La Dirección
Administrativa
Concepto
y finalidad de la Dirección
La Planificación y la Organización, se materializan en actuaciones a través de tres elementos básicos que debe poseer quien tiene la responsabilidad de lograr objetivos:
a)
Capacidad
para entregar instrucciones,
b)
Capacidad
para establecer comunicaciones,
c)
Habilidad
para dirigir.
La Dirección involucra
básicamente, a las relaciones humanas de la Administración, ya que son las
relaciones interpersonales las que permiten a los subordinados comprender y
contribuir eficientemente al logro de los objetivos de la empresa.
El hombre, es el centro
alrededor del cual giran todas las cosas materiales... La planificación tiene
éxito debido a que las personas reúnen las combinaciones correctas de actividades...
La organización resulta efectiva, porque las “personas” la adoptan para
trabajar juntas... y, el control, es efectivo porque ayuda a las personas a
llegar a la meta de manera eficiente.
El principio fundamental de la dirección,
plantea que:
“Normalmente se obtienen
esfuerzos favorables tratando a los empleados como a seres humanos, alentando
su crecimiento y desarrollo, despertando en ellos el deseo de superarse,
reconociendo el trabajo bien ejecutado y garantizándoles equidad.”
En la organización social, se
ordenan distintas funciones y roles sociales, que constituyen comportamientos
dentro del grupo y, que originan todo un sistema de jerarquización y
responsabilidades.
Los individuos asumen roles y funciones dentro de una ocupación, las que están normadas por una serie de factores que determinan exigencias, responsabilidades, actitudes y funciones específicas que el hombre debe cumplir; todo lo cual permite identificar ciertos rasgos o estilos característicos en quienes asumen papeles directivos.
En general, se identifican tres
estilos básicos de dirección o liderazgo:
Se caracteriza por la estrictez
en sus planteamientos; es quien otorga los premios, halagos y críticas. Se
abstiene de participar en las actividades del grupo. Su perspectiva es MANDAR
más que DIRIGIR. Aplica un método de dirección impuesto sobre el grupo.
Proyecta su influencia de manera
unilateral y determinante, dejando al margen toda iniciativa grupal. Establece
y prescribe normas, determina procedimientos y objetivos, según sus propias
ideas. Imparte órdenes e impone tareas y deberes a los integrantes del grupo,
por etapas sin determinar con futuridad los planes y programas, lo que se
traduce en una dependencia de cada integrante.
Jefe
o líder Democrático.
Toda gestión de índole general
es definida mediante la deliberación del grupo al que dirige. Los
procedimientos aplicables se estructuran en reunión general, a través de la
exposición de las etapas de un proceso, en el que se perfilan los objetivos y
metas que desea alcanzar. El líder democrático DIRIGE y ORIENTA técnica y
objetivamente.
Las normas, etapas y
procedimientos de trabajo se adoptan, previa discusión del grupo, bajo la
conducción del jefe. Los miembros del grupo deliberan y realizan funciones de
acuerdo a sus aptitudes y capacidades en forma libre. En las reuniones,
orienta, estimula, armoniza tendencias divergentes, ayuda a resolver tensiones
y conflictos. El mismo propone alternativas.
Las relaciones entre el jefe y subordinado son cordiales. Delega funciones y responsabilidades, distribuyendo el mando entre el grupo, quienes asumen responsabilidades con eficacia, permitiendo un mayor rendimiento y gran cordialidad.
Se caracteriza por una conducta altamente indulgente. Permite gran libertad y autonomía que se traduce en un exceso, por lo que hay subalternos carentes de conducción, aplican su propio criterio y marco de referencia. Esto llega a un alto grado de desorganización, provocando desorientación colectiva y caos, poniendo en peligro la estabilidad del grupo y la empresa. En resumen, no existe una real participación en las programaciones, originándose un clima de tensiones e irresponsabilidades entre los miembros del grupo.