EXPERIENCIA Y VISION DE LA VIDA DE DILIA BRACHO DESDE SU DISCAPACIDAD.
Joven titulada en arquitectura, residente en Maracaibo (Venezuela). Afectada por Esclerosis m�ltiple.
2007. Diario Cr�nica, (Venezuela).
Un t�tulo de arquitecto por llegar, un concierto de piano esperando en el exterior, apenas 23 a�os de vida, y todo un
camino lleno de sue�os por delante no parecen tener nada que ver con una silla de ruedas, pero en la historia de Dilia
Bracho, lo inesperado cambi� su forma de ver el mundo, en 1998.
Las preocupaciones de la universidad, la graduaci�n y la entrega del proyecto de pasant�as en, la entonces Lagoven no
le hac�an prestar mucha atenci�n a ese hormigueo constante en los dedos de sus manos. Pero tambi�n comenz� a tambalearse
al caminar y sus extremidades dieron signos de adormecimiento.
El estr�s puede causar tensi�n de espalda, dolor de cabeza, insomnio o depresi�n, pero... �Ca�das constantes tambi�n?
�Eso s� que fue raro�, pens� Dilia la primera vez que, caminando por una calle, perdi� la fuerza en sus piernas y cay�.
Comenz� la angustia; traumat�logos, internistas y m�dicos generales pasaron por su frente sin que nadie diera con el
origen del mal. Despu�s de un a�o de zozobra, un primo m�dico decidi� llevarla a un neur�logo y el diagn�stico emitido
dio en el clavo: �Esclerosis m�ltiple�, dijeron a Dilia y a sus padres.
A un lado �Yo volaba, quer�a hacer de todo. Me preocupaba por la figura, mi trabajo, el piano y los estudios. Nunca perd� tiempo
en nada que no fuera productivo y de pronto �Poom! choqu� con la esclerosis�, cuenta la joven, hoy de 32 a�os y habitante
del sector Valle Claro de Maracaibo.
Omaira Molina, especialista en neurolog�a y m�dico de la joven, le explic� que se trataba de una enfermedad neurol�gica
de causas desconocidas que afecta al sistema nervioso central generando un proceso de autodestrucci�n.
�Hay casos en que la afecci�n es motora; el paciente presenta problemas en la movilizaci�n de alg�n �rea. Tambi�n puede
ser sensitivo, y la persona deja de sentir un determinado lugar del cuerpo o, simplemente, presentar dolores intensos en
la zona afectada�, se�al� la especialista.
Arnaldo Bracho, un hombre de, entonces, 56 a�os, no pod�a creer lo que estaba viviendo la mayor de sus cuatro hijos y
�nica hembra. Eran familia de fe, buenos ciudadanos, colaboraban con la Fundaci�n Amigos del Ni�o con C�ncer,
con Innocens y con todo el que se atravesara que necesitara ayuda. Pero lo peor a�n estaba por pasarles.
Ah� vino la crisis (episodios de agresividad que caracterizan a la esclerosis y durante los que se perturban tanto
los aspectos fisiol�gicos como la psiquis del paciente).
De un tambaleo constante, Dilia pas� a no mover sus piernas. El temblor en la mano derecha se intensific�. Us� bast�n,
luego andadera y, de pronto, una silla de ruedas estaba frente a ella. ��No!, esto s� es la muerte�, grit� desesperada.
No aceptaba la realidad. Le recrimin� a Dios y a la vida, neg� la existencia divina y luego se refugi� en una cama por
seis meses.
Un d�a, luego de seis meses de postraci�n en una cama, Dilia se levant�. Abri� la puerta y dijo: �Acepto la silla,
voy a echarle pich�n a la vida�. En el Zulia, estudios realizados por el servicio de neurolog�a del Hospital Universitario
de Maracaibo, calculan que entre cinco y seis personas, por cada 100 mil habitantes, sufren de esclerosis m�ltiple.
�Ella es una mujer muy preparada, luchadora, excelente amiga. Es una mensaje viviente para el mundo entero�, la
describe Gladys Morillo, presidenta de Consejo Regional para la Integraci�n de Personas con Discapacidad.
Su amigo Vladimir Berenguer, cubano, residente en M�xico y quien tambi�n sufre esclerosis m�ltiple, expres�, en un correo,
a PANORAMA: �Ella tiene unos deseos inmensos por la vida. Ambos sabemos que tenemos que vivir y ser �tiles a la sociedad�.
Su fisioterapeuta, Freddy Ojeda asegura: �Es valiente. Ha manejado su enfermedad con mucha entereza, moral y confianza
en s� misma, es incre�ble c�mo est� presta a colaborar con otras personas con discapacidad�.
Ya obtuvo el t�tulo de arquitecta. Sus compa�eros la cargaron hasta el presidio del auditorio Al� Primera de Luz para
que recibiera los honores. No ha olvidado la m�sica en lo absoluto y asegura que, si Dios le concediera el milagro de
volver a caminar, lo primero que har�a ser�a tocar el piano.
Su condici�n degenerativa no avisa si habr� otra crisis, pero Dilia no piensa en eso, vive el ahora y s�lo sue�a con
ver en las noticias un t�tulo que diga: �Inventaron la vacuna contra la esclerosis�, mientras, est� feliz de relatar
c�mo ha sido su historia en una silla de ruedas.
S�lo pienso en terminar una p�gina web que estoy haciendo llamada "Espacios para todos"
http://www.espaciosparatodos.es.tl donde propondr� un estilo de vida
en el que sean respetados los derechos de los discapacitados, dice la joven.
"Dilia ofrece al mundo su mensaje de fortaleza"
Texto: Maidolis Ramones.
Estudiaba el �ltimo semestre de arquitectura, hacia las pasant�as y tocaba piano cuando la enfermedad lleg� a su puerta.
Llor�, neg� a Dios y odi� la vida. Pero un d�a renaci� para dar ejemplo al mundo de que lo m�s importante es la esperanza
y el amor.
Noviembre de 2007.
Proyecto pedag�gico social Abedul (Madrid).
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