Hijo de Geb (la tierra) y de Nut (el cielo), hermano de Osiris, Isis y Nefthis, se le llamaba con frecuencia "el Señor del Sur". Nació antes de tiempo lanzándose a través de uno de los costados de su madre NUT y desgarrándola al hacerlo.
Su culto parece ser más antiguo que incluso el de Osiris.
Los egipcios le imaginaron violento y feroz de piel blanca y pelo rojizo (contrario a la raza egipcia morena y de pelo negro). Representaba el desierto, árido y estéril en oposición a la tierra fértil, la sequedad y las tinieblas en contraposición a su hermano Osiris que era la vegetación, el agua, la luz.
Todo lo malo venía de Seth así como todo lo beneficioso venía de Osiris.
A medida que creció la leyenda de Osiris y su muerte a manos de Seth, se fue incrementando el odio por este dios. Era mejor no pronunciar su nombre y se aludía a él como "ése", como maldición o escupiendo, su nombre. Sólo era invocado en las artes negras. Hasta tal punto llegó el odio que durante la dinastía XXII a mediados del siglo X fueron destrozadas sus estatuas y deshechos los bajorrelieves que lo representaban. Llegó hasta a ser expulsado del panteón egipcio haciéndose de el, el dios de los impuros.
De algunos animales como el cocodrilo, los asnos y el escorpión se decía que eran engendros suyos y que el dios se refugiaba en ellos para escapar a los golpes de Horus.
Como dios cósmico era el dios del trueno. Sêth se manifestaba en las tormentas, que eran explicadas como una lucha entre Horus y Sêth. El relámpago era la lanza de Horus y el trueno la voz de Sêth que provocaba huracanes, destruía y alteraba el mar.
Se le representaba como a un hombre con cabeza de cuadrúpedo o como un animal de hocico largo, delgado y curvo, de orejas derechas y rígidas, cola rígida y ahorquillada. Fue especialmente honrado por los soldados, y su arma era el arco.
Los griegos le asimilaron a Tifón.