectiva en los EE.UU. por engaño a los consumidores.  Algunos de los productos denunciados fueron el Oscillococcinum (contra la gripe), Arnicare (contra el dolor), Chestal (contra la tos) y Coldcalm (para el resfriado en niños), ninguno de los cuales resultó efectivo para los síntomas que pretendía calmar.[37]

La homeopatía ha cobrado una numerosa cuota de muertes (también en Cuba, como se muestra más adelante).  Algunas de las más recientes son las que siguen. 

En mayo de 2002 los australianos Tomas Sam y Manju Sam, de procedencia hindú, fueron encausados por la negligencia que llevó a la muerte a su hija Gloria Thomas, de nueve meses de nacida, al insistir en tratarla con homeopatía tras desarrollar un eczema a la edad de 4 meses.  Al final la enfermedad se hizo tan severa que la piel de la niña se cuarteaba cada vez que le cambiaban los pañales. Murió a causa de desnutrición por tener que luchar continuamente contra las infecciones causadas por las heridas en su piel, que causaron sangramiento en sus pulmones y vías respiratorias.[38]

  En septiembre de 2010 el gobierno japonés inició una investigación por diversas muertes causadas por la homeopatía, que en los últimos tiempos ha ganado cierta popularidad en algunos sectores. Entre las muertes se encuentra la de una niña de 2 meses de edad que nació con deficiencia de vitamina K. La niña murió de sangramiento en la mollera pues sólo se le administraron medicamentos homeopáticos en vez de la necesaria inyección de vitamina que hubiera resuelto el problema. [39]

En 2012 un juez italiano acusó a Marcello Monsellato de la muerte de su hijo Lucas, de 3 años de edad, que padecía de neumonía y a quien sólo se le administraron remedios homeopáticos. El padre asegura que ingresó al niño porque se había atragantado al tomar una tisana homeopática, y denunció a los tres médicos que lo trataron en urgencias por negligencia. Pero estos declararon que no pudieron hacer nada porque el niño llegó a sus manos "muerto y frío". La autopsia de Luca determinó que la causa de muerte fue una insuficiencia respiratoria derivada de su enfermedad.  Según el articulista que reportó la noticia, “...morir de neumonía, una enfermedad en la que la mayoría de los pacientes se curan sin necesidad de hospitalización y con un simple tratamiento de antibióticos y algo de reposo, es algo difícil de creer en pleno siglo XXI... salvo si tienes un padre que rechaza la medicina moderna y te trata con homeopatía”.[40],[41]

En la actualidad resulta incomprensible la benevolencia de las autoridades sanitarias de muchos países hacia la homeopatía.  A mediados del siglo pasado, y a pesar de la ausencia total de fundamento científico, el testimonio de aquellos que alegaban sentirse mejor con los remedios homeopáticos pudiera haber generado dudas sobre su efecto real.  Pero en la actualidad los conocimientos sobre las endorfinas y el efecto placebo, con amplia evidencia teórico-experimental,[42] son más que suficientes para explicar con base científica las supuestas propiedades curativas de la homeopatía. Ver, por ejemplo, el artículo resumen publicado en Lancet en 2010 con 107 referencias.[43] 

Parece incuestionable que para explicar la benevolencia hacia la homeopatía en este siglo XXI sólo hay dos opciones;  la ignorancia o la conveniencia personal, obviando por completo la ciencia y el respeto al paciente.[44]

 

5. La homeopatía y los nosodes en Cuba

Los primeros intentos de que se tiene noticia sobre la aplicación de la homeopatía en Cuba datan de 1854.  Durante una epidemia de fiebre amarilla se presentó en La Habana un médico que decía llamarse Guillermo Lambert de Humboldt.  Alegaba ser sobrino de Alejandro de Humboldt, muy conocido por sus estudios sobre Cuba.  El Dr. Lambert afirmaba ser capaz de prevenir la enfermedad mediante una vacuna desarrollada por él siguiendo los principios de la Homeopatía.  Para preparar la vacuna usaba el veneno de una víbora que producía síntomas semejantes a los de la enfermedad, de acuerdo a lo estipulado por la Ley de los Similares.

Las autoridades coloniales, amedrentadas por la epidemia que afectaba a las tropas y marinería acantonadas en la ciudad, muchas veces con resultados mortales, accedieron con expectación a la petición del Sr. Lambert.  Sin embargo, tuvieron el buen juicio de hacerlo usando grupos de control para comparar los resultados, todo supervisado por una comisión de médicos del patio, entre los que se encontraba el Dr. Nicolás J. Gutiérrez, más tarde Presidente de la Academia de Ciencias de La Habana. Los resultados del ensayo fueron claros y concluyentes: el porcentaje de enfermos entre los que recibieron la ‘vacuna’ homeopática fue el mismo que  entre los que no la recibieron,  por lo que el jefe de la sanidad militar de la Isla, Dr. Fernando Bastarreche, puso fin de inmediato a la inoculación.[45]

Unos diez años después, en 1866, la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana se pronunció con firmeza en contra de la doctrina homeopática.  En el documento, la Academia rechaza la doctrina homeopática como contraria a la razón y a la experiencia estimando que… “[la Academia] no debe descender a la crítica de ningún trabajo que esté basado en los principios de dicha doctrina“(sic).  

Tal conclusión se basó en resultados experimentales tanto nativos como extranjeros.  El rigor científico y las evidencias recolectadas por los médicos cubanos de mediados del siglo XIX se puede calificar de notable, pues el documento menciona los experimentos de Andral en el hospital de la Piedad de París; los del Dr. Bally en su clínica del Hôtel-Dieu; los de Broussais en Val-de-Grâce; los del Dr. Pointe en un hospital de Lyon.  También menciona los resultados de otros ensayos promovidos por el gobierno de Nápoles y realizados por el Dr. de Horatiis; las tentativas del profesor Nathalis Guillot en sus salas de la Salpêtrierè, donde murieron todos los enfermos muy rápidamente; los del Dr. Charge en la epidemia de cólera de 1855 en Marsella, quien durante ocho días comprobó que morían más enfermos tratados con homeopatía que los sometidos a los cuidados convencionales.  Y no faltaron los reportes de experimentos en Cuba, como los intentos del Dr. José Lletor Castro Verde para curar con homeopatía a los invadidos del cólera en 1850, donde “las defunciones fueron superiores a las entradas… de 14 enfermos murieron 15; la explicación es muy sencilla; el pobre enfermero fue a reunirse con los fallecidos" (sic).[46] 

A partir de este momento la homeopatía desapareció del panorama nacional, totalmente ignorada durante el final de la época colonial, las guerras independentistas y la era republicana. 

Según un periódico local, su reaparición tuvo lugar en 1992, cuando el Ministerio de Salud Pública decidió incorporar la homeopatía como terapia alternativa, ignorando las evidencias contrarias que ya existían en ese momento, incluyendo la de los propios médicos académicos cubanos del siglo XIX.  En 1993 se autorizó por primera vez a 10 médicos del patio la prescripción de medicamentos homeopáticos y a 10 farmacéuticos su dispensarización; los productos homeopáticos se producían en los laboratorios Finlay, en la capital del país.[47] A partir de ese momento, y gracias al apoyo oficial, la homeopatía cobró auge en todo el territorio nacional y se instituyeron cursos de postgrado y maestrías de esa ‘especialidad’ en diversas universidades médicas. Proliferaron alabanzas de todo tipo en la prensa nacional e incluso artículos en revistas médicas cubanas, todos a favor de la homeopatía, pero todos también caracterizados por la ausencia de metodología científica.  Algunos ni siquiera contemplaban los grupos de control ya introducidos por los médicos cubanos a mediados de los 1800, o la comparación con los tratamientos convencionales reconocidos.[48],[49],[50],[51],[52],[53],[54]  Tampoco faltaron los artículos críticos, aunque con muy limitado acceso a la prensa, que con escasas excepciones prefería seguir las orientaciones oficiales antes que promover la crítica científica.[55],[56],[57],[58],[59]

La homeopatía se vio muy estimulada en 2002 por un acuerdo del consejo de ministros que orientaba “impulsar la medicina natural y tradicional” sin mencionar criterios de selección, verificación o protección al paciente.  El análisis detallado del documento muestra que, además de la homeopatía, cualquier otra propuesta médica alternativa, con independencia de las características irracionales, oscurantistas y anticientíficas que pudiera presentar, podía ser considerada como “medicina natural y tradicional” y ser aplicada directamente a las personas, sin otra consideración.[60]

A mediados de 2014 la propaganda a favor de la homeopatía aún no había decaído. En las farmacias se podían encontrar productos homeopáticos que supuestamente servían para muy diversas dolencias -incluyendo el cáncer- promovidos por centros estatales como la sección de recursos naturales del Instituto Finlay y los laboratorios Labiofam en La Habana, más algunos centros satélites en otras provincias.[61]  Los productos homeopáticos se vendían sin receta médica, e incluso se incitó a la población a automedicarse, en contra de una política oficial de más de 50 años en la que se orientaba a la población a no hacerlo para evitar daños o complicaciones innecesarias. La ingeniera Roselyn Martínez Rivera, vicepresidente del Instituto Finlay, declaró a principios del 2013: “Los fármacos homeopáticos ya han sido incorporados al cuadro básico de medicamentos y no necesariamente tienen que ser prescriptos por un facultativo” (ref. [49]). ¿Dosis recomendadas? Cinco gotas debajo de la lengua, cualquiera sea el producto promocionado o la enfermedad que se pretende curar. 

Siguiendo la tradición homeopática de falta de transparencia, en ninguno de estos preparados se especificaba el contenido de principios activos[†] ni cómo se llevó a cabo su preparación; si aparecían contraindicaciones, no estaban avaladas por los correspondientes ensayos clínicos. Esas orientaciones, imprescindibles en cualquier medicamento no homeopático, tampoco se presentaban en los reportes y anuncios entusiastas que aparecían regularmente en la prensa oficial.  La falta de información efectiva al paciente se sustituía por una retahíla incoherente de alabanzas a la efectividad del producto, afirmaciones vagas sobre ‘mejoras en la calidad de vida’ o la manipulación de las estadísticas, que usualmente reportaban cifras de pacientes ‘tratados’ (no los porcientos de curados o fallecidos).  Por ejemplo, las cifras aportadas durante 2011y 2012 por los especialistas de Labiofam sobre el número de pacientes tratados usando Vidatox®30CH “con resultados extraordinarios” varían de manera caótica. Algunas de ellas son: 10 mil, 65 mil, 100 mil y 250 mil.[62],[63],[64],[65] La notable falta de seriedad implícita en estas inconsistencias habla por sí misma de la falta de rigor de los promotores de este preparado homeopático.[66] También es posible encontrar en la internet denuncias sobre la publicación de falsos artículos científicos referidos a este producto.[67]  No obstante, las continuas denuncias al parecer caen en oídos sordos.  La más reciente, aparece en la Revista Cubana de Salud Pública bajo la forma de una carta al editor.[68]  En la carta se reseñan las múltiples, ilusorias y engañosas bondades que los promotores de la empresa Labiofam atribuyen al producto homeopático, haciendo énfasis en las que más se repiten: que el producto posee cualidades antiinflamatorias, analgésicas y antitumorales.[69] 

En fecha tan reciente como noviembre de 2014 aún se podían encontrar afirmaciones de este tipo de promoción solapada y engañosa en alguna prensa cubana: “Las investigaciones confirman sus cualidades en el tratamiento de tumores cancerígenos y de enfermedades del cuello del útero, pulmón, páncreas y próstata. Los especialistas le atribuyen también propiedades analgésicas y antiinflamatorias”.[70]  La primera oración es totalmente falsa; no hay investigaciones que confirmen nada. En la segunda oración no aparecen los nombres de los ‘especialistas’.  

Nosodes.  Los nosodes tampoco han escapado a la atención de los homeópatas del patio.  En las revistas médicas cubanas se ha exaltado su empleo en brotes epidémicos de sarna y varicela, dengue, escabiosis, pediculosis y hepatitis, leptospirosis e influenza y polineuropatía.[71],[72],[73],[74],[75]  En un reporte de Didi Ananda Ruchira, directora de la Abha Light Foundation, organización homeopática y naturista de carácter privado, se puede leer lo siguiente:[76]

“Un evento histórico e inspirador tuvo lugar en Diciembre 10-12 en La Habana, Cuba, al cual tuve el honor de asistir.  Allí, el Instituto Carlos J. Finlay, bajo la guía de su directora general, Dra. Concepción Campa Huergo, el Dr. Gustavo Bravo y otros, acogió NOSODES 2008, un Encuentro Internacional sobre Homeoprofilaxis, Inmunización Homeopática y Nosodes contra Epidemias.”

Según la autora,

“... el instituto Finlay es ante todo el instituto de investigaciones cubano que produce vacunas alopáticas[‡] para su país. (...) La propia directora general es muy pro-homeópata (además de ser una vegetariana macrobiótica). (...) Hasta agosto de 2007 el instituto Finlay había estado distribuyendo su propia vacuna anti-leptospirosis. (...) Pero en agosto de 2007 puso unas 2 200 000 personas (¡Sí! 2 millones) en 2 provincias bajo profilaxis nosódica, a un costo de sólo $ 200 000 USD.  La cifra representa toda la población de las 2 provincias” (sic). 

Y más adelante añade:

“Este tratamiento masivo de 2 millones de personas con homeopatía no creo que se haya llevado a cabo en otro lugar del mundo, ni siquiera en la India, donde la homeopatía goza del apoyo del gobierno”

El reporte de Didi Ananda Ruchira no comenta que muy posiblemente ni uno sólo de los ‘vacunados’ tenía la menor idea de qué era lo que le estaban administrando, o cómo se había preparado la vacuna.  Al no haberse hecho advertencias detalladas sobre las características del producto, todos pensaron que recibían una vacuna convencional, similar a otras aplicadas anteriormente en el país.  No hubo suficiente información para que los ciudadanos pudieran escoger si deseaban recibir o no el producto homeopático; simplemente se les administró.  El artículo de Didi Ananda también reporta que con anterioridad a la vacuna los infectados eran miles, incluso tras ser vacunados con la vacuna convencional, y que su número se redujo a menos de 10 mensuales en 2008 (serían más de 100 anuales, cifra no despreciable).

No ha sido posible encontrar reportes oficiales de este resultado, ni cifras comparativas con grupos de control o con los infectados en provincias donde la ‘vacuna’ no fue administrada.  Simplemente la prensa no habló más del asunto.

Un periódico de la provincia Las Tunas reflejó la vacunación nosódica de la siguiente forma:

“La vacuna se aplica por vía oral, en dos dosis de cinco mililitros cada una y una diferencia entre una y otra de siete días; no tiene reacciones adversas, pero para que surta el efecto deseado, 30 minutos antes y después de absorber el medicamento, la persona debe evitar fumar, tomar café, ingerir alimentos y cepillarse, acciones que pueden interferir e incluso borrar la memoria inmunológica del producto”.[77]

Los ensayos clínicos que demuestren que el café, el tabaco, y la comida afectan el producto, pero no las enzimas, la ptialina, o los iones de potasio y bicarbonato presentes en la saliva están aún por verse.  Y es obvio que los desprevenidos lectores no tendrían ni idea de lo que significaba ‘borrar la memoria inmunológica del agua’ (ver sección 1.1).  Además, estas instrucciones eran una excelente excusa para justificar los casos en que la vacuna no fue efectiva: el sujeto simplemente tomo café, o fumó, comió algo o se lavó los dientes antes del intervalo estipulado, y por eso no quedó inmunizado.  Así la responsabilidad del fracaso se podía atribuir al paciente y no a quien preparó el medicamento.

 

6. Epílogo: Adiós al Siglo de las Luces

Por mucho que avance la ciencia, siempre habrá personas que sigan creyendo en las recomendaciones de hechiceros y curanderos.  En ese caso lo más que se puede hacer es favorecer la divulgación de la ciencia y la crítica científica por todos los medios posibles; no bloquearla, como ha sucedido alguna vez.  En más de una ocasión, la prensa nacional ha preferido divulgar las fantasías de algún iluso que los argumentos racionales de un grupo de doctores y académicos.  Dentro de ese marco, un paso insólito de retroceso, nunca antes visto en Cuba, fue el adoptar algunas prácticas curanderas como política sanitaria oficial, no transparente y forzosa en todo el país;  en artículos anteriores se han descrito en detalle algunas de estas prácticas.[78],[79],[80]  Si, como se dijo anteriormente, el rigor científico y las evidencias recolectadas por los médicos cubanos de mediados del siglo XIX se pueden calificar de notables, tras 150 años adicionales de evidencias negativas resulta difícil encontrar calificativos para quienes aún hoy día promueven la homeopatía desde posiciones oficiales.

El 28 de enero de 2012 las sociedades cubanas de matemática y computación, de física y de química presentaron una declaración formal acerca de la necesidad de promover el método científico. Con posterioridad se sumaron a ella la sociedad cubana de bioingeniería y la de oncología, radioterapia y medicina nuclear.  Allí quedó claro el rechazo de esas sociedades al respaldo oficial de todo tipo de prácticas pseudocientíficas y anticientíficas.  En uno de sus párrafos se afirma:

"Las sociedades científicas firmantes sostenemos que, aunque toda persona puede utilizar los medios que estime convenientes para mejorar su salud y bienestar, las instituciones oficiales sólo deberían patrocinar, financiar, invertir recursos del estado o respaldar de cualquier forma la reproducción a escala social de conocimientos, conductas y hábitos, si y sólo si se hace evidente que están basados en el método científico." [81]

Sin embargo, aunque se envió a diversos órganos de prensa, nunca fue publicada por la prensa nacional.

A la luz de la ciencia actual, no hay razón alguna para seguir adoptando las prácticas oscurantistas de Hahnemann y sus seguidores. Quienes tienen la responsabilidad de velar por la salud de la población no debieran hacer caso omiso de este engaño a costa de supuestos beneficios nunca demostrados; -en realidad, indemostrables-.  Resulta indispensable exigir transparencia en la información de  los productos que se ofrecen a la población, ya bien sean homeopáticos, naturistas, o de cualquier otro tipo, para respetar la integridad y los derechos de los pacientes de acuerdo a las normas de la Organización Mundial de la Salud49 y las propias normas vigentes en la República de Cuba.[82],[83] 

En el caso de las mal llamadas ‘medicinas naturales y tradicionales’, esas normas han sido ignoradas o manipuladas por sus promotores y por la prensa oficial en múltiples ocasiones, promoviendo la anticiencia y el oscurantismo a más de tres siglos del Siglo de las Luces al que aludiera Martí en 1882.

 


 

 Artículos anteriores de la serie Apuntes para una historia sobre la medicina alternativa en Cuba:

 

I. Terapias piramidales. Revista Anales de la Academia de Ciencias de Cuba. Vol.3, No.1, Año 2013

II. Terapias magnéticas y electromagnéticas. Revista Anales de la Academia de Ciencias de Cuba. Vol.3, No.2, Año 2013

III. Terapias bioenergéticas.  Revista Anales de la Academia de Ciencias de Cuba. Vol.4, No.1, Año 2014

 


 

 Referencias

 

[*] Algo muy diferente sucede con algunos de sus seguidores.  El creador de la terapia floral, Edward Bach, aseguraba que Dios directamente le había inspirado su doctrina.

[†] Obviamente, habría que informarle al usuario que sólo hay agua, quizás con algún saborizante.

[‡] Los homeópatas, de forma peyorativa sugiriendo un carácter dañino, llaman medicina alopática a la medicina convencional no homeopática.

 

[[1]] Anick D J. High sensitivity 1H-NMR spectroscopy of homeopathic remedies made in water. BMC Complement. Alt. Med. 4:15, 2004.

[[2]]  Head-Gordon T, Johnson ME. Tetrahedral structure or chains for liquid water. Proc. Natl. Acad. Sci. May 23, 103:7973, 2006.

[[3]] Editorial. When to believe the unbelievable. Nature vol 333, 30 Junio 1988.

[[4]] Davenas E., Beauvais F., Arnara J., Oberbaum M., Robinzon B., Miadonna A., Tedeschi A., Pomeranz B., Fortner P., Belon P., Sainte-Laudy J., Poitevin B., Benveniste J.. Human basophil degranulation triggered by very dilute antiserum against IgE. Nature, 333:816-818 (1988).

[[5]] Díaz Moreno Rogelio M.  El agua, una polémica insoluble por naturaleza.  Premio Pinos Nuevos. Editorial Científico-Técnica, La Habana, 2012

[[6]] Lewith G T, Watkins A D, Hyland M E, Shaw S, Broomfield J A, Dolan G and Holgate S T.  Use of ultramolecular potencies of allergen to treat asthmatic people allergic to house dust mite: double blind randomized controlled clinical trial.  BMJ volume 324(2) march 2002.  Downloaded from bmj.com on 15 January 2007

[[7]] Agostinelli Alejandro.  Tránsitos: Jacques Benveniste y John Mack. Adiós a dos fabricantes de ilusiones.  Revista Pensar.  http://www.pensar.org/2005-01-pastillas-02.html

[[8]] Samarasekera Udani.  Pressure grows against homoeopathy in the UK,  www.thelancet.com Vol 370 November 17, 2007

[[9]] Alfonso Gámez Luis.  ¿Funciona la homeopatía?  El Correo   5 de septiembre de 2005.  Publicado además en: La voz de Cádiz y El Norte de Castilla y http://www.circuloesceptico.org/Actividades/en-los-medios/articulos-prensa/homeopatia.php

[[10]] Jarvis William. Homeopathy: A Position Statement by The National Council Against Health Fraud, http://www.logosresourcepages.org/NewAge/homeopos.htm

[[11]] Ramey David W., Wagner Mahlon, Imrie Robert H., Stenger Victor. Homeopathy and Science: A Closer Look.  Visto en abril 2008.  Accesible en http://www.colorado.edu/philosophy/vstenger/Medicine/Homeop.html

[[13]] Barrett Stephen.  Homeopathy: The Ultimate Fake, October 4, 2007. Accesible en http://www.quackwatch.org/index.html

[[14]] Wagner Mahlon W.  Is Homeopathy ‘New Science’ or ‘New Age’?  March 1, 2002. Accesible en http://www.homeowatch.org/index.html

[[15]] Top British scientist warns homeopathic medicine puts lives at risk.  Pharmaceutical news. Monday 10-Dec-2007, accesible en http://www.news-medical.net/print_article.asp?id=33272

[[16]] Sanz Víctor-Javier.  La homeopatía, ¡Vaya timo! Editorial Laetoli, 2010

[[17]] Kupferschmid Kai t.  Scourge of Snake Oil Salesmen Bids an Early Farewell, www.sciencemag.org, Science Vol 333 5 August 2011

[[18]] Goldacre Ben. Benefits and risks of homoeopathy. The Guardian, London EC1R 3ER, [email protected]

[[19]] Sitio WEB. Homeopatía y terapia floral. accesible en http://www.fisica.uh.cu/rationalis/homeopatía/index.htm

[[20]] Sehon Scott and Stanley Donald. Evidence and simplicity: why we should reject homeopathy. Journal of Evaluation in Clinical Practice 16 (2010) 276–281

[[21]] Vidatox no cura el cáncer.  23/04/2013.  Accesible en http://que-es-vidatox.com/ 

[[22]] Shaw David M. Homeopathy is where the harm is: five unethical effects of funding unscientific ‘remedies’.  J Med Ethics March 2010 Vol 36 No 3.  Downloaded from jme.bmj.com on January 15, 2013

[[23]] Resolución de rechazo a la homeopatía y las terapias pseudocientíficas. Izquierda Unida. Madrid, 2012, El Escéptico No. 38, 2013.  Accesible en http://www.eparquiodelgado.com/index.php/cronica-de-la-razon-practica/.  También en http://www.fisica.uh.cu/ /rationalis/documentos/IU-rechazo-homeopatia.htm

[[25]] A total disaster for homeopathy. The Donner report.  Accesible en  http://www.kwakzalverij.nl/1050/ 18/

[[26]] Juette Robert. The Role of Homoeopathy in Nazi Germany – A Historical Expertise (as at June 2008). Accesible en   http://www.igm-bosch.de/content/language2/downloads/HomoeopathyNaziGermany.pdf

[[27]] Kleijnen J, Knipschild P, Riet G ter. Clinical trials of homoeopathy. BMJ 1991;302: 316–23.

[[28]] Boissel JP, Cucherat M, Haugh M, Gauthier E. Critical literature review on the effectiveness of homoeopathy: overview of data from homoeopathic medicine trials.  Brussels, Belgium: Homoeopathic Medicine Research Group. Report to the European Commission. 1996: 195–210.

[[29]] Linde K, Melchart D. Randomized controlled trials of individualized homeopathy: a state-of-the-art (review). J Alter Complement Med 1998; 4: 371–88.

[[30]] Cucherat  M, Haugh MC, Gooch M, Boissel JP. Evidence of clinical efficacy of homeopathy: a meta-analysis of clinical trials. Eur J Clin Pharmacol 2000; 56: 27–33.

[[31]] Shang A, Huwiler-Muntener K, Nartey L, et al.  Are the clinical effects of homoeopathy placebo effects? Comparative study of placebo-controlled trials of homoeopathy and allopathy. Lancet 2005; 366: 726–32.

[[32]] Evidence Check 2: Homeopathy Fourth Report of Session 2009–10. 8 de febrero de 2010. http://www.publications.parliament.uk/pa/cm200910/cmselect/cmsctech/45/45.pdf

[[33]] National Health of Medical Research Council rule homeopathic remedies useless for human health. SUE DUNLEVY NATIONAL HEALTH REPORTER.  NEWS CORP AUSTRALIA.  APRIL 09, 2014.  Accesible en http://www.heraldsun.com.au/lifestyle/health/nhmrc-rule-homeopathic-remedies-useless-for-human-health/story-fni0diac-1226878166107

[[34]] Constantine Hering. Wikipedia, the free encyclopedia, http://en.wikipedia.org/wiki/Constantine_Hering

[[35]] Zacharias Marina.  Nosodes.  January 1996 issue of Natural Rearing Newsletter.  Accesible en http://www.cyberpet.com/cyberdog/articles/health/nosodes.htm

[[36]] Microsoft ® Encarta ® 2009. © 1993-2008 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.

[[37]] A.M.R.   Boiron pagará 12 millones de dólares para evitar las denuncias por publicidad engañosa de sus productos homeopáticos. Viernes, 09/03/12 - 09:32.  Tomado de http://noticias.lainformacion.com/ciencia-y-tecnologia/ciencias-general/boiron-pagara-12-millones-de-dolares-para-evitar-las-denuncias-por-publicidad-enganosa-de-sus-productos-homeopaticos_Zjuzes7qZ4xrTCRHUCimJ6/

[[38]] Respectful Insolence.  A real death by homeopathy.  Accesible en http://scienceblogs.com/insolence/2007/11/06/a-real-death-by-homeopathy/

[[39]] Christopher Wanjek. Homeopathy Shake-Up Goes Global. 1 Sept. 2010.  Aceesible en http://www.livescience.com/8543-homeopathy-shakeglobal.html   

[[40]] Peláez J. Imputan homicidio a unos padres que trataron a su hijo solo con homeopatía. http://es.noticias.yahoo.com/blogs/cuaderno-de-ciencias/

[[41]] Wikinews.  Parents prosecuted   after homeopathic treatment leads to daughter's death, http://en.wikinews.org/w/index.php? title=Parents_prosecuted_after_homeopathic_treatment_leads_to_daughter%27s_death&oldid=892676

[[42]] Benedetti, Fabrizio Mayberg Helen S., Wager Tor D.,. Stohler Christian S, and Zubieta Jon-Kar.  Neurobiological mechanisms of the placebo effect.  The Journal of Neuroscience, November 9, 2005, 25(45):10390-10402.  Accesible en  http://www.jneurosci.org/cgi/content/full/25/45/10390?maxtoshow=&HITS=10&hits=10&RESULTFORMAT=&author1=zubieta&fulltext=placebo&searchid=1&FIRSTINDEX=0&resourcetype=HWCIT 

[[43]] Finniss Damien G, Kaptchuk Ted J, Miller Franklin, Benedetti Fabrizio. Biological, clinical, and ethical advances of placebo effects. Lancet 2010; 375: 686–95 (Review)

[[44]] Evans Imogen, Thornton Hazel e Chalmers Iain.  Como se prueban los tratamientos.  Organización Panamericana de la Salud, Oficina regional de la Organización Mundial de la Salud, 2010.  Accesible en: http://www.jameslindlibrary.org/tt-downloads.html

[[45]] Pruna Goodgall Pedro M., Ciencia y Científicos en Cuba Colonial. La Real Academia de Ciencias de La Habana. Editorial de la Academia de Ciencias de Cuba, La Habana, 2011.

[[46]] Redacción de Anales. Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana, Cuba. Febrero de 1866 (Tomo 2 de la colección en la Academia de Ciencias de Cuba, págs. 393-396).  Reproducción original accesible en Revista Cubana de Salud Pública. 2011; 37 (Núm. Extraordinario 150 aniversario Academia de Ciencias), http://bvs.sld.cu/revistas/spu/vol37_05_11/spusu511.htm.

[[47]] Presa Sague Marisela.  Abrirán en Bayamo clínica-laboratorio Homeopático,  CNCTV Granma.  Miércoles, 30 de enero del 2008.  http://www.cnctv.cubasi.cu/noticia.php?idn=8330

[[48]] Fernández Valderas Aramís Escorpión contra cáncer: Donde nace el VIDATOX 30HC.  La Voz de Cabaiguán.  Febrero 13 2012.  Accesible en http://www.rcabaiguan.cu/index.php/cabaiguan-2/3220-nace7878.html

[[49]] Frutos Fonseca José. Instituto Finlay. Nueva línea de productos homeopáticos,  Trabajadores. 17-03-2013.  Accesible en http://www.trabajadores.cu/news/20130317/2515628-nueva-linea-de-productos-homeopaticos

[[50]] Hernández García Sandra. Rodríguez Arencibia Miguel Ángel, Nelly Hernández García María, Rangel Díaz Dania, Rodríguez Hernández Miguel A. La Homeopatía: un reto en el tratamiento de la gingivoestomatitis herpética aguda. Rev Ciencias Médicas v.10 n.3 Pinar del Río sep.-dic. 2006

[[51]] Riverón Garrote Mayra Noelia.  La homeopatía como propuesta válida para la atención primaria de salud.  Rev Cubana Med Gen Integr vol.28 no.2. Ciudad de La Habana abr.-jun. 2012

[[52]] Hernández Llerena Osmani.  Homeopatía: medicina del siglo XXI.  Sábado, 10/03/2012 19:17 PM.   Tribuna de La Habana, sección Ciencia y Salud.  http://www.tribuna.co.cu/comment/reply/2721

[[53] ]Nápoles González Isidro de Jesús; Barciela Calderón Julio; Cabrera Caballero Nereyda y  Puig Capote Elizabeth.  Eficacia del tratamiento homeopático en la estomatitis subprótesis.  Accesible en http://www.amc.sld.cu/amc/2008/v12n5/

[[54]] Masiva vacunación en Las Tunas contra la leptospirosis. Tiempo 21. www.tiempo21.cu, 17 de diciembre 2007, 8:25 am.   Accesible en http://www.tiempo21.cu/Salud/diciembre07/masiva_vacunacion_las_tunas_leptospirosis_071217.htm.  Ver también http://www.cubaheadlines.com/2007/12/14/7702/homeopathy_against_epidemic_hazard.html

[[55]] La homeopatía en Cuba.  Carta abierta al editor de la Revista Cubana de Medicina General e Integral acerca del artículo de revisión La homeopatía como propuesta válida para la atención primaria de salud, publicado en el vol.28 no.2, abr.-jun. 2012.  Accesible en http://www.monografias.com/trabajos94/homeopatia-cuba/homeopatia-cuba.shtml

[[56]] González Arias Arnaldo.  Remedios que causan asco,  Juv. Tec. Digital, 16 Mayo, 2008. Accesible en http://www.juventudtecnica.cu/Juventud%20T/la%20opinion/2008/paginas/nosode.html

[[57]] Silva Ayçaguer Luis Carlos. El pensamiento científico y la homeopatía: una crónica bicentenaria. Rev. Hab. de C. Med.,  Accesible en http://www.sld.cu/instituciones/iscmh/rhab/articulos_rev2/articulo_luisc.htm

[[58]] González Arias Arnaldo.  Dólares, política y homeopatía,  Juventud Técnica, Ed. digital, Dic., 17 2007.  Accesible en  http://www.fisica.uh.cu/rationalis/homeopatia/dolares,%20politica%20y/dolares-politica-homeopatia.htm

[[59]] Álvarez González Julio, El agua, elemento vital.  Juventud Técnica Digital, Enero 2008.  Accesible en http://www.fisica.uh.cu/rationalis/homeopatia/aguavital/aguavital.htm

[[60]] Acuerdo No. 4282 sobre la Medicina Natural y Tradicional (MNT) del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros. 7 de Enero de 2002.

[[61]] Falcón Saavedra.  Medicina natural y tradicional en Ciego de Ávila,  2013.03.13 - 19:03:07 / web@radiore Luís belde.icrt.cu,  http://www.radiorebelde.cu/noticia/medicina-natural-tradicional-ciego-avila-20130313/

[[62] ] Roque Maciques A., Pérez Méndez D.  VIDATOX® 30CH, una esperanza para la vida, Revista Labiofam 2011 [citado 11 Abr 2013]; 3. Disponible en http://revistas.labiofamcuba.com/articulo/vidatox%C2%AE-30ch-una-esperanza-para-la-vida.html

[[63] ] Martín M. Contra el cáncer de la subestimación, Juventud Rebelde 9 de julio de 2012. Accesible en http://www.juventudrebelde.cu/cuba/2012-07-09/contra-el-cancer-de-la-subestimacion/

[[64]] Bustamante V. Más producción de Labiofam para control antivectorial, Revista Digital Cubahora, 27 de diciembre de 2011. Accesible en http://www.cubahora.cu/ciencia-y-tecnologia/mas-produccion-de-labiofam-para-control-antivectorial#.UUXoaoM6SQk

[[65]]  Armas I.  Eficacia del medicamento cubano Vidatox contra el cáncer, Radio Nuevitas, 9 de noviembre de 2011. Accesible en http://www.radionuevitas.icrt.cu/index.php/ultimas-noticias/noticias-cuba/9714-eficacia-del-medicamento-cubano-vidatox-contra-el-cancer.html

[[66]]  Rojas Ochoa Francisco, Silva Ayçaguer Luis Carlos, Alonso Galbán Patricia y Sansó Soberats Félix.  Medicina convencional y medicina natural y tradicional: 2. ¿dos paradigmas en pugna?  Rev. Cub. Sal. Pub. Vol.39, No.3. Julio-Sept. 2013

[[67]] Vidatox: Nos quieren jugar cubano.  Jueves, 4 de octubre de 2012.  Accesible en http://nonplusdogma.blogspot.com.es/2012/10/vidatox-nos-quieren-jugar-cubano.html

[[68]] Adrián Quintana Carlos.  Carta al editor.  En defensa de la ética de las ciencias médicas en Cuba.  Revista Cubana de Salud Pública, Vol. 41, núm. 2 (2015)

[[70]] Morales Agüero Juan. Collage científico.  Juventud Rebelde, edición digital. 20 de enero de 2015.  Accesible en  http://www.juventudrebelde.cu/cuba/2015-01-20/collage-cientifico/

[[71]] Riverón Garrote[ ]M, Campistrou JL, Cruz O.  Abordaje homeopático de diferentes afecciones en atención primaria de salud. Rev Cubana Med Gen Integr. 1997; 13(2): 189-194. Accesible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0864-21251997000200015&lng=es

[[72]] Pérez M, Lourdes Acosta L, Campistrou JL.  Integración de las prácticas de la medicina tradicional y natural al sistema de salud.  Accesible en http://www.ideassonline.org/innovations/brochureView.php?id=14&lang=esp

[[73]] Riverón Garrote M.  La homeopatía como estrategia terapéutica. Resumed 2001 [citado 11 Abr 2013]; 14(1):5-9. Accesible en: http://bvs.sld.cu/revistas/res/vol14_1_01/res02101.htm

[[74]] Colín JR et al. Nodegrip un producto homeopático utilizado en la isla de cuba durante la pandemia de influenza a H1N1. Enfermería Avanza, 2012.  Accesible en: http://enfeps.blogspot.com/2012_07_01_archive.html

[[75]] Riverón Garrote M.  Cinco preguntas sobre homeopatía, Rev Cubana Med Gen Integr. 1997;13(3): 289-291. Accesible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0864-21251997000300012&lng=es

[[76]]   Didi Anancha Ruchira.  Cuba uses Homeopathy - makes history, NOSODES 2008. Accesible en http://www.abhalight.org/ to learn about Abha Light Foundation

[[77]] Pérez Sánchez Alexis.  Vacuna contra la leptospirosis.   Periódico 26.cu.  Accesible en http://www.periodico26.cu/salud/leptospirosis041207.htm#firsh

[[78]] González Arias Arnaldo.  Apuntes para una historia de las terapias alternativas en Cuba,  I. Terapias piramidales. Revista Anales de la Academia de Ciencias de Cuba. Vol.3, No.1, Año 2013.

[[79]] González Arias Arnaldo.  Apuntes para una historia de las terapias alternativas en Cuba, II. Terapias magnéticas y electromagnéticas. Revista Anales de la Academia de Ciencias de Cuba. Vol.3, No.2, Año 2013

[[80]] González Arias Arnaldo.  Apuntes para una historia de las terapias alternativas en Cuba, III. Terapias bioenergéticas.  Revista Anales de la Academia de Ciencias de Cuba. Vol.4, No.1, Año 2014

[[81]] Declaración de las sociedades cubanas de matemática y computación, de física y de química acerca de la necesidad de promover el método científico.  Accesible en www.fisica.uh.cu/rationalis/ciencia/declaracion-sociedades/index.htm

[[82]] Ramos Martín Dania, julio 9 2012. Uno, dos, tres… probando. http://www.juventudtecnica.cu/Juventud%20T/2012/panorama/paginas/ensayos%20clinicos.html

[[83]] Sitio WEB oficial del Centro Nacional Coordinador de Ensayos Clínicos, http://www.cencec.sld.cu/