A. González Arias, Juv. Tec. Digital

Junio 6 2008

 

 

 

 

 

 

 

 

Basta ya de enseñar a leer, escribir y repetir palabras y números:
ahora hay que aprender y enseñar a pensar.

Rousseau

 

¿Educación científica sin método científico?

 

Asistí recientemente a un evento científico donde tuve la oportunidad de intercambiar criterios con profesores de la enseñanza media. Quedé gratamente impresionado cuando escuché, en diversas ocasiones, que nuestra educación tenía que ser una educación científica.

 

No es raro escuchar en los medios de difusión citas acerca de la educación científica y un futuro de hombres de ciencia. Sin embargo, es mucho menos frecuente escuchar que se mencione el método científico y su relación primordial con lo que conocemos como ‘ciencia’. De manera un tanto ingenua, dábamos por sentado que el método científico es algo que se imparte en la escuela desde tiempos inmemoriales, que es conocido por todos y que aparece en los programas de las asignaturas de ciencia.

 

Nada más lejos de la realidad.
 
Tras hacer una breve revisión bibliográfica, fue posible encontrar solo un artículo de autor cubano sobre el tema: El Método Científico Experimental: un método por excelencia para la integración de las Ciencias Naturales(1).  Allí es posible leer lo siguiente: “...Cuando se revisan los Programas de las diferentes asignaturas pertenecientes a las Ciencias Naturales para la Secundaria Básica en Cuba (Leyva, 2003; Perera,  Moltó y  Mieres 2003; Caballero 2003), nos damos cuenta de la carencia existente en el trabajo experimental, de forma general e individual en cada asignatura, tanto de forma como de método”.

 

¿Y cómo es posible enseñar ciencia de manera científica (y valga la redundancia) sin enseñar el método científico? No es un juego de palabras. Según algunos, “La ciencia es el estudio del mundo material usando la razón humana. El método científico es la forma en que la razón humana y la lógica se aplican al mundo material para obtener conocimientos"

Es posible que haya diversidad de criterios en relación con algunas definiciones, pero lo que es indudable es que hay al menos dos diferentes aspectos a considerar:

1. La enseñanza del método científico como tal.
2. Su aplicación a la enseñanza de cualquier ciencia.


Aquí nos referiremos solamente a las generalidades del punto 1. A nuestro entender, el otro punto deberá ser analizado para cada caso particular. 

 

En Educar, portal educativo del estado Argentino, aparece lo siguiente:


Existe consenso entre los expertos en enseñanza de las ciencias naturales respecto de que el aprendizaje se potencia cuando el alumno se involucra activamente en la enseñanza, por ejemplo realizando experiencias que le permitan ir construyendo los conocimientos y descubriendo por sí mismos las leyes naturales... Una enseñanza basada sólo en la investigación sería muy conveniente desde el punto de vista metodológico, pero podría llevar a cubrir un número muy limitado de temas en la formación de los estudiantes. Algunos especialistas la sostienen aún a pesar de ello. Es posible (y deseable a nuestro juicio) combinar la realización de experimentos con las clases en el pizarrón, pero siempre sin perder de vista uno de los principales objetivos: ejercitar el método científico.”

También en Argentina se organizan cursos de postgrado sobre el método científico para profesores: Una enseñanza de las ciencias orientada a estimular la capacidad de reflexionar sobre los propios conocimientos, y generar otros nuevos, requiere más que prácticas de laboratorio y de campo enfocadas a que los alumnos desarrollen habilidades y adquieran conocimientos. El interés en la ciencia y en la producción de conocimientos se facilita si los alumnos se enfrentan con tareas abiertas y complejas, que respondan a sus propios intereses y motivaciones, y que presenten diferentes vías de solución. De esta manera, la ciencia deja de ser un área abstracta de trabajo y el método científico pasa a ser una herramienta para contestar sus propias preguntas... La experiencia en la aplicación del método científico para resolver un problema práctico favorecerá una mayor independencia, promoverá actitudes críticas y creativas y una capacidad de análisis más profunda y racional del problema planteado. Mediante esta metodología tendrán oportunidad de poner a prueba ideas y conocimientos previos, conocimientos asistemáticos, tradiciones familiares y/o populares e intereses particulares.

 

A esto habría que añadir que la falta de conocimientos sobre el método científico es un caldo de cultivo ideal para la proliferación de la falsa ciencia o pseudociencia. Informaciónes sobre el método científico y las deformaciones pseudocientíficas aparecen en otro artículo publicado en esta misma revista.

 

No es sólo en Argentina donde hay preocupación por estos temas. Una rápida revisión bibliográfica proporciona resultados similares provenientes de diversos países:

Con la sola excepción de la referencia [1] no fue posible encontrar artículos escritos por autores nacionales sobre el método científico. Aunque sea para no retrasarnos en comparación con otros países, parece insoslayable introducir urgentemente la enseñanza del método científico en los diversos niveles de nuestra enseñanza básica, así como fomentar el necesario debate sobre este importantísimo tema en todos los niveles educacionales. Lo importante es la metodología, no los recursos. La revisión bibliográfica muestra que hay muchos ‘experimentos’ sencillos que se pueden instrumentar utilizando materiales de uso cotidiano.


(1) El Método Científico Experimental: un método por excelencia para la integración de las Ciencias Naturales, Dr. C. Rolando Márquez Lizaso, fac. de Formación de Profesores Generales Integrales de Secundaria Básica del Inst. Sup. Pedagógico "José Martí”, Camagüey, (publicado en 2007).