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EPONA
Diosa gala. Es la más conocida de las divinidades de las aguas.
El caballo, que la acompañaba siempre, formaba con ella un grupo inseparable. Era también la diosa de
la abundancia agrícola. Fue la única divinidad celta que tuvo un puesto en el panteón grecorromano.
La caballería celta, que combatió junto a las fuerzas romanas como federados, hizo su culto popular
hasta en los países de Oriente.
Su nombre epos=caballo, la hizo diosa de la caballería.
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ESUS
ESUS era el nombre galo.
Divinidad gala que formaba parte de la trinidad formada por Esus, Taran y Teutates. Era el leñador divino.
No se sabe si se le consideraba una especie de arquitecto universal o era una simple divinidad de los bosques,
como el Silvanus latino.
En general, era considerado como un dios ávido de sangre, asesino, que inspiraba terror en los combates y llenaba
de violencia las batallas.
A él eran inmolados los enemigos cuando caían en combate y a él se sacrificaban a los prisioneros de guerra.
Pero los sacrificios que le eran más gratos consistían en ahorcar a sus víctimas de un árbol.
La madera que se le ve cortar en un bajorrelieve del museo de Cluny estaba seguramente destinada a
la hoguera del sacrificio. Cuando fue esculpido ese monumento- en tiempos de Tiberio, entre los años
13 y 37 de nuestra era, en la Galia estaba prohibido el sacrificio humano, pero la supresión de esa
costumbre era bastante reciente, ya que siete años antes del comienzo de nuestra era, Denys de Halicarnaso
todavía la menciona usando el verbo en tiempo presente.
Bajo el reinado de Claudio, en el año 43 o 44 de nuestra era, Pomponio Mela habla de que no pudiendo
ya matar a hombres, los druidas se contentaban con sacar gotas de sangre a personas de buena voluntad.
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ETAIN
ETAIN es el nombre irlandés.
Diosa que fue primero esposa de Mider, y luego lo fue de Oengus al raptarla este.
Mider, al perder a Etain tras el rapto volvió a casarse. La segunda esposa de Mider, Fuamnach, estaba
violentamente celosa porque Mider seguía amando a Etain.
Aprovechó la ausencia de Oengus del lugar en que habitaba con Etain, para enviar una racha de viento que
arrastró a Etain de la morada. Llevada por el viento, Etain cayó sobre la chimenea de una casa donde se
encontraban reunidos
los grandes señores del Ulster. Cayó por el hueco de la chimenea, y fue a parar a una copa que se bebió la mujer
de Etair.
La mujer de Etair, dio a luz a los nueve meses a Etain. Etain comenzó así una nueva vida, creció, se hizo una mujer,
y se convirtió en reina de Irlanda al casarse con el rey Eochaid Airem, cuyo reino tenía por capital a Tara.
Pero Mider seguía enamorado de ella, y aunque renacida la conoció al instante. Desafió a su marido el rey a
jugar una partida de ajedrez, ofreciendo que
si perdía, daría al rey cincuenta caballos, y si era el rey el que perdía le daría aquello que Mider pidiera.
Ganó Mider y lo que pidió fue a Etain. Pero antes de entregársela, el rey tenía derecho a una revancha, que se
celebraría un año después.
Durante este tiempo Etain recibió múltiples visitas del enamorado dios, pero Etain se mantenía fiel a su esposo
el rey, y los ofrecimientos seductores del dios Mider fueron rechazados uno tras otro.
El plazo pasó, Mider volvió para jugar la segunda partida de ajedrez. Pero antes de jugarla Eochaid preguntó cual
sería la apuesta esta
vez. Mider afirmó que lo único que quería era poner sus manos en el talle de Etain y darle un beso.
Como Eochaid no las tenía todas consigo, le pidió aplazar la partida otro mes.
Transcurrido el nuevo plazo volvió el dios, y le fue concedido lo que pedía. Mider puso un brazo alrededor del
talle de Echain y huyó con ella volando por la chimenea. El rey y sus guerreros salieron de la casa y solo vieron a
dos cisnes unidos por el cuello mediante un yugo de oro, eran Mider y Etain y no los pudieron alcanzar.
Más tarde un druida le dijo a Eochaid donde se encontraba el palacio subterráneo de Mider, y con la ayuda de
los poderes mágicos del druida, logró rescatar de nuevo a su esposa.
Mider se vengaría y la trágica muerte de Conairé, nieto por línea materna de Eochaid y de Etain, fue causada
por el odio implacable de ese dios y de sus gentes, a la familia del rey Eochaid.
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