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Tomado de JT digital, http://www.juventudtecnica.cu/Juventud%20T/2013/panorama/

 

 

En su tercer aniversario, el encuentro mensual “Letra con Vida” propuso pensar los nexos que articulan la Medicina Natural y Tradicional cubana desde los enfoques cultural y científico.

 

 

 

 

 

 

Medicina Natural y Tradicional:

¿integración o imposición?         

 

Por Yuleidy Mérida González

9 Abril, 2013

 

Entendida como el conjunto de teorías, enfoques, habilidades y creencias que los sistemas de salud han legitimado dada la experiencia acumulada durante miles de años, la Medicina Natural y Tradicional (MNT) se emplea en el mundo occidental tanto en la promoción de salud, como en la prevención y cura de determinadas enfermedades mediante hipnosis, termalismo, el uso de campos magnéticos, los masajes y los ejercicios, por citar solo algunos ejemplos.

 

MNT1.jpgEn Cuba la MNT es una especialidad médica aprobada por el Ministerio de Salud Pública (MINSAP). Según el doctor Carlos Delgado, esta incluye modalidades como la fitoterapia, homeopatía, medicina tradicional asiática y la orientación nutricional naturista. Sin embargo, la legitimación formal de estos saberes y su integración en el Sistema Nacional de Salud (SNS) no minimiza el recelo de ciertos profesionales cubanos ante tales prácticas. (Ver nota del editor).

 

Aunque la tendencia es integrar la medicina occidental con la MNT, la principal reticencia en este sentido aún sigue irresuelta: la falta de evidencias científicas. La validez del conocimiento descansa sobre evidencias fenomenológicas recabadas con las metodologías de investigación establecidas y, desafortunadamente, la tradición no garantiza la eficacia y seguridad que requieren los productos destinados al sector sanitario. Además, el patrón de oro para probar cualquier nueva tecnología o fármaco es el ensayo clínico y casi ningún preparado o técnica de la MNT se sustenta en este tipo de pruebas.

 

La evolución de la ciencia en los últimos siglos ha desmitificado la fe en la tradición cuando no hay evidencias científicas; así evolucionaron las ciencias básicas y, por consiguiente, la medicina. ¿Cómo se puede confiar entonces en un saber solo legitimado por el uso histórico de determinado proceder y no por la evidencia? ¿Con qué autoridad recomendar pues la MNT a un paciente?

 

Muchas de las incertidumbres relacionadas con el tema trascienden el mero uso de las modalidades de la MNT y se ubican en el terreno de la bioética: en tanto el saber científico es un instrumento de poder que los profesionales de la salud tienen a su disposición y en muy pocas ocasiones se cuestiona el uso que hacen de este aquellos individuos no especializados. Luego, lo que dice el médico es ley porque otros “conocedores” legitimaron este saber de forma previa.

 

Sin embargo, en la MNT el saber ha sido heredado y no probado, de forma que los “conocedores” que instauraron las primeras prácticas (cientos o miles de años antes), sabían que no eran dañinas, pero desconocían –puesto que la ciencia no había evolucionado tanto- si en comparación con las más modernas prácticas clínicas de la medicina occidental sus propuestas “alternativas” resultan más o menos efectivas y seguras: el clásico proceder para la toma de decisiones en función del riesgo/beneficio para la salud.

 

El conflicto ético surge pues cuando se recomienda la MNT y no se le explica al paciente que este proceder no ha sido probado más que por la tradición; o sea, la integración que propone el MINSAP debe partir del principio de libre elección (albedrío): cada quien debería entonces elegir entre la historia y la evidencia científica. Asimismo, para que la integración no se convierta en imposición, cada profesional de la salud debe ser capaz de ignorar sus preferencias y respetar la elección de tratamiento, cualquiera que esta sea, además de garantizar que los procederes de la MNT los realicen aquellos especialistas capacitados para tales fines.

 

Afortunadamente, los sistemas de salud apuestan tanto por legitimar el uso de la MNT con evidencia científica, como por el respeto a los pacientes mediante una adecuada orientación sobre todas las alternativas de tratamiento disponibles; de ahí que esta demanda no haya caído en saco roto y los productos de la MNT sean regulados, con mayor o menor rigor, por agencias creadas para tales fines.

 

Al respecto, el doctor Francisco Morón enunció las prácticas de registro y usos de los productos de la MNT a nivel internacional. En primera instancia estos preparados suelen registrase como suplementos nutricionales - a decir del especialista esta constituye la peor alternativa- puesto que solo se exigen pruebas de la inocuidad (no toxicidad) y los indicadores relacionados con la efectividad y eficacia del medicamento no tiene importancia alguna. Otra tendencia es el registro como medicamento herbarios – mejor opción para los preparados a partir de plantas- si el uso tradicional lo ratifica y los estudios preclínicos de seguridad, eficacia y la calidad estandarizada de los preparados certifican el empleo de estos. La última vía - menos socorrida y la que requeriría mayor evidencia científica como respaldo- es el registro como medicamentos normales, lo que supondría el uso del principio activo de algún producto natural para la manufactura de un producto farmacéutico y la realización de ensayos clínicos.

 

Por otra parte, tanto el MINSAP como los lineamientos del PCC tienen una postura muy clara respecto a la MNT: la integración. Solo queda, pues, hacer de este proceso una experiencia científicamente legítima y enriquecedora. No será suficiente probar que la MNT es efectiva, también es necesario educar a los cubanos para cuestionar la práctica médica habitual y así hacerlos responsables por sus elecciones cuando exista más de una opción de tratamiento posible.

 

 

 

 Nota del editor Rationalis.  El Dr. Pedro Caba Martín, ex-vicepresidente de la Organización Mundial de la Salud mantiene un  criterio muy diferente acerca de la medicina natural y la medicina tradicional.  Cito:  " Asistimos a una confusión terminológica que no diferencia las medicinas tradicionales o populares de las llamadas medicinas alternativas.“ [...] "La OMS acepta estas terapias populares de relativa eficacia que utilizan los pueblos mientras no alcancen un desarrollo social y económico que les permita disponer de los avances de la medicina moderna." [...] “Muy diferentes, y no se deben confundir, son las llamadas medicinas alternativas, paralelas, naturales u holísticas. Son prácticas sistematizadas de terapias no verificadas por la comunidad científica médica. [...] En la medicina toda terapia debe ser subordinada a ensayos científicos. Las medicinas alternativas no admiten este tipo de pruebas y basan su actuación en creencias y testimonios históricos que demuestran, según ellos, la eficacia de estas pseudoterapias”. [...]"...homeopatía, acupuntura, naturismo, iridología, quiropraxia, reflexoterapia, auriculoterapia y otras".

(Pedro Caba Martín. La Medicina: Ciencia o Creencia",  accesible en

http://www.fisica.uh.cu/rationalis/aqui-alla/OMS/201101_ElEsceptico_Pag44y55_Medicina_ciencia_o_creencia.htm)