PATRONO
DE LAS DECISIONES DIFICILES
Esta novena está
publicada en la Editorial Verón (Barcelona) que es distribuida en América
Latina por Ediciones Paulinas
Autor: P.Omar
França-Tarragó
BREVE HISTORIA DE SAN
IGNACIO DE LOYOLA
NOVENA
Oración
preparatoria para todos los días:
Oración
final de cada día de la novena
DIA PRIMERO: Meditación sobre el fundamento de
nuestra vida:
DIA
SEGUNDO: Meditación sobre nuestros pecados
DIA TERCERO:
Meditación sobre la encarnación de Jesús
DIA
CUARTO: Meditación sobre el Nacimiento de Jesús
DIA
QUINTO: Meditación sobre el Rey
Eternal
DIA
SEXTO: Meditación para saber decidir según la voluntad de Dios
DIA
SEPTIMO: Meditación sobre el
discipulado de Reino de Dios
DIA
OCTAVO: Meditación sobre la pasión y
Muerte de Jesús
DIA
NOVENO: Meditación sobre la Resurrección de Jesús
)ESE ...? )UN
SANTO?... (NO LO IMAGINO!
Ignacio de Loyola nació en
Azpeitia, España, un año antes del descubrimiento de América (1491) cuando
Lutero ya había cumplido 17 años. Tenía 9 años cuando Miguel Angel esculpió la
Piedad; y 15 años cuando Leonardo pintó la Gioconda. Su familia estaba
integrada por 8 hermanos varones y 5
mujeres. Su madre murió pronto e Ignacio
fue puesto bajo el cuidado de una madre
adoptiva. Con 15 años fue a servir en la corte del Rey Fernando el Católico en
Arévalo, Avila. Por esa época su adolescencia se volvió superficial, envuelta
en fiestas y cacerías. Fue un joven "tañedor de viola" valiente en
los deportes de combate, ágil en la danza, y enamorado de alguna de las damas
de la corte (algunos dicen que se prendó -nada menos- que de la princesa
Catalina, hermana de Carlos V. Hasta los 26 años de edad fue un hombre dado a
las vanidades del mundo y se deleitaba con el ejercicio de las armas con un gran deseo de ganar fama. Dice uno de
sus biógrafos que "aunque era aficionado a la fe, no vivió conforme a
ella, ni se guardaba de pecados, antes bien era especialmente travieso en
juegos y cosas de mujeres, y en revueltas y cosas de armas..." De
personalidad recia y valiente, animoso para llevar adelante grandes cosas... de
ánimo noble y generoso, así era Iñigo de Loyola.
CUANDO TODO PARECIA
CLARO
La vida fácil de Ignacio
en la Corte de Fernando el Católico, en Arévalo, se prolongó por 10 años (hasta
que cumplió 26) cuando murió su protector en la Corte. Con muy poco dinero en
los bolsillos y dos caballos, como único tesoro, se fue a Pamplona. Sin
saberlo, empieza su gran peregrinaje en busca de la estrella...
Se puso bajo el mando del
duque de Nájera a quien le tocaba defender Navarra contra la invasión del rey
Francisco I que quería anexarla a Francia. La batalla fue dura e Ignacio ya
muestra que no cualquier dificultad lo
vence: "tratándose entre los de la misma fortaleza de darla a los
contrarios por no poder defenderla, y habiendo
dicho los que antes de él dijeron su parecer, que sería bien entregar el
castillo... Iñigo dio por parecer que en ninguna manera, sino que la
defendiesen o muriesen" (Polanco). Pero Ignacio cayó herido el 20 de mayo
de 1521. Lo llevaron donde su familia.
Llegó muy mal herido a Azpeitia y luchó contra la muerte. "Hallándose muy
mal y llamando todos los médicos y cirujanos de muchas partes, juzgaron que la
pierna se debía otra vez concertar, y poner los huesos en sus lugares, diciendo
que por haber sido mal puestos la otra vez, o por se haber unido durante el
camino, estaban fuera de sus lugares, y así no podía sanar. E hízose de nuevo esta
carnecería; en la cual, así como en todas las otras que antes había pasado y
después pasó, nunca habló palabra ni mostró otra señal de dolor que apretar los
puños".(Duro era Iñigo, con tal de ser galante!
Durante la
convalescencia, -como buen hombre de
corte- quiso entretenerse con las telenovelas de la época que eran las
"novelas de caballería". Pero, por suerte, no había tales en la casa
torre de los Loyola y tuvo que conformarse con un libro del Vita Christi: una
especie de enciclopedia de santos ((Vaya aburrimiento! pensó él).
Entre los pensamientos
que se le venían estando en cama, había uno que le absorbía hasta tal punto que
se le pasaban tres o cuatro horas seguidas dándole vueltas en su imaginación.
Se trataba de las hazañas que realizaría para conseguir la mano de una dama,
las palabras que le diría para congraciársela, los hechos de armas que
cumpliría en su servicio. Simultáneamente pensaba en los grandes hombres
religiosos del pasado -o de su época- y cómo habían logrado realizarse plenamente
como apóstoles de Dios en medio del mundo. Admiraba Ignacio a San Francisco, a
Santo Domingo y a otros muchos por el estilo.
Reflexionando sobre lo
que le pasaba en su interior, se fue dando cuenta de que los pensamientos que
le venían con respecto a servir a Dios el resto de su vida, entraban dificultosamente en su mente enamorada.
Pero, después, lo dejaban contento y sosegado. Por el contrario, los
pensamientos relacionados con sus amores y pasiones le venían muy fácilmente;
pero luego lo dejaban con el alma seca y descontenta. Al principio no se dio
cuenta de este discernimiento. Poco a poco, sin embargo, se le fueron abriendo los ojos y reconoció
que lo que pasaba en su interior era una lucha entre su proyecto de hombre, y
Dios que estaba llamándole a una empresa de esas que se llevan la vida y lo
ocupan todo.
Y ... como quien no
quiere la cosa, Dios se le fue metiendo en su corazón de varón vanidoso y
cortesano. Así vino la conversión. Ya no era la dama de sus ensueños -)Catalina de Aragón?- sino la búsqueda de hacer
algo grande por este nuevo Espíritu que acababa de descubrir, una búsqueda
continuada por lo más arduo, un empeño perseverante en tener ante los ojos un
gran ideal, un sentido profundo de servicio a una causa, para entregarse a ella
hasta la muerte, si fuera necesario.
Luego, Ignacio se hizo un
pordiosero; vinieron las jornadas de camino hacia Montserrat y Manresa, las
horas interminables de diálogo espiritual en una cueva junto al río Cardoner,
la necesidad de trasmitir a otros su experiencia interior inflamante. En esa
vida de contacto con la naturaleza, al borde del río, contemplando las
estrellas durante la noche, Ignacio empieza a considerar que Dios lo requería
para algo muy grande. Pero no sabe muy bien qué. Por el momento, intenta ir a
Tierra Santa...
MIRADA UNIVERSAL A LA MAYOR GLORIA DE
DIOS
En los Ejercicios
Espirituales, una de las meditaciones que propone Ignacio es la de "La
encarnación" donde el futuro santo muestra cómo su mirada apostólica ya
abarcaba a todo el mundo. El vasco Ignacio, había vivido en la corte del Rey
bajo el cual se había descubierto América. Posteriormente estudiaría en el
centro del Reino de Castilla (Salamanca y Alcalá) y en la universal París.
Ignacio no era para estar encerrado en una celda sino que sería el itinerante
universal que recorrería en sus viajes a la Tierra Santa, Roma, Inglaterra, los
Países Bajos, Francia e Italia.
Habiendo fundado la
Compañía, Ignacio se dispone a colaborar con las Tres Divinas Personas para
llevar a todos los hombres el mensaje de Salvación. En una carta, a su queridísimo amigo Francisco
Javier, Ignacio no deja ningún continente por nombrar, Asia, Africa, América,
Europa; desde el Congo hasta Brasil, desde Japón a Portugal y Etiopía, Ignacio
tiene en su mente de organizador todo el mundo dentro de su corazón. Como jefe
de la Compañía de Jesús va mandando jesuitas a los cuatro puntos cardinales,
repitiendo lo que hicieron los apóstoles después de haber recibido al Espíritu
en Pentecostés
Por otra parte, el Papa
quiere que los jesuitas vayan a reconquistar Alemania, Inglaterra e Irlanda,
países que habían caído en manos de los
protestantes; que asistan y asesoren -como teólogos- a los obispos que se
reunían en el Concilio de Trento. Para
reformar la iglesia de los defectos en los que había caído, desde el principio
la educación se volvió el trabajo principal en la Compañía. Ignacio no lo tenía
previsto al inicio de su misión, pero las solicitudes de papas, obispos y
laicos para formar a una nueva juventud modificaron su opinión. Al final de su
vida más de la mitad de los jesuitas se dedicaban a formar a las jóvenes
generaciones. En ese sentido una de las principales instituciones educativas
que Ignacio se preocupó de establecer fue el Colegio Romano (actual Universidad
Gregoriana) con la finalidad de formar un clero renovado, fiel a las nuevas
orientaciones reformadoras del flamante Concilio de Trento.
Pero su preocupación no
se reducía al ámbito intraeclesial. Llegó a proponerle al mismo emperador un
plan de defensa de Europa contra la amenaza del Islam que ponía en riesgo la
seguridad de la convivencia e
independencia de las naciones.
La mente de Ignacio era
la del que tiene a todo el "haz y redondez de la tierra" bajo sus
ojos. Nada le era ajeno, nada le era
indiferente, en todo trataba de buscar y hallar a Dios para colaborar con El en
la instauración del Reino del Padre. No
obstante, la Compañía de Jesús era, entonces, apenas un pequeño grano de
mostaza, una pizca de levadura, sólo un granito de sal, una Amínima@ compañía dentro de la Iglesia universal.
IGNACIO: PADRE Y PASTOR
La preocupación pastoral
de Ignacio no sólo era universal, sino también personal y concreta. Su casa de
Roma era demasiado pequeña, a veces muy ruidosa, repleta de novicios, lugar de
paso para los que volvían de una misión y otra, un verdadero desfile de
compañeros e hijos espirituales. Pero lo que más llamaba la atención era la
extraordinaria sencillez que reinaba en ella. Todos veneraban a Ignacio como un
ser excepcional, pero cada uno conservaba su libertad de opinión. Pedía que se
le llamara por el nombre de bautismo; un día en que uno de sus familiares vino
a visitarlo, el jesuita portero le anunció: "(Iñigo!, Araoz está aquí y quiere verte...".
En la mesa, conversaba de los problemas comunes con sus comensales. Tenía dos
preocupaciones cotidianas: los enfermos y los que estaban tentados. A pesar de
las graves dificultades financieras compró una casa para que sus hijos pudiesen
descansar y organizó -incluso- los juegos: la rayuela y la paleta.
Elevaba el ánimo de los
que lo rodeaban. A uno, que se reconocía indigno, el mismo Ignacio era capaz de
contarle los pecados que había cometido en su vida pasada, para animarle a
seguir. A otro, que acababa de decirle que no podía más, le responde: "(Vamos!, todo anda bien"; pero de tal manera y
con una mirada tal, que esta simple frase ponía fin a su falta de coraje.
Un día el pícaro Pedro de
Ribadeneira (que era la debilidad de Ignacio por ser uno de los más jóvenes de
la Compañía) imitó a Ignacio que caminaba con una pierna coja. El General de
los Jesuitas se dió cuenta y le puso una
penitencia por su atrevimiento. Pero, misericordiosamente, le permitió a Pedro
que eligiera su propia penitencia. El, muy
desvergonzado, propuso que -como penitencia- todos los de la comunidad
tuvieran un día libre de descanso por semana... En adelante, Ignacio aceptó la
"penitencia" escogida por Pedrito: un día libre en honor de la
"pierna coja"
ATENCION A LOS
NECESITADOS
Desde su llegada a Roma
los compañeros de Ignacio se habían preocupado por los pobres y necesitados.
Durante el invierno de 1538-1539 hicieron de la casa un asilo para socorrer a
todos los que sufrían de hambre y frío.
Se ocuparon de los judíos, de las prostitutas, de las jovencitas amenazadas.
Con respecto a los judíos
se preocupó de su bienestar espiritual y material. Buscó que el Papa suprimiera
algunas medidas discriminatorias e injustas contra ellos. Para los que no
tenían hogar buscó la ayuda de algunos aristócratas que se ocuparan de conseguir
un hogar para los judíos y judías catecúmenos.
En beneficio de las
prostitutas promovió Ignacio la obra de Santa Marta. Junto con la venta de
algunos mármoles viejos y donativos que recibió pudo comprar una casa donde se
instalaron las primeras mujeres que querían cambiar de vida. En 6-7 años se
ayudó a unas 300 mujeres de la vida. También en este caso, cuando vio que
funcionaba la obra, se retiró.
Algo parecido hizo en
favor de las hijas de las prostitutas, para las que fundó Cofradía de las Vírgenes,
donde se pudieran alojar y educar para
una vida honesta sin seguir el ejemplo de sus madres.
Además, dado que la
guerra, la peste y el hambre habían dejado a Roma llena de "niños de la
calle" Ignacio colaboró con la Cofradía de Santa María de la Visitación de
los Huérfanos. A través de todas estas obras nuestro santo mostró con su propia
acción que la misericordia de Dios se derrama sobre todos, incluyendo especialmente,
a los más pobres y desgraciados.
Tomad Señor y Recibid….
San Ignacio murió en Roma el 31 de julio de 1556. Fue un
hombre de convicciones firmes, auténticas y consecuentes, en cuyo centro
siempre estuvo la verdad. Tuvo un profundo amor a la Iglesia y un gran respeto
por su jerarquía. Aún cuando debió tratar con jerarcas que no le resultaban
simpáticos ni favorables siempre entendió que Dios tiene sus propios caminos y
que actúa a través de la jerarquía de
forma misteriosa pero presente, no siempre comprensible racionalmente. Como
superior General de los Jesuitas nunca se dejó doblegar por las dificultades
sino que éstas lo llevaron siempre a renovar su celo por seguir enarbolando la
bandera de Cristo y de la verdad donde quiera que fuera.
NOVENA A
SAN IGNACIO, PATRONO DE LAS DECISIONES
DIFICILES
Señal de la Cruz…. Acto de Contricción….
Oración
preparatoria para todos los días:
San Ignacio, tu que nos
dejaste un preciso método de discernimiento espiritual, te pedimos que intercedas por nosotros,
para que podamos decidir bien en las
decisiones difíciles, según la voluntad
del Padre.
Que sigamos tu ejemplo de Compañero de Jesús
amándonos unos a otros; y mostremos, así, a nuestro mundo que la Iglesia
también es su casa, donde todos pueden encontrar cobijo para el espíritu; y
descubrir lo que es la verdad y la felicidad que sólo Dios es capaz de dar.
Oración
final de cada día de la novena
Padre Ignacio, tú que
viviste en tu juventud como un hombre perdido y a la deriva, pero luego te
abriste al Espíritu y cambiaste radicalmente de vida; te pido por tu
intercesión en esta novena, que Dios me alcance la gracia de desterrar de mí
todo lo que me aparta de El y del camino trazado por tu hijo Jesús.
Padre Nuestro.... Gloria al Padre...
Padre Ignacio, tú que te
enfrentaste a lo largo de la vida a innumerables encrucijadas, y tuviste que
preguntarte una y otra vez por cuál era el camino que más gloria y alabanza
daba a Dios y mayor bien hacía al prójimo, ayúdame con tu intercesión, a
aumentar mi deseo de servirlo a El y ser
mejor apóstol de Jesús entre los hombres de hoy; buscando siempre lo que más
ayude a la paz espiritual y liberación del mundo.
Padre Nuestro.... Gloria
al Padre...
Padre Ignacio, tú que
aprendiste por experiencia propia el arte de tomar decisiones espirituales según el Espíritu de Dios, y nos
dejaste el método de discernimiento escrito en tu libro de Ejercicios, ayúdanos
con tu intercesión a tomar decisiones (o a tomar esta decisión que
ahora me preocupa) según la Voluntad de Cristo Nuestro Señor; y a ponerla en
práctica con la misma disponibilidad de María su Madre.
Padre Nuestro.... “Tomad
Señor y recibid toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad. Todo mi haber y mi poseer; Vos
me lo disteis, a vos, Señor, lo torno; todo es vuestro, disponed a toda vuestra
voluntad; dadme vuestro amor y gracia
que ésta me basta”. Amén
DIA PRIMERO: Meditación sobre el fundamento de
nuestra vida:
Leamos un trozo de San
Ignacio en sus Ejercicios Espirituales (EE, 23).
AEl hombre es criado para alabar, hacer reverencia
y servir a Dios nuestro Señor, y mediante esto salvar su ánima; y las otras
cosas sobre la haz de la tierra son criadas para el hombre y para que le ayuden
en la prosecución del fin para que es criado. De donde se sigue que el hombre
tanto ha de usar dellas, cuanto le ayudan para su fin, y tanto debe quitarse
dellas, cuanto para ello le impiden. Por lo cual es menester hacernos
indiferentes a todas las cosas criadas, en todo lo que es concebido a la
libertad de nuestro libre albedrío y no le está prohibido; en tal manera que no
queramos de nuestra parte más salud que enfermedad, riqueza que pobreza, honor
que deshonor, vida larga que corta, y por consiguiente en todo lo demás;
solamente deseando y eligiendo lo que más nos conduce para el fin que somos
criados"
Reflexionemos sobre lo que acabamos de
leer:
San Ignacio va a lo
fundamental: que nuestra vida tiene como fundamento el amar a Dios sobre todas
las cosas. Todo lo demás es únicamente un medio para lograr ese fin. De ahí,
que la riqueza o la pobreza, la salud o la enfermedad, o cualquier otro bien
sobre la tierra debe estar al servicio de ese fin para el que hemos sido
creados. Sin embargo, muchas veces, el Pecado que nos envuelve, nos desvía de
esa finalidad que es el sentido de nuestra vida. Las decisiones que tomamos en la práctica
cotidiana, para estar y seguir según la voluntad de Dios, deben estar ordenadas
a ese fin. Si sucede lo contrario,
tenemos que corregir nuestros afectos desordenados y subordinarlos al APrincipio y fundamento@ de nuestra vida que es El Señor.
Oración para el día de hoy:
San Ignacio, intercesor
de las decisiones difíciles, que tu pedido a Dios por nosotros, nos alcance la
gracia de poder estar siempre fundados en buscar amarlo por sobre todas las
cosas; y a distinguir todo lo que nos aparta de nuestro verdadero fundamento.
Que cuando experimentemos
las enfermedades del cuerpo o las tribulaciones de la mente sepamos
conformarnos, sin rebeldía, a lo que Dios permite que sucede según las leyes de
la naturaleza; y que comprendamos siempre que ni la enfermedad ni la pobreza,
ni el desengaño ni el abandono de los seres queridos, son motivo alguno para
creer que no contamos con el amor que Dios nos tiene.
DIA
SEGUNDO: Meditación sobre nuestros pecados
Textos para leer y meditar: Gen 4, 1-16 y
Gen 37, 23-36.
Reflexionemos sobre lo
que acabamos de leer:
San Ignacio en sus
Ejercicios nos orienta a meditar sobre la malicia y perversión del Pecado, para
conseguir Avergüenza y confusión de mí mismo@ por lo que he hecho; esos pecados que llevan a que
mi alma esté como Aencarcelada entre brutos animales@ (EE, 47).
Caín nos muestra la raíz
de todo pecado: la soberbia, la mentira y la indiferencia. Soberbia porque no
aceptó que Abel fuera mejor que él y que Dios sintiera agrado por su ofrenda.
Al contrario, su orgullo vano lo llevó a sentir envidia de su hermano, envidia
del prójimo; y esa envidia lo envolvió y lo hizo caer en manos de Ala fiera@ que acechaba a la puerta: el Pecado. Dios sintió
el grito de la sangre de Abel que clamaba desde la tierra y preguntó a Caín por
su hermano Abel. Y Abel mintió: Ade mi hermano no sé@.
Por último, Caín hizo una pregunta radicalmente falsa: A)acaso soy un guardián de mi hermano? Es el pecado de Indiferencia por el
sufrimiento del hermano que también se había apoderado de Caín. Son las tres raíces de pecados que nos llevan
a todos los demás: la soberbia o egocentrismo, la mentira, y la indiferencia
por el otro.
En el caso de los
hermanos de José, también vemos estas tres raíces de pecados. La envidia los
llevó a la codicia por la herencia que recibiría el hermano. Envidia, codicia y
mentira revueltas en un mismo Acoctel@ llevó a la venta del hermano a los comerciantes
que se dirigían a Egipto. Pero Dios no había dejado abandonado al más débil de
todos y se aprovecharía, después, para que sus hermanos se arrepintieran y
cambiaran.
Luego de meditar sobre la
inmundicia y malicia del Pecado, san Ignacio nos plantea tres preguntas para
meditar: Alo que he hecho por Cristo ..... lo que estoy haciendo por Cristo, y ....... lo que debo hacer por Cristo@ (EE, 53). (meditemos unos minutos sobre cada una
de estas preguntas)
Oración para el día de hoy:
San Ignacio, patrón de
las decisiones difíciles, ayúdanos con tu intercesión a mantenernos siempre
lejos de la fiera del Pecado que siempre está acechando a nuestra puerta.
Que en cada una de
nuestras decisiones sepamos desterrar la mentira, la envidia y la indiferencia
que llevaron a Caín y a los hermanos de José a la muerte del hermano y a su
venta como mercancía.
DIA TERCERO:
Meditación sobre la encarnación de
Jesús
Textos leer y meditar: Ez 34, 1-31 ó Ez
37, 1-28.
San Ignacio propone que
meditemos el misterio de Dios haciéndose hombre, de la siguiente manera:
Atraer a la memoria la historia de cómo las tres
personas divinas miraban toda la planicie y redondez de todo el mundo lleno de
hombres, y todas las gentes en tanta ceguedad, y cómo mueren y descienden al
infierno, se determina que la segunda persona (de la Trinidad) se haga hombre
para salvar al género humano@ (EE, 102, 106).
En los textos bíblicos
antes leídos hemos oído al profeta narrar cómo el ser humano se apartó del
designio amoroso de Dios; pero el Señor, sin abandonarlo, nos envió a su propio
Hijo para liberarnos del mal y del Pecado.
Ezequiel (cap. 34) nos
habla que las ovejas se han desperdigado por el mundo y han vagado sin rumbo
por montes y cerros, dispersándose por la tierra sin que nadie las buscara y
protegiera. Se refiere a que los poderosos se han dejado envolver en la
indiferencia, y en lugar de proteger y cobijar a las ovejas débiles y enfermas,
Ase apacentaban a sí mismos@, indiferentes al dolor de los que sufren. Dios ve que los grandes de este mundo,
utilizan el poder y la responsabilidad pública para sacar provecho propio. Por
eso Dios dice, por boca del profeta Ezequiel, Aliberaré
a mis ovejas de las fauces de los pastores y yo mismo, en persona, buscaré a
mis ovejas de donde se desperdigaron el dìa de la oscuridad. Toda esta parábola
de Ezequiel nos habla de que Dios no abandona al hombre a la fuerza del Pecado
y de la indiferencia de unos respecto a los otros, sino que, como nos ha dicho
San Ignacio, decide Asalvar al género humano@ mandando a su propio hijo.
Meditemos sobre este
inmenso amor de Dios para con nosotros haciendo un instante de silencio
Oración para el día de hoy:
San Ignacio, intercesor
en las decisiones difíciles
con tu petición a Dios en
esta novena, alcánzanos la gracia de permanecer siempre en el rebaño de Jesús,
el Pastor Eterno. Que en cada una de nuestras decisiones siempre recordemos
que, si vivimos, es porque Dios nos mantiene en la existencia y que cada opción
o encrucijada que tenemos en nuestra vida es para que ejerzamos la recta
decisión.
San Ignacio, tú que
fuiste discerniendo siempre lo que Dios quería para tu vida, ayúdanos con tu
intercesión en esta novena, a tomar decisiones que nos llenen de vida, como los
huesos del profeta Ezequiel, que se llenaron con carne y con piel, con la ayuda
del Señor de la Vida.
DIA
CUARTO: Meditación sobre el Nacimiento de Jesús
Texto para leer y meditar: Lc. 2, 21-40
San Ignacio nos propone
que meditemos la escena del nacimiento en los siguientes términos: Ael primer punto será ver a las personas, es a
saber, ver a Nuestra Señora y a José y al niño Jesús, después de ser nacido. Y
sentirme yo, como un pobrecito y esclavito indigno (de la Sagrada Familia)
mirándolos, contemplándolos y sirviéndolos en sus necesidades, como si presente
me hallase, con todo acatamiento y reverencia posible; y después, reflexionar y
sacar provecho@ (EE 114)
(Dejar unos instantes de
silencio para que cada uno pueda imaginarse tal como lo sugiere S.Ignacio)
San Ignacio concluye esta
meditación recordando que el Señor nació en pobreza Ay al cabo de tantos trabajos, de hambre, de sed,
de calor y de frío, de injurias y afrentas, murió en la cruz; y todo esto por mí@ (EE 116). Reflexionemos sobre este proyecto
amoroso de Dios para con nosotros y saquemos provecho.
Oración para el día de hoy:
San Ignacio, intercesor
en las decisiones difíciles, te pedimos para que Dios nos conceda en esta
novena tomar las decisiones que más nos hagan humildes servidores de Jesús, tal
como María y José lo hicieron en aquella cueva de Belén.
Padre Ignacio, que tu
intercesión en esta novena nos alcance la gracia de vivir siempre la ternura,
la paz y la alegría que había en la escena del nacimiento. Y al igual que los
pastores, los reyes y los ángeles celebrando a la luz del mundo, también
nosotros demos gloria a Dios sabiendo tomar decisiones que estén llenas de la luz,
verdad y paz.
San Ignacio, que tu
intercesión nos conceda la Gracia de venerarte siempre como el Rey y Señor del
Universo, como la guía y la estrella de todas nuestras decisiones.
DIA
QUINTO: Meditación sobre el Rey
Eternal
Textos para leer y meditar: Lc 4, 14-21
y Lc 6, 30-44
Jesús vino a anunciar de
parte de Dios el Reinado soberano del Señor sobre todas las miserias, males y
pecados del ser humano. El reino de Dios es la restauración de la fraternidad
universal de los hijos de Dios, presidida por el Padre. Es el gran banquete (en
el que sobran los panes y los peces) donde Dios vive en plena comunión y
alegría con el ser humano, a quien Dios ha liberado plenamente. Por eso, cuando
Jesús se presenta en la sinagoga de Nazaret, dice que viene a anunciar a los
empobrecidos la buena noticia de liberación de las miserias y el Año de Gracia;
es decir, viene a proclamar que Dios da al hombre una nueva amnistía general,
una nueva alianza de amistad.
San Ignacio sugiere que meditemos sobre la invitación de
colaborar con el Reino de Dios proponiéndonos que nos imaginemos que hay dos
caudillos en el mundo, que se disputan entre sí a todos los ciudadanos de la
tierra. Por un lado el Diablo y sus secuaces, y por otro Cristo. Sugiere San
Ignacio que nos imaginemos a Cristo, como un Rey o un líder infinitamente bueno
que invita a que vayamos con él, Aa conquistar toda la tierra de infieles@ y que nos dice: Apor
tanto, quien quisiere venir conmigo ha de ser contento de comer como yo, y así
de beber y vestir; asimismo ha de trabajar conmigo en el día y vigilar en la
noche; porque así, después tendrá parte conmigo en la victoria como la ha
tenido en los trabajos@ (EE,93).
Ante una invitación tan
convincente de parte de Jesús, que es un rey tan bueno, san Ignacio se imagina
que cada uno de nosotros se animará a colaborar con El y le expresará la
siguiente oración: AEterno Señor de todas las cosas, yo me ofrezco,
siempre que cuente con tu favor y ayuda, (y me animo a decirte) que yo quiero y
deseo, y es mi determinación decidida (sólo que sea para vuestro mayor servicio
y alabanza) de imitaros en pasar todas injurias y todo vituperio y toda
pobreza, así actual como espiritual, siempre que vuestra majestad me quiera
elegir y recibir en tan vida y estado@(EE, 98).
(Dejemos unos instantes
de silencio para meditar e imaginar según la recomendación de S.Ignacio)
Oración para el día de hoy
Padre Ignacio, santo
protector en las decisiones difíciles ayúdanos a alcanzar la gracia de ser
verdaderos colaboradores de rey tan infinitamente bueno, como es Jesús. Que de
tal manera nuestras decisiones se ajusten a lo que Arey tan liberal@
quiere, que nuestra unión con el Padre sea según su voluntad.
DIA
SEXTO: Meditación para saber decidir según la voluntad de Dios
Hoy dedicaremos nuestra
novena a pedir a San Ignacio la gracia fundamental de saber decidir según la
voluntad de Dios. El santo de Loyola nos dejó su método de discernimiento que
es muy útil para nuestras decisiones difíciles.
Por eso, en el día de hoy, pondremos delante de Dios una decisión
importante que cada uno de los que hacemos esta novena tenga que tomar y que no sabemos si es acorde
con la voluntad de Dios.
(A continuación dedicar unos momentos de
silencio para pensar cuál puede ser esa decisión -más o menos importante- que
tengo que tomar)
Con esa materia de
decisión, se la presentaré al Señor durante este momento de oración y le pediré
que me dé luces para conocer su voluntad. Nos dejaremos guiar por la
metodología de San Ignacio, a través de algunas preguntas que nos ayudarán a
analizar nuestra decisión.
El método ignaciano tiene
una condición previa a cualquier decisión que es de enorme importancia: nunca
debemos decidir nada si estamos en un momento de euforia -en un extremo- o de
depresión -en el otro-. En consecuencia, si en este momento de oración me
encuentro deprimido o muy Aeufórico@, no puedo seguir con los siguientes pasos.
En caso de no estar en
ninguno de esos dos estados psicológicos, podemos proseguir formulándonos
algunas preguntas:
1. Lo que quiero decidir )cumple con la finalidad del hombre: amar a Dios y salvar el alma?
2. La decisión que me
propongo tomar )está comprendida dentro de los mandamientos de
Dios o es contraria a alguno de ellos?
3. La decisión que me
propongo tomar )es la que más aumenta el amor, la fe y la
esperanza?
4. La decisión que me
propongo tomar )es la que yo le aconsejaría a otra persona a la
que quiero mucho y a la que le deseo todo lo mejor para su vida?
5. La decisión que me
propongo tomar )es la que yo decidiría si supiera que mi muerte está
muy próxima?
Oración para el día de hoy.
Padre Ignacio, intercesor
en las decisiones difíciles, con tu mediación ante Dios ayúdame a adquirir la
sabiduría de decidir según la voluntad de Dios en mi vida concreta.
DIA
SEPTIMO: Meditación sobre el
discipulado de Reino de Dios
Texto para leer y meditar: Lc 5, 1-11 ó Mc 3, 13-19
San Ignacio nos propone
en su libro de Ejercicios Espirituales que meditemos sobre la necesidad que
tiene Jesucristo de contar con nuestra ayuda para expandir el Reino de Dios.
Para eso nos sugiere que nos imaginemos el mundo como un gran campo de batalla
donde hay dos contrincantes en fiera lucha: Lucifer (o Diablo) y Cristo Jesús.
Cada uno es capitán de un ejército y tiene una bandera que indica la causa que
pretende lograr. San Ignacio nos propone como meditación que imaginemos cómo el
Demonio entrena a su gente para esparcirlos por todas partes del mundo a fin de
que sean constructores del reino de
Satanás, echando redes y cadenas para generar codicia de riquezas, soberbia y,
a partir de estas dos perversiones, encadenar los demás vicios consiguientes.
Por el contrario, Cristo,
el verdadero y buen Capitán, envía a apóstoles y discípulos por todo el mundo,
encomendándoles que ayuden a todos los hombres a traerlos, primero, a la
pobreza espiritual, a la humildad y, de
estas dos predisposiciones espirituales a todas las demás virtudes (EE, 146).
Oración para el día de hoy.
Padre Ignacio, intercesor
en las decisiones difíciles, te pedimos que intercedas ante Dios a fin de que
me sea concedido seguir la bandera de Jesús, y alcanzar la gracia de la pobreza
espiritual, de la generosidad y la entrega por la causa de Dios, y la salvación
del mundo.
Padre Ignacio, tú que
durante buena parte de tu vida seguiste la bandera del Mal Espíritu y no la de
Jesús, porque te ocupabas a las cosas
vanas y materiales del mundo, te pido que intercedas ante Dios a fin de obtener
la gracia de ser fiel discípulo suyo y seguirlo siempre bajo su bandera.
Padre Ignacio, alcánzanos
de Dios la Gracia de que nuestras decisiones siempre sean ponernos bajo la bandera
de Jesús, con todos nuestros pensamientos, sentimientos y obras.
DIA
OCTAVO: Meditación sobre la pasión y
Muerte de Jesús
Textos para leer y
meditar: se puede leer cualquiera de los relatos evangélicos de la Pasión; pero
sugerimos, de forma particular, meditar el que corresponde a la traición de
Pedro (Lc 22, 54-62).
La misión de Jesús de
anunciar la restauración del Reinado de verdad, amor y justicia en el mundo, le
trajo mortales consecuencias. Fue perseguido por los fariseos y saduceos que,
finalmente, lo llevaron al cruel tormento de la cruz.
San Ignacio en sus
Ejercicios Espirituales nos invita a leer y meditar la Pasión de Nuestro Señor,
como para que tengamos una verdadera identificación con Jesús, sufriente y
perseguido a causa del pecado y del mal del ser humano. También nosotros somos
cómplices del Pecado que llevó a los malvados a condenar injustamente al Señor.
Pidamos sentir Alágrimas y pena interna de tanta pena que Cristo
pasó por mí@ a causa del Pecado del hombre (EE 203).
A Jesús, lo abandonaron
todos, incluso Pedro. Recordemos por unos instantes el relato en el que Pedro
niega al Señor tres veces antes de que el gallo cantara dos. Imaginemos a Pedro, acurrucado entre la
gente, junto al fuego tibio de los soldados en el patio de Caifás, triste,
inseguro, y con mucho miedo. Oigamos cuando la criada lo reconoce y le dice Atú eres de ellos@ y
él lo niega. Luego, oigamos la segunda negación y la tercera. Por último detengámonos a imaginar la mirada
que le dirigió el Señor a Pedro después de la tercera negación; y oigamos el
llanto de Pedro que salió afuera a llorar amargamente.
En realidad, la traición
de Pedro es símbolo de todas nuestras propias traiciones al Señor. Cuando
aprieta el miedo, nosotros damos vuelta la cara y negamos al Señor. Jesús, por
el contrario, fue fiel hasta el final y entregó su vida para demostrarnos que,
por encima del pecado, está la verdad y la bondad infinita de Dios. Quiso
demostrarnos que no hay ningún sufrimiento, ningún dolor que pueda apartarnos
del Señor. Quiso mostrarnos que aunque los hombres son capaces de dejarse
envolver por el mal y el Pecado, Dios es el supremo poder sobre el mundo.
Oración para el día de hoy
San Ignacio, intercesor
en las decisiones difíciles
te pedimos que, de tal
manera nos identifiquemos con Jesús cuando entregó su vida hasta la muerte, que
podamos decidir en nuestra vida, sin miedo ni vergüenza, sin temor a las
persecuciones o a las adversidades, puestos nuestros ojos sólo en su entrega
salvadora de la Cruz.
DIA
NOVENO: Meditación sobre la Resurrección de Jesús
Textos para leer y meditar: Juan 21 1-20
Cristo el Señor, murió
cruentamente crucificado a causa de la falsedad y maldad de fariseos y saduceos
que fueron incapaces de reconocer con humildad su ceguera y equivocación. Ellos
se negaron a ver los signos de la fuerza de Dios presente en Jesús. Y de la
misma manera que los hermanos de José entregaron al hermano a unos
comerciantes, los fariseos entregaron a Jesús al poder de los romanos.
Pero Dios quiso demostrar
su infinito poder sobre el mal y el pecado, librando a Jesús de la muerte. La
resurrección es la muestra del Poder y la Soberanía suprema de Dios sobre toda
la corrupción, mentira y maldad del hombre.
Recordemos la escena de
Jesús cuando se aparece a Pedro y a los demás discípulos a orillas del
lago. No habían pescado nada en toda la
noche, pero porque creyeron en su palabra, tiraron las redes y era inmensa la
cantidad de peces que sacaron. El los esperó en la plaza, con peces a las
brasas y pan. Allí volvió a celebrar la Fracción del Pan. Ellos se dieron
cuenta que era el Señor Resucitado que de nuevo permanecía con ellos vivo para
siempre. Sentados en la arena, Jesús le renueva a Pedro toda la confianza que
este había perdido. Tres veces lo hizo decir que lo quería y le encomendó de
nuevo la misión de construir el rebaño de Dios: la Iglesia.
San Ignacio nos invita a
contemplar a Cristo resucitado para que experimentemos la fuerza de Dios
rompiendo las ataduras de toda muerte y las cadenas de todo pecado. Cristo
Resucitado es la garantía de que nuestro peregrinar por la tierra tiene como
sentido la purificación de nuestras personas para gozar algún día plenamente de
la comunión con todos los santos, junto a Dios.
Oración para el día de
hoy:
Te pido San Ignacio, para
que tu intercesión ante Dios me alcance la gracia de vivir siempre en la
alegría y en la confianza de saber que, por encima de los poderes destructores
humanos, existe la justicia infinita y el Amor poderoso y absoluto.
Padre Ignacio, que tu
intercesión por nosotros en esta novena, nos alcance la gracia de vivir siempre
alegres y esperanzados, seguros de que los poderes negativos de este mundo son
solo la apariencia de un mundo nuevo y un cielo nuevo que vendrá