Por Mihaly Csikszentmihalyi
Revista The futurist, Septiembre-Octubre 1997, pp 8-12.
Felicidad y Creatividad
Las personas
creativas difieren las unas de las otras en muchos aspectos, pero en uno son
unánimes: todas aman lo que hacen. No es la esperanza de lograr
fama o riqueza lo que las conduce; en vez de eso, es la oportunidad de hacer el
trabajo que ellas disfrutan haciendo lo que las guía. Debemos asumir que no es lo que ellos hacen lo que cuenta,
sino que cómo lo hacen.
Programados
para la creatividad
Cuando
se le da una lista a la gente preguntándole acerca de la mejor descripción de
lo que disfrutan hacer más, la respuesta más frecuentemente elegida es el
“diseñar o descubrir algo nuevo”. Pero la evidencia sugiere que por lo menos
hay un grupo de gente que disfrutaría descubriendo y creando por sobre todo lo
demás.
Debido
a mutaciones aleatorias, algunos individuos han desarrollado un sistema
nervioso en el cual el descubrimiento de novedades estimula los centros de
placer en el cerebro. Probablemente somos los descendientes de ancestros que
reconocieron la importancia de la novedad, protegieron a aquellos individuos
que disfrutaban siendo creativos y aprendieron de ellos. Debido a que tenían
con ellos a individuos que disfrutaban explorando e inventando, estaban mejor
preparados para enfrentar las condiciones impredecibles que afectaban su
supervivencia. Nosotros también
compartimos la habilidad para disfrutar casi todo lo que hacemos y podemos
crear y descubrir algo nuevo al
hacerlo. Esta es la razón por la cual la creatividad es tan placentera, no
importa donde tenga lugar.
Pero
hay otra fuerza que nos motiva, y es más primitiva y más poderosa que la
tendencia a crear: la fuerza de la
entropía. Esta también es un mecanismo de sobrevivencia construido en nuestros
genes por la evolución. Nos da placer cuando estamos cómodos, cuando estamos
relajados, cuando podemos sentirnos bien sin gastar energía. Sin este regulador
interno podríamos agotarnos fácilmente y no tener las suficientes reservas de
fuerza, grasa corporal, o energía nerviosa para enfrentar lo inesperado.
Todos
nosotros somos atraídos entre estos dos sets opuestos de instrucciones pro.gramadas
en el cerebro. En la mayoría de los individuos la entropía parece ser más
fuerte, y disfrutan la comodidad más que el desafío del descubrimiento. Unos
pocos son más reactivos a las recompensas del descubrimiento. A menos que haya
la suficiente gente motivada por el placer que proviene del enfrentamiento de los desafíos, no hay
evolución de la cultura, ni progreso en los pensamientos o sentimientos. Así
que es importante entender mejor en qué consiste el placer y cómo la
creatividad lo puede producir.
¿Qué
es el placer?
Cierta gente dedican
muchas horas a la semana a sus labores sin ninguna recompensa de dinero o fama.
¿Porqué continúan haciéndolo?, está claro al hablar con ellos que lo que los
mantiene motivados es la calidad de la experiencia que sienten en ese momento. Este
sentimiento a menudo incluye esfuerzos dolorosos, riesgosos, que presionan la
capacidad de la persona , y también incluye un elemento de novedad y
descubrimiento.
Yo
llamo a esta experiencia Flujo, porque mucha gente –artistas,
atletas, científicos, gente común y corriente- han descrito el sentimiento en
palabras similares. El flujo es un estado de conciencia que consume poco
esfuerzo aunque es altamente enfocado. Y las descripciones no varían mucho por
cultura, género, o edad.
En
las entrevistas, la gente menciona repetidamente ciertos elementos clave en sus
impresiones de esta experiencia placentera:
·
Hay metas claras en cada paso del camino: en el estado de
flujo siempre sabemos lo que debe ser hecho.
·
Hay un feedback inmediato a las propias acciones: en un estado de
flujo, sabemos cuán bien lo estamos haciendo. Mantener el flujo en el contexto
de una sociedad indiferente puede ser difícil. Evidentemente, aquellos
individuos que continúan haciendo un trabajo creativo son aquellos que pueden
darse feedback a ellos mismos, sin tener que esperar oírlo de los expertos.
·
Hay un balance entre los desafíos y las habilidades: en el estado de
flujo, sentimos que nuestras habilidades están bien ajustadas para las oportunidades
de acción. En el día a día a veces sentimos que los desafíos son demasiado
altos para nuestras habilidades, o que nuestro potencial es mayor que las oportunidades
para expresarlo.
·
La acción y la conciencia están unidas: en la experiencia de cada día,
nuestras mentes a menudo están separadas de lo que hacemos. En estado de flujo,
nuestra concentración está enfocada en lo que hacemos. Una mente unificada es
requerida para el ajuste cercano entre los desafíos y las destrezas, y se hace
posible por la claridad de las metas y la constante disponibilidad de feedback.
·
Las distracciones son excluidas de la conciencia: somos concientes sólo
de lo que es relevante aquí y ahora. El flujo es el resultado de la concentración
intensa en el presente, la cual nos alivia de los temores usuales que causan
depresión y ansiedad en la vida diaria. Las distracciones interrumpen el flujo,
y puede tomar horas recuperar la paz mental necesaria para continuar con el
trabajo. Mientras más ambiciosa sea la tarea, más tiempo toma que uno se
sumerja en ella, y más fácil es distraerse.
·
No hay miedo al fracaso: en el estado de flujo, estamos
demasiado envueltos como para estar preocupados por el fracaso. Sabemos lo que
debe ser hecho, y nuestras destrezas están potencialmente adecuadas a nuestros
desafíos. Si el desafío se vuelve muy grande, un sentimiento de frustración surge en vez de placer.
·
La auto conciencia disminuye: en estado de flujo, estamos demasiado
envueltos en lo que hacemos como para preocuparnos acerca de proteger el ego.
Luego, podemos emerger con un auto concepto más fuerte, porque sabemos que tenido
éxito en encontrar una dificultad desafiante. Paradójicamente, el Yo se expande
a través de actos de auto olvido.
·
Se distorsiona el sentido del tiempo: generalmente, en el estado de
flujo nos olvidamos del tiempo, y las horas pueden pasar en lo que parecen ser
unos pocos minutos. O pasa lo contrario: a una figura del skate puede parecerle
que una vuelta que sólo dura un segundo en tiempo real parece alargarse por
mucho más. Nuestro sentido de cuánto tiempo pasa depende de qué estamos
haciendo.
·
La actividad se vuelve un fin en sí misma: mucho de lo que hacemos
no es solamente por placer, sino que para lograr una meta. En muchos sentidos,
el secreto para la felicidad es aprender a obtener el flujo de casi todo lo que
hacemos, incluyendo el trabajo y las labores familiares. Si casi todo lo que
hacemos vale la pena hacerlo por sí mismo, entonces no hay nada desperdiciado
en la vida.
Flujo, felicidad, y
el futuro.
¿Cuál
es la relación entre flujo y felicidad?, es tentador concluir que los dos son
la misma cosa; sin embargo, la conexión es más compleja. Cuando estamos en
flujo, no siempre nos sentimos felices, porque sentimos sólo lo que es
relevante para la actividad. La felicidad es una distracción. Es sólo cuando salimos
del flujo, al salir de una sesión o en momentos de distracción, que podemos sentirnos felices.
A
mayor flujo que experimentemos en la vida diaria, más probable es que nos
sintamos felices en general. Desafortunadamente, mucha gente encuentra que los únicos
desafíos a los que puede responder son la violencia, el juego, sexo
desordenado, o drogas. Tales experiencias pueden ser placenteras, pero estos
episodios de flujo no agregan un sentimiento de satisfacción y felicidad con el
pasar del tiempo. El placer no conduce a la creatividad, sino que pronto deriva
en adicción.
El
vínculo entre el flujo y la felicidad depende de si la actividad productora de
flujo es compleja, si conduce a nuevos desafíos y de esta manera al crecimiento
personal y cultural.
El
problema es que es más fácil encontrar placer en cosas que son más fáciles, en actividades
como el sexo y la violencia que están ya programadas en nuestros genes. Es
mucho más difícil aprender a disfrutar el hacer cosas que hemos descubierto
recientemente en nuestra evolución –tales como manipular sistemas simbólicos a
través de las matemáticas o componer música- y aprender acerca del mundo y
nosotros mismos.
Las
escuelas generalmente fallan en enseñar cuán bella puede ser la ciencia y las
matemáticas; ellas enseñan la rutina de la literatura e historia en vez de la
aventura.
Es
en este sentido que los individuos creativos viven vidas ejemplares. Ellos muestran
cuán interesante y placentera puede ser una actividad simbólica compleja.
Desarrollando
tu creatividad –y felicidad
Aquí se nombran unas cuantas sugerencias para incrementar tu creatividad y felicidad personal:
·
Trata de sorprenderte por algo cada día.
·
Trata de sorprender al menos una persona cada día.
·
Escribe cada día qué te sorprendió y cómo sorprendiste a los otros.
·
Cuando algo te parezca interesante, síguelo.
·
Reconoce que si haces cualquier cosa bien ésta se vuelve placentera.
·
Para mantener el placer por algo incrementa su complejidad.
·
Deja tiempo para la reflexión y relajación.
·
Descubre qué te gusta y qué odias de la vida.
·
Comienza a hacer más de lo que te gusta y menos de lo que odias.
·
Descubre una forma de expresar lo que te mueve.
·
Mira los problemas de todos los puntos de vista posibles.
·
Ten tantas ideas como sea posible.
·
Trata de producir ideas originales.