En Europa y el cercano Oriente eran hijos o representantes de poderes elementales, de la tierra primigenia y de las
fuerzas del caos. En perpetua lucha contra del orden establecido por los dioses, su raza estaba enfrentada a perpetuidad
a la raza humana.
En la mitología Babilónica, el dios Marduk mató a la diosa dragón Tiamat, que no era otra cosa que una representante
de las fuerzas del caos primigenio.
En la Egipcia, el dios Ra tenía que enfrentarse cada día a un dios dragón que vivía en el fondo del Nilo y que era un dios
del mundo subterráneo. Cuando Ra penetraba con su barca durante el anochecer por las puertas del "infierno" o mundo
subterráneo allí le aguarda.
Ra cada día le vencía. A continuación el victorioso Ra salía por la otra puerta para elevarse hacia el cielo de nuevo y así
dar comienzo a un nuevo día.
Los griegos tuvieron en su mitología a Tifón. Hércules mató al dragón que guardaba el
jardín de
las Hespérides. Jasón mató al
guardián del Vellocino de oro, y Cadmo al dragón de Ares.
Los romanos llevaban dragones en sus estandartes, y volaban cometas con su forma. En la Historia Naturalis de Plinio
el Viejo, se cuenta que un dragón fue muerto durante el reinado del emperador Claudio. Sus entrañas, según decía, contenían el
cuerpo de un niño.
También están presentes en el mundo celta. El príncipe Fróech, hijo de una princesa descendiente de
los Tuatha De Dañan, hubo de enfrentarse a un dragón que vivía en un lago. En esta lucha consiguió matar al dragón
pero a su vez perdió la vida en la empresa, ya que este príncipe era de naturaleza mortal.
Los Escandinavos, adornaban las proas de sus barcos con dragones para asustar al enemigo. En sus mapas, sobre las
tierras aún desconocidas escribían: "Aquí hay dragones". Contaban que el dios Thor utilizó una cadena, con la
cabeza de un buey como cebo, para sacar de las profundidades a la serpiente de Midgard. Cuando el dios alzó su
martillo para matarla, la cadena se rompió y el monstruo escapó.
Thor, volvió a luchar contra la serpiente durante el llamado "crepúsculo de los dioses". En la batalla logró hundir el
cráneo del monstruo y matarle. Pero murió a causa de los venenos respirados.
Durante la Edad Media, los dragones llenaron la imaginación de las gentes y fueron protagonistas de múltiples historias.
Fueron representados en el arte, la heráldica, las casas, palacios e iglesias.
La leyenda mas popular de esta época
fue la de San Jorge.
Este santo se convirtió en guardián de los cruzados y patrón de todo lo que tenia que ver con caballeros, armas y luchas.
Fue el santo protector de Cataluña, Inglaterra, Aragón, Italia y Grecia y venerado en toda la cristiandad. Naturalmente
muchos de los caballeros que pueblan los libros medievales fueron también matadores de dragones.
Descripción física y de personalidad
Sus representaciónes fueron muy diversas. Los dragones podían tener de una a siete cabezas, pero todas
con afilados y amenazadores dientes. Existían los que tenían patas y otros más parecidos a serpientes que no las tenían.
Sólo algunos poseían alas, y los había con ambas cosas, patas y alas.
Su sangre era
considerada como venenosa y su aliento, además de fétido e insoportable, lanzaba llamas.
No todos tenían
la capacidad de volar, algunos marinos o terrestres no lo hacían.
Podían vivir en cuevas, lagos, pantanos o montañas.
Su relación con las mujeres era compleja. Algunas veces, el rapto de alguna doncella por un dragón no significaba
la muerte de esta, sino una buena amistad entre ambos. En otros casos, mujeres con poderes mágicos los utilizaban
para sus fines o simplemente los mantenían a su lado como fieras inofensivas.
En muchas leyendas cristianas, y a causa de su asociación con las fuerzas diabólicas,
se hablaba del poder que la cruz ejercía sobre ellos. Bastaba que alguien levantara una cruz para que el dragón huyera.
Descripción según los Bestiarios
En los bestiarios medievales se solía decir de ellos que eran el mayor de todos los seres vivos que había en la tierra,
y un enemigo tradicional de los elefantes.
Afirmaban los Bestiarios que cuando una serpiente alcanzaba los treinta metros y los cien años de edad, se le llamaba dragón.
Se volvía tan grande, que el mismo Dios la arrojaba al mar. Allí le crecían dos aletas como a los peces, y con sus
movimientos provocaba las olas.
Sus ojos eran llameantes, su aspecto terrible y su boca estaba repleta de dientes afilados.
Unos pensaban que mataba lamiendo a la víctima con la lengua, ya que su aliento era venenoso. Otros que las
estrangulaba con su cola.
Asociaciones y Simbologías Morales
Seres asociados a la tierra, al caos, y a la maldad, representaban la fiereza y la fuerza, pero también la soberbia.
Se les representaba o eran asociados con el diablo en ámbitos cristianos.
También eran guardianes de tesoros. Esta asociación se hacía porque tanto el oro, como las piedras preciosas son elementos
que nacen sin orden de la tierra y de ella hay que extraerlos. Un ser vinculado a la tierra
y a las fuerzas desordenadas era el que los guardaba y se enfrentaba al hombre por su posesión.
Los dragones Orientales
Físicamente no eran muy diferentes de los occidentales.
Una diferencia fundamental era que en Oriente se les consideraba como descendientes de los dioses y podían aparecerse
en forma humana o animal.
En China se les veía con temor, pero también con respeto y veneración. Se suponía que manipulaban el tiempo
meteorológico, sus ojos despedían rayos, su vuelo producía el viento y su aliento se condensaba en forma de lluvia.
Vivían en el agua que era su elemento natural, en hermosos palacios de paredes transparentes. Cada río, lago, o charca
tenía su rey dragón. Los campesinos se reunían en las orillas y hacían sonar los gongs, para despertar así a los espíritus
dormidos que traían las lluvias.
Eran uno de los cuatro animales espirituales (los otros eran el fénix, el unicornio y la tortuga).
Todos los chinos codiciaban la llamada "Perla del dragón". Esta perla sólo la tenían los dragones que guardaban tesoros.
Era una joya extraordinaria por su blancura y gran tamaño, el dragón la llevaba en unas bolsas laterales de la boca.
Podía iluminar con maravillosa luz cualquier casa o palacio, era un receptáculo de poder y salud, y todo
cuanto se tocaba con ella, crecía y se multiplicaba.
Los dragones representaban la sabiduría y el poder, por lo que terminaron simbolizando al emperador, cuyo antepasado habría sido un
dragón.
Se creía que los emperadores tenían sangre de dragón y tenían dragones a su servicio. Su lecho, barco y trono,
tenían su forma. Las representaciones del dragón imperial se distinguían de cualquier otra porque este dragón
tenía cinco garras.
Los eruditos chinos crearon una amplia literatura sobre los dragones. Decían de ellos que
procreaban con la forma de pequeñas serpientes. Sus huevos, una vez puestos
seguían creciendo durante varios
siglos, pasados los cuales nacía el dragón. Estos eruditos calcularon que se necesitaban mil quinientos
años para que un dragón alcanzase su estado adulto.
También catalogaron a los dragones en varias especies :
Los del cielo eran los encargados de sostenerlo.
Los del aire controlaban las lluvias.
Los terrestres cuidaban de los ríos.
Los subterráneos que guardaban tesoros de oro y piedras preciosas.
En cada una de las categorías existían subcategorías: alados, serpenteantes, con garras o cornudos. Y se les
clasificaba también por colores. Los había azules, rojos, negros y amarillos.