Autor del Proyecto Pedag�gico Social Abedul.
No son muchos los comentarios o art�culos que dedica la prensa internacional a la Primera Dama de la
Casa Blanca Michelle LaVaughn Robinson Obama, mas all� de aquellos que �nicamente
la dibujan como un nuevo icono para promocionar la moda o similar.
Y ello me causa extra�eza, porque adem�s de ser una mujer que expresa con naturalidad
y sin forzarse una estupenda imagen de esposa y madre,
es tambi�n alguien con un gran carisma personal y grandes dotes profesionales y
vocacionales en las cuestiones sociales.
Desde sus primeras apariciones en la campa�a electoral apoyando a su marido, ha suscitado mi curiosidad su gran clase, naturalidad y saber estar. Y buscando informaci�n sobre ella, he descubierto a una gran mujer, con una excelente y ejemplar estela personal repleta de tes�n y esfuerzo.
Michelle Obama naci� en el seno de una familia humilde asentada en un barrio obrero del sector sur de Chicago. Es descendiente de Jim Robinson, un esclavo nacido en Carolina del Sur. Su madre Marian Shields Robinson, y su padre Fraser Robinson, trabajador del departamento de Servicios Hidr�ulicos del Ayuntamiento de Chicago, afectado por una enfermedad degenerativa (Esclerosis m�ltiple); la criaron junto a su hermano mayor Craig, con el afecto y la disciplina necesarios para que pudiera adquirir la educaci�n que ellos no pudieron tener. Su padre Fraser, a pesar de la enfermedad, nunca dej� de trabajar para poder sacar adelante a la familia.
Michelle, siendo a�n muy joven y sabiendo valorar los esfuerzos que su padre hac�a, se propuso no defraudarlo nunca. Y tal y como en m�ltiples ocasiones la ense�aron; �mantuvo siempre una visi�n positiva ante las adversidades�.
Se marc� como meta su superaci�n personal, en una lucha contra corriente basada en que; �no hay nada mas imposible que lo que uno no quiere proponerse�. Desoyendo a aquellos profesores que tras su graduaci�n en 1981 le dijeron un d�a que no ten�a la capacidad para aspirar a la Universidad �Ivi Leage�, un peque�o grupo de centros acad�micos universitarios en la costa Este de los Estados Unidos, a los cuales deseaba ingresar para iniciar estudios universitarios.
Su tes�n y fuerza de voluntad inculcados por sus padres, la llevaron finalmente y pese a las serias barreras, a dos de esas universidades: Princeton y Harvard, donde ya manifest� claramente su vocaci�n hacia las cuestiones relacionadas con la materia social, matricul�ndose en Sociolog�a y Derecho.
En 1985 finaliz� su carrera de Sociolog�a, especializ�ndose en Estudios Afroamericanos y gradu�ndose con honores �Cum Laude� en el postgrado de �Artes�. Su tesis de graduaci�n se denomin�: �Princeton � Negros educados y la comunidad negra�.
Tres a�os despu�s, en 1988 finaliz� su carrera de Derecho, no sin antes haberse involucrado de lleno y durante esa etapa estudiantil en diversas participaciones dentro de la universidad, reclamando actuaciones para que las autoridades universitarias incluyesen en su plantel a profesores de minor�as, y as� mismo se aumentase la cuota de alumnos tambi�n de dichas minor�as.
Su comienzo en el mundo laboral fue en el bufete de abogados Sidley Austin de Chicago, donde un a�o mas tarde, en 1989 conocer�a a su marido. En 1991, un a�o antes de contraer matrimonio, falleci� su padre a ra�z de las complicaciones derivadas de su enfermedad, y casi al mismo tiempo muri� una de sus mejores amigas de Princeton.
Estos acontecimientos, la marcaron haciendo que su vida tomase un rumbo diferente, impuls�ndola hacia el trabajo social en el que se introdujo con una profunda vocaci�n de servicio a los dem�s. Dedic�ndose a coordinar y animar a las personas para que prestasen apoyo voluntario a vecinos con dificultades especiales.
Comenz� una labor en dicha �rea como funcionaria en el Ayuntamiento de Chicago en la categor�a de Comisionada Asistente de Planificaci�n y Desarrollo en Asuntos Sociales, creando poco despu�s un programa social �AmeriCorps� que prepara a j�venes para el servicio social a la comunidad, donde asumi� el cargo de directora ejecutiva.
En 1996, inici� en la Universidad de Chicago, como decana asociada de servicios estudiantiles el primer programa de servicio comunitario de la universidad, y siendo vicepresidenta de asuntos externos y comunitarios del Centro M�dico de dicha Universidad, las actividades de dicho voluntariado aumentaron notoriamente.
Su inter�s y compromiso por los dem�s, tambi�n lo pone de relieve, cuando manifiesta reconocer que lo que definitivamente le cautiv� de su marido, nada mas conocerlo e invitarla �a salir�, asistiendo a un evento comunitario en una iglesia� en la que su pretendiente habl� de; �El Mundo no como es, sino como deber�a de ser�. No solo fue su simpat�a o atractivo, sino �ese compromiso y seriedad que no se encuentra a menudo�.
La entrada de su esposo en la carrera presidencial, supuso para ella un firme compromiso de participaci�n muy activa en su apoyo, lo que es digno de admiraci�n, dado que no es cosa muy frecuente en las esposas de los pol�ticos una implicaci�n as�. Ello la llev� a dejar temporalmente su empleo para involucrarse con firmeza en la campa�a, tarea que ha compaginado siempre con su primera prioridad, �el cuidado de sus dos ni�as Malia y Sasha�.
Sus exposiciones p�blicas en diversos discursos y conferencias siempre han ido acompa�adas de emotividad y acercamiento a las clases mas desfavorecidas y a las minor�as. Poniendo de relieve a una mujer de grandes cualidades humanas y fuertes convicciones que se manifiesta con un car�cter directo y sincero.
"Mi principal funci�n seguir� siendo, con toda honestidad, el de madre y asegurarme de que en esta transici�n, que ser� m�s intensa para las ni�as, ellas tengan una vida estable y ordenada" dijo en una entrevista concedida a la revista Ebony.
A la vista est� que Michelle Obama es una Primera Dama admirable, todo un ejemplo para una sociedad a menudo carente de personas con esta sensibilidad, compromiso y grandes dotes humanas. Ello desde luego, que duda cabe que contribuir� positivamente en las decisiones del Presidente de los Estados Unidos, constatando el legendario dicho de que �Junto a todo gran hombre siempre hay una gran mujer�.
Enrique Gonz�lez Blanco.
Ciudadano con discapacidad, (Espa�a).
Afectado por distrofia muscular y autor de Proyecto Abedul.
