Publicado en Juventud Técnica Digital

por A. González Arias,

Septiembre 30 2011

 

 

Dígame qué filosofía es la que utiliza (no la que profesa) y le diré lo que vale su ciencia. Y dígame qué ciencia es la que usa (no con la que dice estar de acuerdo) y le diré lo que vale su filosofía.

Mario Bunge**

 

La importancia de popularizar la ciencia,

su lenguaje y su filosofía

 

Cada día parece ser más y más necesario divulgar y popularizar la ciencia, tanto en lo que se refiere al uso correcto de sus términos como al significado de lo que realmente es. Hay diversos criterios acerca de por qué esta necesidad; algunos de ellos son los siguientes: [1]

·      Con el fin de posibilitar el conocimiento de nosotros mismos y el mundo que nos rodea, creando así mejores condiciones de vida en lo individual.

·      Para promover la toma de conciencia y la participación en los problemas que afectan la comunidad y la sociedad.

·       Y también con vistas a facilitar la toma de decisiones de todo tipo, a cualquier nivel, sobre la base de criterios sólidos.

 

 

  Un último beneficio sería el de instruir a todos en cómo diferenciar la ciencia de las pseudociencias y pseudotecnologías, bastante extendidas en algunos lugares, con el fin de evitar posibles daños a la economía y a las personas.

Existen dos cuestiones esenciales a tomar en cuenta en la divulgación científica. Una es la identidad; es decir, ¿hasta qué punto una propuesta novedosa es verdaderamente científica o deja de serlo? ¿Cuál es el criterio a seguir para identificar si un área de conocimiento o un resultado particular son científicos o no? El segundo aspecto tiene que ver con la semántica; ¿se emplean siempre de forma correcta los términos técnicos o científicos que se usan en el habla cotidiana? Más adelante se analizan ambas cuestiones, comenzando por la semántica. 

La figura 1 muestra esquemáticamente algunos criterios generales que condicionan el progreso científico desde una visión naturalista o materialista del mundo (la otra posibilidad es la visión supernaturalista o idealista, discordante con el método científico).

El significado de los términos es el siguiente:

- Materialismo: el universo está compuesto por cosas concretas, materiales, que se comportan con arreglo a leyes. 

- Realismo: el mundo existe con independencia de quienes lo investigan y puede llegar a ser conocido, al menos gradualmente. 

- Cientificismo: indica racionalismo (consistencia interna de las ideas y su coherencia lógica) y empirismo (toda idea acerca de cosas reales debe ser comprobada en la práctica).

- Sistemismo: diferentes aspectos de la ciencia conforman un sistema, de forma que las teorías científicas no entran en conflicto entre sí.

- Humanismo: que puede resumirse en la máxima ‘persigue tu propio bienestar -biológico, mental y social- y el de los demás’, y abstente de causar daños innecesarios.[2]

 

Incorrecciones semánticas

 

Mas de una vez el autor ha escuchado ‘kilowatt por hora’ en vez del correcto ‘kilowatt-hora’ (kwh), que se lee tal cual se escribe, sin el ‘por’;  1 kwh indica la operación 1 kw x 1 h y equivale a 3600 kilojoule, una medida usual de la energía eléctrica.  La expresión ‘kilowatt por hora’ denota un cociente sin sentido físico (kw/h) y no un producto. Algo similar ocurre cuando se expresan ‘kilómetros por hora’ para designar el cociente km/h; significa ‘kilómetros por cada hora de recorrido’, donde el cada se omite. 

Otro uso incorrecto de un término técnico, habitual en nuestros medios, es el de frecuencia. No es raro escuchar: ‘tal actividad se realizará con tantas frecuencias a la semana’, queriendo decir en realidad que ’se realizará con una frecuencia de tantas sesiones -reuniones, ensayos, conferencias, puestas en escena, presentaciones, o lo que sea- a la semana’. Frecuencia es las veces que cualquier evento se repite en la unidad de tiempo. Si se mencionan varias frecuencias, entonces el número de sesiones tendría que ser necesariamente variable en el tiempo especificado. 

Un tercer ejemplo de concepto deformado es cuando se expresa: ‘al hotel se le añadirán cierto número de nuevas capacidades’ en vez de ‘cierto numero de nuevas plazas o camas’.

También se pudiera hablar de habitaciones –dobles o simples. Entre otras acepciones, plaza es un lugar destinado a ser ocupado por una persona o cosa. Es cierto que capacidad significa volumen o espacio a llenar con algo; se suele hablar de la capacidad de una vasija o de un local, incluso de un teatro, pero no es un sinónimo de plaza.[3]  Atenta contra el buen uso del lenguaje expresar que ‘la capacidad de un hotel es de tantas o más cuantas capacidades’.   Parecen detalles sin importancia, pero al ser repetidos una y otra vez en medios que llegan a muchas personas, oscurecen y distorsionan el significado de conceptos técnicos o científicos cotidianos, haciendo un flaco favor a jóvenes estudiantes y a la cultura científica popular. 

Tampoco han faltado en estos medios las apologías exageradas y triunfalistas a ‘soluciones’ supuestamente científicas, que en realidad resultan ser ajenas a la ciencia.

 

¿Qué es la ciencia?

 

En una primera aproximación, una definición válida –aunque incompleta- sería:

Esfera de la actividad humana dirigida a la adquisición sistemática de nuevos conocimientos, reflejados en leyes e interpretaciones de todo lo que nos rodea.

Una ley es un nexo estable y reiterado entre fenómenos; las leyes son relaciones universales de causa-efecto a cumplirse bajo condiciones determinadas. Hay muchas leyes y principios; baste citar las de gravitación universal (Newton, Física), la de las proporciones definidas (Proust, Química), las de la herencia (Mendel, Biología) y la ley del 80/20 (Pareto, Economía).

Las Ciencias Naturales se dedican a estudiar los aspectos físicos (no humanos) del mundo; incluyen, entre otras, la Química, la Física y la Biología. Las Ciencias Sociales estudian el comportamiento y actividades de los seres humanos no estudiados por las Ciencias Naturales. Pertenecen a este grupo la Economía, Psicología, Derecho y Arqueología. Las Ciencias de la Salud incluyen en su seno tanto ciencias naturales como sociales, más otras específicas como la Anestesiología o la Cirugía, hasta llegar a un total de unas 30.

Es de notar que algunas ciencias, como la Geografía, unas veces aparecen clasificadas como naturales y otras como sociales. Y está el caso de algunas Ciencias Sociales que, al carecer de leyes definidas y reconocidas por todos, son en la actualidad objeto de discusión acerca de si son efectivamente Ciencias o más bien caen dentro de la clasificación de Humanidades. Estas últimas (el Arte, la Literatura, la Filología, la Lingüística, etc.) estudian particularidades; no intentan encontrar leyes o postulados universales.

Las ciencias se basan en el método científico, procedimiento que consta de varios pasos (observación, hipótesis, experimento, teoría, ley), ya analizado en detalle en artículos anteriores.[4]  En algunas ciencias es materialmente imposible llevar a cabo experimentos; así ocurre, por ejemplo, en la arqueología, la geología o la astronomía. No obstante, en esos casos, la observación precisa y reproducible sustituye al experimento, y las teorías se consideran válidas cuando: a) son capaces de asociar racionalmente muchos hechos en apariencia independientes y, b) logran predecir la existencia de relaciones y fenómenos no detectados hasta el momento.

Paul G. Hewitt, autor de libros de enseñanza de la física y ganador de varios premios en la temática, opina lo siguiente (sin hacer distinción entre ciencias naturales, médicas o sociales): [5]

1.      La Ciencia es el estudio de las leyes naturales o de la realidad.  Es un modo de pensar, así como un cuerpo de conocimientos.

2.      La Física es la más básica de todas las ciencias.

3.      El uso de la Matemática ayuda a formular las ideas de la ciencia de forma no ambigua.

4.      El Método Científico es un procedimiento para responder preguntas sobre el mundo mediante la prueba o contraste con la realidad de conjeturas inteligentes (hipótesis) y la formulación de reglas generales.

5.      En la ciencia, las hipótesis deben ser comprobables o verificables, pero sobre todo, refutables. Se abandonan o se modifican si entran en contradicción con la evidencia experimental. (A veces se usa falsables como sinónimo, aunque el término no aparece en la mayoría de los diccionarios en inglés o español)

6.      Una Teoría Científica es un cuerpo de conocimientos e hipótesis bien comprobadas sobre algún aspecto de la realidad.

7.      Las teorías se modifican según se van obteniendo nuevas evidencias.

8.      La ciencia trata con el conocimiento en sí, su objetivo es la obtención del mismo. La Tecnología trata más bien con los problemas prácticos, es decir, de la aplicación del conocimiento científico a la solución de problemas concretos.

Las definiciones anteriores sobre la ciencia son sólo aproximaciones, según se verá más adelante; la realidad es algo más compleja.  

 

TABLA I

ACTITUDES Y ACTIVIDADES TÍPICAS DE CIENTÍFICOS Y PSEUDOCIENTÍFICOS*

 

Científicos

Pseudocientíficos

 

Si

No

Si

No

Op**

Admite su propia ignorancia y, por ende, la necesidad de mayor investigación

x

 

 

x

 

Considera que su propio campo es difícil y está lleno de lagunas

x

 

 

x

 

Avanza mediante el planteamiento y la resolución de nuevos problemas

x

 

 

x

 

Recibe con agrado nuevas hipótesis y métodos

x

 

 

x

 

Propone y ensaya nuevas hipótesis

x

 

 

 

x

Intenta descubrir o aplicar leyes

x

 

 

x

 

Aprecia la unidad de la ciencia

x

 

 

x

 

Se apoya en la lógica

x

 

 

 

x

Utiliza la matemática

x

 

 

 

x

Recoge o utiliza datos, especialmente cuantitativos

x

 

 

 

x

Busca contraejemplos

x

 

 

x

 

Inventa o aplica procedimientos objetivos de control

x

 

 

x

 

Resuelve las disputas por medio del experimento o el cálculo

x

 

 

x

 

Recurre de manera sistemática a la autoridad

 

x

x

 

 

Suprime o tergiversa los datos no favorables

 

x

x

 

 

Actualiza la información

x

 

 

x

 

Busca comentarios críticos de otros

x

 

 

x

 

Escribe artículos que pueden ser entendidos por cualquier persona

 

x

x

 

 

Es probable que adquiera fama instantáneamente

 

x

x

 

 

 * Ref  [2], p. 76

**Opcional

Se pudiera añadir que, en la ciencia, las investigaciones honestas –la gran mayoría- tratan de encontrar la verdad, cualquiera que esta sea; en la pseudociencia lo común es que las investigaciones, si las hay, tengan por finalidad tratar de demostrar, contra viento y marea, las ideas preconcebidas de los autores (N. del A.)

 

Si alguna propuesta aparentemente científica reniega del método científico, sin lugar a dudas se puede calificar de falsa ciencia o pseudociencia. Sin embargo, hay algunas pseudociencias que en principio cumplen con el método científico, aunque sea parcialmente; es por eso que las discusiones sobre la búsqueda de criterios para separar la ciencia de lo que no lo es son bastante extensas. 

Al parecer, el más completo de estos criterios ha sido propuesto por Mario Bunge, quien considera que toda ciencia debe cumplir necesariamente una serie de normas o requisitos y no se puede diferenciar de lo que no es ciencia a partir de un solo criterio.

Además, desautoriza con argumentos muy sólidos propuestas anteriores como las del Círculo de Viena (liderado por Carnap) y los posteriores de Karl Poper y seguidores. En lo esencial, estos autores consideran que los enunciados científicos se pueden diferenciar de los no científicos a partir de un solo criterio, la refutabilidad o falsabilidad (falsability), o la reformada demostrabilidad o testabilidad (testability). [6],[7],[8],[9]

 

Campos de investigación y pseudociencia

 

Para definir la ciencia, Bunge reconoce la existencia de una familia de campos de investigación que poseen las siguientes características (1):

1.  Cada uno de ellos está formado por una comunidad de investigadores, personas que han recibido instrucción especializada y mantienen lazos estrechos de comunicación entre sí.

2.  La sociedad alberga y fomenta (o tolera) la actividad de esta comunidad.

3.  Se investigan entidades reales y no ideas que ‘flotan’ libremente.

4.  Todo cambia según ciertas leyes, no hay nada inmutable o milagroso; el conocimiento refleja la realidad, no es subjetivo; se busca la verdad, considerando que existe.

5. La investigación se desarrolla a partir de una colección de teorías lógicas y matemáticas actualizadas, no obsoletas.

6. Emplea una colección de datos, hipótesis y teorías razonablemente bien confirmadas (aunque corregibles), junto a métodos de investigación eficaces, producidos en otras áreas de investigación.

7. Sólo estudia problemas referentes a la naturaleza de entidades reales de su campo de investigación o de algún otro.

8. Se basa en conocimientos previos actualizados y comprobables (aunque no definitivos).

9. Tiene por objetivo descubrir o utilizar leyes y tendencias, sistematizar hipótesis generales y refinar métodos de investigación.

10.  La metodología empleada consta exclusivamente de procedimientos escrutables (controlables, analizables, criticables) y justificables (explicables), en primer lugar mediante el método científico.

11. Para cada campo de investigación, existe al menos un campo contiguo en el que ambos comparten elementos, o el dominio de un campo está incluido dentro del otro.

12. La composición de los elementos del 4 al 12 cambia –usualmente muy lentamente- como resultado de la investigación realizada en el propio campo y en los relacionados.

Bunge considera que todo campo de investigación que no cumpla la totalidad de las 12 condiciones es acientífico, y llama semiciencia o protociencia a cualquier campo de investigación que los satisfaga de manera aproximada. 

Todo campo de conocimiento que no es científico, pero se publicita como tal, es pseudocientífico (ref. [2], p. 130). También señala una serie de diferencias características entre los individuos que se dedican a la actividad científica y quienes cultivan la pseudociencia (tabla I). Características adicionales sobre las manifestaciones más burdas de la pseudociencia se han publicado en otros lugares (tabla II).[10] 

 

TABLA II

ALGUNAS DIFERENCIAS ENTRE LA CIENCIA Y LA PSEUDOCIENCIA

 

CIENCIA

PSEUDOCIENCIA

1

Incluye resultados favorables y desfavorables. Analiza argumentos a favor y en contra.  Duda continuamente de sus propios logros.

Sólo toma en cuenta los resultados favorables. Cierra los ojos a la evidencia contraria. No duda.

2

La crítica es su forma normal de progresar.

Cuando se la critica, usualmente sus promotores lo asumen como un ataque personal. 

3

La mayoría de las referencias provienen de revistas internacionales arbitradas, bien reconocidas.

No hay referencias, o provienen de libros, congresos, o incluso de revistas, usualmente del mismo círculo pseudocientífico. 

4

Utiliza conceptos y magnitudes bien definidas para describir y analizar los fenómenos.

Usa sus propios vagos conceptos, mezclándolos con conceptos de la ciencia.

5

Siempre hay resultados experimentales, reproducibilidad y estadísticas.

Se satisface con ejemplos anecdóticos aislados.  Si hay experimentos, están mal diseñados.

6

Trata de encontrar mecanismos que expliquen los hechos, basándose en los experimentos y el conocimiento científico anterior.

No propone mecanismos.  Cuando lo hace, no se basa en el conocimiento científico previo, sino que los inventa de la nada.

7

No depende para nada de la opinión de “personalidades”.

Busca la aprobación de “personalidades” individuales, casi siempre ajenas al campo específico de que se trate.

8

Los conceptos cambian y mejoran para ajustarse a los nuevos avances, con la contribución de muchos.

Defiende ideas preconcebidas e invariables, usualmente “descubiertas” por una sola persona.

9

Rápida difusión y aplicación masiva de los nuevos descubrimientos prácticos.

Sus ideas no progresan porque “las grandes compañías perderían dinero si se aceptan”.

10

Siempre toma en cuenta el efecto placebo (terapias y medicamentos).

El efecto placebo nunca se menciona.a

a) El efecto placebo consiste en que muchas personas –no todas- tratadas con algún falso medicamento o un procedimiento inefectivo (el placebo), alegan mejoría.

 

En resumen, existen en la literatura suficientes contraejemplos que muestran la imposibilidad de diferenciar inequívocamente la ciencia de lo que no lo es a partir de un criterio único. Cualquier ciencia debe cumplir una serie de requisitos o normas básicas que incluyen, entre otras, una instrucción especializada de los investigadores en el campo de conocimiento en cuestión; el estudiar entidades reales y estar basada en conocimientos anteriores, actualizados y corregibles; el uso de procedimientos escrutables y justificables; la búsqueda de leyes o su refinamiento; la estrecha comunicación con otros investigadores y la compatibilidad e interacción con otras ciencias, considerando que no hay nada inmutable y que la verdad existe, es alcanzable y refleja la realidad, aunque sólo sea de forma parcial y no definitiva.

Una semiciencia o protociencia es aquella que sin apegarse estrictamente a las normas muestra claras señales de poder hacerlo en el futuro; una pseudociencia es la que se publicita como científica pero contradice alguna de las normas. Es posible diferenciar ciencias y pseudociencias a partir de las actitudes típicas de quienes practican unas u otras (tablas I y II).

 

* El autor desea expresar su reconocimiento al Dpto. de Ingeniería Civil y Ambiental de la Universidad de Guanajuato, México, y especialmente a su Director, el Dr. Antonio Horta Rangel, por el apoyo y colaboración brindada en el campo de la actividad docente y la divulgación científica.

.

** Físico-matemático, filósofo y profesor de la Universidad Mc. Gill en Canadá, nacido en Argentina; es autor de unos 50 libros de temas diversos, incluyendo un Tratado de Filosofía de 8 tomos, traducidos a diversos idiomas.  Ha recibido 19 doctorados Honoris Causa y el premio Príncipe de Asturias de Humanidades en 1982.

 

Notas

(1): Con el fin de facilitar la comprensión del lector se han sustituido u omitido términos específicos de la filosofía u otros campos del conocimiento como ethos, ontología o gnoseología.

 

  

Bibliografía consultada


[1] ¿Cómo promover el interés por la cultura científica? Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe OREALC/UNESCO, Impreso en Chile por Andros Impresores, Santiago, Chile, enero 2005; accesible en http://www.oei.es/decada/libro.htm

[2] Bunge Mario, Las pseudociencias, ¡vaya timo!, Ed. Laetoli, España, 2010, p.  p. 18, 49,50 y 223.  Ver http://www.laetoli.net/product.php?id_product=40

[3]  Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, Encarta 2009; también accesible en http://drae.rae.es/ 

[4]  González Arias A., Ciencia y pseudociencia, Juventud Técnica Digital, Abril 2008.  También accesible en http://www.fisica.un.cu/rationalis/pseudociencia/CyPdefiniciones/index.htm

[5] Hewitt, Paul G., Conceptual Physics, 3rd Edition.  Ch.1, p.  1-7.  Ed.  Addison Wesley Publishing Company, New York.  1997.  Accessible en http://www.fisica.uh.cu/bibvirtual/vidaytierra/Paul G. Hewitt - Acerca de la Ciencia.pdf 

[6] Hempel C.G., Problems and changes in the empiricist criterion of meaning, Revue Internationale de Philosophie, 11, 1950, p. 41-63

[7] K. Poper, Conjectures and refutations:  the growth of scientific knowledge, Basic Books, New York, 1962.  En español: Conjeturas y refutaciones, el desarrollo del conocimiento científico, Paidós, Barcelona, 1994.

[8] Hansson S.O., Science and pseudoscience, 2008.  Stanford Encyclopaedia of Philosophy, accesible en http://plato.stanford.edu/entries/pseudo-science/ .

[9] Bunge Mario, What is science? Does it matter to distinguish it from pseudoscience?  Reply to my commentators, New ideas in psychology, 9,2,1991, p. 245-283.

[10] González Arias, A., La ciencia cabeza abajo.  Revista Española de Física, Nov.-Dic. 2008, accesible en   http://www.rsef.org , también en http://www.fisica.uh.cu/rationalis/pseudociencia/cabeza-abajo/Ciencia cabeza abajo.pdf

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La astrología es vana y ridícula en lo natural, falsa y peligrosa en lo moral e inútil y perjudicial en lo político;  Martín Martínez, médico de la corte y presidente de la Sociedad Médica de Sevilla (1727).

 

 

Manifiesto de 18 premios Nóbel y otros 168 científicos de condena a la astrología (Nature 318, p. 419-425, (1985)

 

 

Declaración de 32 académicos rusos denunciando la astrología y otras pseudociencias (Izvestia, Julio 17/1998)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Fisonomía comparativa (Comparative Physiognomy). Si Ud. tenía rasgos de zorro, sería sin dudas un tipo “zorruno” (ladino, taimado, hipócrita).  Si se parecía a un cerdo,  sería un desaseado “cochino” (mediados de 1800).
 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Sanción: reembolsar a 100.000 clientes el dinero que pagaron por los brazaletes, en algunos casos hasta 250 dólares (2006)