1.
INTRODUCCIÓN
Conductismo o Psicología
de la conducta, corriente de la psicología que defiende el empleo de
procedimientos estrictamente experimentales para estudiar el comportamiento
observable (la conducta), considerando el entorno como un conjunto de estímulos-respuesta.
El enfoque conductista en psicología tiene sus raíces en el asociacionismo de
los filósofos ingleses, así como en la escuela de psicología estadounidense
conocida como funcionalismo y en la teoría darwiniana de la evolución, ya que
ambas corrientes hacían hincapié en una concepción del individuo como un
organismo que se adapta al medio (o ambiente).
2.
LOS TRABAJOS DE WATSON
El conductismo se desarrolló
a comienzos del siglo XX; su figura más destacada fue el psicólogo
estadounidense John B. Watson. En aquel entonces, la tendencia dominante en la
psicología era el estudio de los fenómenos psíquicos internos mediante la introspección,
método muy subjetivo. Watson no negaba la existencia de los fenómenos psíquicos
internos, pero insistía en que tales experiencias no podían ser objeto de estudio
científico porque no eran observables. Este enfoque estaba muy influido por las
investigaciones pioneras de los fisiólogos rusos Iván Pávlov y Vladimir M.
Bekhterev sobre el condicionamiento animal.
Watson propuso hacer
científico el estudio de la psicología empleando sólo procedimientos objetivos
tales como experimentos de laboratorio diseñados para establecer resultados estadísticamente
válidos. El enfoque conductista le llevó a formular una teoría psicológica en
términos de estímulo-respuesta. Según esta teoría, todas las formas complejas
de comportamiento —las emociones, los hábitos, e incluso el pensamiento y el
lenguaje— se analizan como cadenas de respuestas simples musculares o
glandulares que pueden ser observadas y medidas. Watson sostenía que las
reacciones emocionales eran aprendidas del mismo modo que otras cualesquiera.
La teoría watsoniana del
estímulo-respuesta supuso un gran incremento de la actividad investigadora
sobre el aprendizaje en animales y en seres humanos, sobre todo en el periodo
que va desde la infancia a la edad adulta temprana.
A partir de 1920, el
conductismo fue el paradigma de la psicología académica, sobre todo en Estados
Unidos. Hacia 1950 el nuevo movimiento conductista había generado numerosos
datos sobre el aprendizaje que condujo a los nuevos psicólogos experimentales
estadounidenses como Edward C. Tolman, Clark L. Hull, y B. F. Skinner a
formular sus propias teorías sobre el aprendizaje y el comportamiento basadas
en experimentos de laboratorio en vez de observaciones introspectivas.
3.
LOS TRABAJOS DE SKINNER
El enfoque de este
psicólogo, filósofo y novelista, conocido como conductismo radical, es
semejante al punto de vista de Watson, según el cual la psicología debe ser el
estudio del comportamiento observable de los individuos en interacción con el
medio que les rodea. Skinner, sin embargo, difería de Watson en que los
fenómenos internos, como los sentimientos, debían excluirse del estudio.
Sostenía que estos procesos internos debían estudiarse por los métodos
científicos habituales, haciendo hincapié en los experimentos controlados tanto
con animales como con seres humanos. Sus investigaciones con animales,
centradas en el tipo de aprendizaje —conocido como condicionamiento operante o
instrumental— que ocurre como consecuencia de un estímulo provocado por la
conducta del individuo, probaron que los comportamientos más complejos como el
lenguaje o la resolución de problemas, podían estudiarse científicamente a
partir de su relación con las consecuencias que tiene para el sujeto, ya sean
positivas (refuerzo positivo) o negativas (refuerzo negativo).
4.
ESTUDIOS
Desde 1950, los psicólogos
conductistas han producido una cantidad ingente de investigaciones básicas
dirigidas a comprender cómo se crean y se mantienen las diferentes formas de
comportamiento. Estos estudios se han centrado en el papel de (1) las interacciones
que preceden al comportamiento, tales como el ciclo de la atención o los procesos
perceptuales; (2) los cambios en el comportamiento mismo, tales como la
adquisición de habilidades; (3) las interacciones que siguen al comportamiento,
como los efectos de los incentivos o las recompensas y los castigos, y (4) las
condiciones que prevalecen sobre la conducta, tales como el estrés prolongado o
las carencias intensas y persistentes.
Algunos de estos estudios se
llevaron a cabo con seres humanos en laboratorios equipados con dispositivos de
observación y también en localizaciones naturales, como la escuela o el hogar.
Otros emplearon animales, en particular ratas y palomas, como sujetos de experimentación,
en ambientes de laboratorio estandarizados. La mayoría de los trabajos realizados
con animales requerían respuestas simples. Por ejemplo, se les adiestraba para
pulsar una palanca o picar en un disco para recibir algo de valor, como comida,
o para evitar una situación dolorosa, como una leve descarga eléctrica.
Al mismo tiempo, los
psicólogos llevaban a cabo estudios aplicando los principios conductistas en
casos prácticos (de psicología clínica, social —en instituciones como las cárceles—,
educativa o industrial), lo que condujo al desarrollo de una serie de terapias
denominadas modificación de conducta, aplicadas sobre todo en tres áreas:
La primera se centra en el
tratamiento de adultos con problemas y niños con trastornos de conducta, y se
conoce como terapia de conducta. La segunda se basa en la mejora de los métodos
educativos y de aprendizaje; se ha estudiado el proceso de aprendizaje general
desde la enseñanza preescolar a la superior, y en otras ocasiones el
aprendizaje profesional en la industria, el ejército o los negocios, poniéndose
a punto métodos de enseñanza programada. También se ha tratado de la mejora de
la enseñanza y el aprendizaje en niños discapacitados en el hogar, la escuela o
en instituciones de acogida. El tercer área de investigaciones aplicadas ha
sido la de estudiar los efectos a largo y corto plazo de las drogas en el
comportamiento, mediante la administración de drogas en diferentes dosis y
combinaciones a una serie de animales, observando qué cambios se operan en
ellos en cuanto a su capacidad para realizar tareas repetitivas, como pulsar
una palanca.
5.
LA INFLUENCIA DEL CONDUCTISMO
La influencia inicial del
conductismo en la psicología fue minimizar el estudio introspectivo de los
procesos mentales, las emociones y los sentimientos, sustituyéndolo por el
estudio objetivo de los comportamientos de los individuos en relación con el
medio, mediante métodos experimentales. Este nuevo enfoque sugería un modo de
relacionar las investigaciones animales y humanas y de reconciliar la
psicología con las demás ciencias naturales, como la física, la química o la biología.
El conductismo actual ha
influido en la psicología de tres maneras: ha reemplazado la concepción
mecánica de la relación estímulo-respuesta por otra más funcional que hace hincapié
en el significado de las condiciones estimulares para el individuo; ha
introducido el empleo del método experimental para el estudio de los casos
individuales, y ha demostrado que los conceptos y los principios conductistas
son útiles para ayudar a resolver problemas prácticos en diversas áreas de la
psicología aplicada.