Adaptado de 'El
cartílago de tiburón no solo es inútil contra el cáncer, es algo más...'
Julio Basulto, El País, Madrid, febrero 2018. El engaño
naturista del cartílago de tiburón
Ha ocurrido, aún ocurre, y sin dudas
ocurrirá en el futuro, que personas inescrupulosas o ávidas de notoriedad, usualmente sin
entrenamiento científico (y a veces con algún que otro atributo
adicional como la ignorancia, la soberbia o el chovinismo) se intenten
apropiar y promover los resultados imperfectos o preliminares de alguna
investigación, no verificados rigurosamente por la comunidad
científica. Y no con ánimo de ayudar al prójimo, sino de buscar
beneficios personales. Suele ocurrir que la terapia, el medicamento o
el dispositivo en cuestión es promovido y aplicado mediante engaños y
falsedades, exagerándose los supuestos beneficios y ocultándose lo negativo,
e intentando acallar las criticas por todos los medios. A veces la
supuesta terapia o medicamento se sigue promoviendo aún después que la
ciencia haya llegado a la conclusión de que no tiene valor alguno, o incluso
de que hace daño. Así ha ocurrido con la homeopatía, hoy oficialmente
desestimada en muchos países,[1] y
con la ozonoterapia, que en algunos lugares aún se sigue aplicando en
centros de atención a la salud
- incluso de forma gratuita - , a pesar de las bien fundamentadas críticas en
su contra y las prohibiciones existentes en varios países.[2]
La forma típica de aplicación es insuflar ozono por el ano, o inyectarlo en la
columna, con la esperanza de este procedimiento alivie los dolores de la
cadera o de la columna, obviando su comprobada capacidad irritante, lo único
realmente demostrado.
¿Fundamento científico? Ninguno.
¿Posibilidad de daño? Bastante. ¿Cuál es la razón para esta insistencia en dañar a las personas haciendo uso del engaño? Para quien suscribe esto permanece como un misterio, porque los promotores usualmente no dan la cara ni publican sus argumentos, ni tienen la suficiente honestidad de exponerlos al debate público. Simplemente, cuando las circunstancias lo permiten se aprovechan de ellas. Adiós a la ciencia y, sobre todo, adiós el respeto a la población .
El cartílago de tiburón cae también
dentro de este tipo de productos. Promovido como coadyuvante natural
para muchos padecimientos, entre ellos el cáncer, la realidad es que nadie
ha demostrado que el cartílago de tiburón sea benéfico. Por el contrario,
existen evidencias de que puede ser muy dañino. En 2002 la Federal
Trade
Commission de los EE.UU. obligó a la empresa Lane Labs a
devolver el dinero a los consumidores ya que, con tal de vender sus
pastillas y cremas, esta empresa atribuía falsamente a sus productos
el inhibir la angiogénesis, proceso común en multitud de patologías,
incluyendo el cáncer.[3]
Por otra parte, en un estudio efectuado
entre siete especies de tiburón de la costa de La Florida, los
científicos tomaron muestras de cartílago de los animales y encontraron
"grandes cantidades de un componente llamado Beta-metilamino-L-alanina (BMAA), el cual ha sido relacionado con el
desarrollo de enfermedades neurodegenerativas". El BMAA ha sido encontrado
en el cerebro de personas con enfermedades como el Alzheimer o la
esclerosis lateral amiotrófica (enfermedad de Lou
Gehrig o enfermedad de Charcot). Se
ha determinado que el consumo de BMAA es altamente peligroso para las
neuronas y produce atrofia muscular y daño nervioso en los primates.[4] Se supone que los
organismos nacionales de sanidad, higiene y atención a la salud se deben
preocupar de atender el bienestar de las personas y evitar posibles
daños; las alertas e información verídica a la población y la
prohibición de los falsos medicamentos y terapias también debieran ser una
de esas líneas principales de atención. NdelE. En adición al cartílago de tiburón, la ozonoterapia y la homeopatía, en Cuba se han promocionado intensamente a nivel nacional, e incluso internacional, otras falsas terapias, medicamentos y falsos dispositivos, supuestamente naturales o tradicionales, en detrimento de los pacientes y a cuenta del erario publico; -algunos aún se aplican en hospitales y policlínicos. Se pueden citar el PPG obtenido de la caña de azúcar, cuyos alegados efectos similares al Viagra son falsos; el Vimang, cuyo supuesto elemento activo nunca apareció; el veneno de alacrán, promovido mundialmente con la ayuda del cuerpo diplomático; la magnetoterapia; la laserterapia; las terapias piramidales; las terapias bioenergéticas, e incluso la absurda y execrable orinoterapia (p.28 en la referencia). Cuando alguna de estas terapias o medicamentos se ha retirado de la circulación, las autoridades sanitarias nunca se han tomado el trabajo de hacer un desmentido, o de depurar responsabilidades ante la población; simplemente se hace mutis por el foro. Y a otra cosa. [1]
www.geocities.ws/rationalis/homeopatía [2]
www.geocities.ws/rationalis/aqui-alla/ozono [3]
http://web.archive.org/web/http://www.ftc.gov/opa/2000/06/lanelabs.shtm
[4]
El cartílago de tiburón no solo es inútil contra el cáncer, es algo más...
Julio Basulto, El País, Madrid, febrero 2018. [5]
http://www.cartilagodetiburon.net/contraindicaciones/
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