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Rasgos que configuran la creatividad
1.
MOTIVACIÓN: La motivación intrínseca a la tarea, es decir, el grado de
interés que ésta suscita, es más importante que la motivación extrínseca. Además,
los individuos presentan diferencias en la motivación intrínseca que muestran
hacia un ámbito de tarea dado. La motivación juega un papel clave y está
asociada al factor de goce, en virtud del cual la vivencia creativa está
asociada con una sensación de placer, de entusiasmo y satisfacción difíciles de
satisfacer por otros medios.
Esta
característica es la que permite disfrutar y valorar tanto el proceso como el
resultado y dedicar las altas dosis de energía que requieren las empresas
verdaderamente creativas. Para poder desarrollar este tipo de motivación, se
requiere explorar y descubrir nuestras habilidades y dones; desarrollar intereses
definidos , y amar nuestras elecciones.
Este
factor no desconoce la importancia de los estímulos externos como desencadenantes
del proceso creativo, o como estímulos de la conducta creativa. Sencillamente,
privilegia el papel de la motivación intrínseca
en la posibilidad de obtener resultados significativos a largo plazo.
2.
AUTONOMÍA INTELECTUAL: implica tener la fuerza personal necesaria
para pensar y ser diferente cuando vale la pena serlo. En la configuración de
este rasgo juega un papel básico la educación.
En
el lenguaje empresarial el término “empoderamiento” o “empowerment”
se refiere a esta característica de asumir el poder personal para tomar las decisiones
que es necesario tomar, asumir las consecuencias de las propias acciones y
mostrar autonomía en el desempeño de las tareas y atribuciones.
3.
GUSTO POR LOS PROBLEMAS: las personas creativas no sólo no evitan los
problemas, sino que tienen una sensibilidad especial para detectarlos. Se
caracterizan, además, por una gran curiosidad y una especie de descontento
creativo que se convierte en el impulso para que, una vez han
enfrentado felizmente una situación, están listos para los próximos desafíos.
Los
líderes son aquellos que hacen son aquellos que hacen propios los problemas de
la mayoría y se concentran en la generación de condiciones que permitan
solucionarlos de manera eficaz y permanente.
Los
verdaderos profesionales son, igualmente, aquellos que no evaden los problemas,
sino que los asumen como un reto a su propia recursividad.
4.
CAPACIDAD DE ROMPER ESQUEMAS: el acto creativo requiere un
desprendimiento de las formas existentes. Este desprendimiento debe ir
acompañado de una inmersión completa en lo que se construye como reemplazo. Lo
anterior requiere una descentración de los propios puntos de vista y del
material preexistente; una capacidad de revisar los propios paradigmas, de
alejarse de las visiones obvias para buscar perspectivas nuevas y por supuesto
confianza en sí mismo para adherir a las propias intuiciones. La verdadera
innovación no se da simplemente mejorando lo existente, sino que implica
rupturas en la manera de ver y hallar nuevas oportunidades.
Este factor requiere aprender a
enfrentar nuestros temores y tener la capacidad de transformarlos en el coraje
requerido para poder ser fieles a nuestras intuiciones y verdades,
especialmente cuando no coinciden con lo vigente.
5.
AUTONOMÍA DEL OBJETO: esto se refiere principalmente a la inspiración
y el estado de flujo que se adquiere al estar inmerso en el proceso creativo,
donde se puede llegar a la sensación de que el la creación fluye por sí sola.
6.
SINERGIA INTERNA: necesidad de vernos no de una manera simple,
superficial, sino aceptando las polaridades internas; experimentando con ellas
para buscar formas adecuadas de resolución y aceptando toda nuestra
biodiversidad interna. En términos intelectuales implica la capacidad de autoadministrar
adecuadamente nuestros dos hemisferios con sus respectivas especializaciones.
La
pluralidad de intereses, la apertura en la manera de mirarnos a nosotros mismos
y de dejarnos interpelar por la realidad, son ingredientes básicos, pues la
creatividad se nutre de lo múltiple interno y externo.
7.
COMPRENDER Y ADMINISTRAR LOS PROCESOS: en una adecuada
comprensión y administración de los procesos, se requiere una sensibilidad
especial para no presionar cambios rápidos; el convencimiento de que los
cambios no se generan por decreto, pues “sólo la persona cambia a la persona”,
en un proceso de comprensión, apropiación y generación de lo nuevo, todo lo
cual implica una adecuada atención al clima, a la manera como pueden verse
lesionados los intereses de personas y grupos; y grandes dosis de coraje, para
que lo que ya no funciona quede definitivamente atrás.