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Detección precoz
puede prevenir la esquizofrenia
En la adolescencia es
posible detectar algunos patrones que indican la propensión a presentar esta
enfermedad. En este caso, los fármacos y la intervención siquiátrica pueden
evitar el quiebre sicótico, caracterizado por delirio y alucinaciones.
"De pronto dejó de
estudiar, de ordenar sus cosas, de salir con sus amigos. Era como si se
estuviera apagando, no se comunicaba y pasaba encerrado en su dormitorio".
Esta descripción que puede corresponder a un período de crisis de un adolescente
cualquiera, también pueden ser una de las primeras manifestaciones de lo que
luego será una esquizofrenia. Este cuadro suele aparecer alrededor de los 20
años, es grave y deteriora las capacidades del afectado, provocando un fuerte
impacto en su familia y entorno. Sin embargo, actualmente esta enfermedad, que
afecta al 1% de la población, se puede tratar con fármacos altamente eficaces
llamados antisicóticos atípicos. A esto se suma el
que los síntomas tempranos de este trastorno mental han sido sistematizados,
por lo cual es posible detectarlos antes de que se produzca el denominado
quiebre sicótico, caracterizado por alucinaciones y delirios. Ambos factores
han llevado a plantear la posibilidad de prevenir esta patología.
Así lo señaló la
doctora Angélica Valenzuela, del Hospital Psiquiátrico Sanatorio El Peral, en
la XII Conferencia de la Sociedad de Neurología, Psiquiatría y Neurocirugía,
que se realizó la semana pasada en Pucón. Según la
siquiatra, si existiera un programa de detección precoz de esta enfermedad se
podría pesquisar a las personas vulnerables, "ya que ellas presentan una
serie de señales que nos ponen en alerta. Si intervenimos en forma temprana,
podemos modificar el curso de esta enfermedad".
La doctora Valenzuela explica que este programa podría implementarse a
través del sistema público de salud y "puede consistir en capacitar al
médico general, al pediatra, profesores e incluso padres para que observen estas conductas tempranas que nos indican que
estamos ante un potencial trastorno mental". La intervención considera
administrar fármacos a la persona y realizar un trabajo terapéutico para
reducir situaciones familiares estresantes, problemas de pareja o lazos de
comunicación enfermiza que por lo general son factores que pueden gatillar el cuadro.
"El tratamiento se
mantiene mientras el joven va estructurando su vida. Una vez que se aplica la
terapia en forma preventiva, se superan los estresores,
se reduce la ansiedad con ansiolíticos o se le ordena su mente con antisicóticos, a estas personas se les puede retirar
progresivamente el tratamiento hasta volver a hacer una vida normal",
explica la doctora Valenzuela. No obstante, el paciente y su familia deben
estar alerta para consultar en caso de eventos vitales como la entrada al
trabajo o el matrimonio.
En el caso de quienes
ya sufrieron una crisis, deberán seguir usando fármacos, aunque sean dosis
bajas, porque se sabe que el 85% queda con un daño cognitivo cuyo deterioro va
en aumento y que no les permite aprender con la misma agilidad de antes o
mantener igual capacidad de memoria y concentración.
Entre las nuevas drogas que existen para esta patología y que fueron
analizadas en la conferencia de Pucón, está la clozapina que, aunque es muy eficaz, produce baja de
glóbulos blancos que debe ser controlada con exámenes de sangre semanales.
Debido a que esta droga es importada desde China a muy bajo precio, existe la
posibilidad de que todo paciente del sistema público de salud acceda a ella.
Otros fármacos son la olanzapina y la risperidona, que junto a la clozapina
han permitido terminar en gran medida con la internación de estos pacientes en
instituciones siquiátricas. Para el próximo año se espera la llegada de la
llamada zisapridona, otro antisicótico
de excelente acción que, unido a los anteriores, permite ver con optimismo el
futuro de esta patología.
Diario La Tercera, 22-11-2001, Chile.