¿A
qué se debe esta reaparición terrorista?
- A que desde el gobierno de Valentín Paniagua se ha venido recortando
el
presupuesto de las FF.AA., lo que ha implicado el cierre de la mitad de
las bases
contrasubversivas y la suspensión de operaciones en las zonas donde
jamás dejó de
haber actividad terrorista: los valles del Huallaga, del Mantaro y del
Ene-Apurímac. A
eso se suma que en el Ejército se ha suprimido el arma de inteligencia.
Sin embargo,
ya desde fines del gobierno de Fujimori se dejó de combatir estos
remanentes.
¿No
era Fujimori el gran pacificador del país?
- Hizo un buen trabajo hasta 1999 en que se captura a “Feliciano”.
Luego se pudo
hacer más para obtener la rendición de los rezagos que hasta
hoy subsisten. Sin
embargo, por fines políticos se aguantó todo. No convenía
hacerlo en ese momento,
sino en el 2000, para ganar votos con miras a la ilegal re-reelección.
Esto se lo digo
porque yo participé en conversaciones con cabecillas terroristas
que estaban
dispuestos a dejar las armas, pero luego de un ataque que sufrimos en
octubre de
1999, recibí la orden de no hacer más y de volver a Lima.
Era la oportunidad para
acabar con la columna que esta semana entró al campamento de Techint.
¿Quiénes
son los nuevos elementos que integran Sendero?
- Son hombres y mujeres que en la década pasada huyeron de las
operaciones de las
Fuerzas Armadas, y que ahora, al no ser molestados, se han dado el lujo
no sólo de
reintegrarse a su antigua columna, sino también de participar en
acciones como las
de Techint. El haber bajado la guardia ha permitido que Sendero irrumpa
nuevamente en la escena nacional.
¿Cree
que estamos ante una acción aislada o ante el inicio de una nueva
guerra
interna en el Perú?
- Por el momento la columna al mando de Carlos Quispe Palomino (a) “José”
y su
brazo operativo conocido como “Alipio”, no constituye amenaza
para el Estado. Pero
recordemos que esta gente enferma cree ciegamente que va a tomar el poder,
y en
su camino absurdo hacia eso pueden hacerle mucho daño al país.
Ultimamente se está hablando de un Sendero que ha cambiado de discurso...
- Eso es cierto y me preocupa, pues si este gobierno se queda de brazos
cruzados,
“José”, “Alipio” y todos sus mandos van
a ganar gente con el cuento de que van a
ayudarlos a conseguir trabajo y esas cosas. Eso pondría al país
en la misma situación
que en 1980, cuando esporádicas acciones terroristas en el campo
se transformaron
en la guerra interna que todos sufrimos.
¿Qué
debe hacer el gobierno?
- En primer lugar, darle a las Fuerzas Armadas recursos necesarios para
que recupere
su operatividad. Lo principal es reabrir bases contraterroristas donde
aún hay
presencia armada y que haya recursos para tener helicópteros, para
que haya
rancho. La gente del Ejército siempre tiene la moral en alto para
ir a combatir, pero
si no le dan la logística, mejor que ni vaya.
¿Y
en inteligencia?
- Ahí hay que trabajar mucho. El hecho que el Ejército no
tenga oficiales de
inteligencia es gravísimo. Por animadversión a las malas
prácticas que ejerció el
corrupto ex capitán Montesinos, no se puede prescindir de gente
especializada en
lucha contra el terrorismo desde el campo de la inteligencia. Actualmente
los trabajos
en este campo los hacen oficiales de otras armas que un año pueden
estar haciendo
esas labores y que luego son enviados a regimientos de caballería
o a unidades de
intendencia en la frontera. Así nunca se va a tener gente especializada.
¿Qué
lección deja el rapto de los 71 trabajadores?
- Que Sendero se mantiene activo y que si ha levantado la cabeza en el
campamento
de Techint es porque desde el año 2001 hasta la fecha el Estado
se lo ha permitido.
Se debe hacer algo, pero ya.
¿Quién
pierde y quién gana con todo esto?
- Pierde el Perú, que ve su imagen por los suelos con los sucesos
de Techint, y gana
Sendero, que vuelve a las primeras planas del mundo. Y ¿quiere
que le diga una
cosa? También gana Chile, que desde su lejano balcón, debe
estar feliz porque con
esto, pues es casi seguro que los bolivianos sacarán su gas por
su territorio y no por
el nuestro, donde Sendero se mantiene activo y tiene como blanco a las
empresas
extranjeras.
Son menores que SL robó de sus hogares
Utilizan a “pioneros”
Apenas el general Eduardo Fournier se enteró por declaraciones
de trabajadores de
Techint que entre los terroristas secuestradores había menores
de edad, vino a su
mente el recuerdo de los llamados “pioneros”, jóvenes
formados dentro de las
columnas terroristas, tras ser robados de sus hogares cuando eran pequeños
de uno
o dos años.
“Esas
criaturas que hoy deben tener entre 12 y 15 años, han sido formados
sin
ninguna noción de familia, religión o patria. No conocen
ni siquiera al mundo
occidental, por lo que su mundo es Sendero y las ideas que este grupo
terrorista les
imparte”, aseveró Fournier, quien ha conversado con muchos
sediciosos arrepentidos
o encarcelados que han visto crecer a estos niños.
Dijo que una vez un mando terrorista le narró la forma en que “Alipio”
mataba de un
palazo en la cabeza a los niños que se retrasaban en las caminatas
por las trochas de
la selva. “Agarraba a sus víctimas de los tobillos con la
cabeza hacia el suelo y las
desnucaba delante de los otros pequeños para que sepan lo que les
podía pasar”,
precisó.
Supo que
en una oportunidad a estos niños se les dio de comer uno que otro
grano de
choclo, y que uno de ellos “cometió el error” de guardar
alimento para más tarde
entre su ropa. Al enterarse “Alipio”, no dudó en sacar
su machete y cortarle la mano
a la criatura para “aleccionar” al resto de cómo se
paga un acto de indisciplina.
Refirió
que para estos “pioneros” criados como verdaderos salvajes
en medio del
monte, matar y torturar es la cosa más natural del mundo. “A
la persona que agarra
un poco de comida que va más allá de su ración, le
meten un tiro en la cabeza porque
les han dicho desde pequeñitos eso de que el Partido Comunista
del Perú no permite
el robo”, manifestó el militar .
“Esas
criaturas existen y son víctimas del terror, pero con el paso de
los años se han
convertido en parte de él. Ahora cabe preguntarse, ¿qué
pasará cuando esos niños
asuman mayores responsabilidades dentro de Sendero?”, advirtió
Fournier, quien
trabajó en la captura de “Feliciano”.
Sobre este tema, OJO publicó en diciembre del año pasado
un especial dando cuenta
del rescate de niños que se encontraban en manos de Sendero. Sin
embargo, quedan
muchos más en poder de esa banda. Ante ello muchos no se explican
por qué el
presidente Toledo dijo esta semana que en el Perú no hay ni un
solo secuestrado.
Fournier,
aseguró que muchos de esos “pioneros” pertenecen a
los asháninkas y que
se encuentran en la agreste selva que comparten las regiones de Junín
y Ayacucho,
donde se ubica el refugio senderista de Vizcatán.