Se daba el nombre de Santo Grial a la copa en la que Jesús bebió durante la última cena con sus discípulos. En ella se preservará luego la sangre de Jesús, derramada cuando fue herido con una lanza en el costado estando en la cruz. Tanto la copa como la lanza estaban al cuidado de la llamada Orden del Grial.

Se decía que José de Arimatea , que era un rico comerciante seguidor de Jesus, pidió a Poncio Pilatos que le entregara el cuerpo. Cuando le fue concedido lo enterró y guardó también la copa y la lanza.
Sus viajes comerciales en busca de estaño, le llevaron a Inglaterra y allí levantó una capilla en Glastonbury, donde finalmente se estableció, para guardar las reliquias de Jesús. Sucedieron milagros alrededor de la capilla y esta se convirtió en un lugar de peregrinaje.

Al morir José de Arimatea se formó una sociedad secreta: La Orden del Grial, para cuidar de las reliquias. Estas desaparecieron apareciendo sólo en limitadas ocasiones en las que se sucedían a su alrededor grandes milagros.
En la época de Arturo el guardián de las reliquias era sir Pelles. sir Pelles fue herido por sir Balin con la misma lanza que Jesus. Sir Balin había matado al hermano de Sir Pelles y ambos estaban peleando en el castillo que guardaba las reliquias. Sir Balin perdió su espada y echó mano para atacar a su adversario de lo primero que encontró, que fue la lanza. Esto provocó que al momento el castillo se derrumbara. Sir Pelles quedó herido sin cura posible y un largo período de desgracias asoló la región.
En cuanto a las reliquias, desaparecieran de la tierra porque al ser utilizadas para fines mundanos, habían perdido temporalmente su aura sagrada, hasta que un caballero de corazón puro pudiera traerlas de nuevo.

Sir Galahad fue este caballero (ver Galahad). Curó las heridas de Pelles y puso fin a las desgracias que asolaban la región.
Despues se las llevará fuera de Inglaterra y él mismo las transportará al cielo. Así finalizará la historia del Santo Grial.