NUEVA YORK (Reuters Health) - La mayoría de
las personas prefieren ver las cosas bajo un prisma favorable. Una nueva
investigación indicó que es posible que esas personas intenten seguir mirando
la vida desde ese ángulo y eviten a los pesimistas.
En el estudio, los estudiantes universitarios considerados por sus compañeros
como pesimistas tuvieron menos aceptación como compañeros de estudio, de
juergas o de deportes.
Los investigadores indicaron que es posible que la gente evite a los
pesimistas porque creen que su visión negativa de la vida los vuelve
desesperanzados, tristes y deprimidos.
La autora principal del estudio, Marie Helweg-Larsen, de la Universidad de Transylvania,
en Lexington, Kentucky, puntualizó que es posible
que los estadounidenses gusten de personas optimistas y animadas porque se
acercan más al ideal de "persona saludable".
Otra posibilidad es que los optimistas eviten a las personas deprimidas por
miedo a que su actitud negativa les haga sentirse incómodos o tristes.
Los pesimistas, por definición, creen que es más probable que les sucedan
acontecimientos desagradables con mayor frecuencia que a otras personas.
En el presente informe, los investigadores presentaron hallazgos procedentes
de dos estudios que demostraron que las personas tienden a rechazar
socialmente a los que creen pesimistas.
En un estudio, los participantes leyeron guiones sobre personas que discutían
sus posibilidades de sufrir acontecimientos desdichados, como desarrollar
cardiopatía o adquirir una enfermedad de transmisión sexual.
Los lectores consideraron posteriormente si les gustaría conocer o pasar un
rato con la persona sobre la que habían leído.
En total, los participantes dijeron que preferirían pasar el tiempo con una
persona de carácter optimista, posiblemente porque era más probable que el
pesimista fuera menos feliz.
En otro estudio, los participantes escucharon entrevistas con personas
optimistas y pesimistas. En algunos casos, se les dijo a los participantes
que la persona era psicológicamente estable y que no estaba deprimida,
mientras que en otras ocasiones no se suministró información adicional.
Los participantes a quienes se dijo que una persona pesimista era feliz y
estaba psicológicamente bien adaptada no la rechazaron. Sin embargo, cuando
no se les dijo nada similar sobre el individuo pesimista, la tendencia fue a
considerarle como alguien con quien no deseaban pasar un rato.
"Por consiguiente, parece que la suposición de depresión fue lo que
llevó al rechazo social", dijo Helweg-Larsen a Reuters Health.
La investigadora añadió que estos resultados pueden ayudar a explicar por qué
la mayoría de las personas son optimistas, dado que es posible que adopten
esa actitud positiva para evitar el estigma social asociado a una actitud
negativa.
La científica indicó que hablar con las personas pesimistas sobre sus
actitudes no mejoraba, necesariamente, su vida social.
"No sabemos si la información les serviría de ayuda. Muy a menudo, sólo
el hecho de 'decírselo' no parece influir en el cambio de conducta. De la
misma forma, en general, no tienen mucho éxito las intervenciones o la
prevención en cuestiones de salud", agregó la investigadora.
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