Todo es relativo; por ejemplo, las cupletistas, si en lugar de ser mujeres
hubieran sido varones no se hubiera hablado de "género ínfimo", sino de
"género máximo". Claro que de esta manera no se hubiera cantado a la vaselina,
a la cocaína, a la pulga ni a cualquier doble intención, aún estaríamos
en la Altapuerca varonil, con esas canciones que sólo tienen tres esquemas:
1º) chico busca chica y la encuentra. 2º) chico se enamora de ella. 3º)
es abandonado cual desodorante y sufre una experiencia religiosa o agnóstica.
Y es que por muchos siglos que pasen hay cosas que nunca cambian y en
la cabalgata de los reyes magos, como dijo Lisandro, a los niños los engañan
con juguetes y a los mayores con prejuicios.
Y hablando de "género ínfimo", justo ahora, con este nuevo milenio, aparece
una maqueta en forma de musicasette, y cuyo título (que no tiene), muy
bien pudiera ser "Tu comportamiento homófobo te hace regresar al mono
en menos tiempo del que te llevó descender de él". Quienes cantan no podían
ser otros que ese dúo infernal, Ploma-2, que se disolvió hace tres años
y que se unieron testimonialmente para esta ocasión y escupir canciones
como Apostasía, La boca del racista o El virus no conoce
moral, con homenajes explícitos a B. Brecht y Jean Genet, a Alaska
y Patty Pravo, con desplantes como "¿qué me dices, mamarracho, como puedes
olvidar que, aunque ahora vas de macho ayer yo te abrí en canal?", sutilezas
como "no vengas como en la caza de brujas de Hollywood; detesto disimular,
lo encuentro artificial, yo soy como el caviar que los asnos no pueden
degustar". O esa Lilí Marlén que no es otra que un hombre llamado
Flor de Otoño, y que en la estrofa final hay este desenlace: "¡En pie
el acusado de alta traición!, el que al enemigo pasó información, que
por villano e inmoral, mañana le fusilarán. El es Lilí Marleen, no es
hombre ni mujer".
Lo insólito de Ploma-2 es que no se le puede aplicar etiqueta alguna.
No fueron transformistas porque jamás se transformaron en las mil caras
de la bestia, como Boris Karloff o Lon Chaney, ni fueron travestis, porque
jamás se travestizaron de "normalidad", ni mucho menos fueron "dragg-queens",
en todo caso "drag-republicans", a sabiendas del temor que toda reina
siente ante la presencia de Guillotina Turner.
El siglo XX empezó, musicalmente, con el género ínfimo y ha acabado en
la más absoluta infamia. Por eso Ploma-2 han unido sus voces para que
se enteren que ellas fueron ínfimas... nunca infames.
Ínfimamente, Rampova.
Enero de 2001 |