Reflejo condicionado,
respuesta no innata a un estímulo dado que el individuo adquiere mediante
aprendizaje.
El neurólogo ruso Iván P. Pávlov desarrolló la teoría del reflejo
condicionado junto con su colega ruso Vladimir M. Bechterev. Pávlov, que en un
principio lo denominó ‘secreción psíquica’, observó que la salivación provocada
en los perros al oler el alimento se podía producir ante un estímulo que nada
tenía que ver con comida, pero que había sido presentado constantemente a la
hora de comer. La salivación del perro ante un pedazo de carne es un reflejo
innato o incondicionado, pero si se hace sonar una campana en el momento en que
el perro recibe la carne, después de varias ocasiones éste salivará sin
necesidad de olerla. Bastará el sonido de la campana para provocar en el animal
un reflejo condicionado. Según Pávlov, cuando se asocia el reflejo incondicionado
al reflejo condicionado, éste se refuerza. Si el estímulo no se refuerza o
ejercita, el reflejo condicionado terminará por debilitarse y desaparecer.
Con este sistema de
reflejos, que más bien son reacciones, Pávlov intentó comprender la conducta
animal y humana, partiendo de la teoría de que los mecanismos del reflejo
condicionado son los mismos en animales y personas.
El psicólogo estadounidense
John Broadus Watson introdujo esta expresión en Estados Unidos e hizo de ella
un concepto fundamental del conductismo. Para Watson, el condicionamiento
constituye una base fundamental del aprendizaje.