IMAGEN URUGUAYA DE LA VIRGEN MARIA DESATANUDOS

 

                                                                                                          PARA LA NOVENA apriete este título

MARIA LA QUE DESATA LOS NUDOS

                 El Concilio Vaticano II en su Constitución sobre la Iglesia  (Lumen Gentium) a propósito de María desatadora de nudos dice:

“El Padre de la Misericordia quería que, antes de la Encarnación de su Hijo, la Madre predestinada dijera su Sí acogedor, para que, así como una mujer contribuyó a la muerte, también la mujer contribuyese a la vida (…) El nudo de la desobediencia de Eva, fue desatado por medio de la entrega confiada de María;  lo atado por la virgen Eva con su incredulidad fue desatado por la Virgen María mediante su fe” Lumen Gentium 56.

 

La imagen de María desatadora de nudos se enraíza en la frase de San Ireneo (siglo IV) que acabamos de citar, y que el Concilio Vaticano II retomó en una de sus más importantes Constituciones, la que dedica a la identidad y función de la Iglesia.

 

La pintura original que representa a María en su función de intercesora nuestra, Virgen que Desata los Nudos (Knotenlösen, en Alemán) pertenece a Hohann Melchior Georg Schmittdner (1625-1705) y está expuesta en la Iglesia de los Jesuitas de San Pedro de Perlach (Augsburgo-Alemania). Fue pintada entre 1699-70. El pintor pertenece a la escuela de Augsburgo y lo hizo por encargo de Hieronymus Ambrosius Von Langenmantel para el retablo de las Beatas Vírgenes del Buen Consejo de aquell[1]a iglesia. De allí proviene la imagen que conocemos comúnmente en numerosos países de América Latina.

 

            La pintura (uruguaya) de la VIRGEN DESATADORA DE NUDOS  es única y exclusiva; similar, pero al mismo tiempo diferente de la pintura original alemana. Fue pintada por la artista Alicia Asconeguy. Con ella hemos ido ajustando –en un diálogo continuado- el diseño iconográfico del cuadro, teniendo en cuenta la imagen original alemana pero dándole una  clara impronta uruguaya. Una vez terminada la pintura en óleo fue ampliada utilizando los más modernos métodos electrónicos hasta reproducirla en la actual gigantografía que se venera en la Parroquia Nuestra Señora de la Fundación

 

SIMBOLOGIA DE LA IMAGEN URUGUAYA DE LA DESATADORA

 

         La imagen uruguaya no es una simple copia de la imagen alemana original, sino una recreación inspirada.

 

            En primer lugar es relevante el contexto icónico en el que se ubica la imagen de la desatadora. Quienes miramos el cuadro estamos subidos a una barca que flota sobre una bahía tranquila.  Se trata de la barca de la Iglesia donde Cristo, el Señor del viento y del mar es la garantía de la tempestad calmada (Mc. 4, 35-41).  Miembros de la barca de la Iglesia, solicitamos a la Madre del Señor que interceda por nosotros para permanecer en paz en un mundo revuelto y lleno de olas encrespadas. La barca de la Iglesia está en una “calmada” bahía de Montevideo, simbolizando –así- a la totalidad de nuestro país, tan necesitado de la acción desatadora del Señor, por la intercesión de María, su madre.

 

Inspirando esta escena de la barca sobre una bahía tranquila está aquella afirmación que hizo el Señor a sus discípulos: “¡no tengan miedo!”. Era lógico su reproche porque él estaba con ellos durmiendo en la barca que se bamboleaba en el mar tempestuoso, de la misma manera que sigue acompañando a su Iglesia hasta el fin de los siglos, especialmente en su presencia eucarística de cada misa.

 

Teniendo en cuenta la imagen de la Tempestad calmada como clave de interpretación de esta pintura, puede resultar coherente y muy significativa en ese sentido, la suave sonrisa, tranquilizadora y convencida de la desatadora “uruguaya”. Una sonrisa que evoca aquel cuadro muy conocido de Rafael.

 

Entre otras características artísticas de esta pintura debemos señalar las siguientes:

 

Primera. La vestimenta de la Desatadora se inspira en la Virgen de los Treinta y Tres, abandonando los colores de la imagen alemana original. El vestido de la Desatadora alemana es rojo y azul oscuro mientras que nosotros hemos sustituido esos colores por los de la Inmaculada: oro y celeste. El oro simboliza la luz divina y el celeste simboliza la divinidad –o ámbito celestial- que recubre con su manto a la virgen “llena de Gracia”

 

Segunda. El ángel de la izquierda de la Virgen, (el que le entrega a María las cuerdas anudadas en representación de nuestros Nudos espirituales) tiene cara adusta y preocupada. El ángel de la izquierda le está entregando simbólicamente todos los Nudos de nuestros pecados; y pidiendo a María que interceda ante su Hijo para ayudarnos a desatar nuestros Nudos; de ahí que su rostro haya sido pintado como tenso y  preocupado.

 

Tercera. El ángel de la derecha de la Virgen (el que recibe de María las cuerdas desatadas, luego de interceder por nosotros ante su Hijo) está feliz. El ángel de la derecha nos mira a nosotros y sonriente nos entrega una cuerda desatada. Representa a los ángeles guardianes que, como seres espirituales, colaboran con el Espíritu del Señor Resucitado en la salvación del mundo. De la misma manera, pero de forma eminente, María Desatadora al interceder por nosotros, colabora en la liberación de nuestros pecados.

 

Cuarta La Desatadora pisa una serpiente venenosa. La serpiente cuya cabeza está pisada por la Desatadora puede verse como portadora de un mortal veneno porque su cola termina en una punta roma y sus ojos tienen las características de los ojos de las serpientes venenosas, diferentes a los de las víboras benignas. La lengua viperina y los agresivos colmillos completan la representación de una víbora mortal. A su vez, el reptil  –que representa a la tentación- está anudado en la luna, que es el astro de las tinieblas y de la noche, y es símbolo del Pecado. La Inmaculada Desatadora pisa a ambos:  a la “venenosa” y mortal serpiente y a su astro tenebroso la luna.

 

Quinta. Nuestro pueblo uruguayo protegido por la Desatadora. La imagen de la Desatadora está suspendida por encima de la capital de nuestro país. En el cuadro aparece el cerro de Montevideo, la Bahía y los edificios más emblemáticos de nuestra capital: la catedral  (en un lugar eminente), el Palacio Salvo, la Torre de las Comunicaciones, etc., que aparecen rodeando la bahía y el puerto. 

 

Sexta. El Espíritu Santo se derrama sobre la Desatadora, su iglesia y su pueblo. Siete bolas incandescentes de fuego –evocando la experiencia de Pentecostés- bajan sobre María, asistiéndola en su labor de intercesión y nos recuerdan que ella estaba en aquel Pentecostés que más conocemos (Hch. 2, 1-47). Las bolas de Fuego representan los 7 dones del Espíritu que se derraman sobre María y sobre las diócesis de nuestro país, representadas en las 10 estrellas, en la Ciudad en torno a la Bahía y en la Barca en la que quedamos incluidos los que  contemplamos la imagen.

 

Séptima. Diez diócesis protegidas por La Desatadora. La imagen tiene 10 estrellas sobre la cabeza. Representan las 10 diócesis de nuestro país. (Podemos suponer que las otras estrellas que faltan hasta lograr le número 12 que menciona el Apocalipsis, están detrás del cuerpo de la Virgen).

 

            En suma, María Desatadora representa a la Madre de Dios intercesora nuestra, ayudándonos a desatar los Nudos que nos separan de Dios y nos atan a lo terreno y malo. Pidamos a María que desate todos los Nudos que nos aprisionan en todos los sentidos. María Desatadora significa ver a María como co-liberadora con su Hijo de las esclavitudes que nos impiden la comunión con Dios y nos dificultan experimentar que Dios reina verdaderamente en nosotros y en el mundo. Que esta imagen traiga muchas bendiciones a todos nosotros



[1] Asconeguy es una artista de reconocida trayectoria en nuestro medio. Es, también, profesora de cromatografía en el Instituto de Profesores Artigas (IPA).

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