EL TIPO VIVAZ
�FUEGO Y HIELO�
La vida es una monta�a rusa para quienes poseen el tipo vivaz de personalidad, y viven invitando a todo el mundo a subirse con ellos a dar una vueltecita. Desde los picos hasta los valles, todo lo que hacen lo hacen con intensidad. Los vivaces anhelan experimentar, y se lanzan con br�os a un nuevo amor o un nuevo estilo de vida sin mirar ni un instante atr�s. Ning�n otro tipo de personalidad, ni siquiera el teatral, es tan ardiente en su deseo de conectarse con la vida y las dem�s personas. Y ninguno es tan capaz de soportar los cambios emocionales que se producen como resultado de una existencia vivida tan fervientemente.

LAS SEIS CARACTER�STICAS
Las seis conductas y rasgos siguientes denotan la presencia del tipo vivaz de personalidad. El individuo con una marcada tendencia vivaz exhibir� m�s conductas de las que se mencionan a continuaci�n, y m�s intensamente, que alguien que posea menos rasgos de este estilo en su perfil de la personalidad:

RELACIONES SENTIMENTALES. Los vivaces tienen que tener siempre un v�nculo rom�ntico con alguien.
INTENSIDAD. Son apasionados en todas sus relaciones. Nada lo que sucede entre ellos y los dem�s es trivial, nada se toma a la ligera.
CORAZ�N. Demuestran lo que sienten. Emocionalmente son activos y reactivos. Todo lo hacen de coraz�n.
ESPONTANEIDAD. Son desinhibidos, naturales, amantes de la diversi�n, y no les asusta el peligro.
ACTIVIDAD. Se caracterizan por su energ�a. Son animosos, creativos y cautivadores. Tienen iniciativa y son capaces de inducir a los dem�s a la acci�n.
AMPLITUD DE CRITERIO. Son imaginativos y curiosos, dispuestos a vivir nuevas experiencias en otras culturas y sistemas de valores, como tambi�n a aventurarse por nuevos rumbos.

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LOS SEIS DOMINIOS DE LA PERSONALIDAD VIVAZ
Si se toma en cuenta el territorio de las relaciones, y se le agregan las emociones y el autodominio, se obtiene la receta de este tipo tan tempestuoso de personalidad.

LAS RELACIONES: POSEER Y SER POSE�DO
Los vivaces nunca son indiferentes con el ser querido. De inmediato experimentan una atracci�n magn�tica y la sensaci�n de que el amor ser� eterno. Entonces la relaci�n pasa a ser el centro de sus vidas, hasta tal punto que la aventura amorosa, o incluso la amistad, con un vivaz llega a ser inolvidable. Los vivaces ponen al ser amado, al amigo y hasta al colega sobre un pedestal. Adoran su perfecci�n y agradecen al cielo el haberlo encontrado. Sienten la necesidad de hablar todos los d�as con �l, en ocasiones varias veces al d�a. Tienen que saber todo lo que piensa y hace el otro, y si �ste se resiste, puede llegar a gestarse una tormenta, como se ver� m�s adelante.

Si un individuo cuenta en su personalidad con moderados rasgos vivaces, su enorme dedicaci�n al otro y su gran generosidad pueden alimentar un amor profundo, rom�ntico y duradero, como suelen serlo los que describen las canciones. Sin embargo, las expectativas que depositan en los dem�s son enormes, y sus reacciones inmediatas y vehementes. Necesitan recibir de los dem�s exactamente lo mismo que dan, una atenci�n constante e intensa.

Por regla general, los vivaces no sirven para recomponer situaciones. Suelen pensar, a menudo con raz�n, que son ellos los que siempre dan m�s, y les cuesta reconocer que, con mucho, ellos contribuyen a crear los problemas. Si la relaci�n termina mal, es probable que rememoren el tiempo que pasaron con su pareja como un per�odo s�rdido y terrible; quiz� hasta lleguen a la conclusi�n de que la otra persona no los merec�a, y que ellos fueron ciegos y no vieron tal realidad.

LAS TENSIONES
Los problemas de relaci�n constituyen la mayor fuente de tensi�n para los vivaces. La dificultad comienza cuando no se sienten reconocidos ni tratados como seres especiales. Al igual que los seguros de s� mismos, sienten que merecen M�S, y cuando no lo obtienen, o cuando la otra persona trata de distanciarse, se sienten amenazados. Reaccionan acaloradamente frente a la tensi�n, casi como si el rechazo fuera el fin del mundo. Si sus arranques emotivos no hacen mella en el otro, le dan repentinamente la espalda e inician una relaci�n intensa con otra persona. No les gusta carecer de un amor, y no pasan mucho tiempo en este estado.

EL VIVAZ FRENTE AL TEATRAL
Aunque en ciertos aspectos de pasi�n y sentimiento la personalidad vivaz se asemeja a la teatral, y si bien ambos estilos a menudo coexisten en una misma persona, difieren de importantes maneras. Los teatrales est�n pendientes de los dem�s. Esto significa que est�n alertas frente a la otra persona, para averiguar qu� desea a fin de obtener su amor y convertirse en el centro de su atenci�n. Suelen ser muy sensibles e intuitivos para los deseos y necesidades de los otros, y son capaces de adecuar su conducta para atraerlos hacia ellos.

Los vivaces son mucho m�s intensos y exigentes. Quieren llenar su mundo con el otro. Sue�an en ser uno con el otro durante toda la eternidad. Por generosos y extravertidos que sean, sin embargo, no suelen moderar su comportamiento por el bien del otro ni aceptan ninguna otra manera de ver las cosas.

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