MITOLOGÍA EGIPCIA




EL SOL


Poder cósmico que fue el primero que deificaron y personificaron.
El primer intento se hizo describiendo al sol como un halcón en su vuelo diario a través del cielo.
Hay que recordar que la religión egipcia por su largo periodo de formación varió a través del tiempo. Que existieron varios dioses que siéndolo de distintos territorios tenían similares funciones, y que no hubo ningún afán por sistematizar el universo celeste. No se puede ver la mitología desde una óptica de nuestro siglo ni buscar una coherencia impropia de la época. Muchos de sus dioses que habían sido dioses supremos en una ciudad, cuando por cualquier causa convino, pasaron a ser dioses secundarios, hijos, atributos de un nuevo dios principal o pasaron a formar parte de triadas con funciones menores, incluso olvidándose sus primitivas funciones o qué significaban sus símbolos.
Las principales personificaciones del sol fueron las siguientes:

HORUS era el sol de la mañana. Parece ser que era el más adorado en el periodo dinástico.
RÊ o RÂ parece ser la más antigua personificación del sol, aunque hasta la II y III dinastías no encontró su reconocimiento oficial. Era el sol a mediodía, después paso a simbolizar al sol débil y agonizante del atardecer función que terminaría asumiendo Osiris.
KHEPRI era el sol cuando estaba debilitado. Era una representación menos popular que el resto.
ATUM o ATON era el sol al atardecer.
OSIRIS también era considerado como dios-sol.

Muchas otras divinidades locales que no poseían ninguna función cósmica clara fueron también identificadas con el sol, con una de sus fases, fueron nombrados como algún miembro de RÊ, como alma o doble del sol, incluso es comparado con una serpiente: el áspid (el auraeus de los griegos y romanos que el faraón, representante del dios-sol en la tierra, utilizaba en su frente).
A las diosas les sucedió algo parecido, fueron muchas solarizadas como hijas, ojos áspid o coronas del sol, y representadas con símbolos solares.
El dios sol viajaba a través del cielo por el día en la nave llamada Meenzet, y en la noche atravesaba e iluminaba la región de los muertos subido en la nave Semektet. En todos los templos del sol había reproducciones de la barca del sol, que sus sacerdotes hacían flotar en un lago cercano o llevaban en solemne procesión imitando el curso del sol.
También se decía sin embargo que en la noche el sol descansaba en la "isla de las llamas" donde tenía su propio centro, o en el pozo del sol.
El sol cambiaba de barca y de mundo que iluminar, atravesando dos portales: el de oriente y el de occidente, que a veces eran representados como dos montañas, o recreados como obeliscos.
También podía ser imaginado como ocultándose por la noche en el cuerpo de la vaca celestial Hator (el cielo) entraba en su boca en la tarde y nacía de su matriz cada mañana. Por eso era llamado en los himnos el toro de su madre, o su propio padre, porque se engendra a sí mismo.

En la leyenda cósmica terminó por prevalecer la versión según la cual en principio estaba NUU (el caos, el vacío). En él había un espíritu aún sin conciencia de sí mismo Atum poco a poco en este espíritu fue creciendo el deseo de crear. Empezó por salir del caos o fango primitivo y saliendo lo iluminó todo. Al punto se desdobló como: espíritu creador - calor y luz, y tomó el nombre de Râ.
Empezó por crear una pareja de dioses la diosa Tefnet (el elemento liquido, el agua el rocío) y el dios Chu (el espacio iluminado, el aire, pero aún vacío) que serán los padres de Geb (la tierra) y Nut (el cielo).
Esta creación saldría de su ojo y se haría a través de su mera palabra, bastaba que el dios nombrara un ser o cosa para que esta naciera a la vida o la existencia.

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