LOPE DE VEGA


 

LAS PAJAS DEL PESEBRE

Las pajas del pesebre
ni�o de Bel�n
hoy son flores y rosas,
ma�ana ser�n hiel.
Llor�is entre pajas,
del fr�o que ten�is,
hermoso ni�o m�o,
y del calor tambi�n.
Dormid, Cordero santo;
mi vida, no llor�is;
que si os escucha el lobo,
vendr� por vos, mi bien.
Dormid entre pajas
que, aunque fr�as las veis,
hoy son flores y rosas,
ma�ana ser�n hiel.
Las que para abrigaros
tan blandas hoy se ven,
ser�n ma�ana espinas
en corona cr�el.
Mas no quiero deciros,
aunque vos lo sab�is,
palabras de pesar
en d�as de placer;
que aunque tan grandes deudas
en pajas las cobr�is,
hoy son flores y rosas,
ma�ana ser�n hiel.
Dejad en tierno llanto,
divino Emman�el;
que perlas entre pajas
se pierden sin por qu�.
No piense vuestra Madre
que ya Jerusal�n
previente sus dolores
y llora con Jos�;
que aunque pajas no sean
corona para rey,
hoy son flores y rosas,
ma�ana ser�n hiel.




ZAGALEJO DE PERLAS

Zagalejo de perlas,
hijo del Alba,
�d�nde vais que hace fr�o
tan de ma�ana?.

Como sois lucero
del alma m�a,
al traer el d�a
nac�is primero;
pastor y cordero
sin choza y lana,
�d�nde vais que hace fr�o
tan de ma�ana?

Perlas en los ojos,
risa en la boca,
las almas provoca
a placer y enojos;
cabellitos rojos,
boca de grana,
�d�nde vais que hace fr�o
tan de ma�ana?

Que ten�is que hacer,
pastorcito santo,
madrugando tanto
lo dais a entender;
aunque vais a ver
disfrazado el alma,
�d�nde vais que hace fr�o
tan de ma�ana.




YO VENGO DE VER

Yo vengo de ver, Ant�n,
un ni�o en pobrezas tales,
que le di para pa�ales
las telas del coraz�n.




LA NI�A A QUIEN DIJO EL �NGEL

La Ni�a a quien dijo el �ngel
que estaba de gracia llena,
cuando de ser de Dios madre
le trujo tan altas nuevas,

ya le mira en un pesebre,
llorando l�grimas tiernas,
que oblig�ndose a ser hombre,
tambi�n se obliga a sus penas.

�Qu� ten�is, dulce Jes�s?,
le dice la Ni�a bella;
�tan presto sent�s mis ojos
el dolor de mi pobreza?

Yo no tengo otros palacios
en que recibiros pueda,
sino mis brazos y pechos,
que os regalan y sustentan.

No puedo m�s, amor m�o,
porque si yo m�s pudiera,
vos sab�is que vuestros cielos
envidiaran mi riqueza.

El ni�o reci�n nacido
no mueve la pura lengua,
aunque es la sabidur�a
de su eterno Padre inmensa.

Mas revel�ndole al alma
de la Virgen la respuesta,
cubri� de sue�o en sus brazos
blandamente sus estrellas.

Ella entonces desatando
la voz regalada y tierna,
as� tuvo a su armon�a
la de los cielos suspensa.

Pues and�is en las palmas,
�ngeles santos,
que se duerme mi ni�o,
tened los ramos.
Palmas de Bel�n
que mueven airados
los furiosos vientos
que suenan tanto.
No le hag�is ruido,
corred m�s paso,
que se duerme mi ni�o,
tened los ramos.

El ni�o divino,
que est� cansado
de llorar en la tierra
por su descanso,
sosegar quiere un poco
del tierno llanto,
que se duerme mi ni�o,
tened los ramos.
Rigurosos yelos
le est�n cercando,
ya veis que no tengo
con qu� guardarlo.

�ngeles divinos
que vais volando,
que se duerme mi ni�o,
tened los ramos.



PUES AND�IS EN LAS PALMAS

Pues and�is en las palmas,
�ngeles santos,
Que se duerme mi Ni�o,
Tened los ramos,
Palmas de Bel�n
Que mueven, airados,
Los furiosos vientos
Que suenan tanto,
No le hag�is ruido,
Corred m�s paso;
Que se duerme mi Ni�o,
Tened los ramos,
El Ni�o divino,
Que est� cansado
De llorar en la tierra
Por su descanso,
Sosegar quiere un poco
Del tierno llanto;
Que se duerme mi Ni�o,
Tened los ramos,
Rigurosos hielos
Le est�n cercando;
Ya veis que no tengo
Con qu� guardarlo;
�ngeles divinos,
Que vais volando,
Que se duerme mi Ni�o,
Tened los ramos.



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