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Fuente: Nature Neuroscience 3: 1237-1238 y 1335-1339, 2000.
Dormir
bien es esencial para la consolidación de la memoria, según dos estudios
recientes. El sueño de ondas lentas y el sueño REM contribuyen, en diferentes
maneras, al proceso memorizador.
En
una de las investigaciones, Stickgold y
colaboradores, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, entrenaron a un total de 133 individuos para
realizar una prueba de discriminación visual -lo cual implicaba cierto
aprendizaje-, en una sesión de 60 a 90 minutos de duración, para posteriormente
ser reevaluados entre tres horas y siete días después de dicho entrenamiento.
Aquellos individuos que fueron evaluados tres horas después no mejoraron significativamente
su desempeño, mientras que quienes tuvieron la ocasión de dormir al menos una
noche evidenciaron mejorías notables, lo cual sugeriría, según los autores, que
el dormir es esencial para el aprendizaje.
Sin
embargo, los sujetos que habían sido deprivados del
sueño desde el momento del entrenamiento hasta la tarde del día siguiente, para
luego permitirles dormir todo lo que quisieran en la segunda y tercera noches,
tampoco mejoraron su desempeño. Los investigadores estiman que el mejor
desempeño depende absolutamente de la primera noche de sueño y que
subsiguientes períodos de sueño no pueden reemplazarla.
En el segundo estudio, Born y colaboradores, de la Universidad de Lubeck, Alemania, compararon los efectos del sueño "temprano" y el "tardío", dominados por el sueño de ondas lentas y el sueño REM, respectivamente, en la misma prueba de discriminación visual llevada a cabo por el otro grupo de investigadores. De esta forma, entrenaron a un grupo de individuos durante la tarde y los reevaluaron luego de tres horas de sueño temprano en la noche, observando un mejoramiento notable de su desempeño. Por el contrario, los que fueron entrenados en el medio de la noche y reevaluados luego de tres horas de sueño nocturno tardío, no manifestaron ningún tipo de mejoría. Los autores consideran que el sueño de ondas lentas inicia el proceso de consolidación de la memoria, mientras que el sueño REM contribuye al mismo proceso siempre y cuando sea precedido por el sueño de ondas lentas.