CAPITULO I
1. DEFINICIÓN DE EMPRESA
No es fácil dar una definición de empresa que, en pocas palabras, refleje la idea que tenemos de ella. Para conseguirlo, veamos algunos ejemplos:
Imaginemos una fábrica de muebles: un gran galpón lleno de maquinarias, maderas, muebles en sus distintas etapas de fabricación, obreros en incesante y ruidosa actividad. En las oficinas, los empleados usan las calculadoras, las máquinas de escribir, el teléfono; entran y salen con destino a los diferentes departamentos.
Esta visión de una empresa podría adaptarse fácilmente a una imprenta, a una fábrica de envases de hojalata o de refrigeradores.
Pensemos en una tienda o en un almacén de abarrotes. Desde los más pequeños, administrados por el dueño y sus familiares, basta los más grandes, en que trabajan decenas de empleados, todos ellos son empresas.
Podemos considerar que una clínica médica es una empresa: hay gente que trabaja: los médicos, las enfermeras, el personal de laboratorio, el administrativo. Se proporcionan alimentos, medicinas, atención médica, etc. Pero, si una clínica particular es una empresa, ¿lo es también un hospital fiscal? Aparentemente no habría gran diferencia entre ambas instituciones.
¿Qué elementos comunes tienen todas las empresas que pudiéramos imaginar?
Hemos visto que son empresas aquellas que fabrican algún producto o aquellas que compran y venden y aun aquellas que entregan servicios. Desde luego, en todas ellas se ocupa un personal que desempeña una tarea específica, se emplean ciertos materiales, los que elaborados o combinados producirán determinados bienes finales, que podrán ser objetos (muebles, zapatos) o bien servicios (distribución, salud, transporte).
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La empresa es, entonces, una unidad que combina el trabajo, esfuerzo o energía humana, con ciertos recursos (materiales, tecnológicos, financieros y administrativos), con el fin de producir algún bien o servicio. Si adoptamos una definición más dinámica, diríamos que una empresa es una unidad social que "importa" (compra) recursos humanos, materiales, tecnológicos, financieros y capacidad administrativa, transforma estos recursos y "exporta" (vende) el producto que resulta de esa transformación. Con los recursos obtenidos en la venta, adquiere nuevamente los elementos que necesita para seguir adelante con el proceso de transformación.
Esta nueva adquisición se puede hacer directamente por la empresa (recibe el dinero de las ventas y compra los recursos necesarios) o a través de otro mecanismo, como en el caso de una Planificación Nacional que entrega a la empresa no sólo sus objetivos (cuotas de producción) sino también los recursos que ella requiere. Esos recursos serán proporcionados a la empresa en la medida que el producto específico que entrega al medio sea necesario, es decir, que exista interés de parte del consumidor por el bien o el servicio concreto.
Gráficamente, en el caso de la mueblería que imaginábamos más arriba, podríamos representar ambos casos.
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La definición y el gráfico se
pueden aplicar a cualquier organización. Creemos que el lector podrá
utilizarlos fácilmente para describir la empresa en que trabaja, pues los
diferentes elementos son claramente reconocibles. Toda organización o empresa
existente en el país puede ser descrita en la forma propuesta.
Sin duda, piensa el lector en el concepto de
la utilidad o ganancia o excedente, porque hay muchas personas que identifican
la empresa con la ganancia. De acuerdo con las.ideas aquí desarrolladas, el excedente
sería una parte (no necesariamente exigible en todos los casos) del proceso,
en que se ve una diferencia entre lo obtenido por la venta del producto y la
adquisición de los elementos necesarios para fabricarlos. De hecho, existen
ciertas empresas que no obtienen ganancia o excedente, como es el caso de los
Ferrocarriles del Estado. De acuerdo con nuestra definición, los Ferrocarriles
son una empresa, es decir una unidad social que transforma recursos con el fin
de producir un servicio concreto: transporte. Sin embargo, el producto total de
la venta de su servicio no alcanza para adquirir todos los recursos que esta
empresa necesita para poder operar. La diferencia (o ganancia negativa) es
aportada por otros organismos (en este caso, por el Estado).
Por lo tanto, no podemos
relacionar a la empresa exclusivamente con la ganancia, utilidad o excedente.
Sin embargo, la
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obtención de excedentes es uno de los
objetivos de la dirección de la empresa, y uno muy importante, ya que allí se
obtienen finalmente los recursos para poder extender o ampliar la empresa. Un
buen excedente permite asegurar la supervivencia de la organización y hacer de
ella un sistema social estable.
Supongamos que usted con un
amigo instalan un kiosco para la venta de diarios y
revistas. De acuerdo con nuestra definición, ustedes han formado una empresa.
Adquieren materiales (diarios y revistas), agregan su trabajo personal y
entregan un producto que es el servicio de distribución.
Con el producto de las ventas
pagan la mercadería (diarios y revistas) y la diferencia que queda es el "sueldo"de ustedes, del cual pueden
destinar una parte para aumentar el negocio. En resumen, entendemos por empresa,y con este concepto se desarrolla este libro, un sistema social, es
decir, un conjunto de^ individuos organizados que busca alcanzar los objetivos que sé ha
fijado el sistema, al cual llega una corriente de insumos*, tanto humanos como
materiales y financieros. Dentro del sistema estos insumos sufren una
transformación para producir una corriente de bienes o servicios que se transan
en el medio. El producto de esta transacción sirve para la adquisición de los
insumos de entrada. Así el sistema social se mantiene en acción.
Desde este punto de vista, la
empresa es mucho más general que el concepto particular de empresa privada, con
fines de lucro. Bajo nuestra definición caen tanto las empresas privadas como
aquellas que pertenecen al área mixta y al área social. También se incluyen en
está definición las instituciones, servicios u organizaciones productoras de
bienes tan diferentes como transporte, salud, educación, defensa, etc.
2. LAS FUNCIONES BÁSICAS DE
Observemos ahora las diferentes funciones que debe cumplir la organización o el sistema social para llevar a cabo su acción
*Se entiende por insumos los
elementos necesarios para fabricar algún producto.
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y alcanzar sus objetivos de transformación de
los elementos que recibe del medio y de entrega a ese mismo medio de un bien o
de un servicio.
En primer lugar, tenemos una
función de producción, es decir, toda la actividad concreta que se realiza para
la fabricación del producto. Si pensamos en una empresa que produce galletas,
la "función producción" está representada por los talleres donde se
encuentran los hornos y el resto de las maquinarias que se requieren para la
fabricación de galletas. En otras palabras, la "función producción"
comprende desde la preparación de las masas basta el empaque de las galletas
terminadas. En esta función se busca la eficiencia técnica, es decir, que el
producto sea fabricado dentro de las especificaciones dadas, cuidando la
calidad.
La actividad productiva se organiza
de diversas formas, por ejemplo: producción continua (cemento), producción en
serie (automóviles) o producción a pedido (mueblería), de acuerdo con las
características del producto final. El criterio que rige esta actividad es la
productividad y la eficiencia. Esto lo vemos en todo tipo de empresas, grandes
y pequeñas. El zapatero, al fabricar o producir, trata de utilizar su equipo y
su tiempo en la mejor forma posible, de distribuir el trabajo entre él y sus
ayudantes, de una manera tal, que le reporte el máximo provecho. El cartero,
al efectuar el reparto de cartas, trata de organizar su ruta de modo que logre
entregar el máximo de cartas en una distancia mínima.
Si observamos la organización
del departamento de Producción, concluiremos que se trata de ordenar su
actividad en la forma más lógica. Sin embargo, esta racionalidad y este orden
en las actividades deben tomar en cuenta también al individuo que allí opera.
El hombre y la máquina son elementos del proceso productivo. De la combinación óptima
de ambos se logrará la producción más eficiente.
Un caso interesante sucedió en
las minas de carbón, en Inglaterra. Estas minas eran operadas con una
mecanización mínima y con grupos de mineros, tres o cuatro, que trabajaban
independientemente en los piques. Sin embargo, el avance
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tecnológico había desarrollado máquinas
capaces de hacer el trabajo del hombre, quien sólo debía operarlas y
controlarlas. Entusiasmadas con los resultados alcanzados en otras partes, las
empresas mineras decidieron mecanizar al máximo la operación de extracción del
carbón. Así se hizo. Se entrenó a la gente, se cambió de actividades a muchos
mineros (no se despidió a ninguno), y se puso en operación el sistema.
El resultado fue catastrófico.
La producción que se lograba con las máquinas era más o menos igual a la
alcanzada sin ellas. Estudios posteriores demostraron que los mineros reaccionaron
negativamente a la nueva organización de trabajo que destruía el grupo social
que existía en las condiciones anteriores. Cuando se buscó (y se encontró) una
organización tal que mantenía al grupo de mineros unido, pero operando ahora en
forma mecanizada, se pudo apreciar las enormes ventajas que, desde el punto de
vista de la producción, proporcionaban las máquinas.
Se puede decir que la función
de producción se encuentra aislada del medio externo de la empresa. A la gente
que aquí opera: obreros, capataces, supervisores, superintendentes, no les
preocupa de dónde vienen los materiales que ellos transforman, ni tampoco el
destino de los productos que ellos fabrican.
Les interesa tener siempre las
materias primas que necesitan y que ellas correspondan a las calidades exigidas
por el proceso de transformación para lograr un buen producto.
Son otras funciones las que se encargan
de que Producción cuente con todos los elementos necesarios para fabricar el
bien o servicio y también para sacar al producto de la empresa y transarlo en
el medio externo. Estas son las funciones de apoyo y se llaman así pues
básicamente su objetivo es apoyar al proceso productivo. Las unidades
administrativas a cargo de las adquisiciones de materias primas (compras), las
que se encargan de proveer a Producción del elemento humano (Selección y
Contratación) y las que tienen la responsabilidad de obtener recursos
financieros, son unidades de apoyo. Esto desde el punto de vista de la
corriente de entrada.
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En cuanto a la salida del
producto, de ello se encarga la unidad administrativa de Ventas (otra función
de apoyo) cuya finalidad es manipular el medio con el fin de
"comerciar" el producto y obtener así los ingresos necesarios para
que se puedan adquirir todos los elementos (materiales y humanos) necesarios
para volver a producir. En este sentido, las funciones de apoyo no se
encuentran aisladas del medio, sino que justamente operan y se desenvuelven en
él. Tanto los compradores como los vendedores pasan normalmente la mayor parte
de su jornada fuera de la empresa, ya sea visitando a clientes o a proveedores.
Al proporcionarles los medios para la continuidad de la fabricación, cumplen
con su misión de lograr que las unidades de producción sigan operando
regularmente.
Una tercera función está
dirigida hacia el elemento humano que labora dentro de la empresa, y la podemos
denominar función de mantención. Su objetivo es lograr que las personas que
trabajan en la empresa lo hagan efectivamente. No basta que una persona se
encuentre físicamente presente en el lugar de trabajo, para que pensemos que
efectivamente está trabajando. Puede estar pensando en otras cosas, en su
familia, en algún problema personal, etc.
El hombre entra a trabajar a
una empresa para obtener los medios de satisfacer sus necesidades personales.
Ese es su objetivo básico. La empresa, por otro lado, le asigna un objetivo
específico. Ahora bien, no siempre ambos objetivos coinciden; hay casos en que
llegan a ser opuestos, surgiendo, entonces, los conflictos.
La función de mantención trata de evitar estos
conflictos, induciendo al individuo a cumplir con los objetivos de la organización.
La unidad administrativa que se preocupa fundamentalmente de esta misión es el
Departamento de Personal, a través de sus diferentes funciones (Bienestar,
Entrenamiento, Remuneraciones, etc.). Una de las condiciones que exige el
individuo dentro de la organización es el conocimiento de las "reglas del
juego". El está dispuesto a sacrificar parte de su libertad en la medida
que sepa claramente qué se quiere de él. Esto no significa, por supuesto,
señalar que el trabajo
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en sí es algo indeseado o penoso.
Todo lo contrario; el realizar alguna acción, el entregar energías para
construir, para hacer algo, es inherente al individuo. Todos estamos dispuestos
a trabajar, todos lo deseamos, queremos crear, entregar o contribuir con
nuestra capacidad y servicio para mejorar nuestra sociedad. Sin embargo, para
llevar a cabo esta entrega el trabajador también pide. El quiere saber, por
ejemplo, qué se espera de él, cómo debe conducirse, cuáles son sus relaciones
con el resto de la organización, en qué consiste su trabajo, para qué se hace,
etc.
En este sentido, la función de mantención busca elaborar estas reglas
del juego, tratando de que sean lo más claras posibles. Para eso establece una
serie de normas escritas o verbales. Entre éstas tenemos los horarios, la
distribución de los turnos, los ascensos, los despidos, los incentivos, etc. En
la medida que existan estas normas, y que sean claras, lodos sabemos a qué
atenernos en situaciones determinadas. Como individuos, le tenemos un cierto
femoral futuro, justamente porque es algo desconocido. En la medida que existan
reglas del juego claras ese temor al futuro, esa incertidumbre, tiende a
desaparecer, porque podemos imaginarnos cual será nuestra "carrera"
dentro de la empresa.
Si usted tuviera que escoger
entre las dos empresas cuyas características se describen más abajo, ¿en cuál
se quedaría?
empresa A:
1. Horario de trabajo claramente
establecido.
2. Política de ascenso bien
determinada y bien clara.
3. Política de bienestar igual que
la anterior.
4. Funciones y tareas claramente
definidas y la responsabilidad
y autoridad bien delimitada.
5. Relaciones con superiores y
subordinados bien específicas.
empresa B:
6. Horario de trabajo depende del
criterio de los jefes.
7. Política de ascensos también
depende del criterio de los
supervisores. No existen reglas generales.
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8. Política de bienestar.
Continuamente variando siendo impo-
sible prever cual será el tratamiento que se nos dará en
un
caso particular.
9. Autoridad y
responsabilidad confusas. Existen mandos
múltiples, varios jefes nos dan órdenes y a veces no sabemos
cuál cumplir.
Parece lógico que nos decidamos
por
Ahora bien, para que una
empresa pueda llegar a tener un claro y definido conjunto de normas es
importante que no ocurran muchos cambios*, es decir, que las políticas generales
se mantengan por espacios de tiempo más o menos largos, que los procedimientos
de trabajo también sean más o menos permanentes. Desde este punto de vista, la
unidad de personal trata de evitar los cambios, ya que es difícil entonces
establecer normas claras y definidas y también engorroso
el enseñárselas al personal para que actúe conforme a ellas. Por estas razones,
esta función adquiere un cierto carácter conservador, al tratar de mantener la
situación actual, evitando los cambios. Es más bien evolucionista que
revolucionaria.
Una cuarta función de la
organización es la de adaptación. La empresa se desarrolla en el medio que la
rodea. No puede desentenderse de él. Más aún, recibe sus influencias, es decir,
el medio modifica a la empresa, y también la empresa modifica al medio. Por
ejemplo, el medio, a través de otras organizaciones impone ciertas condiciones
a la organización que la obligan a modificarse. Tenemos el caso de la ley de
Inamovilidad Esta es una acción desarrollada fuera de la empresa, pero que la
afecta de inmediato. Otros ejemplos son los reglamentos municipales que en
cierta forma determinan la localización de
*A1 referirnos a cambios queremos
significar aquellos no deseados o no comprendidos, desde el punto de vista del
trabajador que participa en el sistema.
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la fábrica, la creación de los
sindicatos por ley, etc. Las negó-clariones colectivas a nivel de industria y
no de empresa ejemplifican en forma clara nuestra idea. En estas negociaciones
ya la empresa no trata directamente con sus empleados, sino que los contactos
se realizan ahora a un nivel más alto, al nivel de la industria, que es la suma
de todas las empresas que fabrican un producto determinado (por ejemplo, la
industria del calzado, de la madera, etc.).
A su vez, la empresa modifica
al medio. No cabe la menor duda que el hecho de haber levantado la usina de Huachipato en el lugar que se hizo,
sirvió para modificar ese medio. Lo que antes era una playa y potreros verdes,
hoy día se encuentra convertido en un gran complejo industrial, en que las
construcciones de cemento, las chimeneas y los caminos pavimentados han
reemplazado a los árboles y a los senderos.
Una de las características más
sobresalientes del medio que nos rodea es el cambio. Vivimos en una edad de
cambio. Cambios sociales, políticos, económicos; cambios en el gusto y
preferencia de las personas; cambios tecnológicos, y éste es un cambio
violento, muy rápido.
Sin duda estamos viviendo un
cambio revolucionario, debido básicamente al enorme crecimiento del
conocimiento humano. Este conocimiento está desarrollando más y más técnicas y
mecanismos que, puestos al servicio del hombre, tienden a ayudarlo a vivir
mejor. Por ejemplo, se está actualmente produciendo un cambio en la dirección
de las empresas. De un tipo de dirección autoritaria se está pasando a una
dirección participativa. Una empresa particular no puede que-dar fuera de este
cambio. Si así lo hiciese, es probable que su función de mantención (es decir, todas esas técnicas
que persiguen que el individuo realmente trabaje dentro de la empresa en el
logro de su objetivo), fracase lamentablemente, determinando así la muerte de
la empresa.
La función de adaptación
estudia justamente los cambios que se están produciendo en el medio, con el fin
de introducirlos dentro de la empresa. Una unidad administrativa que
claramente cumple con esta función es el Departamento de
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Estudios de Mercado. Su función es averiguar
qué es lo que la gente quiere (estudiar el cambio en los gustos y las preferencias),
con el fin de que la empresa produzca precisamente eso que la gente desea. El
Departamento de Estudios de Mercado de una fábrica de calzados trata de
averiguar qué tipos de calzados desean los consumidores. Un departamento
similar en una fábrica textil trata de determinar las telas y los colores que
prefieren los consumidores, etc.
Otra unidad administrativa que
también estudia los cambios que se producen en el medio, es el Departamento
Técnico, dedicado a estudiar los nuevos adelantos tecnológicos (las nuevas
máquinas) que están saliendo al mercado, relacionadas con el producto
específico que fabrica esa empresa.
Una unidad que trata de influir
en el medio, es decir, que opera en el sentido inverso a las anteriores es la
de Publicidad y Promoción, cuyo objetivo es cambiar los gustos de los consumidores
e inducirlos a consumir el producto o servicio que esa empresa en particular
elabora. En este sentido es nítido el cambio de gustos que Coca-Cola y Pepsi-Cola han producido en nuestro medio.
Si observamos a
estas cuatro funciones: producción, apoyo,
mantención y adaptación, podremos ver que cada una tiene tareas especiales y objetivos
concretos. Sin embargo, todas son necesarias para la supervivencia de la
empresa. Son indispensables pues son interdependientes. Producción no puede
funcionar si Apoyo no la provee de los materiales necesarios (tanto humanos
como materiales). La unidad de Ventas operará deficientemente si las unidades
de Adaptación no le indican los tipos de productos que debe vender (y a
Producción los que debe producir) porque eso es lo que la gente quiere. Si las
personas no se deciden a trabajar, nada sacaremos con poseer máquinas de último
modelo o haber determinado qué productos fabricar y mantener toda la materia
prima en bodega.
Es necesario,
entonces, que todos estas funciones se desarrollen
con tal armonía y coordinación que toda la empresa opere en forma eficiente.
Por lo tanto, cada unidad administrativa, al tener su propio objetivo bien
definido, tratará de
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alcanzarlo lo mejor posible. Los
vendedores se esforzarán por vender el máximo, el departamento de estudios de
mercado identificará el producto que la gente quiere y procurará implantar el
cambio. En este esfuerzo por cumplir mejor sus objetivos, fácilmente se cae en
problemas que se generan en los otros departamentos.
Decíamos que los vendedores
venderán todo lo que puedan. Con ese predicamento, es muy posible que vendan
mucho más de lo que la empresa es capaz de producir. Quizás el nuevo producto
patrocinado por el departamento de estudios de mercado tenga tales
características, que sea necesario no sólo disponer de nuevas máquinas, sino
también preparar a la mano de obra para producirlo.
Es preciso, pues,
que exista una quinta función que dirija, controle y coordine las actividades
de estas cuatro funciones. Y esta quinta función es
3.
En el capítulo anterior destacábamos la
necesidad de "administrar" la empresa con el fin de que ésta alcance
los objetivos que sus participantes le han fijado.
Administrar una empresa es
lograr que se hagan las cosas que deben hacerse en esa unidad económica.
Observábamos que a la empresa llega una cantidad de recursos, materiales
humanos, financieros, etc. Estos recursos, para que puedan ser transformados en
el bien o servicio que esa empresa en particular produce, deben ser
"administrados"".
Pensemos en nuestro hogar.
También a él llevamos recursos. El marido con su trabajo aporta el recurso
financiero, además de su propio trabajo en el hogar; la esposa aporta su
trabajo; los hijos el suyo. También ingresa a la casa una serie de productos
concretos: alimentos, vestuario, ocasionalmente, muebles. Estos recursos
tienen como objetivo proporcionar a los miembros de la familia la estabilidad y
la mantención física y espiritual.
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Sin embargo, para
alcanzar esos objetivos, los recursos tienen que ser "administrados".
¿Quién administra el hogar? Aunque tanto el esposo como la esposa tienen esa
responsabilidad, es, generalmente, la mujer la que toma directamente a su cargo
la administración del hogar. Observemos su conducta. ¿Cuáles son sus tareas?
Desde luego, se encarga que las cosas se hagan (está administrando). ¿Cómo lo
hace? Parte de su trabajo específico consiste en preparar los alimentos, salir
de compras, componer la ropa, cuidar a los niños. Pero otro aspecto
consiste en dirigir al resto del grupo familiar en tareas concretas que ella
le asigna. Le pide a la hija que haga ciertas compras y vigila que esto se
cumpla; le pide al hijo mayor que le ayude a su hermano menor a hacer las
tareas; le pide al marido que pase a pagar la cuenta del almacén (o el dinero
para hacerlo ella); piensa en lo que se va a hacer de comida al día siguiente.
Muchas actividades de la dueña de casa no se caracterizan por un trabajo
específico (hacer una cosa), sino que representan un trabajo para lograr que se
obtengan ciertas cosas mediante el esfuerzo ajeno. (Por ejemplo, que la hija
compre; que el hijo mayor ayude a su hermano, que el marido pague una cuenta).
Este tipo de trabajo es el que denominamos trabajo de administración o de
dirección.
Si pasamos del hogar a la
empresa, nos encontraremos con que el trabajo de los administradores, desde el
capataz hasta el gerente, consiste básicamente en eso: lograr que se hagan las
cosas o que se alcance un objetivo predeterminado mediante el esfuerzo y la
coordinación de otras personas.
Si observamos el trabajo de un
capataz, veremos que le entregan un objetivo concreto: producir un número
determinado de piezas. El no las produce; quienes lo hacen son los operarios
que están en las respectivas máquinas. El capataz ordena y distribuye el
trabajo, coordina los esfuerzos, instruye o explica o soluciona los problemas
que se presentan, antes o durante el desarrollo del trabajo, vigila y controla
el avance y el resultado alcanzado.
Si examinamos ahora otros
puestos ejecutivos o administrativos de la empresa, veremos que quienes los
ocupan se encuen-
24
tran desarrollando una actividad
similar a la del capataz y a la de la dueña de casa. Evidentemente que habrá diferencias
en la cantidad de responsabilidad, en el tipo de trabajo cuya ejecución debe
lograrse, etc., pero su actividad tiende a ser la misma.
Podemos entonces clasificar las
actividades que, en su conjunto, conforman el trabajo de un administrador. Si
recordamos la descripción que hemos hecho del trabajo de la dueña de casa y la
del capataz, llegaremos a la conclusión que la actividad del administrador
comienza cuando le encomiendan un trabajo que la unidad a su cargo debe
cumplir. En otras palabras, cuando se le asigna un objetivo.
Dado el objetivo, el
administrador debe estudiar cómo se va a realizar el trabajo o lo que hay que
hacer para alcanzar el objetivo. Cuenta con ciertos recursos materiales y
humanos, y planifica la actividad. En mayor o menor grado trata de determinar
la forma cómo se llevará a cabo el trabajo, considerará sus etapas y procurará
anticiparse a los problemas que puedan surgir durante el desarrollo de la
actividad. Puede dividir la orden de producción y fijar, calendario en mano,
las distintas fechas en que cada parte de la orden debe estar hecha.
Una vez que tenemos un plan o
programa de acción, produc-to
de nuestra actividad de planificación, entramos a organizar los medios de que
disponemos, tanto materiales, financieros como humanos, y asignamos tareas y
responsabilidades. La dueña de casa encomienda ciertas tareas a su hija y otras
al marido. El capataz distribuye la tarea entre sus diferentes subordinados.
Ya tenemos a la empresa lista
para alcanzar los objetivos asignados. Es necesario ponerla en marcha.
Entregadas las tareas a los miembros de la unidad, de acuerdo con el plan,
debemos comenzar con el trabajo real. Y junto con dar la orden de partida, el
administrador permanece junto a su equipo guiándolo, motivándolo para seguir
adelante con el trabajo, comunicándole todas las informaciones que le pidan o
que él estime necesario dar cuando se presentan problemas imprevistos. En una
palabra, dirige la actividad de los miembros
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de la unidad para el logro dejos
objetivos, observa cómo, se va ejecutando la tarea, compara continuamente lo
que dice el plan con lo que se va produciendo en la realidad.
Hay aquí un trabajo de control necesario para
rectificar a tiempo aquellas actividades que comienzan a desviarse de los planes
originales. También hay una actividad de control una vez que el objetivo ha
sido alcanzado. ¿Se cumplió con el programa? ¿Se alcanzó el objetivo? Si no
fuera así ¿porqué? Y en ese por qué se encierra toda
una gama de modificaciones tanto de objetivos y de planificación como de
organización o de dirección, con el fin de aprovechar esa experiencia y poder
cumplir con la tarea en la próxima oportunidad.
Como se ve, la actividad del
administrador es un verdadero círculo, que comienza con el objetivo, pasa por
la planificación, sigue en la organización, dirección y control, para comenzar
nuevamente en el objetivo.