EDITORIAL


La Ciencia en favor de la Paz

" Vimos un pálido eco de lo que se puede hacer ahora en 1990 - 1991, cuando Saddam Hussein, el autócrata de Irak, efectuó una transición súbita en la conciencia americana y pasó de ser un oscuro casi aliado - al que se entregaban mercancías, alta tecnología, armas, e incluso datos de satélites de investigación - a ser un monstruo esclavizador que amenazaba al mundo. Personalmente, no siento ninguna admiración por el señor Hussein, pero es asombroso lo de prisa que pudo pasar de ser alguien a quien prácticamente ningún americano había oído hablar a encarnar todos los males ".

Carl Sagan
"El mundo y sus demonios"
Editorial Planeta - 1995


Entre los objetivos que se plantean en la ciencia, están la cura de enfermedades, la erradicación del hambre, la protección de especies en peligro, la exploración que otorgue a la Humanidad nuevas oportunidades.

En países como Argentina, el sueldo de un legislador que concurre a trabajar un par de veces por año supera con creces los sueldos de científicos y educadores, mientras decenas de niños mueren de hambre y hay demasiadas personas sin trabajo. (El panorama se completa con el suicidio, hace unos años, del creador de la técnica de by-pass, Dr. René Favaloro, al entrar en crisis su Fundación, que ha salvado la vida de muchísimas personas sin recursos).

En otros países, como Estados Unidos, se destina buena parte del presupuesto a tropas y armamentos, mientras que una nave espacial se desintegra, matando a sus siete tripulantes, quizás por no estar en óptimas condiciones, o por sus años de uso.

En la década de 1980, la administración Reegan propuso la idea de una Iniciativa de Defensa Estratégica (a la que se llamó "Guerra de la Galaxias", con el justificado enojo posterior de George Lucas). Los científicos que asesoraban al entonces presidente de la Unión Soviética, Mijail Gorvachov, estimaban que si Estados Unidos promovía esta idea, la respuesta soviética sería aumentar su arsenal de armas nucleares. En una declaración de principios, diez mil científicos estadounidenses se negaron a cooperar de manera alguna con el proyecto.

Con respecto al actual conflicto con Irak, hasta ahora no se ha conocido una declaración de la comunidad científica, un atisbo de desacuerdo con el plan del gobierno, una pequeña opinión que nos permita saber que aún hay quien cree que la ciencia sólo puede ponerse a favor de la causa de la Humanidad.

Los convenios internacionales prohíben el uso de armas de destrucción masiva, pero si, para eliminar este peligro, también se emplea la violencia, se regresa al punto de partida, o aún más atrás: miles de civiles morirán, miles de personas que no saben qué es un arma nuclear (además de otros seres indefensos que bajo ninguna circunstancia debieran pagar por los errores humanos).

Acciones armadas contra Medio Oriente provocarían la suba del petróleo ( la suba del transporte el aumento en los alimentos una baja considerable en el nivel de vida) en todo el mundo.

Se estaría castigando así a millones de personas porque un gobierno tiene armas de destrucción masiva.

Albert Einstein decía que los pueblos tienen los gobiernos que merecen, pero nosotros queremos creer que no es así. Queremos creer que muchas veces el poder está en manos equivocadas, y que nuestras manos aún tienen la fuerza para tomarse en favor de la paz, para construir un futuro para las próximas generaciones, para crecer como especie y proteger a las demás especies, para salvar, en fin, al planeta.


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