Transcurridas muchas Edades de la Oscuridad, Varda, la Se�ora de los Cielos, recogi� el roc�o
del �rbol Plateado de los Valar y cruzando los cielos, encendi� de nuevo las tenues estrellas
que brillaban d�bilmente sobre la Tierra Media, de manera que se volvieron brillantes y cegadoras
en la noche aterciopelada.
Las criaturas de Melkor estaban tan poco acostumbradas a la luz que
gritaron de dolor cuando aquellos rayos de luz estelar atravesaron sus tenebrosas almas.
Aterrorizadas, huyeron y se escondieron.
El Renacimiento de las
Estrellas signific� el Despertar de los elfos. Porque, cuando las estrellas brillaron sobre
la Tierra Media, los elfos despertaron con la luz estelar en sus ojos y algo de aquella
m�gica luz qued� para siempre en ellos. El lugar del Despertar fue la laguna de Cuivi�nen,
en las orillas de Helcar, el mar interior a los pies de las Orocarni, las Monta�as Rojas.
Las Edades de las Estrellas fueron tambi�n el tiempo en que despertaron otros dos pueblos
parlantes: los enanos, que fueron concebidos por Aul� el Herrero y los ents, que fueron
concebidos por la esposa de Aul�, Yavanna, la Dadora de Frutos.
Melkor
cri� por aquella �poca otras dos razas de criaturas malignas en los pozos de Utumno.
Fueron los orcos y los
trolls: formas de vida corruptas hechas a partir de elfos y ents torturados que cayeron
en sus manos.
Cuando Orom� el Jinete descubri� el Despertar de los elfos y los Valar se
enteraron del mal que Melkor les hab�a infligido, se reunieron en consejo de guerra.
Los Valar y Maiar se dirigieron hacia la Tierra Media dispuestos a batallar contra Melkor.
Durante esta Guerra de los Poderes, exterminaron las legiones malignas de Melkor,
derrumbaron la gran muralla de las Monta�as de Hierro y destruyeron completamente Utumno.
El dominio de Melkor sobre la Tierra Media hab�a terminado. Melkor fue cargado de cadenas
y permaneci� prisionero en Valinor durante muchas edades.
Este per�odo se conoci� como
la Paz de Arda y fue la �poca del Gran Viaje, cuando los elfos realizaron sus grandes
migraciones hacia el oeste, a Eldamar, en las costas de las Tierras Imperecederas.
En su mayor parte, �stos fueron a�os gloriosos para los elfos, tanto en la Tierra Media
como en las Tierras Imperecederas. Los Altos elfos que consiguieron terminar el Gran
Viaje y que se establecieron en Eldamar construyeron las ciudades maravillosas de Tirion,
Alqualond� y Avall�n�.
Muchos otros elfos se quedaron atr�s, debido al amor que profesaban
a la Tierra Media. Crearon sus reinos en tierras mortales y vivieron vidas gloriosas.
Durante las Edades de las Estrellas hubo un gran reino �lfico en Beleriand, en el
noroeste de la Tierra Media. Lo crearon los elfos del pueblo de los teleri que segu�an
al rey Thingol y a la reina Melian la Maia. Se los llam� elfos grises o sindar y su
reino era la enorme regi�n boscosa de Doriath. Su capital fue Menegroth, las Mil Cavernas,
y las cavernas y cuevas de su ciudadela constitu�an una de las maravillas de la Tierra Media.
Menegroth estaba h�bilmente tallada para parecer un bosque de hayas subterr�neas, con �rboles,
aves y animales esculpidos en piedra y grandes salas pobladas de fuentes plateadas e
iluminadas por l�mparas de cristal.
Los se�ores de los sindar fueron los amos de
Beleriand y los elfos m�s poderosos de la Tierra Media en las Edades de las Estrellas.
Sus aliados eran los elfos marinos de las Falas, los laiquendi (o elfos verdes) de Ossiriand
y los enanos de Belegost y Nogrod en las Monta�as Azules.
Estos reinos enanos de Nogrod y
Belegost prosperaron merced a su comercio con los elfos de Beleriand a lo largo de las
Edades de las Estrellas. Maestros en el trabajo de la piedra, excavaron enormes galer�as
bajo las Monta�as Azules en busca de metales preciosos y fueron contratados por los elfos
para excavar la mayor�a de las grandes estancias y salas de Menegroth. Los enanos de Nogrod
eran considerados los mejores herreros de la Tierra Media y forjaban espadas y lanzas del
mejor acero, mientras que los enanos de Belegost fueron los primeros en fabricar cotas de
malla y armaduras a prueba de dragones. Hasta cierto punto, las alianzas de los elfos de
Beleriand se extend�an hacia el este, hasta el enorme bosque primitivo de Eriador. Porque
all�, durante las Edades de las Estrellas, la raza de los ents, los gigantescos Pastores de
�rboles, vivi� y ofreci� su amistad a los elfos sindar de Beleriand y a los elfos silvanos.
M�s all� de Eriador, en las Monta�as Nubladas, se encontraba Khazad-d�m, el m�s importante
de los reinos enanos. Tambi�n prosper� en las Edades de las Estrellas y extendi� sus
construcciones bajo las monta�as, aunque no desempe�� un gran papel en las historias y
fortunas de Beleriand.
Las Edades de las Estrellas duraron diez mil a�os humanos y fueron
tiempos de descubrimientos y maravillas, de gloria y de magia. Pero todo esto termin�
cuando Melkor fue liberado en Valinor. Tras un per�odo de aparente arrepentimiento,
se alz� en toda su ira y destruy� los �rboles de los Valar. Luego huy� a la Tierra Media
septentrional, donde volvi� a ocupar su fortaleza de Angband en las Monta�as de Hierro.
La Paz de Arda termin� cuando el conflicto se extendi� a la Tierra Media y las Edades
de las Estrellas tocaron a su fin.