REPLANTEAR LA ESCUELA: PREPARAR A LOS MAESTROS. COMUNIDADES QUE SE PREOCUPAN

Dado que cada vez m�s ni�os no reciben en la vida familiar un apoyo seguro para transitar por la vida, las escuelas pasan a ser el �nico lugar hacia donde pueden volverse las comunidades en busca de correctivos para las deficiencias de los ni�os en la aptitud social y emocional. Esto no significa que la escuela, por s� sola, pueda suplantar a todas las instituciones sociales que con frecuencia est�n al borde del colapso. O ya han ca�do en �l. Pero desde el momento en que pr�cticamente todos los ni�os concurren a la escuela (al menos, al principio), �sta ofrece un �mbito donde se les puede brindar lecciones de vida que no podr�an recibir en ninguna parte. La alfabetizaci�n emocional implica un aumento del mandato que se les da a las escuelas, teniendo en cuenta la pobre actuaci�n de muchas familias en la socializaci�n de los ni�os. Esta tarea desalentadora exige dos cambios importantes: que los maestros vayan m�s all� de su misi�n tradicional, y que los miembros de la comunidad se involucren m�s con la actividad escolar.
El hecho de que haya o no una clase espec�ficamente dedicada a la alfabetizaci�n emocional puede importar mucho menos que c�mo son ense�adas estas lecciones. Tal vez no haya otra materia en la que importe m�s la calidad del maestro, ya que la forma en que este lleva su clase es en s� misma un modelo, una lecci�n de facto de aptitud emocional, o de su carencia.
Cada vez que un maestro le responde a un alumno, hay otros veinte o treinta que aprenden la lecci�n.
Existe una selecci�n natural en la clase de maestros que se sienten atra�dos hacia clases como estas, porque no todo el mundo se adapta a ellas por temperamento. En principio, los maestros deben sentirse c�modos cuando hablan acerca de los sentimientos; no todos los maestros se sienten as� haci�ndolo, o desean hacerlo. Hay poco o nada en la formaci�n tradicional de un maestro, que lo prepare para esta clase de ense�anza. Por estas razones, los programas de alfabetizaci�n emocional habitualmente les ofrecen a los postulantes a su ense�anza varias semanas de entrenamiento especial en su enfoque.
Mientras que muchos maestros pueden mostrarse al principio, muy reacios a encarar un tema tan distante de su propia formaci�n profesional y sus rutinas, hay pruebas de que, una vez que intentan ponerlo en pr�ctica, son m�s los que se encuentran satisfechos que los que se cansan. En las escuelas New Haven, cuando los maestros tuvieron la primera noticia de que ser�an entrenados para ense�ar los nuevos cursos de alfabetizaci�n emocional, el 31% dijo que era reacio a hacerlo. Tras un a�o de ense�ar estos cursos, m�s del 90% dijo estar contento con ellos, y que deseaba volver a impartirlos al a�o siguiente.

AUTOCONOCIMIENTO EMOCIONAL
� Mejora en el reconocimiento y la designaci�n de las propias emociones.
� Mayor capacidad para entender las causas de los sentimientos.
� Reconocimiento de la diferencia entre sentimientos y acciones.

MANEJO DE LAS EMOCIONES
� Mayor tolerancia ante las frustraciones, y control del enojo.
� Menor cantidad de bromas, peleas e interrupciones de la clase.
� Mayor capacidad para expresar adecuadamente el enojo, sin pelear.
� Menos suspensiones y expulsiones.
� Menos comportamiento agresivo o autodestructivo.
� M�s sentimientos positivos sobre ellos mismos, la escuela, y la familia.
� Mejor manejo del stress.
� Menor soledad y ansiedad social.

APROVECHAMIENTO PRODUCTIVO DE LAS EMOCIONES
� M�s responsabilidad.
� Mayor capacidad de concentrarse en la tarea que se tiene entre manos y de prestar atenci�n.
� Menor impulsividad, mayor autocontrol.
� Mejores calificaciones en las pruebas de rendimiento escolar.

EMPATIA: INTERPRETACI�N DE LAS EMOCIONES
� Mayor capacidad para comprender el punto de vista de otra persona.
� Mejora de la empat�a y de la sensibilidad para percibir los sentimientos de los otros.
� Mejora de la capacidad de escuchar.

MANEJO DE LAS RELACIONES PERSONALES
� Aumento de la habilidad para analizar y comprender las relaciones.
� Mejora de la resoluci�n de los conflictos y de la negociaci�n en los desacuerdos.
� Mejora en la soluci�n de problemas planteados en las relaciones.
� Mayor habilidad y actitud positiva en la comunicaci�n.
� M�s popularidad y sociabilidad: actitud amistosa e interesada con sus pares.
� Mayor preocupaci�n y consideraci�n.
� Mayor solicitud por parte de sus pares.
� M�s actitud �pro-social� y armoniosa en grupo.
� Mayor cooperaci�n, ayuda y actitud de compartir.
� Actitud m�s democr�tica en el trato con los otros.

Unos de los puntos de esta lista reclama especial atenci�n: los programas de alfabetizaci�n emocional mejoran las calificaciones acad�micas y el desempe�o escolar. Este no es un descubrimiento aislado: aparece una y otra vez estos estudios. En un momento en que demasiados ni�os parecen carecer de la capacidad de manejar sus problemas, de prestar atenci�n o de concentrarse, de controlar sus impulsos, de sentirse responsables por su trabajo o de interesarse en su aprendizaje, cualquier cosa que sostenga estas habilidades ayudar� a su educaci�n. En este sentido, la alfabetizaci�n emocional mejora la capacidad de la escuela para ense�ar. Incluso en una �poca de retorno a los contenidos b�sicos y de recortes presupuestarios, un argumento a favor de la implementaci�n de estos programas es que ayudan a revertir una tendencia declinante de la educaci�n, y que fortalecen la capacidad de las escuelas de cumplir con su misi�n principal, por lo que la inversi�n vale la pena.
(Fuentes: �Enhancing Children�s Prosocial Behavior in the Classroom�, AMERICAN EDUCATIONAL RESEARCH JOURNAL, 1992; Informe del High/Scope Educational Research Foundation, Ypsilanti, Michigan, abril de 1993; �Emotional Competence: How Emotions and Relationships Become Integrated�, en R. A. Thompson, SOCIOEMOTIONAL DEVE- LOPMENT/NEBRASKA SYMPOSIUM ON MOTIVATION, 36, 1990; �Today�s Children: Creating a Future for a Generation in Crisis�, Nueva York, Times Books, 1992).
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