CUADERNO MARGINAL DE LA DISCAPACIDAD DE PROYECTO ABEDUL

 

Experiencia:
Asistir a una entrevista de trabajo con una gran discapacidad.

Tengo 25 años y una minusvalía de mas de 75% debido a una distrofia muscular. Utilizo silla de ruedas ya que no puedo caminar por mi enfermedad. En el año 2005 una agencia de colocación de personas con minusvalías me llamo para presentarme a una entrevista de trabajo en una empresa. Era julio y tardé en llegar una hora y cuarenta y cinco minutos desde mi casa hasta la empresa que estaba en la otra punta de la ciudad, teniendo que coger tres autobuses. Y todo ello a las 11 de la mañana por lo que casi no había público en los autobuses ni coches por las calles. Si hubiesen sido las 8 de la mañana o las 7 de la tarde no se si hubiera podido llegar en tres horas.

Al llegar me dicen que es para un puesto de trabajo en una centralita telefónica para información al publico de una conocida empresa pero que el puesto de trabajo iba a desarrollarse en un lugar y edificio diferente al de la empresa, es decir que en esa empresa ni los trabajadores ni los clientes iban nunca a relacionarse ni conocer a las mas de diez personas minusválidas que desarrollarían ese trabajo.

Eso de entrada no me gustó nada, me sonó a exclusión porque me pareció un sistema de trabajo que lejos de fomentar la integración laboral parece un sistema en el que se asimila y se acepta nuestro aislamiento, metiéndonos a todos los minusválidos juntos en un lugar donde no se nos vea y donde no tengamos ni tenga nadie relación con nosotros, lejos de todo contacto visual con el público y con los compañeros de esa empresa, no vaya a ser que causemos repulsa o rechazo , la misma repulsa que tienen dentro de su cabeza los que contratan de esa manera y que probablemente ningún ciudadano siente, contrariamente a esos esquemas mentales tan retrógrados.

Después les comenté mi problema de movilidad y lo que había tardado desde mi casa a la entrevista explicándoles que con mi enfermedad no podría hacer ese recorrido todos los días tardando ese tiempo y en horarios punta que todo es mas complicado, por lo que necesitaría solicitar un servicio especial de transporte laboral para estos casos, a lo que me respondieron que eso no podían solucionármelo, que ese sería un problema a parte que yo mismo debería de resolver, algo que el resto de compañeros minusválidos que estaban allí no tenían porque excepto otro como yo, al que llevaban sus familiares en un coche particular, nadie iba con silla de ruedas y mal que bien caminaban y subían escaleras como para viajar en metro o de cualquier modo sin mis dificultades.

Así que de este modo ni aunque me hubiese parecido el trabajo mas maravilloso del mundo lo hubiese podido coger porque ni ellos mismos tampoco me insinuaron su interés tras la exposición de mis dificultades de movilidad. Luego me dijeron que me iban a llamar para otro puesto en el que me pudieran solucionar el problema de transporte pero nunca lo han hecho pues siempre les será mas fácil coger a otro minusválido que no tenga ese problema y a los que estamos como yo dejarnos siempre en el olvido, en el silencio, en la marginación, en la exclusión.

Para colmo al salir me recriminaron el hecho de utilizar la puerta principal de entrada del edificio de oficinas, la misma por la que entré, una puerta amplia que es giratoria, insistiéndome que con mi silla de ruedas debo de salir por otra lateral y no por esa, cosa que no comprendo cuando pude entrar bien al ser amplia y espaciosa ¿A caso no soy una persona como los demás por ir en una silla de ruedas? ¿O acaso en esas oficinas los minusválidos debemos de salir por otra puerta como se obligó a los ciudadanos de color en las épocas del aparheid?

¡¡Bonita forma de crear puestos de trabajo para discapacitados!!

Gracias por darme esta oportunidad de quitarme esa espina del mal gusto que me clavaron.  

Anónimo.

 


 

 

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