SANTA ROSA DE LIMA PASION
MISTICA EN JUVENTUD
Por
OMAR FRANÇA-TARRAGO
"Primera
Santa de América,
Rosa de Lima, con su vida sencilla y austera, su carácter dulce, su ardiente palabra y su apostolado
entre los pobres, los indios y los enfermos, fue también una intrépida evangelizadora, testimonio
elocuente del papel decisivo que la mujer ha tenido y sigue teniendo en el
anuncio del Evangelio". Homilía de Juan Pablo II. 6 de setiembre
de 1992
FECHAS SIGNIFICATIVAS
Nacimiento: 20 abril 1586
Bautismo: 25 mayo 1586
Muerte: 24 agosto 1617 (31 años)
Beatificación: 12 feb 1667
Canonización: 12 abril 1671
INDICE
Patrona de America
Mujer y laica fue el primer santo
americano
El amor por la naturaleza y su
pasión por la música
Rosa: la mujer decidida y valiente
Contemplando a Cristo en los más pobres y
desamparados
Su comunión mística con el Señor
Dueña de
sí misma para Dios
Modelo para la Iglesia de hoy:
a. Extracto de la Homilía del Cardenal de Lima: Mons. Juan Landazuri.
b.Extracto del Mensaje de SS. Juan Pablo II al
pueblo peruano
Selección de
textos pertenecientes a Santa Rosa
Bibliografía
Lugares donde se venera a Santa
Rosa en el Uruguay
PATRONA
DE AMERICA
Nacida en una modesta y numerosa
familia de Lima el 20 de abril de 1586, Rosa fue bautizada con el nombre de
Isabel. El apelativo por el que la conocemos se debió a
Mariana, la doméstica, que al ver la belleza de la
recién nacida la comparó a la
flor del mismo nombre.
Rosa muere el 24 de agosto de
1617, con apenas 31 años. Su fama de santidad se había hecho tan célebre
en Lima que en su funeral la ciudad entera, con sus autoridades eclesiásticas y civiles, se volcó a
orar ante sus restos. La multitud quería
quedarse con algo que le perteneciera y los frailes de Santo Domingo tuvieron
que enterrarla de improviso, para que el exceso de devoción que la santa suscitaba en el pueblo no llevara a
ningún desvarío. Con todo, los fieles no se
retiraron sin antes llevar puñados de la tierra que rodeaba al
sepulcro de la futura santa.
En 1668 Clemente IX la beatifica,
apenas 51 años después de
su muerte, y Clemente X la declara santa 3 años
después, en 1671. Es muy significativo que en la bula de
canonización se diga nada menos que:
"Desde el descubrimiento del
Perú, ningún misionero había suscitado un movimiento tan grande de conversión"
)Qué fue lo que causó tanta repercusión en
la América del Siglo XVII?
Trataremos de exponer algunos
rasgos de la vida de Santa Rosa que quizá nos
ayuden a descubrir su grandeza y su misterio, a cuatro siglos en el tiempo y a
miles de kilómetros de distancia.
Dejémonos
conducir por su propio testimonio para que podamos amar más al Señor y dejarnos subyugar por él. Los versos orantes de la misma Rosa de Lima
probablemente expresen mejor que cualquier biografía, el
motor espiritual de la vida de esta primer santa americana y patrona de América:
(Oh
Dios si yo te amara
oh si te amara mi
Dios!
y amándote me
quedara
ardiendo en llamas de
amor!
Veremos que su vida y su fe eran
una sola cosa y su entrega al Señor estaba llena de plenitud, tal
como podemos atisbar detrás de sus propias palabras:
"Sólo puedo
explicarme con el silencio. Las dulzuras y la felicidad que puede ofrecerme el
mundo son sólo una sombra respecto a lo que siento"
MUJER Y LAICA FUE EL PRIMER SANTO AMERICANO
Sus padres no fueron el mejor
apoyo posible para su camino de santidad. Doña
Isabel, su madre, había querido aprovechar la belleza física de Rosa para que ésta
pudiese conseguir un "buen partido" casándose
con alguien económicamente bien situado de aquella
aristocrática sociedad limeña. Siempre que podía,
recordaba a Rosa esta posibilidad de una forma que llegó a mortificarla seriamente. Pero Rosa se sentía llamada a otro estilo de vida. Pese a todo, sus padres aceptaron que
postulase entrar al convento de la Encarnación.
Cuenta la santa que, dirigiéndose a las Carmelitas con su
hermano Hernando, entró a rezar a la Virgen del Rosario
en la Iglesia de Santo Domingo. Allí tuvo una experiencia mística que le cambió la
vida. Mientras rezaba, quedó como petrificada sin poderse
mover ni levantar. Sólo cuando cayó en la cuenta de que Jesús, y
María su Madre, le indicaban que dedicara a Dios su vida
como laica consagrada, logró sobreponerse a ese éxtasis. Pudo entonces responder a las insistentes
llamadas de su hermano Hernando que -a su lado en el reclinatorio- no entendía la razón de detenerse tanto en aquella
iglesia.
A partir de esta experiencia, Rosa
opta por permanecer laica y no entrar en un convento religioso. Se integró a las terciarias dominicanas y se consagró al Señor, pero siguió viviendo como seglar trabajando con sus manos y
dando testimonio de fe en medio del mundo.
En el patio del fondo de su casa construyó una
pequeña habitación
donde vivió su entrega a Dios, cosiendo hasta
altas horas de la noche para colaborar al mantenimiento de su familia, orando,
y recibiendo a quienes solicitaban su consejo.
La contemplación en medio de la vida doméstica será desde ese momento su forma típica de testimoniar la fe.
Así
empieza una historia que terminó a los 31 años provocando un impacto general en la capital del
Perú. Se puede decir que todo su testimonio de entrega
radical transcurrió en su etapa de juventud porque
poco tiempo vivió Rosa como mujer adulta. Sin
embargo, la santidad -que no depende de edades biológicas-
fue conociéndose y difuminándose en la mundana Lima del siglo XVII, sin que
Rosa lo quisiese ni imaginase. Y no sólo
los laicos la buscaban para encontrar una palabra de orientación y consuelo, sino que también los religiosos y sacerdotes recurrían a sus consejos y plegarias.
Su preocupación por la evangelización y
la misión apostólica,
ciertamente no quedaron dentro de su habitación
sino que la llevaron a buscar distintas maneras de eficacia. En una ocasión quiso adoptar un joven pobre a quien costearle los
estudios al sacerdocio, para que luego pudiera dedicarse a la misión evangelizadora. Y quiso hacerlo con el producto de
las labores creadas por sus manos; o pidiendo limosna por las calles si hubiese
sido necesario. Santa Rosa no era mujer que se dejara vencer fácilmente por las dificultades, cuando se trataba de
extender el Reino de Dios. Ese mismo espíritu
es el que impregnaba todas las innumerables conversaciones que tenía con la gente que iba a visitarla. Así aconsejaba a su propio confesor cuando lo enviaron
a misionar a los indios:
"No
tema, apresure el viaje, socorra a las almas; no puede hacer obsequio más grato y más acepto a
Dios. Es empleo propio de pecho y dignidad apostólica al que
no puede faltar la asistencia de la divina Providencia"(ALONSO,180)
EL
AMOR POR LA NATURALEZA Y SU PASIÓN POR LA MÚSICA
Rosa de Lima había querido entrar en alguna ocasión al monasterio de las Clarisas, es decir, a la
versión femenina de la espiritualidad de San Francisco de
Asís, de quien era ferviente devota. Al igual que el
santo de los animales y de la armonía cósmica,
Rosa de Lima admiraba a las flores y sus colores, a los que veía como símbolo de la belleza divina. Algo
de esto puede verse en su propias palabras:
"Al
comulgar parecía recibir en el pecho el mismo sol. El sol con su
calor vivifica las plantas, las hace crecer, que rompan las flores y sazonen
los frutos. El sol, alegra las aves que con sus trinos le saludan cuando nace,
vivifica los animales y las plantas, enciende en ardores y dora los más remotos ángulos del
globo: nada puede esconderse a la influencia de su calor"
Y en aquel "huerto
florido", en aquel "jardín del Edén"
que era el fondo de la casa del matrimonio Maza, -sus amigos y protectores-
Rosa, seguramente, meditaba sobre el preanuncio del final para el género humano, cuando se restaurará el paraíso original perdido por el pecado;
donde el lobo y el cordero, el niño y la serpiente, convivirán sin violencia alguna. La naturaleza fue para Rosa
una oportunidad particular para encontrar la belleza y la armonía que Dios quiere entregar gratuitamente al género humano.
"Algunas
veces pasaba la mayor parte de la noche como pasmada, ocupada en mirar el
vistoso espectáculo de la multitud casi innumerable de estrellas
que brillaba en el firmamento"..."Confesó ella misma
que descansaba y reparaba las fuerzas de todos sus afanes y ahogos contemplando
las estrellas..." (Hansen, 118)
También
expresa esta percepción de la naturaleza como lugar del
encuentro con Dios en otra de sus tradicionales coplas, tan sencillas como
profundas:
Ay
Jesús de
mi alma,
qué bien
pareces,
entre rosas y
flores
y olivas
verdes"
La experiencia espiritual de los
grandes místicos, con frecuencia es acompañada de una relación armónica con todos los componentes de la naturaleza. Es
muy conocida la particular comunicación que
tenía San Francisco con los lobos y perros salvajes; san
Martín de Porres con los ratones; san Antonio con los
peces; san Bernardo con las bestias, etc. Otros santos mostraron signos
extraordinarios en relación con las plantas y demás elementos de la creación. La
literatura del Antiguo Testamento había señalado la armonía con
los hombres y con todos los seres de la naturaleza, como un signo de la
reconciliación y la Salvación que Dios iba a brindar al género humano.
En aquella celda del medio del
jardín era evidente que los mosquitos formaban parte
natural del hábitat. Quienes la iban a visitar a
Rosa, generalmente se desesperaban con el zumbido molesto y los aguijones.
Cuentan los testimonios biográficos que en varias ocasiones,
cuando alguna amistad dialogaba con la santa en aquella celda y se desesperaba
por los voraces insectos, Rosa mandó que dejaran de picar al
visitante, y así sucedió
efectivamente. Santa Rosa quitaba toda importancia a estos "juegos" y
"pactos" que tenía con sus mosquitos, y explicaba
con candidez lo sucedido, no sin cierta dosis de humor:
"Yo
tengo hecha amistad con los mosquitos desde que vine a esta celdita...y así no sólo no me
pican, pero antes me son motivo muy grande para alabar a Nuestro Señor, porque
por las noches se recogen allí dentro, y
se pegan por estas paredes grande multitud de ellos, y cuando por las mañanas vengo,
y abro la puerta, les digo que alabemos a Nuestro Señor. Y
verdaderamente, Padre mío, según mi oferta,
me parece que los mosquitos hacen concierto"
Esa forma de comunicación tan especial que Rosa tenía con los insectos, se daba también con otro género
de animales. Cuenta Doña Isabel -su madre- un divertido
episodio ocurrido una vez con un pollo. Ella lo había
criado por las buenas condiciones que tenía
para gallo de cría. Rosa -por su parte- se había encariñado con el ave desde que era un
pollito salido del cascarón. Pero como el animal no se movía ni cantaba, ni daba muestras de otra cosa que
comer y dormir, doña Isabel decidió matarlo y servirlo como plato en la olla familiar.
Al enterarse Rosa se fue inmediatamente al corral y empezó a tararearle una melodía
improvisada -de las que eran frecuentes en ella- cuya letra decía cándidamente: "(canta pollito canta! si no quieres morir". De inmediato su mascota empezó de tal manera a cantar, moverse y actuar como gallo
de cría que la madre no tuvo más que
resignarse a suprimir el sacrificio preanunciado. Doña
Oliva Flores se sorprendía de esta particular influencia
que Rosa tenía con varios animales y conservó estas anécdotas hasta que las contó a los biógrafos que reconstruyeron la vida
de su hija, posteriormente a su muerte.
La belleza de la música y la alegría del
canto fue también algo especial para Santa Rosa.
Tan apasionada era por la vihuela que en alguna ocasión
llegó a decir: "quitarme a mí el canto es como quitarme el comer". Gozaba tanto con la música que quiso que, aun en su lecho de muerte, se
tocara y cantara con la vihuela; aquel instrumento que había aprendido desde niña y
al que tocaba de oído, deleitándose mientras contemplaba las numerosas plantas y
flores de su jardín.
ROSA:
LA MUJER DECIDIDA Y VALIENTE
En el puerto del Callao los
piratas enemigos de España habían
amenazado desembarcar, destruir la ciudad y profanar las iglesias. Transcurría el año 1615 y Rosa tenía 29 años. Jorge Spilbergen, un holandés, se acercó con
su escuadra al puerto de Lima. Toda la ciudad se conmocionó y el Marqués de
Montesclaros, que gobernaba entonces el Virreinato del Perú, mandó que el ejército se preparase a defender la ciudad. Al mismo
tiempo, el Arzobispo solicitó que en todas las iglesias se
expusiese el Santísimo Sacramento para rogar a Dios
ante la amenaza de violencia del invasor armado.
Cuando Rosa se enteró del acontecimiento se fue ante el altar de la
Iglesia de Santo Domingo y allí estuvo haciendo guardia de oración permanente, día y
noche. Muchas mujeres, incluida su madre, imitaron también su ejemplo y decisión.
En el transcurso de esos tensos días que vivía el
pueblo, se dio la alarma de que el ejército
de los holandeses había desembarcado. Cundió el pánico en Lima. Rosa, aquella mujer
delicada, mística, con suaves modales y bello
rostro, se volvió grande y fuerte. Puesta en pie
delante del altar, comenzó a exhortar a todos a defender con
su vida hasta el martirio, la honra de Dios presente en la Eucaristía, a la que los protestantes holandeses podían profanar. Aquella mujer acostumbrada a coser,
limpiar y cuidar enfermos, tomó una tijera que había ocultado en su vestido y cortó la falda del hábito
que le llegaba hasta los pies, para que no le molestara en caso de tener que
defender con su propio cuerpo a los signos del Señor.
Se quitó también el
manto que la cubría, para que nada impidiese tener
que pelear, si fuese necesario, antes que dejar que el temible invasor
profanase los signos de la fe. Y decía:
"no
quiero que me embarace el vestido, pues he de luchar y morir por el Divino
Sacramento"
Los limeños se
llenaron de admiración por el gesto -tan insignificante
en su eficacia pero tan lleno de arrojo y valentía- de
esta joven que parecía tan frágil.
No sólo admiraron su vigorosa fe, sino que, con su
ejemplo, se contagiaron de espíritu patriótico para repeler al enemigo. En este hecho se
origina el título que los limeños dieron a la Santa, como Defensora de la ciudad.
Así, la que hablaba con los ruiseñores, plantaba flores para los altares y trataba tan
cándidamente con los mosquitos, supo estar de pie,
cuando fue necesario, como María, junto a la Cruz.
CONTEMPLANDO
A CRISTO EN LOS MÁS POBRES Y DESAMPARADOS.
Su compasión por los más
necesitados fue proverbial. Permanentemente se deshacía
incluso de su propio sustento cotidiano para compartir con los más necesitados, no sólo su
pan, sino su cariño cercano y lleno de mística. A ellos llamaba "los hijitos de Dios".
Compartía no lo que le sobraba, sino
verdaderamente lo que le era indispensable para su propio bienestar (la comida
y sus vestidos). Corrían tiempos de justificación de la esclavitud, por parte de los poderosos de la
época. Al igual que San Pedro Claver, el apóstol de los esclavos en Cartagena de Indias
(Colombia), y San Martín de Porres, en la misma capital
del Perú, Rosa de Lima no dudó en traer, en varias ocasiones, a los mismos
esclavos a su propia casa. Allí los limpiaba de sus costras, les
ponía pomadas en sus llagas, les zurcía su ropas, les daba comida y bebida. También hacía esto con los indios o mulatos.
En una pieza deshabitada de su
casa atendía a cualquier enfermo. Se convirtió en la Enfermera de Dios para los desamparados, a
quienes cuidaba como si fueran al mismo Cristo. Aquella habitación llegó a albergar por varios meses, a
enfermos que estaban graves y abandonados. No la amilanaba ni la contagiosidad
ni la gravedad de las dolencias del que sufría.
Santa Rosa tenía muy claro que una verdadera fe
se difunde como amor samaritano, sin excluir a nadie. Por eso decía:
"Cuando
servimos a los enfermos, somos buen olor de Cristo; no es delicada la caridad
ni tiene fastidio de las llagas canceradas de los prójimos, acordándose que
todos fuimos formados del mismo lodo y cieno" (ALONSO,174)
Conmovida por la pasión por los sufrientes, iba también a los hospitales públicos.
A aquellos enfermos más abandonados, les hacía la cama, les arreglaba la ropa, preparaba la
comida y les trasmitía toda la dulzura, suavidad y cariño que la caracterizaba. Esto último era quizá el
milagro permanente que la acompañaba a todas partes.
Serán
esos mismos desamparados, indefensos, lacerados, viciosos y miserables, los que
rodearán el féretro de Santa Rosa el día que pasó a la gloria del Padre, gritando y
llorando porque decían que se quedaban sin su madre y único socorro. Tener junto a sí a esos "hijitos de Dios" fue uno de los
principales títulos y honores que recibió a la hora de su muerte, aquella laica joven que
tocaba la vihuela y hablaba a los ruiseñores
y cuya edad ni siquiera alcanzó a la de su Maestro.
SU COMUNIÓN MÍSTICA CON EL
SEÑOR
Sin duda Rosa de Lima fue una mística. En su extraordinaria experiencia de
comunicación con el Señor está el meollo de su santidad. Su
permanente actitud de contacto con Dios, está
largamente atestiguado en su biografía y en los escritos que nos dejó. En particular son significativos los 16 dibujos
representados en unos papeles personales hechos de forma muy tosca y
"naif". (Cfr. Alonso Getino p. 80-108). Esas figuras corresponden a
16 experiencias místicas o gracias diferentes que
parece haber tenido la santa (véase en detalle más abajo); pero no nos brinda ninguna otra información respecto a fechas, ocasiones o forma en que pudo
haberlas tenido. Sólo dice:
"Confieso
con toda verdad, en presencia de Dios, que todas las mercedes que he escrito,
así en
los cuadernos como esculpidas y retratadas en estos dos papeles, ni las he
visto ni leído en libro alguno. Sólo sí, obradas en
esta pecadora de la poderosa mano del Señor, en cuyos
libros leo..."
Cuando tejía, cosía, bordaba, caminaba, cuidaba el
jardín, conversaba con la gente, o hacía las más diversas tareas, encontraba la
oportunidad para elevar el corazón a Dios. Ese hallar al Creador en
las cosas cotidianas fue lo propio de Santa Rosa. Pero además, tres horas cada día tenía reservadas para agradecerle a Dios por todo.
Esa constante sensación de sentirse agraciada y regalada por el Señor, fue central en el conjunto de su vida
espiritual. Incluso nos ha dejado algunas formas originales de alabar
constantemente al Creador mientras realizamos las cosas cotidianas, que tienen
una gran similitud con algunas tradiciones orientales y medievales de orar que
ahora vuelven a cobrar actualidad.
En la espiritualidad oriental
cristiana hay una corriente espiritual que practica la invocación permanente del nombre de Jesús a lo largo de todo el día.
Ejemplo de esto es el escrito Anónimo de El peregrino ruso
donde el creyente invoca una frase siempre igual, (una "mantra") mientras
va llevando a cabo las actividades cotidianas. Las invocaciones o jaculatorias
pueden ser muy diversas porque dependen de la devoción
particular del creyente, pero siempre contienen el nombre de Dios o de Jesús, al estilo de las siguientes: "Señor mío, (ten misericordia de mí", "Jesús mío (sálvame!"
Paralelamente, en la tradición espiritual occidental de la edad media se
elaboraron estilos de devoción de alabanza que, inspirados en
el salterio de la Sagrada Escritura, repetían
150 jaculatorias seguidas. Como los laicos no siempre estaban en condiciones de
leer los 150 salmos de la Biblia, repetían el
equivalente número de frases devocionales, a las
que aprendían de memoria o representaban en
figuras. En esta tradición se origina la forma medieval de
rezar el rosario, haciendo preceder a cada una de las 50 avemarías de cada serie de misterios, una de esas frases de
alabanza a Dios. Un resto "vivo" de esta costumbre permanece todavía en el rezo del Angelus en el cual, después de repetir una frase evangélica (por ej."El ángel
Gabriel anunció a María y
concibió bajo el poder del Espíritu Santo), se recita el Avemaría correspondiente.
Es muy improbable que Santa Rosa
de Lima hubiera conocido cada una de estas tradiciones o costumbres
devocionales. Sin embargo, sea porque pudo haberlo oído de
otros, o por propia creatividad personal, nos ha dejado una forma de oración contínua que es muy coincidente con las dos tradiciones
espirituales antes señaladas. Y gracias a uno de sus
confesores podemos contar hoy con las 15 decenas de jaculatorias (es decir 150
alabanzas al Señor) que ella repetía de forma sucesiva y de memoria, a medida que llevaba
a cabo las tareas domésticas del día (véase en detalle más abajo).
Su ininterrumpida tensión hacia lo absoluto, su contacto continuo con el
Creador y Señor, fue suscitando en Santa Rosa
una fuerza espiritual fuera de lo común. De
esa experiencia de sentirse permanentemente en manos de Dios brota su gran amor
por los pobres y su estilo tan riguroso de penitencia. Algo extraordinario y
ajeno a todo lo previsible y conocido por nosotros, acontecía en esta frágil,
y a la vez impresionante mujer, que sigue siendo enigmático y misterioso a cuatro siglos de distancia. Los
biógrafos cuentan hechos que no los pueden explicar fácilmente con las causalidades comunes con la que
nosotros entendemos la sucesión de las cosas. Muchas anécdotas de hechos sorprendentes y extraordinarios,
ajenos a lo naturalmente explicable, hay originadas en esta creyente no común que era Rosa Flores.
Una de ellas sucedió estando el Arquitecto Juan de Timeo y Almansa
aquejado con una grave enfermedad que ponía en
riesgo su vida. Pese a ser de una familia aristocrática
pidió que Rosa, la hija de aquel modestísimo matrimonio con varios hijos, lo fuese a
visitar. Apenas llegó Rosa y le habló, el enfermo no sólo se
sintió evidentemente aliviado sino que, luego de no haber
podido dormir durante muchas noches previas a la visita por causa del intenso
sufrimiento, cayó en un profundo sueño. Cuando despertó ya
estaba definitivamente curado. Otro de esos episodios estuvo relacionado con
una imagen de Jesucristo que -según cuentan los biógrafos- empezó a
tener por causa de Rosa, poderes curativos no creíbles
si sólo tenemos en cuenta las explicaciones naturales.
Por último, el pueblo fue unánime
al relatar que su tumba, durante muchos meses después de
la muerte, despedía un perfume especial a quienes la
visitaban.
Pero lo característico de todos estos signos extraordinarios no era
que estuvieran fuera de las causalidades naturales normales sino que llevaran a
la gente a reafirmar la presencia misteriosa y poderosa de Dios en la vida de
algunos de sus hijos e hijas. Aunque esos acontecimientos estuviesen obrados
con fuerzas naturales, igual había en Rosa algo soberano y lleno de
fuerza que brotaba de su fe y que reafirmaba la fe de sus hermanos. Quizás, en eso consistía su
principal y permanente milagro.
DUEÑA DE SI
MISMA PARA DIOS
Esclava de nadie, dueña de sí misma para Dios y para los demás, eso indica su vida de radical austeridad y
renuncias. La Lima de los Virreyes, la ciudad de la aristocracia hispánica en América,
la opulenta metrópoli del nuevo mundo, la
superficial y mundana capital del Perú,
quedó impactada por la ruptura que hizo Rosa de Lima con
todo ese mundo vacío y superficial. Más aún, si tenemos en cuenta que nada
había en ella que fuese desproporcionado, desde el punto
de vista físico, sino todo lo contrario. El
primer biógrafo de la santa (HANSEN, año 1664) describe su atractiva apariencia en estos términos:
"Era
de peregrina hermosura, con brio y gala, de talle bien dispuesto, dulce de carácter y
discreta.... Tenía el rostro ovalado, sereno y apacible; pelo rubio y
abundante, ojos grandes y negros, frente despejada, ceja arqueada y cordoneada,
mejillas rosadas, barba prominente, manos blancas, pequeñitas y bien
torneadas y regular estatura"
Sin embargo, ante la mundanidad y
consumismo de modas y vanidades, Rosa prefirió usar
vestidos muy modestos y el hábito de terciaria dominica sólo lo vistió
desde 1606. Ante la opulencia y riqueza de los palacios virreinales y la Corte,
Rosa prefirió un cuarto tan estrecho que apenas
cabía su cama y algo más.
Ante la suavidad de las sedas y almohadones dedicadas a la galantería más fútil y
ajena al Evangelio, Rosa prefirió usar una cama de madera o
desprenderse de la comida para darla a los esclavos. )Acaso el Maestro no había dicho alguna vez, que le faltaba donde reclinar su
cabeza?.
No es nada excepcional que un espíritu lleno del Señor,
rompa con una época y sus costumbres y asuma una
radicalidad evangélica fuera de toda explicación racional. Su admirado San Francisco de Asís, seguido luego por Santa Clara, hicieron algo
similar. El noble San Luis Gonzaga, el patricio romano San Benito, el aristócrata San Stanislao de Kostska, el duque Francisco
de Borja -canonizado el mismo día que ella-, San Bernardo de
Claraval, San Ignacio de Loyola y tantos otros, supieron mostrar a la Iglesia y
a sus hijos, que el seguimiento de Jesús y
su Reino implica romper radicalmente con los criterios del mundo.
La austeridad de Santa Rosa y su total soberanía e independencia sobre gustos y placeres, a través de su vida de penitencia y ayunos, es una
permanente proclamación de la victoria del espíritu sobre el consumismo, el hedonismo y el
materialismo. Esa misma radicalidad en el abstenerse de comer, como acto de
solidaridad con el sufrimiento de Cristo y para
colaborar en su acción salvadora, hace que Santa Rosa
tenga una extraordinaria modernidad. Modernidad que aparece en la misma causa
natural de su muerte, ya que gran parte de los datos biográficos apuntan a que pudo haberse debido al cuadro clínico que hoy en día es
llamado por los médicos con el nombre de
"anorexia nerviosa". Esta enfermedad consiste en que, cuando una
dieta de fuerte restricción de alimentos se hace de forma
prolongada y con la decisión constante de llevarla a cabo sin
excepciones, tiene el riesgo de que el mismo organismo -en un determinado
momento de la evolución- rechace todo alimento que se le
quiera dar. La "anorexia nerviosa" es una enfermedad
"propia" del siglo XX que aparece en las jóvenes
que quieren dominar su cuerpo por un motivo meramente estético. En el caso de Santa Rosa su objetivo era místico y religioso. Sin embargo, sea por un motivo u
otro, la dinámica que lleva la restricción prolongada y pertinaz de alimentos puede
desencadenar un proceso irreversible hacia la muerte, que los médicos no pueden evitar -ni con las más modernas técnicas
de asistencia- en un buen número de casos. Los datos de los biógrafos de Santa Rosa son suficientemente explícitos como para plantear con buena probabilidad de
certeza -desde un punto de vista médico- esta hipótesis diagnóstica.
Puede decirse, por lo tanto, que
la experiencia Mística que experimentó Santa Rosa la vuelve especialmente
"cercana" a las jóvenes actuales en un doble
sentido: no sólo porque toda su vida transcurrió exclusivamente en el período
de juventud -durante el cual cultivó su mística
de trascendencia y amor- sino porque su misma muerte fue provocada por la causa
que, en esta actual sociedad del "cuidado exagerado del cuerpo",
lleva a muchas jóvenes a morir sin que puedan
evitarlo. Pero hay una gran diferencia. Mientras Santa Rosa llega a ese camino
sin salida, a causa de un ayuno prolongado que estaba motivado por una pasión solidaria con el sufrimiento de Cristo (aunque
ignorante de los posibles riesgos médicos que esto podía acarrear), las jóvenes
actuales que padecen "anorexia nerviosa" lo hacen por un deformado y
desproporcionado sentido de la estética corporal. Y mientras los
ayunos de Santa Rosa eran motivados por la identificación con el sufrimiento de Cristo a causa del Pecado
humano, las dietas pertinaces de las chicas que padecen "anorexia
nerviosa" en el mundo actual, son causadas por una identificación narcisista con su propio "ideal" del yo.
Ignorante de los peligros a los
que exponía a qu propio cuerpo Santa Rosa
buscaba, a través de su voluntad sobre él, mostrar que Dios era lo único realmente esencial de su vida. La soberanía sobre sí misma estaba orientada a
contagiar a otros -en forma de flores- la Gracia de Dios que ella experimentaba
en sí, tal como lo expresan estos versos del poeta:
como el almendro
florido
has de ser en los
rigores:
(si un
duro golpe recibe,
suelta una lluvia de
flores!
Así fue
Santa Rosa. Sus renuncias y sacrificios soltaban una lluvia de flores,
especialmente a los desamparados, a los desconcertados y perdidos. El
testimonio de quienes la conocieron fue unánime
al respecto (Hansen,88):
"Nunca
se le oyó con
voz arrogante... Nada se descubrió en sus costumbres y acciones que
fuese desdén ni
que oliese a austeridad o tristeza. Siempre tenía sereno el
rostro, siempre la hallaron benigna y tratable con todos"
Quizá eso
explicó que Lima entera, con un fervor casi descontrolado,
se volcara a rendirle su último homenaje en aquel día de S.Bartolomé de
1617 en que Rosa pasó a la gloria. Y que la Iglesia universal, muy poco después de su muerte, la reconociera santa:
"Definimos
y declaramos que los bienaventurados Cayetano, Francisco de Borja, Felipe
Benicio, Luis Beltrán y Rosa de Santa María son santos
y santa" Formula de Canonización usada por Clemente X el 12 de abril de 1671
Junto con el fundador de los
Teatinos (Cayetano), el fundador de los Servitas o Siervos de María (Benicio), y un General de los Jesuitas y Ex.Duque
de Gandía (Francisco de Borja) se reconoció que Rosa de Lima gozaba ya de la gloria y comunión definitiva con Dios.
Gloria de una joven de 31 años, laica y americana, pero mística y santa.
ROSA
DE LIMA MODELO EN LA IGLESIA DE HOY
HOMILÍA DE MONS. JUAN LANDAZURI (CARDENAL DE LIMA)
Pronunciada en el IV centenario
del nacimiento de Santa Rosa. 30 abril de 1986 (Extracto)
"Pensar en la santidad de
Rosa de Lima y en su relación con la actual situación, significa reconocer una vez más que en el orden social no basta el acierto de las
leyes y la eficacia de las instituciones. Todos estos factores dependen del
elemento personal que les da vida. Nada puede suplir el impulso espiritual del
corazón humano, el aliento religioso de los hombres. Ellos
son los que sostienen e impulsan la coherencia moral de las conductas, sin la
cual todo esfuerzo de superación se frustra, el recto
funcionamiento de las instituciones se desordena, y aun la misma identidad
nacional se aliena y desarticula en su ser más
hondo.
Esta es la firme certeza de
nuestra fe (el Evangelio es capaz de engendrar
esos hombres nuevos, forjadores de una nueva sociedad!...Rosa de Lima dio un
claro ejemplo de estas exigencias del Evangelio. su santidad no se limitó al ejercicio de una vida de piedad. Su constante
comunicación con Cristo en la oración la situó muy cerca de toda necesidad
espiritual y material de sus hermanos. Su religiosidad enmarcó el esfuerzo de una mujer fuerte y generosa,
entregada al cuidado del prójimo menos favorecido, según las demandas de su tiempo y la llamada de la
conciencia social de entonces. Rosa se siente referida de manera particular,
por su dedicación a los pobres. Sabe muy bien que
son indisociables en el cristianismo, amor de Dios y amor al prójimo. Su religiosidad y su servicio fueron dotando a
su persona de esa unidad interior, la más
perfecta, que el Señor nos propuso en su único y principal mandamiento.
Este es el sentido de su entrega a
los necesitados. Sus historiadores y los testigos de su causa de canonización nos hacen percibir que Rosa, a pesar de su
ocultamiento y silencio, no fue ciega a los problemas de injusticia que pesaban
sobre aquella sociedad virreinal, dividida entre la opulencia cortesana de unos
pocos y las necesidades de la mayoría. Su hogar no fue precisamente
rico; ella tuvo que trabajar para el sostén de
su casa. Sin embargo, desde su pobreza, supo compartir con los necesitados y
aun despojarse de lo necesario para socorrer a los pobres.
Así, en
una pieza deshabitada de su casa, comenzó a
recoger enfermos abandonados de los barrios humildes, a quienes atendía con sus propias manos. Aquella habitación vino a convertirse en una primera enfermería de la ciudad.
Cuando la vida de los limeños fue amenazada por la presencia de los corsarios
en el Callao, Rosa, en el templo, no sólo se
aprestó a defender la Eucaristía de
cualquier profanación y ofreció su sangre por la salvación de
la ciudad, sino que exhortó a la confianza, inspirando paz y
unión en aquellos momentos dramáticos. Tal es el episodio que ha dado motivo a
considerarla como defensora de esta ciudad.
En su corto camino diario de su
casa al templo de santo Domingo, su solicitud femenina y cristiana la impulsaba
a prodigarse en bien de los demás, sea para orientar a los jóvenes que encontraba, sea para aconsejar a la gente
en sus tribulaciones, sea en fin para infundir coraje y celo apostólico a sacerdotes y religiosos.
En la vida de esta santa, es Dios
mismo quien sale al encuentro del necesitado.
...
Por eso, es especialmente significativo
que santa Rosa de Lima, cuyo ejemplo evocamos, sea precisamente una mujer que
escogió como camino para el seguimiento de Jesús, no el claustro, sino la vida laical; decidió permanecer en su hogar, vistiendo el distintivo de
las terciarias domínicas, para realizar en el mundo
esa perfección de la santidad cristiana, que lo
impregna todo, haciendo extraordinario lo ordinario, y divino lo más humilde y cotidiano. Rosa nos hace ver de qué manera en el estado laical se puede procurar el
crecimiento de la iglesia; se puede vivir a fondo la aventura del amor que
promueve la vida y dignidad de los demás; se
puede demostrar la factibilidad de un mundo más
fraterno y humano.
El llamamiento a la santidad es
común a todos, clérigos,
religiosos y laicos, y es común igualmente la obligación de tomar parte en la misión salvadora de la Iglesia. Por eso ella recuerda a
los laicos que la acción apostólica
es incumbencia también de ellos, y que ahora, más que nunca, les compete poner sentido y signo
cristiano en todas las cosas de nuestro tiempo, tanto con el testimonio de su
vida, como con su palabra oportuna y su acción
concreta, así en el ámbito
familiar como en lo social, en lo económico,
lo mismo que en lo político, en lo artístico como en lo cultural. De este modo, todas las
realidades temporales serán ordenadas y puestas al servicio
de la instauración del reino de Dios.
....
En esta fecha tan hermosa,
renovemos hermanos, nuestra fidelidad cristiana, expresémosle a Santa Rosa nuestro anhelo de centrar, como
ella, nuestras vidas en Dios. Digámosle con toda sencillez, que
queremos simplemente ponernos a la obra diaria de amar a Dios y al prójimo, especialmente al más
pobre y necesitado, porque estamos convencidos de que sólo este amor efectivo y radical es capaz de
transformar nuestra sociedad y darle a esta tierra, que nos es tan querida, una
faz nueva"
MENSAJE DE SS.JUAN PABLO II
Dirigido al pueblo peruano el 23
abril de 1986 (Extracto)
"Vivió en medio de su gente, sin apartarse de la sociedad,
conjugando a la vez una intensa piedad y una caridad llena de iniciativas en
favor de los necesitados. La piedad de Rosa fue tan profunda, que alcanzó alturas sublimes de experiencia mística. Puso como centro de su vida a la persona de
Cristo, en la humildad de su Encarnación, en
el dolor de su Pasión y en la misteriosa cercanía de su presencia real eucarística. Iluminada por la fe y el amor, supo descubrir
el rostro de cristo, su esposo, en sus hermanos los pobres, enfermos y
abandonados; hizo de su amor a Jesús un servicio de compasión y ternura hacia aquellos que reflejaban más directamente su imagen, prodigándose en todas las obras de misericordia para
consolar, curar, educar y elevar espiritual y humanamente a cuantos acudían a ella. (Qué bien
se cumplen en esta humilde mujer las palabras del Evangelio: "Cuanto
hicisteis a uno de estos hermanos míos más
pequeños, a mí me lo hicisteis"(Mt 25,40).
En Rosa de Lima se encuentran en
perfecto equilibrio los elementos necesarios para llevar a cabo esta nueva
evangelización que nos compromete a una
transformación profunda: una fe genuina,
centrada en los misterios fundamentales del cristianismo y vivida con ferviente
amor y entrega sin reservas a Jesucristo. Como fruto de esta experiencia, brota
en ella el deseo de evangelizar, de anunciar por calles y plazas las exigencias
del Evangelio y la dignidad de los hombres, llamados a ser hijos de Dios por
medio de la gracia. Como sello de autenticidad y expresión vital de su fe cristiana, Rosa de Lima nos reta
con su generosidad en el servicio de los más
pobres y necesitados. Por eso en estas celebraciones no dudo en presentarla a
la Iglesia del Perú y de América
Latina como ejemplo de fidelidad a Cristo, de perfecta comunión con la fe de la Iglesia, de ardor apostólico para anunciar a todos la Buena Noticia, de
servicio en la caridad fraterna, plenamente identificada con los valores de su
pueblo, de su historia y de su cultura"
SELECCION
DE TEXTOS DE SANTA ROSA
Su pasión por Dios
"Mirad si aquella eterna
Majestad merece que le alabemos, reverenciemos y adoremos; pues estas plantas,
estos troncos y todos estos vegetales le rinden culto y le entonan cánticos de alabanzas a su manera" (CATA DE
CALELLA,83)
"Siento en mí ansiosos ímpetus
de amor, al modo de un caudaloso río; rompiendo las presas o diques
con que suele atajar sus caudalosas corrientes, se precipita, llevándose con facilidad las compuertas que antes detenían y llenaban el paso" (Id.,115)
"Dios es una luz sin figura,
su medida incomprensible y que no obstante comprende todas las cosas, una luz
sutil, estable, limpísima, con suma unidad y
multiplicidad, sumamente distante y sumamente cercana, íntima y todo lo circunda; noble, excelsa, y que ni
de mil leguas puede compararse a ninguna de las criaturas; y que mejor se
conoce en esta vida mortal por medio de los admirables e inmediatos efectos con
que se comunica a las almas, que en su misma sustancia...
Siento ante Dios tiernos afectos
de amor, un firme y dulce gozo sobre todos los gozos imaginables; un parentesco
de la filiación divina, una renovación interior del hombre viejo y en la misma esencia
del alma, un lleno que ocupa todos los huecos de la voluntad, y la deja
enteramente satisfecha; y por fin, una vida y alegría
firme, santa bella y de todos modos, inefable, que se halla en todos los
afectos" (Id.,116)
"Señor y
Dios )cómo es
posible que haya quien deje de amaros?. Pero yo, mi buen Jesús )cuándo
comenzaré a amaros como merecéis?. (Ay de mí y qué lejos estoy de aquel amor perfecto, íntimo y robustísimo
que os debo!. Aun no he aprendido a amaros. (Oh! (que me avergüenza mi tibieza!.)de qué me
sirve este corazón que tengo, para qué le quiero si hasta ahora no se ha deshecho en
cenizas a puro amor?"(Id.,139)
"Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero. Yo soy la que
ansiosamente deseo amaros, benignísimo Jesús,
con aquel amor perfectísimo, con aquel amor eficacísimo, sincerísimo,
inefable, con que juntos os aman quienes están en
tu Reino. A más de esto deseo amaros, Dios de mi
corazón y de mi vida, Dios que sois todas mis delicias,
gusto y consuelo quisiera amaros con todo aquel amor con que os ama vuestra
santísima madre, Señora mía, Virgen purísima.
Y no satisfecha con esto, a vos, (Oh salud y gozo de mi alma! a vos
digo, os deseo amar tanto como vos, mi Dios os amáis a
vos mismo. Abráseme yo, desfallezca yo, consúmame yo con el fuego de vuestro divino amor (Oh mi Jesús benignísimo!.(Id.,139)
"Amemos mucho a nuestro Dios,
amémosle. Sea Dios todo nuestro amor. (Oh, quién pudiera hacer que todos le amásemos! (Ay! Los que no le aman no saben lo
que es bondad; amor es Dios, Dios es amor" (ALONSO,188)
"Poniéndome a orar, sentía
dentro de mí que Dios admirablemente tiraba
hacia El toda el alma con todas sus potencias; de tal suerte que, con gusto
indecible, se fijaban el entendimiento, la voluntad y la memoria en la
hermosura divina, que aunque quisiera desasirse o distraerse con la inquietud
de la fantasía y las ocupaciones de los
sentidos exteriores, no podía soltarse de aquel casto y
apretado abrazo ni de la admiración suavísima
de la deidad soberana que sentía presente el alma. No puedo
hallar alivio ni recreación en ninguna criatura, todo el
entendimiento y deleite consiste en sentir con certeza que se tiene a Dios
presente en el alma; y si un sólo momento se le pierde de vista,
es para el alma la mayor pesadumbre, pena más
intolerable que el mismo infierno (ALONSO,190)
"... en estas materias sólo la experiencia y la práctica
le habían servido de libro, y por eso no hallaba palabras a
propósito para explicar como quisiera los sentimientos íntimos de su espíritu"
(Id.141)
"No puedo sufrir tanta
palabra ociosa y de mero cumplimiento como se oye en fiestas y en reuniones....
mi intento es no perder momento alguno y entregarme toda al trabajo, a la oración y al recogimiento..." (ALONSO,11)
Gracias místicas en sus papeles "Mercedes del alma":
Los 16 dibujos que nos ha dejado
están compuestos por tres elementos que se repiten de
diversas maneras, según cual sea la gracia que ella
quiere expresar: 1. un corazón, 2. una cruz recta sobre él, 3. el "símbolo"
propio de cada gracia particular (por ej. un rayo que traspasa al corazón, unas alas que lo hacen volar, una flecha, etc.).
Además de esos tres elementos icónicos -y generalmente bordeando el trazado del corazón- ella escribe el "lema" correspondiente
a la experiencia mística representada por el dibujo.
Sólo en la última "merced del alma"
-es decir, una sola vez en la serie- omitee representar la cruz y el
"lema" correspondiente a la gracia mística
tenida. En su lugar representa a su propio corazón
estando en medio de las figuras que simbolizan al Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Transcribimos a continuación cada uno de los 16 "lemas" que bordean
las figuras de los corazones y que expresarían
-de alguna manera- cual ha sido su corresppondiente experiencia mística:
10. "Herida que recibí de Dios con lanza de acero. Lo hizo y se escondió"
21. "Aquí descansó Jesús
abrasándome el corazón"
30. "El campo del corazón lo llenó Dios de su amor haciendo morada
de él. Vuela para Dios".
40. "Aquí padece el alma una impaciencia santa. Corazón lleno de divino amor (que) aquí
escribe fuera de sí"
50. "Corazón traspasado con rayo del amor de Dios".
60. "Corazón herido con la flecha del amor de Dios"
70. "Hallé al que ama mi alma, lo tendré y no lo dejaré"
80. "Oh dichoso corazón que recibiste en arras el clavo de la pasión"
90. "Solo sana quien ya labró con amor. Llagado corazón con
el fuego de amor de Dios en cuya fragua se labra".
100. "Enferma estoy de amores o
fiebre, que muero de ella. Sostenedme con
flores, cercadme de manzanas, que estoy enferma de amor".
110. "Dulce martirio que con arpón de fuego me ha herido"
120
"Corazón herido con dardo de amor divino
da voces por quien lo hirió"
130. "Purifícate corazón,
recibe centella de amor para amar a tu Creador"
140. "La vida es cruz"
150. "Arrobo. Embriaguez en la
bodega. Secretos del amor divino (Oh dichosa unión, abrazo estrecho con Dios!
160. (no tiene texto ni cruz. Dibuja
a la Trinidad Divina con el corazón de ella en medio).
La oración trinitaria contínua de Santa Rosa
La "oración contínua", tal como la practicaba
Rosa de Lima, tiene una extraordinaria validez actual y una clara impronta de
devoción trinitaria. Como puede verse, Santa Rosa
nos deja con esta sencilla forma de oración,
además de un contenido concreto de jaculatorias, una
verdadera metodología de oración que puede ser adaptada a las necesidades
personales o comunitarias, según ocasiones y circunstancias:
10
Decena. (Oh Dios! que
eres: Dios espíritu,
Dios simple, Dios inmortal, Dios perfecto, Dios infinito, Dios independiente,
Dios de entendimiento infinito, Dios indeficiente, Dios altísimo, Dios amabilísimo. Gloria Patri, etc.
20
Decena. (Oh Dios! que
eres: Dios inmenso, Dios inmutable, Dios eterno, Dios invisible, Dios
incomprensible, Dios inefable, Dios sabio, Dios glorioso, Dios Santo, Gloria
Patri, etc.
30
Decena. (Oh Dios! que
eres: Dios uno, Dios verdadero, Dios de la verdad, Dios fiel, Dios bueno, Dios
hermoso, Dios gran Señor, Dios vivo, Dios que ilumina. Gloria Patri, etc.
40
Decena. (Oh Dios! que
eres: Dios que revela las cosas profundas, Dios celoso, Dios de la justicia,
Dios que habla lo justo, Dios recto, Dios vengador, Dios terrible, Dios fuerte,
Dios magnífico,
Dios de los ejércitos.
Gloria, etc.
50
Decena. (Oh Dios! que
eres: Dios pacífico,
Dios de longanimidad, Dios piadoso, Dios afable, Dios liberal, Dios paciente,
Dios benigno, Dios manso. Gloria Patri, etc.
60
Decena. (Oh Dios! que
eres: Dios inenarrable, Dios dulce, Dios incomparable, Dios puro, Dios grande,
Dios excelso, Dios sublime, Dios rico, Dios Salvador, Dios sin igual. Gloria
Patri, etc.
70
Decena. (Oh Dios! que
eres: Dios creador de todas las cosas, Dios conservador, Dios provisor, Dios
gobernador, Dios guarda y defensor, Dios legislador, Dios glorificador, Dios
rey de los siglos, Dios que habita en luz inaccesible. Gloria Patri, etc.
80
Decena. (Oh Dios! que eres: Dios de eterna majestad, Dios
bienaventurado, Dios bienaventuranza de todos, Dios padre de los huérfanos, Dios que oye las súplicas, Dios confortador de los
pusilánimes,
Dios protector nuestro, Dios en quien
vivimos, Dios que habita en los cielos, Dios que mira a los humildes. Gloria
Patri, etc.
90
Decena. (Oh Dios! que
eres: Dios Padre, Dios ingénito, Dios principio de toda divinidad, Dios de
quien todo tiene ser, Dios vida de quien te conoce, Dios muy laudable, Dios muy
misericordioso, Dios castigador de las iniquidades de los padres en los hijos,
Dios conocedor de los secretos del corazón, Dios que estás sentado sobre los querubines. Gloria Patri, etc.
100
Decena.(Oh Dios! que
eres: Dios hijo, Dios unigénito del Padre, Dios sabiduría del Padre, Dios verbo divino,
Dios imagen del Padre, Dios esplendor de su gloria, Dios candor de la luz
eterna, Dios por quien todo tiene ser, Dios rey de reyes, Dios principio y fin
de todo. Gloria Patri, etc.
110
Decena. (Oh Dios! que
eres: Dios y hombre verdadero, Dios Jesús, Dios hijo de la Virgen, Dios cordero inmaculado,
Dios Pastor bueno, Dios vid verdadera, Dios semilla del Señor, Dios puerta del cielo, Dios
vida del cielo, Dios vida nuestra. Gloria Patri, etc.
120
Decena. (Oh Dios! que
eres: Dios expectación de los siglos, Dios principio de la paz, Dios
piedra angular, Dios juez de vivos y muertos, Dios Adonay, Dios raíz de Jesé, Dios llave de David, Dios oriente del mundo, Dios
artífice
de todos. Gloria Patri, etc.
130
Decena. (Oh Dios! que
eres: Dios redentor nuestro, Dios admirable, Dios consejero, Dios Padre del
siglo futuro, Dios dominador en Israel, Dios que están a la diestra del Padre, Dios pan vivo, Dios pan de
los ángeles,
Dios pan verdadero del cielo, Dios viático de peregrinos. Gloria Patri, etc.
140 Decena.
(Oh Dios! que
eres: Dios Espiritu Santo, Dios que procede del Padre y del Hijo, Dios don de
Dios altísimo,
Dios en quien todos se santifican, Dios fuego y caridad, Dios unción espiritual, Dios dulce huésped del alma, Dios dulce
refrigerio, Dios consuelo en el llanto, Dios templanza en lo ardiente. Gloria
Patri, etc.
150
Decena. (Oh Dios! que
eres: Dios Espíritu
Paráclito,
Dios espíritu
de verdad, Dios ilustrador de las almas, Dios amador de los santos
pensamientos, Dios inspirador de los perfectos, Dios doctor de los apóstoles, Dios confortador de los mártires, Dios purificador de las vírgenes, Dios trompeta de los
predicadores, Dios maestro de todos los santos
Su espíritu apostólico
"No es acertado estar siempre
asidos a las sutilezas de las disputas metafísicas,
que las más de las veces consisten en
distinciones inútiles de términos, fatigando toda la vida con controversias y
porfías sobre la significación de
las palabras. Se emplean mal tan continuos trabajos, tantas noches sin sueño, tanto altercar con tesón y
gritos, si la erudición, adquirida a fuerza de trabajos
tan crecidos no es emplea en la salud de los prójimos
en la propagación de la fe.... Si yo no fuera
mujer, había de ser mi primer cuidado, en
acabando de cursar en los estudios, darme toda a las Misiones y predicación del Evangelio, deseando ir a las provincias más feroces, bestiales y que se sustentan de carne
humana; sólo por acudir con salud y remedio
a los índios a costa de la sangre y sudores, a fuerza de
predicación y catecismo" (ALONSO,181)
"Oh, qué
saludable, qué gustosa y feliz fuera mi suerte,
padeciendo mayores enfermedades con tal que no tuviesen molestias mis prójimos. Es suave y dulce el padecer niniendo por mano
del dulce Esposo. Es necesario poner los ojos en las penas de los condenados;
con esta meditación se embotan los filos de los
dolores de esta vida, que son temporales." (Id.190)
Su actitud ante la muerte
"Oh padre si el corto plazo
que me queda de vida lo permitiera (lo mucho que pudiera contarte! (Y qué cosas tan dulces, tan preciosas y
tan altas te diría de la suavidad divina!. Ya me
parto con indeseable gozo a mirar eternamente aquel rostro hermosísimo que siempre busqué con
entrañable deseo todo el tiempo que peregrinaba en esta
vida" Palabras de Sta.Rosa al P.Francisco Nieto pocas horas antes de su
muerte (HANSEN 381)
"Esto es lo que estoy rogando
al Señor que como fruta madura pueda partir de aquí y ser puesta en la mesa de la gloria" Palabras
dichas antes de morir a un visitante que la consolaba (Id.,381)
BIBLIOGRAFIA
ANONIMO Noticia de la vida mística de Sor Rosa de
Santa
María de Lima Manuscrito inédito S.XVII Bca.Nac.Madrid N1 18671
ALONSO GETINO O.P.,Fray Luis. Santa
Rosa de Lima. Patrona de América
Madrid 1943. Consejo superior de Misiones.
CATA DE CALELLA,F.José. Vida de Santa Rosa de Lima.
Buenos Aires. Ed.Difusión 1942
HANSEN, Leonardo. Vida
admirable de Santa Rosa de Lima
Ed.Sant.Rosario.Vergara 1929
MARECHAL,L. Vida de Santa Rosa
de Lima Ed.Castañeda Bs.As.1977
OLIVA S.J.,G.P Sermone detto
alla Cappella de Cardinali, nella chiesa
della Minerva per la Beatificatione della Beata Rosa En: Quaranta Sermoni
detti in varii Luoghi sacri di Roma. Presso il Varese, Roma 1670
OTERO,S.T. Santa Rosa de Lima:
milagro del nuevo mundo. Autor. Lima 1986
VELASCO,S Rosa de Santa María Burgos 1981
VARGAS UGARTE S.J.,Ruben. Vida
de Santa Rosa de Santa María Ed.Cultural
Buenos Aires 1945
LUGARES
DONDE SE VENERA A SANTA ROSA EN EL URUGUAY
Diocesis de Salto
Parroquia Santa Rosa de Lima.
Bella Unión
Capilla Santa Rosa de Lima. Itapebí
Diocesis de Tacuarembó-Rivera
Capilla Santa Rosa (Barrio Bisio)
Rivera
Diocesis de Mercedes
Capilla Santa Rosa. Mercedes
Capilla Santa Rosa. Cardona
Capilla Santa Rosa. Palmitas
Capilla Santa Rosa. Santa Rosa. Ombúes de
Lavalle
Diócesis de Melo
Capilla Santa Rosa de Lima Zona rural de Centurión
Diócesis de San José
Capilla Santa Rosa de Lima.
Balneario Kiyu
Diocesis de Canelones
Parroquia Santa Rosa. Pueblo Santa Rosa
Parroqua Santa Rosa de Lima. Empalme Olmos
Parroquia Santa Rosa de Lima. El
Pinar
Ermita a Santa Rosa de Lima. Fortín de Santa Rosa