SANTUARIO HISTORICO DEL 

BOSQUE DE POMAC

Usted esta escuchando la marinera Yo soy un huaquero viejo, que vengo de sacar huacos ... Huaquero, huaquero, huaquero vamos a huaquear,... cova, cova, cova al amanecer, cova, cova, cova al anochecer... Una marinera coste�a muy conocida que refleja la actividad alrededor de las Huacas (monumentos arqueol�gicos) del Per� antiguo. Fue compuesta por Miguel Paz.

DESCRIPCION GENERAL

SITUACION ACTUAL

FOTOS DEL SANTUARIO

VISTA 360� DEL BOSQUE DE POMAC

FOTOS ESPECIALES DE LA FAUNA DEL SANTUARIO

EL CHILALO O HORNERO

EL CABALLO DE PASO PERUANO

DECRETO SUPREMO DE LA CREACION DEL SANTUARIO

LA CULTURA SICAN

VIDEO RESUMEN DE LA CULTURA SICAN

EL CABALLITO DE TOTORA

LA LEYENDA DE NAYLAMP

VISITA VIRTUAL DEL MUESO NACIONAL DE SICAN

DESCARGA INFORMACION DE LA CULTURA SICAN

            

    La empresa PANALZA est� convencida de que la mejor manera de preservar nuestros recursos naturales e historicos del Per� es a trav�s de la difusi�n de nuestras riquezas para ir moldeando una mejor identificaci�n cultural con nuestra tierra, por lo cual, a continuaci�n describimos nuestro entorno geogr�fico de donde extraemos los insumos naturales para la elaboraci�n de nuestros productos siempre favoreciendo y apoyando su conservaci�n.

 

DESCRIPCION GENERAL(Men�)

El Santuario Hist�rico Bosque de Pomac se ubica en el distrito de P�tipo, Provincia de Ferre�afe y Departamento de Lambayeque. El extremo sur se encuentra a 3.5 km al noreste de la localidad de P�tipo, a 11.5 km de la localidad de Ferre�afe y a 31.5 km de la ciudad de Chiclayo. Abarca una superficie de 5 887.38 ha que representa el 0.41% del �rea del departamento, atravesada en su parte central por el r�o La Leche.

El �rea ha venido sufriendo constantes invasiones y presi�n de las poblaciones asentadas en las cercan�as del mismo.

La categorizaci�n definitiva como Santuario Hist�rico Bosque de Pomac establece una base s�lida para enfrentar la deforestaci�n y p�rdida de la calidad gen�tica de las especies de flora y fauna silvestres. Define tambi�n los lineamientos para proponer las modalidades e intensidades del aprovechamiento indirecto para la conservaci�n y manejo de esta �rea natural protegida y su �rea de influencia.

El Santuario Hist�rico Bosque de Pomac protege el 0.2% del total que abarca el Desierto Pac�fico Tropical. Se desarrolla sobre dos de las tres zonas de vida que abarca el Desierto Pac�fico Tropical (el desierto super�rido Tropical y el desierto super�rido Premontano Tropical). Alberga la formaci�n natural de algarrobo m�s importante del pa�s.

Posee una diversidad biol�gica alta, especialmente de las aves (26 especies de aves y 7 de mam�feros), a�n cuando cuando el bosque est� degradado.

Posee varias comunidades vegetales como los bosques densos y semidensos, matorrales y algarrobales. El algarrobal es la comunidad boscosa que domina el paisaje en el norte del pa�s.

El algarrobal est� asociado principalmente con el sapote (Capparis angulata) y en menor proporci�n con el faique (Acacia macracantha), el bichayo (Capparis ovalifolia) y arbustos como Vallesia dichotoma.

Este bosque tiene un alto valor econ�mico, en productos no maderables, como la recolecci�n de algarroba, miel y para el ecoturismo.

En �sta �rea se dieron manifestaciones de la etapa dominada por la cultura Sic�n o Lambayeque alrededor de los a�os 900 -1100 D.C.

Existen vestigios desde peque�os mont�culos hasta monumentales pir�mides, en buen estado de conservaci�n.

La cultura Sic�n pose�a una tecnolog�a metal�rgica masiva y a gran escala, y sus ofrenadas funerarias muy ricas en tumbas de elite de hasta 20 metros de profundidad.

En el �rea se mantiene una poblaci�n peque�a de campesinos dedicada a  la ganader�a a peque�a escala y apicultura incipiente.

Se plantear�n alternativas, bajo una adecuada organizaci�n social, de acuerdo a un uso indirecto del recurso forestal.

FICHA TECNICA

Fecha de creaci�n: 01 de junio de 2001

Ubicaci�n
distrito : P�tipo
provincia : Ferre�afe
departamento : Lambayeque

Caracter�sticas:

Finalidad:

Conservar la unidad paisaj�stica- cultural que conforma el bosque de Pomac con el complejo arqueol�gico de sic�n; la calidad natural de la formaci�n de bosque seco tropical.

Aniversario: 1 de Junio  

Para visitar el bosque seco de Pomac, usted debe llegar al Centro de Interpretaci�n, que se localiza entre las coordenadas 6� 29' 57" LS y 79� 45' 43" LW. Para acceder a el existen dos rutas.

La principal es hacia el Nor Este, por la v�a Chiclayo - Ferre�afe - P�tipo - Centro de Interpretaci�n (CI) de Batangrande (36 km.). Desde Chiclayo podr� alquilar un auto taxi. El transporte p�blico lo lleva hasta Batan Grande, usted debe bajar en la localidad de la Zaranda (Km. 36), y a pocos metros de la carretera encontrar� el CI, lugar ambientado para que el visitante pueda recibir informaci�n relacionada con el bosque, como los lugares de inter�s, ubicaci�n, horarios, rutas de cabalgatas, servicios higi�nicos y otros. Para regresar el transporte p�blico es escaso.

El CI los atiende desde las 07:00 hasta las 16:00 horas.

La otra ruta es por la zona oeste del bosque, por los distritos de Illimo y T�cume, a 37 kms. al norte de Chiclayo, y luego debe atravesar el bosque.

 

SITUACION ACTUAL (Men�)

El famoso bosque de Pomac en Lambayeque, que alberga a diversas especies naturales y donde crecen miles de �rboles de algarrobo, corre peligro de desaparecer por la tala indiscriminada de inescrupulosos madereros.

Es uno de los dos �nicos bosques secos ecuatoriales que existen en el mundo. Es uno de los cuatro �nicos santuarios hist�ricos del Per�.

En la regi�n Lambayeque. A cuarenta minutos al suroeste de la ciudad de Chiclayo, en la provincia de Ferre�afe, distrito de P�tipo, se ubica el Santuario Hist�rico Bosque de Pomac. Es uno de los dos �nicos bosques secos ecuatoriales que tiene el mundo, est� en el Per�. Ahora, est� en peligro de desaparecer.

Por decenas de a�os el bosque de Pomac permaneci� sin ser reconocido. Reci�n en 1984 se cre� la Reserva Arqueol�gica. Y en 1991 se cre� la zona Reservada de Bat�n Grande. Entonces, eran m�s de 13 mil hect�reas de bosque. Apenas en el 2001 fue categorizado como Santuario Hist�rico pero ya s�lo con 5 mil 887 hect�reas. La cuarta parte de lo que fue el h�bitat de centenares de especies animales y vegetales. Muchas ya desaparecidas.

Resulta incomprensible la continuidad de su destrucci�n, de la tala de sus �rboles, de la invasi�n de sus terrenos y deterioro de sus restos arqueol�gicos.

Denominada �un regalo de Dios�, este majestuoso �rbol le gana terreno al desierto. Aprovecha cada gota de lluvia para sobrevivir por a�os y conservar as� plantas vivas y verdes por largos per�odos de sequ�a. Es el alma del Bosque de Pomac: El algarrobo, un extraordinario �rbol cuyas ra�ces puede crecer m�s que el propio tronco en busca del agua del subsuelo.

Sin embargo es otra la realidad. El algarrobo sigue siendo talado indiscriminadamente para ser vendido como le�a o carb�n.

Cada mes al menos, media tonelada de le�a es extra�da de los bosques de Pomac. Porcentaje contabilizado s�lo de la incautaci�n.

En los hornos se pierden los �rboles. Por 15 d�as queman los �rboles cubri�ndolos de tierra para que no entre oxigeno y no se llegue a deshacer la madera. De una huayrona salen alrededor de 30 sacos de carb�n que se comercializa a 25 soles cada uno, precio que se esta incrementando debido su prohibici�n, haciendo a�n mejor negocio para sus traficantes.

El carb�n obtenido del algarrobo tiene muy buenas propiedasdes como tal pues no salpica mucho al momento de cocinarce con este, es por ello su gran demanda de carb�n de algarrobo y no de tros �rboles.

El principal problema recide no en los pobladores aleda�os que talan y convierten en carb�n al algarrobo si no en los negocios que existen en todo el Per� de hornos a base de carb�n de algarrobo, principalmente las que venden pollo a la brasa y parrillas, quienes compran este carb�n de algarrobo sin ning�n control de las autoridades, quienes se hacen de la vista gorda, distrayendo la atenci�n de la comunidad realizando peque�os operativos en las carreteras. Una alternativa es el carb�n de piedra, con el cual se preparan las briquetas, para unas cocinas y hornos que funcionan con estas briquetas (en la costa norte del Per� existen varios yacimientos de carb�n de piedra) lo cual se usa en otros pa�ces que verdaderamente cuidan sus bosques.

Mucho de este carb�n llega a Lima.Hace apenas unas semanas el Ej�rcito intervino en la protecci�n de este bosque, obteniendo �ptimos resultados, sin embargo es un plan piloto que falta concretarse.

El Bosque de Pomac adem�s tiene que lidiar con la tala a ras del suelo de algunos invasores para convertirlos en zona agr�cola� Hasta el 2001 no exist�a chacra alguna dentro del santuario. Ahora son dos mil familias las que han logrado asentarse.

 

Amenazas al Santuario Hist�rico Bosque de Pomac

 

 

El Bosque de Pomac, antes Zona Reservada Bat�n Grande (DS No. 031-91-ED), conserva la unidad  paisaj�stico-cultural que conforma el bosque con el complejo arqueol�gico de Sic�n. Protege la calidad natural de la formaci�n de bosque seco tropical y busca detener los procesos de cambios irreversibles del ecosistema. En la foto se observa c�mo constantemente se quema el bosque.

 

          

 

El Santuario Hist�rico Bosque de Pomac protege con car�cter de intangible espacios que presentan valores naturales relevantes y que constituyen sitios de especial inter�s con muestras de patrimonio monumental como son los restos de la Cultura Sic�n.

 


La presencia de agricultores ilegalmente asentados en su interior y la presencia de gran n�mero de comunidades a su alrededor generan grandes presiones para el �rea protegida.  La presencia principalmente de cabras y ganado vacuno contribuye a la degradaci�n del ecosistema.

 

 

La extracci�n de madera para la construcci�n de corrales y casas y la constante extracci�n de le�a por parte de los pobladores circundantes est�n afectando la integridad del �rea natural y la supervivencia del bosque que protege.  La destrucci�n y quema de vegetaci�n para la siembra de productos de pan llevar, la permanente extracci�n de le�a para autoconsumo y comercio y la extracci�n de madera para la construcci�n de casas y corrales son actividades que actualmente ponen en riesgo la integridad del �rea protegida.

FOTOS DEL SANTUARIO HISTORICO DEL BOSQUE DE POMAC (Men�)


Administrative House


Administrative House


Millennial carob tree
(Prosopis pallida)



Pacazo
(Callospistes flavipunctatus)



Fox of Sechura
(Seudalopex sechurae)



Vermilion Flycatcher
(Pyrocephalus rubinus)



Sightview of the forest



La Leche River



Sic�n pyramids



Sic�n pyramid - El Loro



Sic�n pyramid - El Loro



Sic�n pyramid - El Loro

 

VISTA EN 360 GRADOS DEL BOSQUE DE POMAC (Men�)

(DESDE LA HUACA RODILLONA)

 

VISTA GENERAL DE LA HUACA RODILLONA

ubicada en el extremo noroeste del Santuario Hist�rico Bosque de Pomac.

 

Rio que atraviesa POMAC

 

FOTOS ESPECIAS DE LA FAUNA DEL SANTUARIO (Men�)

 

Ardilla (Sciurus stramineus)

 

Zorro (Pseudalopex sechura)

 

Familia de las Tropiduridae

 

 

EL CHILALO (Men�)

El chilalo u hornero (Furnarius leucopus) es un ave que construye su nido utilizando barro, por lo siempre vive cerca del agua y coloca su nido en medio de las ramas de los �rboles. Su construcci�n tiene la solidez suficiente para resistir lluvias y otros avatares de la naturaleza. la caracteristica de sus nidos es de tener siempre dos compartimientos. A lo largo del Bosque de Pomac, podr�s observar esta ave, es conocido como hornero, devido a la forma de sus nidos, esta ave es usualmente unas de las primeras en cantar al amanecer, la cual casi siempre anda en pareja. El macho y la hembra cantan a d�o emitiendo agudos trinos que pueden o�rse todo el a�o.

Sus vuelos son, generalmente alrededor del nido, para buscar materiales para su construcci�n o alimento para los pichones, nunca se aleja, en el suelo anda a los saltitos.

Mide entre diecisiete y veintid�s cent�metros de largo y pesa unos setenta y cinco gramos. Sus alas son cortas y redondeadas; tiene cola larga y pico en general m�s largo que la cabeza; presentan un comportamiento nervioso y ligero.

Su color es pardo, con cuello rojizo, garganta blanca, pecho pardo claro, vientre blancuzco y cola rojiza.

Son grandes insect�voros, buscan su alimento en la tierra, entre las hojas o en los campos arados. Comen sobre todo insectos: mariposas y larvas de mariposas, hormigas, ara�as, gusanos, langostas, escarabajos, de esta manera colaboran con el agricultor, ya que eliminan los insectos perjudiciales para las plantas y a�aden a este r�gimen: semillas, bayas y, a veces, brotes vegetales muy tiernos.

El chilalo es adem�s un ave "cardiaca", es decir, propensa a sufrir ataques del coraz�n. Por ejemplo, muchas veces mientras sale de su nido, este puede ser invadido por un b�ho y el chilalo al llegar se enfurece y puede morir de un ataque al coraz�n. Por eso hay un dicho en la zona norte del Per� cuando una persona esta con c�lera: "ten cuidado, no te vayas a quedar como "el chilalo".

Descarga video del chilalo

 

CONSTRUCCI�N DEL NIDO

Macho y hembra comparten las responsabilidades familiares: colaboran en la confecci�n del nido, en el que la hembra pondr� de 3 a 6 huevos blancos, que incubar�n uno tras otro. De igual forma educar�n ambos a los polluelos, encamin�ndolos bajo una cuidadosa vigilancia al estado adulto y a la independencia.

La denominaci�n de hornero (o alba�il) se debe a que -durante la estaci�n lluviosa- construye un nido voluminoso en forma de horno, con una abertura lateral.
Las paredes de este nido est�n formadas por barro, mezclados con pajitas, ramas y peque�os guijarros. Una vez que endurecen, estos edificios son tan s�lidos, que permanecen en buen estado, a pesar de hallarse a la intemperie, durante varios a�os; de esta forma, las parejas permanecen en el mismo nido, de una estaci�n a otra.

Nido de adobe que construye el chiclalo

Comienza a construir el nido en el oto�o, emplea para ello barro y paja, que transporta en el pico, en esta tarea colabora la pareja y trabajan sin descanso durante todo el d�a, hasta terminar, y demuestran su alegr�a con chillidos y cantos.

Como construye el nido con barro, el trabajo se inicia despu�s de la �poca de lluvias. Primero amasan el material en los alrededores. Luego construyen la base y deciden la orientaci�n del nido. Cuando el basamento est� listo comienzan a levantar la pared en semic�rculo. Por fin queda cerrada la b�veda, con una puerta en forma de ojiva en uno de sus lados. Por �ltimo los horneros cierran esa ojiva en espiral, hacia adentro del nido, y de ese modo queda formada una c�mara interior, que ser� el verdadero nido y que la pareja tapizar� con plumas y hojitas. Alisan las paredes interiores con el pico o con ayuda de una pajita cuando el barro a�n est� fresco. En ocasiones, en casos de sequ�a por ejemplo, los horneros abandonan su nido sin terminar. El nido se usa una �nica vez. Cuando los pichones lo abandonan tambi�n lo abandonan sus padres: construir�n una nueva casa para la pr�xima nidada.

La construcci�n la realizan de afuera hacia adentro. Un tabique o pared divide el interior en dos partes, en lo mas profundo, la hembra pone cuatro huevos que encuban entre los dos. Los pichones cuando est�n en condiciones de abandonar el nido permanecen dos o tres meses m�s en compa��a de sus padres antes de hacer vida independiente.

Cuando uno de estos nidos resulta abandonado por sus leg�timos propietarios, existen otros, por ejemplo, las golondrinas, los jilgueros, los gorriones, los ratones y los cabur�s, a quienes no les importa, en absoluto, ocupar este nido elaborado por otros.

LA FAMILIA DEL CHILALO

El hornero tiene una �nica compa�era en toda su vida.

Al finalizar el invierno la pareja construye el nido. En primavera entre los meses de octubre y noviembre, la hembra pone cuatro huevos en la c�mara interior de la casa.

La incubaci�n que dura unos quince d�as, est� a cargo de ambos padres: mientras uno busca comida el otro mantiene calor de los huevos.

Cuando el primero regresa le avisa con su canto al que est� adentro y �ste sale entonces a buscar su comida mientras el que acaba de regresar lo reemplaza en el nido.

En la �poca de reproducci�n, el macho pasea sobre el suelo barroso, en pose airada, con la cabeza hacia atr�s y el pecho hacia delante para impresionar a la hembra.

Y persigue con gritos y picotazos si aparece un intruso hasta alcanzar el limite de su territorio, donde a su vez lo atacan otros horneros que lo sienten como invasor. Estas expulsiones mutuas se repiten varias veces.

Los pichones nacen sin plumas y con los ojos cerrados; son indefensos y permanecen entre dos y tres meses bajo la protecci�n de los padres quienes les buscan alimento, les ense�an a volar y vigilan sus primeras salidas el mundo exterior.

Cuando ya est�n en condiciones de vivir independientemente los hijos abandonan el nido de los padres, pero por lo general se quedan en los alrededores del lugar donde nacieron.

 

EL CABALLO DE PASO PERUANO  (Men�)

Los or�genes del Caballo de Paso se inician con la llegada de ejemplares en el segundo viaje de Crist�bal Col�n en 1.493. En el caballo de paso han intervenido principalmente 3 razas: la espa�ola, la frisona y la berberisca. Cada raza contribuy� con sus mejores caracter�sticas al desarrollo del caballo de paso de la actualidad. La espa�ola con su garbo en acci�n y su cuello, la frisona con su tendencia hacia el tipo medio l�nea y su elevaci�n en los aires y la berberisca con la tendencia a la ambladura.

El caballo es uno de los animales que ha acompa�ado al hombre desde tiempos ancestrales, lo domestic� para el arrastre de carga, para cabalgarlos para desplazarse en largas distancias e inclusive para la guerra.

El Caballo fue tra�do al Per� por los espa�oles (se piensa que fueron aquellos de raza andaluza). Estos nobles y fieles animales iniciaron un proceso de adecuaci�n a nuestras diversas y en muchos casos dif�ciles condiciones geogr�ficas. La Costa Peruana, que se caracteriza por valles y largos desiertos, logr� formar caballos fuertes y veloces. Esto a�adido a un trabajo de selecci�n gen�tica dio como resultado bellos ejemplares de estatura mediana, caminar elegante y garboso y quiz�s podr�amos decir hasta arrogante.

El caballo de paso ha evolucionado durante los siguientes 500 a�os como resultado de un mejoramiento continuo. Especial atenci�n se dio a la selecci�n de caballos cada vez m�s c�modos y resistentes, donde se pas� de una ambladura de dos tiempos a un c�modo paso llano de cuatro golpes, en donde el centro de gravedad permanece casi inm�vil. La evoluci�n y desarrollo del caballo de paso se debi�, originalmente, al uso para el cual fue criado. Los caballos eran utilizados para llevar a sus jinetes a trav�s de largas, dif�ciles y agotadoras jornadas, cubriendo en un d�a entre 20 a 40 millas. Todos esos a�os de selecci�n y mejoramiento de la raza crearon caballos de talla mediana, suaves y avanzadores y de gran resistencia y temperamento. La raza es criada cuidadosamente para mantener sus cualidades innatas: armon�a y fortaleza en sus formas, arrogancia en su porte, belleza de su paso llano, gran resistencia y temperamento.

El jinete de este caballo, llamado chal�n, lleva generalmente ropa de color blanco y botas con espuelas. Adem�s lleva un pa�uelo blanco al cuello y el infaltable poncho blanco o color vicu�a. Finalmente en la cabeza un fino sombrero de paja de ala alta.

El caballo de paso es leal a su jinete, sinti�ndose naturalmente muy c�modo con la presencia humana.

Es importante mencionar que nuestro Caballo de Paso, Patrimonio Nacional Peruano, es considerado como el mejor caballo de silla del Mundo.

Pisos se refiere a los aires del caballo de paso. El distintivo del caballo de paso son sus adornos al caminar: "t�rmino", o la manera que tiene el caballo de sacar sus anteriores de su vertical hacia los lados y "agudez", la manera que tiene el caballo de paso de levantar los anteriores durante el andar. El caballo de paso se desplaza utilizando lo que se conoce como Paso Llano, un taconeo permanente, r�tmico y arm�nico donde el animal desplaza el posterior en el suelo, para luego desplazar el anterior del mismo lado. Esto genera un paso de cuatro tiempos de mucha suavidad y elegancia, muy agradable para el jinete, ya que se evita toda reacci�n brusca. Este paso es trasmitido en su totalidad a sus cr�as.
En ciertas �pocas del ano se llevan a cabo concursos pero sin duda el m�s importante es el Concurso Nacional que se realiza en Abril en Mamacona (Lima) donde participan los m�s famosos criadores y aficionados de diferentes partes del pa�s e inclusive del extranjero.

Si Usted programa un viaje a Chiclayo y Trujillo, zona tur�stica donde predomina arqueol�gica de importancia mundial (Cultura Moche y Chimu), puede enriquecerlo incluyendo una visita a una hacienda que se encuentra en Paij�n, pueblito ubicado en carretera que une Chiclayo y Trujillo, y donde sus clientes podr�n admirar a elegantes y armoniosos ejemplares de caballo de paso peruanos (muchos de ellos campeones nacionales) y degustar un delicioso almuerzo criollo y/o una copa de Pisco sour

En la actualidad existen alrededor de 20.000 caballos de paso en el mundo, de los cuales m�s del 50% se encuentran en los Estados Unidos.

La Reforma Agraria de los 50as y 60as caus� un cambio significativo en el uso del caballo de paso. El caballo de paso pas� de ser un caballo de trabajo a ser un caballo mayoritariamente apreciado en demostraciones y competiciones. Aunque el caballo de paso mantiene sus caracter�sticas innatas: suavidad, excelente temperamento, fuerza y pisos, se volvi� pr�cticamente imposible mostrar sus cualidades fuera de canchas de competici�n y propiedades privadas. ILALO HORSES ha decidido mostrar y probar la suavidad y fortaleza del caballo de paso en el campo y es por esta raz�n que hemos estado criando los mejores caballos posibles para nuestros tours y expediciones. Hemos creado caballos capaces de cabalgar y cubrir largos trechos de terreno mientras que ofrecemos a nuestros clientes las cabalgatas m�s suaves del mundo.

 

DECRETO SUPREMO DE LA CREACION DEL

SANTURIO HISTORICO DEL BOSQUE DE POMAC

DS 034 2001 AG

 (Men�)

EL PRESIDENTE DE LA REPUBLICA

CONSIDERANDO:

Que, la Constituci�n Pol�tica del Per�  establece en su Art�culo 68�, que es obligaci�n del Estado promover la conservaci�n de la diversidad biol�gica y de las �reas naturales protegidas;

Que, la Ley N� 26834, Ley de Areas Naturales Protegidas, establece que las Areas Naturales Protegidas son los espacios continentales y/o marinos de territorio nacional, expresamente reconocidos y declarados como tales, incluyendo sus categor�as y zonificaciones, para conservar la diversidad biol�gica y dem�s valores asociados de inter�s cultural, paisaj�stico y cient�fico, as� como por su contribuci�n al desarrollo sostenible del pa�s; las cuales constituyen patrimonio de la Naci�n, y su condici�n natural debe ser mantenida a perpetuidad;

Que, por Decreto Supremo N� 031-91-ED se declar� la Zona Reservada Bat�n Grande con el fin de proponer su ordenamiento territorial y su categorizaci�n definitiva para la conservaci�n y desarrollo del �rea;

Que, es necesario, conservar la unidad paisaj�stico-cultural que conforma el bosque de Pomac con el complejo arqueol�gico de Sic�n; la calidad natural de la formaci�n de bosque seco tropical y detener los procesos de cambios irreversibles del ecosistema asegurando los usos compatibles con su conservaci�n;

Que, la Direcci�n General de Areas Naturales Protegidas y Fauna Silvestre del INRENA, luego de los estudios pertinentes en coordinaci�n con las instituciones de la regi�n, especialmente con el Instituto Nacional de Cultura - INC, ha presentado el expediente t�cnico de categorizaci�n y delimitaci�n definitiva de la Zona Reservada Bat�n Grande, en el que se propone el establecimiento del "Santuario Hist�rico Bosque de Pomac";

Que, el Art�culo 22� de la Ley de Areas Naturales Protegidas, Ley N� 26834, indica que los Santuarios Hist�ricos son �reas que protegen con car�cter de intangible los espacios que contienen valores naturales relevantes y constituyen el entorno de sitios de especial inter�s nacional, por contener muestras del patrimonio monumental y arqueol�gico o por ser lugares donde se desarrollaron hechos sobresalientes de la historia del pa�s;

Que, el Art�culo 54� de la Ley Marco para el Crecimiento de la Inversi�n Privada, Decreto Legislativo N� 757, se�ala que el establecimiento de Areas Naturales Protegidas no tiene efectos retroactivos ni afecta los derechos adquiridos con anterioridad a la creaci�n de las mismas;

Que, conforme a lo dispuesto en el Art�culo 7� de la Ley N� 26834, la creaci�n de Areas Naturales Protegidas se realiza mediante
Decreto Supremo con el voto aprobatorio del Consejo de Ministros;

Que, corresponde al INRENA gestionar la inscripci�n de las Areas Naturales Protegidas en los registros correspondientes, conforme lo dispone el inciso e) del Art�culo 8� de la Ley N� 26834, as� como el Decreto Supremo N�  001-2000-AG;

Con el voto aprobatorio del Consejo de Ministros; y,

En uso de las facultades previstas en el inciso 8) del Art�culo 118� de la Constituci�n Pol�tica del Per�;

DECRETA:
Art�culo 1�.- Delimitaci�n.- Decl�rase Santuario Hist�rico Bosque de Pomac, la superficie de cinco mil ochocientos ochentisiete y 38/100 hect�reas (5 887,38 ha.), ubicado en el distrito de P�tipo, provincia de Ferre�afe, departamento de Lambayeque, cuyos l�mites figuran en la memoria descriptiva y mapa que integran el Anexo I que forma parte integrante del presente Decreto Supremo.
Es objetivo del Santuario Hist�rico Bosque de Pomac conservar la unidad paisaj�stico cultural que conforma el bosque de Pomac con el complejo arqueol�gico de Sic�n, la calidad natural de la formaci�n de bosque seco tropical y detener los procesos de cambios irreversibles del ecosistema asegurando los usos compatibles con su conservaci�n.

Art�culo 2�.- Inscripci�n Registral.- El Ministerio de Agricultura, a trav�s del Instituto Nacional de Recursos Naturales - INRENA, gestiona ante los Registros P�blicos correspondientes la inscripci�n como Patrimonio de la Naci�n del conjunto del Santuario Hist�rico, y dem�s inscripciones registrales necesarias.

Art�culo 3�.- Derechos Previos.- De acuerdo al Art�culo 5� de la Ley N� 26834  se respetan los derechos adquiridos previos a la creaci�n del Santuario Hist�rico. No pueden otorgarse nuevos derechos, ni extender ni renovar la vigencia de los existentes que impliquen el aprovechamiento directo de recursos naturales.

Art�culo 4�.- Disposici�n Derogatoria.- Der�gase el Decreto Supremo N� 031-91-ED, y las dem�s disposiciones legales que se opongan a lo dispuesto por el presente Decreto Supremo.

Art�culo 5�.- Refrendo.- El presente Decreto Supremo ser� refrendado por el Presidente del Consejo de Ministros y el Ministro de Agricultura.

Dado en la Casa de Gobierno, en Lima, el primer d�a del mes de junio del a�o dos mil uno.

VALENTIN PANIAGUA CORAZAO,
Presidente Constitucional de la Rep�blica.

JAVIER PEREZ DE CUELLAR,
Presidente del Consejo de Ministros.

CARLOS AMAT Y LEON,
Ministro de Agricultura.

ANEXO I

MEMORIA DESCRIPTIVA DEL SANTUARIO HISTORICO BOSQUE DE POMAC

Base cartogr�fica:

- Carta Nacional 1/100,00 IGN

C�digo Nombre Datum

13-d Jayanca PSAD 56
14-d Chiclayo PSAD 56

- Carta Nacional 1/25,000 IGN
- Mapas 1/10,000 PETT

LIMITES

- Norte
Partiendo desde el Hito N� 01 "Compuerta Rivera" en un punto de coordenadas UTM 633 105.46 E; 9 289 200.25 N, el l�mite prosigue con direcci�n sureste por el cerco paralelo al camino carrozable que divide los predios de Poma con Ojo de Toro hasta un punto denominado "Tranca Bereche" ubicado en un punto de coordenadas UTM 633 228.04 E; 9 289 128.15 N, desde este punto, el l�mite contin�a en la misma direcci�n hasta el punto denominado "Tranca Montalv�n", en un punto de coordenadas UTM 639 638.59 E; 9 288 114.78 N, desde este punto, el l�mite prosigue en direcci�n este por el cerco anteriormente mencionado, que divide en este punto los predios de Paleria con Ojo de Toro, y contin�a hasta el Hito N� 02 "Tranca Relaiza" en un punto de coordenadas UTM 639 830.17 E; 9 287 935.19 N.

- Este
Desde el �ltimo punto descrito, el l�mite prosigue en direcci�n sur por el cerco que desde este lugar se denomina Paleria hasta un punto denominado "El Higuer�n", de coordenadas UTM: 639 416.57 E; 9 284 500.73 N, para luego continuar con direcci�n sureste por el camino que lleva hasta desembocar en el r�o La Leche, donde se establece el Hito N� 03 "Higuer�n" de coordenadas UTM 639 458.92 E; 9 284 431.89 N, punto desde el cual el l�mite prosigue por la margen derecha de este r�o hasta el Hito N� 04 "La Leche" en un punto de coordenadas UTM 638 125.54 E; 9 283 667.47 N, ubicado en la margen derecha de este r�o, desde este punto el l�mite prosigue en l�nea recta de direcci�n sur, hasta alcanzar la orilla opuesta en el inicio de un camino y siguiendo un cerco que se dirige hasta el Centro de Interpretaci�n del Area Natural Protegida en un punto de coordenadas UTM 638 186.71 E; 9 283 177.74 N, y desde este punto se contin�a en l�nea recta de direcci�n sureste hasta la carretera que viene de Bat�n Grande estableci�ndose el Hito N� 05 "Tranca Benitez" en un punto de coordenadas UTM 638 190.1 E; 9283 139.24 N, que est� situado a un lado de la carretera anteriormente mencionada, desde este �ltimo punto descrito, el l�mite lo constituye el eje de la carretera mencionada que se dirige al sur desde Bat�n Grande a Ferre�afe hasta el Hito N� 06 "Mauro" en un punto ubicado en dicha carretera con coordenadas UTM 637 387.11 E; 9 276 449.83 N, que constituye el l�mite sur de Santuario.

- Oeste
Desde el �ltimo de los puntos descritos, el l�mite prosigue en direcci�n noroeste hacia la divisoria de aguas del cerro Mauro, continuando en esta direcci�n hacia el cerro Cuchillas y luego cerro Gigante, siempre por divisoria de aguas, luego el l�mite desciende por la divisoria de aguas hasta el cerco que divide los predios de Moyocupe con Santa Rosa de las Salinas en el Hito N� 07 "Gigante" de coordenadas UTM 632 683.69 E; 9 282 697.00 E, prosiguiendo en direcci�n noroeste por el mencionado cerco hasta el Hito N� 08 "Santa Rosa" en un punto de coordenadas UTM 631 509.25 E; 9 283 358.00 N, desde este punto se prosigue en direcci�n suroeste hasta el Hito N� 09 "Tranca Moyocupe" en un punto de coordenadas UTM 630 860.59 E; 9 282 894.93 N, desde este punto el l�mite contin�a en direcci�n norte por el cerco que divide los predios de T�cume con La Merced hasta alcanzar un punto en el cerro Sapame en la coordenada UTM 630 884.54 E; 9 284 264.74 N, a partir de este punto el l�mite contin�a con direcci�n norte por el cerco Illimo, que m�s adelante divide Illimo con Poma hasta el punto conocido con el nombre de Los S�nchez en un punto de coordenadas UTM 631 109.28 E; 9 286 755.40 N, desde este punto el l�mite contin�a en direcci�n oeste hasta el Hito N� 10 "Los S�nchez" en un punto de coordenadas UTM 631 007 E; 9 286 775.00 N, y desde este punto se contin�a en l�nea recta de direcci�n noreste hasta el Hito N� 11 "Poma" en un punto de coordenadas UTM 631 320.94 E; 9 287 612.00 N, situado en un canal que toma el nombre de "Poma", recorri�ndolo con direcci�n general noreste hasta el Hito N� 01 inicio de la presente descripci�n.
La versi�n oficial digital de los l�mites se encuentra en el INRENA-DGANPFS y constituye en lo sucesivo el �nico documento al que deber� recurrirse en materia de ordenamiento territorial.

 

LA CULTURA SICAN (Men�)

El Bosque Seco Ecuatorial de Pomac, localizado sobre el valle medio del r�o La Leche, es famoso por los grandes hallazgos de objetos de oro, lamentablemente sustra�dos por saqueadores de tumbas, desde el a�o 1930 hasta la Reforma Agraria de 1969 (Pomac fue utilizado como potrero hasta 1969 y pertenec�a a la ex-hacienda Batan Grande). Los residentes de las zonas aleda�as hablan de la huaquer�a con temor reverencial y una cierta fascinaci�n; se enorgullecen de haber visto toneladas� de oro y otros objetos de metal huaqueado. De esta manera, el saqueo de Pomac representa una de las m�s intensas y extensas labores de depredaci�n cultural realizada en Am�rica, durante la era moderna.

El t�rmino Sic�n designa una tradici�n cultural que existi� durante lo que los arque�logos denominan el Horizonte Medio y el per�odo Intermedio Tard�o, y ten�a su capital en el Bosque de Pomac. Surgi� alrededor del a�o 750 d.C., de la fusi�n de dos de las principales tradiciones de los Andes Centrales, una en la Costa Norte y la otra en la Sierra Sur. Alcanz� su apogeo entre los a�os 900 y los 1,100 d.C., dominando gran parte de la Costa Norte del Per�, y ejerciendo su influencia en los andes norte�os y centrales.

La palabra Sic�n (Signam o Sian) significa la �casa o templo de la Luna�, en la antigua lengua nativa Muchik lambayecana; t�rmino registrado en la Costa Norte del Per� durante inicios del periodo colonial. Sic�n fue el nombre de una localidad, probablemente uno o un grupo de templos antiguos o huacas, situados en lo que en la actualidad es el Santuario Hist�rico de Pomac; reserva cultural y ecol�gica ubicada al noreste de la ciudad de Chiclayo (capital del departamento de Lambayeque). Durante la colonia, Pomac con sus 30 huacas grandes y peque�as dispersas en el extenso bosque seco ecuatorial de algarrobos, fue una zona conocida por sus antiguos tesoros.

CONFUSI�N ENTRE LOS TERMINOS SIC�N y SIP�N.
Los nombres similares de Sic�n y Sip�n han sido bastante confundidos, a pesar de que sus significados arqueol�gicos difieren marcadamente. El t�rmino Sip�n (o Cip�n) se refiere a una comunidad moderna y a un sitio arqueol�gico, ubicados en el valle medio del r�o Lambayeque. Si bien el sitio de Sip�n (o Huaca Rajada) tiene una larga y compleja historia ocupacional, su fama reciente se deriva del descubrimiento de una serie de tumbas �reales� pertenecientes a la tradici�n cultural Moche, y que parecen corresponder al periodo situado entre los a�os 300 - 400 d.C. En resumen, las tumbas de elite de Sip�n corresponden a un sitio de la cultura Moche o Mochica.

En cambio, cuando hablamos de Sic�n nos referimos a una cultura arqueol�gica que se desarroll� en la costa norte del Per� y cuya secuencia cultural maestra fuera documentada en la Huaca del Pueblo de Batan Grande, localidad que antiguamente llevaba el top�nimo Muchik que designa en la actualidad a la cultura. En ninguna parte del �mbito de la regi�n de Lambayeque, se ha documentado una secuencia tan completa como fue el caso de Batan Grande, en torno al origen y desarrollo de la cultura Sic�n; la que abarcaba el periodo de tiempo comprendido entre los a�os 750 � 1,375 d.C. En este sentido, Sic�n corresponde a la tradici�n cultural que sucedi� a los Moche de Sip�n.

VIDEO RESUMEN DE LA CULTURA SICAN  (Men�)

CRONOLOGIA

Sic�n es una cultura arqueol�gica que tuvo su centro en la extensa regi�n de Lambayeque (compuesta por los valles de Motupe, La Leche, Lambayeque y Za�a), y que surgi� alrededor del 750 d.C., despu�s del colapso pol�tico de los mochicas. Perdur� hasta el a�o 1375 d.C., cuando el �rea lambayecana fue conquistada por el Reino Chim� (Chimor), sus vecinos sure�os.

A causa de su centro geogr�fico, esta cultura fue denominada primero como Eten por el arque�logo alem�n Max Uhle, y posteriormente Lambayeque por el investigador peruano Rafael Larco Hoyle. Sin embargo, hasta el inicio del Proyecto Arqueol�gico Sic�n, el entendimiento de la Cultura Sic�n estaba limitado a su estilo art�stico e iconograf�a, definidos a partir de cer�mica funeraria saqueada. Su historia cultural era reconstruida sobre las bases de la asumida veracidad hist�rica del mito de Naymlap y su dinast�a, relato que fuera registrado a inicios de la colonia. Si bien existen algunas concordancias entre el mito y el dato arqueol�gico, resulta controversial la tendencia a creer que el mito refleja con exactitud la realidad hist�rica. Sin embargo, esto no significa que no se continu� investigando el rol de Naymlap en los or�genes de Sic�n o Lambayeque.

Los 600 a�os de existencia de la Cultura Sic�n son divididos en tres periodos, basados en los principales cambios culturales documentados a trav�s de excavaciones en sitios estratificados, y la calibraci�n de m�s de 100 fechas radiocarb�nicas asociadas. Los periodos en menci�n son Sic�n Temprano (750-900 d.C.), Sic�n Medio (900-1,100 d.C.) y Sic�n Tard�o (1,100-1,375 d.C.), respectivamente. Los periodos de la dominaci�n Chim� e Inca sobre la gente Sic�n, son conocidos como Sic�n-Chim� (1,375-1,470 d.C.) y Sic�n-Inca (1,470-1,532 d.C.).

 

CENTRO POLITICO

El Complejo Arqueol�gico Sic�n est� definido por una docena de pir�mides monumentales, formadas por plataformas de m�ltiples niveles, que ocupan 160 hect�reas. Algunos de estos templos fueron en realidad de dimensiones monumentales, como por ejemplo Huaca Rodillona, la que med�a 100 m. de lado por 40 m. de alto.

Huaca El Loro

En la actualidad, el curso del r�o La Leche separa las estructuras monumentales de Huaca Loro y La Merced; aunque en �pocas prehisp�nicas, ambas pir�mides estuvieron conectadas. Es posible que durante la gran inundaci�n producida entre de 1,050 � 1,100 d.C., el curso del r�o se desvi� desde su ubicaci�n original al suroeste, hacia su cauce actual.

La distribuci�n espacial de las pir�mides del Complejo Arqueol�gico Sic�n es muy particular. Las pir�mides de Huaca Loro (Huaca Oro), La Merced, Las Ventanas y La Colorada (El Mosc�n), rodean un espacio abierto que ha sido denominado la �Gran Plaza�; con dimensiones de 500 m. norte-sur y 250 m. este-oeste. Por su parte, las pir�mides de Huaca Las Ventanas y El Corte, est�n distanciadas 1 km. entre s�, y se encuentran alineadas a lo largo del axis este-oeste. Gran parte de estas pir�mides, fueron construidas entre los a�os 900 � 1,100 d.C.

Las pir�mides Sic�n fueron construidas sobre la base de plataformas superpuestas, formadas por c�maras de adobe rellenas de basura u otros materiales f�cilmente disponibles. Antes de que un nuevo nivel de c�maras fuera construido, el nivel existente era sellado, con un techo de barro reforzado con troncos de madera. Esta t�cnica de construcci�n, permiti� una r�pida edificaci�n de las estructuras monumentales, mientras se minimizaba la inversi�n en material y mano de obra. Al mismo tiempo, la t�cnica requiri� una construcci�n unificada a gran escala con materiales y fuerza laboral centralizados.

Al comparar las principales pir�mides Sic�n Medio podemos distinguir dos tipos, a partir de sus dimensiones y caracter�sticas estructurales. Algunas de estas pir�mides, como Huaca Corte y Colorada, fueron poco elevadas y presentaban una rampa central ancha y corta; mientras otras, como Huaca Loro y Rodillona, fueron mucho m�s altas y pose�an una rampa zigzagueante, larga y angosta, y en la cima un recinto cercado. Estas diferencias reflejar�an su funci�n diferenciada; unas destinadas a ceremonias p�blicas, m�s visibles, y otras a rituales exclusivos, m�s privados. Sin embargo, ambos tipos de estructuras presentaban paredes con murales policromos, mostrando iconos religiosos, e imponentes columnas de algarrobo, las que soportaban techos de material vegetal.

Las pir�mides cubr�an o fueron rodeadas por numerosas tumbas de �lite, por lo que se sugiere que el Complejo Arqueol�gico Sic�n fue una ciudad de car�cter religioso. Las investigaciones indican que los templos estuvieron asociados a talleres artesanales, dep�sitos de almacenamiento, plazas y, con probabilidad, residencias de elite. Se piensa que la poblaci�n residente en la capital era relativamente peque�a y, tal vez, ascend�a a unos pocos miles de habitantes. Por el contrario, extensos asentamientos residenciales rodeaban el per�metro de la capital.
Finalmente, es importante acotar que los templos de las estructuras piramidales Sic�n Medio o Lambayeque se orientan hacia el oeste, es decir, a un segmento del litoral marino lambayecano donde la tradici�n oral nativa da cuenta del arribo de numerosas balsas por el mar pertenecientes al noble Naymlap y su gran comitiva. Como es por todos conocido, el legendario Naymlap fue el fundador de la primera dinast�a de gobernantes lambayecanos.

PRODUCCION ARTESANAL

Los artesanos Sic�n Medio desarrollaron sofisticadas tecnolog�as cer�micas, textiles y metal�rgicas, siendo herederos de la antigua tradici�n artesanal que caracteriz� a la regi�n de Lambayeque desde los or�genes de la civilizaci�n andina.

Recosntrucci�n de la t�cnica de laminado

En cer�mica, utilizaron dos t�cnicas de manufactura asociadas a vasijas de caracter�sticas y funciones distintas. Las vasijas utilitarias (p.e. c�ntaros y ollas) fueron elaboradas con la t�cnica de la paleteado, mediante el uso de paleta y yunque. El paleteado no solo formaba y reforzaba las paredes de la vasija, sino tambi�n decoraba su exterior con dise�os figurativos y abstractos. Entre estos dise�os, resaltan los que representan miniaturas de objetos valiosos o iconos, tales como las botellas de doble pico, los tumis, hachas monedas (denominada localmente como �naipes�), el sol, las iguanas, los felinos sentados y el Dios Sic�n. Durante el periodo Sic�n Medio, se produce, por primera vez en la costa norte, el uso extendido de la decoraci�n con paleta.

Por su parte, las vasijas finas (p.e. botellas de gollete simple y de doble pico) fueron elaboradas y decoradas mediante el uso de moldes. Estas vasijas fueron cocidas en hornos de forma ovalada, semi-cerrados, a una temperatura que variaba entre los 700 - 900 �C. Los ceramistas Sic�n Medio se distingu�an por producir cer�mica negra, en una atm�sfera reductora, mediante el probable uso de esti�rcol seco de llama como combustible. Esta tecnolog�a de quema, junto con el prestigio del arte religioso Sic�n Medio, parece explicar la r�pida difusi�n y popularidad del acabado negro en gran parte de la costa, el que suplantaba la policrom�a impuesta por las expansiones Wari- Pachacamac.

En el caso de los textiles, las escasas muestras que se han podido recuperar nos ilustran sobre el uso del algod�n nativo de colores naturales, as� como fibra de lana de cam�lido. Fue notable el conocimiento de una gran variedad de t�cnicas como el tapiz, telas pintadas, uso de plumas multicolores, etc. El dios Sic�n o Naymlap aparece con mucha frecuencia representado en los tapices, as� como son notables los rollos de telas pintadas encontradas en las tumbas, que probablemente sirvieron para ser colocadas en paredes de estructuras arquitect�nicas asociadas a la elite. A�n est� por hacerse un estudio m�s exhaustivo del legado textil Sic�n o Lambayeque, en cuanto tecnolog�a y rica iconograf�a religiosa que fuera representada.

Uno de los m�s importantes legados Sic�n Medio fue su tecnolog�a metal�rgica. Si bien sus objetos de oro son los que m�s atraen la atenci�n del p�blico, fue su �xito en la fundici�n a gran escala de cobre arsenical lo que distingui� a la metalurgia Sic�n. Si se compara con el cobre puro, esta aleaci�n ofrece una ductilidad superior (la capacidad de un material a ser deformado sin quebrarse), mayor fuerza, dureza y resistencia a la corrosi�n. Fue utilizada para producir una amplia variedad de art�culos utilitarios (p.e. cuchillos, agujas, e instrumentos para cavar). Su fundici�n fue realizada en peque�os hornos en forma de pera, utilizando carb�n como combustible, y el aire suministrado por el pulm�n humano, a trav�s de ca�as complementadas con tubos de cer�mica. La carga de fundici�n fue preparada con mineral de cobre, triturado con una roca (chungo) sobre un yunque estable de piedra (bat�n). Los talleres de fundici�n de metal han sido localizados a lo largo de toda la regi�n Lambayecana, y esta producci�n a gran escala de cobre arsenical se constituy� como la gran fuerza impulsadora de la econom�a Sic�n Medio.

La orfebrer�a Sic�n Medio se distingui� por la escala sin precedentes en la producci�n y uso de los metales reciosos. Los conocidos cuchillos ceremoniales (tumis) y las m�scaras de oro, son objetos Sic�n saqueados de tumbas de elite. Lo que de manera tradicional es descrito como oro o aleaci�n de oro, son aleaciones oro-plata-cobre que var�an desde uno hasta 21 quilates. Las aleaciones de menos de 10 quilates, son denominadas Tumbaga. Siguiendo la tradici�n de la costa norte, la orfebrer�a Sic�n enfatiz� el trabajo en l�minas de metal, mediante la utilizaci�n de martillos y yunques de piedra. El recortado y el repujado fueron las principales t�cnicas decorativas. Para elaborar una gran variedad de objetos, los orfebres Sic�n produjeron un amplio rango de aleaciones, de oro-plata-cobre, con diferentes propiedades mec�nicas y colores. El uso y la acumulaci�n de objetos de metales preciosos fue una prerrogativa de la elite. Los objetos de metales preciosos se convirtieron en el est�ndar art�stico, portando la iconograf�a Sic�n Medio y siendo imitados por la cer�mica y otras artesan�as.

 

PATRONES FUNERARIOS

La Cultura Sic�n Medio se caracteriz� por presentar pr�cticas funerarias de elite �nicas en el Per� prehisp�nico, las que reflejaban la existencia de una marcada diferenciaci�n social y una importante productividad econ�mica para esta sociedad norte�a. Los comuneros fueron enterrados en fosas simples y superficiales, ubicadas con frecuencia en sus residencias, y acompa�ados de un reducido grupo de vasijas cer�micas y objetos de cobre arsenical. En contraste, los miembros de la elite fueron enterrados en tumbas de pozo profundas, con nichos en los muros, una distribuci�n planificada alrededor de las pir�mides monumentales, y una impresionante cantidad de bienes funerarios.

Un buen ejemplo de la complejidad de las pr�cticas funerarias de elite, se observa en las particularidades de las Tumbas Este y Oeste, excavadas en la base norte de Huaca Loro. La Tumba Este era un pozo vertical de 3 m. de lado y 11 m. de profundidad, mientras la Tumba Oeste presentaba 10 m. de largo y 6 m. de ancho, con una profundidad de 15 m.
La Tumba Este ilustra la impresionante acumulaci�n material observada en las tumbas de elite Sic�n Medio. Conten�a dos individuos femeninos adultos, dos juveniles, y cerca de 1.2 toneladas de diversos bienes funerarios colocados alrededor del cuerpo invertido de un personaje masculino adulto, completamente ataviado, colocado en el centro de la c�mara funeraria. El personaje principal usaba una gran m�scara de oro de 14 quilates, con sus ojos hechos con �mbar y cuentas de esmeraldas. Una caja conten�a unos 60 ornamentos y parafernalia ritual (p.e. coronas, vinchas, sonajas) de oro de alto quilate, oro-plata y tumbaga. Tambi�n presentaba un amontonamiento de conchas Spondylus princeps (179 ejemplares) y otro de Conus fergusoni (141 ejemplares). Adem�s, conten�a una litera cubierta con l�minas doradas y unos 80 kg. de cuentas hechas de amatista, cuarzo, �mbar, turquesa, sodalita, crisocola y concha Spondylus. Gran parte de los art�culos encontrados en la Tumba Este fueron de naturaleza ex�tica e importada, evidenciando la presencia de una red de intercambio a larga distancia entre la costa ecuatoriana y la costa norte peruana.

Por su parte, la Tumba Oeste conten�a pocos objetos de metal precioso; sin embargo, el personaje masculino colocado en el centro de la c�mara estuvo rodeado por 8 cabezas de cam�lidos, las patas articuladas de 25 cam�lidos, 9 rollos de tela, 4 vasijas cer�micas cubiertas con l�minas de tumbaga, entre otros art�culos. El personaje estuvo acompa�ado por 22 mujeres adultas y un individuo adolescente masculino. Los an�lisis de ADN, gen�tico-dentales, de los artefactos y la distribuci�n de las 22 mujeres en la tumba, indican que ellas representaban dos grupos sociales distintos. Se sugiere que la elite Sic�n Medio pudo estar integrada por dos grupos �tnicos distintos, que practicaron la endogamia. El an�lisis gen�tico-dental, tambi�n propone que los personajes principales de las Tumbas Este y Oeste estuvieron emparentados.

Estos �ltimos datos, sumados a los resultados del reconocimiento con radar de penetraci�n de suelos, realizado alrededor de Huaca Loro, sugieren que la pir�mide fue construida sobre una serie de tumbas de elite colocadas de manera ordenada. En otras palabras, la estructura monumental, y su templo ubicado en la cima, represent� una l�pida gigantesca utilizada para los rituales relacionados con el culto al ancestro.

COSMOVISION RELIGIOSA

Las manifestaciones art�sticas Sic�n Medio se caracterizaban por su estilo figurativo y su naturaleza religiosa, debido a que su principal funci�n era la difusi�n de la ideolog�a patrocinada por la elite. El arte sintetiz� motivos, convenciones y conceptos Wari (Pachacamac) y Mochica seleccionados, generando una nueva configuraci�n. El rango de motivos representados era relativamente bajo, y los personajes aparecen en vistas frontales y de perfil. Esta integraci�n otorg� prestigio y legitimidad a la emergente religi�n Sic�n Medio. Si bien el estilo art�stico Sic�n alguna vez fue considerado como �epigonal� (en el sentido de ser el sucesor menos distinguido del ilustre estilo Wari), en la actualidad sabemos que fue bastante particular e innovador, y gozaba de un considerable prestigio sobre gran parte de la costa peruana.

El distintivo del arte Sic�n Medio es el icono del �Dios Sic�n�, con un rostro en forma de m�scara y ojos alados. Este icono domin� todos los medios art�sticos y soportes, siendo representado en cer�mica, metales, textiles, madera, etc. Si bien el �Dios Sic�n� ha sido descrito con frecuencia como el h�roe legendario Naymlap, fundador de la primera dinast�a de gobernantes de Lambayeque, m�s parece haber fusionado las convenciones y conceptos de las deidades masculinas celestiales Mochica y Wari. Los ojos alados, como en el caso del arte Mochica, con probabilidad indican el car�cter m�tico de sus portadores. En ocasiones, el dios es mostrado con rasgos de ave, tales como alas, pico ganchudo y garras.

El �Dios Sic�n� era mostrado como omnipotente con poder para controlar todas las preciadas fuerzas celestiales, fundamentales para la vida y la abundancia. En este sentido, el �Dios Sic�n� era presentado a la luz del d�a o bajo el cielo nocturno. En algunos casos, es representado parado sobre el oc�ano, portando un tumi en una mano y una cabeza trofeo en la otra, y flanqueado por el sol y la luna. Por lo general, el dios es mostrado asociado con animales nocturnos (p.e. zorros) o con animales que aparecen al comienzo del verano, cuando en la costa aumenta el caudal del agua proveniente de la serran�a (p.e. sapos e iguanas). Los lagrimones mostrados bajo sus ojos y el uso de la esmeralda para representar la pupila, simbolizar�an el agua crucial para la agricultura.

 

EL OCASO SICAN

El surgimiento y apogeo del estado Sic�n Medio, desde un poder local hasta su expansi�n por gran parte de la costa norte, se produjo en menos de 100 a�os. Sin embargo, su colapso fue m�s abrupto, y estuvo acompa�ado por cambios marcados en la ideolog�a religiosa y la reubicaci�n de la capital, desde el sitio Sic�n hacia T�cume (tambi�n denominado El Purgatorio). En alg�n momento despu�s de una larga sequ�a de 30 a�os, que comenz� hacia el a�o 1,020 d.C., fueron incendiados los templos ubicados en la cima de las pir�mides monumentales del Complejo arqueol�gico Sic�n, y las estructuras asociadas a sus bases. Por el contrario, los asentamientos residenciales cercanos y contempor�neos no fueron incendiados. La sequ�a que afect� de manera adversa la agricultura pudo haber terminado con la tolerancia del pueblo, resentido por la carga econ�mica que significaba el costoso culto al ancestro; produci�ndose una revuelta interna que acab� con el liderazgo pol�tico y religioso existente en Sic�n. Existi� poca reparaci�n o reocupaci�n de los templos monumentales despu�s del incendio sistem�tico. Luego, una gran inundaci�n asociada al fen�meno de El Ni�o (entre 1,050-1,100 d.C.) ocasion� m�s destrucci�n y el abandono definitivo de la capital.


La destrucci�n y abandono de Sic�n fue acompa�ada de cambios abruptos y completos en el arte Sic�n; las im�genes del Dios Sic�n y el Se�or Sic�n casi desaparecieron. En contraste, las formas cer�micas, tanto dom�sticas como finas, e iconos secundarios, tales como los felinos m�ticos, peces marinos y aves, sobrevivieron en el arte Sic�n Tard�o. En general, la mayor�a de los aspectos de la cultura material Sic�n no cambiaron al momento de la transici�n Sic�n Medio-Sic�n Tard�o.

La construcci�n de templos monumentales y estructuras asociadas en T�cume, la nueva capital Sic�n Tard�o ubicada en la uni�n de los valles La Leche y Lambayeque, empez� alrededor de 1100-1150 d.C. en T�cume.
El sitio de T�cume aument� de tama�o y al momento de la conquista Chim� de la regi�n de Lambayeque, alrededor de 1375 d.C., estaba formada por 26 grandes mont�culos y recintos agrupados, que juntos ocupaban m�s de 220 hect�reas.

EL MITO DE NAYLAMP (Men�)

Recogido por el cronista Miguel Cabello de Valboa, dentro de su obra Miscel�nea Ant�rtica (1586). Esta tradici�n oral fue narrada al cronista espa�ol por Mart�n Farrochumbi, cacique de T�cume.

Los pobladores nativos Muchik de Lambayeque cuentan que hace mucho tiempo, vino desde la parte suprema del Per�, un hombre valeroso llamado Naymlap, dirigiendo una gran flota de balsas. Este se�or Naymlap lleg� acompa�ado de muchas concubinas, entre las que se encontraba su mujer principal Ceterni, as� como un gran n�mero de personas. Entre sus acompa�antes sobresal�an cuarenta oficiales, entre los que se encontraban Pita Zofi, encargado de tocar las trompetas de caracol; �inacola, encargado de cuidar sus andas; �inagintue, encargado de preparar su bebida; Fonga sigde, encargado de derramar polvo de conchas (Spondylus princeps) al paso de su se�or; Occhocalo, su cocinero; Xam muchec, encargado de decorar su rostro y de sus unciones; Ollop-copoc, encargado de ba�ar al se�or; y Llapchiluli, encargado de elaborar sus ropas de plumas.
Naymlap y sus acompa�antes arribaron en la desembocadura del r�o Faquisllanga, en donde dejaron sus balsas con la intenci�n de ocupar el valle; y luego de caminar por media legua, se establecieron y construyeron unos palacios que denominaron Chot. En este lugar, colocaron un �dolo de piedra verde que llevaban consigo, y que representaba el rostro del se�or. Este �dolo recibi� el nombre de Yampallec, que quiere decir imagen de Naymlap.
Habiendo vivido muchos a�os en paz, a Naymlap le sobrevino la muerte. Para que sus s�bditos no se enteraran de su deceso, lo sepultaron a escondidas en el mismo aposento donde hab�a vivido; y por toda la regi�n propagaron la noticia que a Naymlap le brotaron alas y desapareci�. Su ausencia fue tan sentida, que la gente con la que hab�a arribado, a pesar de tener hijos y nietos en la regi�n, y de estar encantados por esta tierra f�rtil; lo abandonaron todo y salieron a buscar al se�or por todas partes. De esta manera, en Lambayeque solo quedaron los nacidos en esta tierra, que en aquella �poca representaban un gran n�mero.

Al desaparecer Naymlap, hered� el mando su hijo mayor Cium. Con Zolzolo�i, su esposa principal, y sus concubinas tuvo doce hijos varones; cada uno de ellos fue padre de una numerosa familia. Durante el gobierno de Cium, sus hijos se trasladaron a otras partes de la regi�n para fundar otras poblaciones. Nor se traslad� al valle de Cinto, Cala se retir� a Tucume, mientras uno de los hermanos se fue a Collique. Llapchillulli, quien arrib� con Naymlap y se encargaba de elaborar sus trajes de plumas, tambi�n se apart� con un grupo de gente y se estableci� en el valle de Jayanca, donde permanecen sus herederos.

Habiendo gobernado Cium durante muchos a�os, este se�or ingres� en una b�veda subterr�nea, en donde muri�. Esto lo hizo para que todos creyeran que tambi�n era divino e inmortal. A su muerte gobern� Escu�ain, seguido por Mascuy, Cuntipallec, Allascunti, Nofan-nech, Mulumuslan, Llamecoll, Lanipat-cum y Acunta.
El �ltimo gobernante fue Fempellec, qui�n tuvo la desdichada idea de sacar al �dolo de Naymlap (Yampallec) de Chot. Si bien no logr� retirarlo, se le present� el Demonio en forma de una hermosa mujer, que lo encant� y lo sedujo. Luego de este suceso, comenz� un diluvio que dur� por treinta d�as, seguido por un a�o de sequ�a. Los sacerdotes entendieron que estos trastornos clim�ticos eran culpa de Fempellec, y para tomar venganza lo capturaron, lo ataron de pies y manos, y lo echaron en lo profundo del mar, terminando as� la descendencia de Naymlap.
Luego de la muerte de Fempellec, qued� el Se�or�o de Lambayeque sin gobernante, hasta que Chimo Capac conquist� estos valles, y puso a Pongmasa, natural del Reino Chim�, como se�or de estas tierras. A su muerte, gobern� su hijo Pallesmassa, al que lo sucedi� Oxa. En el tiempo de Oxa, se recibieron las primeras noticias de los Incas, qui�nes andaban por la provincia de Cajamarca; con lo que empez� el temor de los se�ores de ser despojados de sus tierras. A Oxa lo sucedi� su hijo Llempisan, seguido por Chullumpisan, su hermano Cipromarca, su hermano Fallenpisan, Efquempisan y Secfunpisan; durante el gobierno de este �ltimo entraron los espa�oles en el Per�.

EL CABALLITO DE TOTORA  (Men�)

Los caballitos de Totora y sus diestros navegantes surcan nuevamente las aguas del norte chico peruano (170 km. norte de Lima), tal como lo hac�an sus antepasados, los Chancay.

De evidencia se halla este ceramio que fue hallado en el serpent�n de Pasamayo, (90 km. al norte de Lima) representa un hombre sobre una embarcaci�n de totora.


Asi encontrara en la playa de Pimentel los caballitos de totora usados por los pescadores

Lo curioso es su cabeza que tiene la estil�stica Chancay (800 D.C.-1,200 D.C.) al igual que sus exclusivos ceramios llamados Cuchimilcos.

Los Puertos de Huanchaco (Trujillo) y Pimentel (Lambayeque) elaboran hasta hoy los famosos caballitos de Totora, recordando las antiguas t�cnicas de embarcaciones para pesca , recreaci�n y transporte que utilizaban los Sic�n, Mochicas y luego los Chim�s cuya area de influencia lleg� en alguna oportunidad hasta el valle del rio Chill�n, muy cerca de Lima.

Ni�o paseando en caballito de totora en Pimentel


Eran tan buenos navegantes que ya varios cient�ficos y aventureros han demostrado que llegaron hasta las islas de la Polinesia (Ocean�a), en embarcaciones mucho mas grandes por supuesto.

Por ello si los Chancay y Sic�n tuvieron influencia Mochica-Chim� , a pesar que los del norte son de periodos m�s remotos, es posible afirmar que con esta novedosa gesti�n que ha permitido reintroducir el caballito de Totora en el norte chico cerca de la capital, estamos trayendo de la memoria a los hechos lo que alguna vez se perdi� en el tiempo.

T�pico pescador de las playas de Pimentel



VISITA VIRTUAL AL MUSEO NACIONAL DE SICAN (Men�)

 

PARA DESCARGAR FERERENTE A LA CULTURA SICAN:         (Men�)

SHIMADA, Izumi
2000 La Cultura Sic�n. Cat�logo Inaugural del Museo Nacional Sic�n.
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SHIMADA, Izumi; Ken-ichi SHINODA, Julie FARNUM, Robert S. CORRUCCINI y Hirokatsu WATANABE
2004 �An Integrated Analysis of Pre-Hispanic Mortuary Practices: A Middle Sic�n Case Study�. Current Anthropology 45(3): 369-402.
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