GEOLOGÍA DE LAS SIERRAS SUBBÉTICAS CORDOBESAS: MATERIALES Y MODELADO

GEOLOGY OF THE MOUNTAINS CORDOVAN SUBBÉTICAS: MATERIALS AND MODELING

En esta página podrá conocer la génesis de las Sierras Subbéticas, los materiales que las formaron y el modelado a que estos han dado lugar.

 

En el futuro podrá disfrutar de imágenes de las formas orogénicas y postorogénicas más visibles a traves de los oportunos enlaces.

GEOLÓGICAMENTE, las Subbéticas Cordobesas, forman parte de lo que se ha dado en llamar el Subbético Externo de las Cordilleras Béticas y responden a una superposición de mantos de corrimiento de pliegues alóctonos. Se diferencian dos dominios:

1.       Dominio Subbético Externo Septentrional (Unidad de Cabra).

2.       Dominio Subbético Externo Meridional (Unidad de Gaena o Carcabuey).

    Los materiales que las componen se situarían en una serie estratigráfica ideal con una base de calizas masivas duras, con tramos de dolomías, calizas margosas, margas, margocalizas y, culminando la serie, margas blandas del Cretácico muy fácilmente deleznables, todas ellas alternando en bancos muy delgados.

    Esta composición de las rocas ha dado lugar a un modelado postorogénico muy característico, el kárstico, y muy intenso, a pesar del cual no se han borrado las líneas maestras de la estructura ocasionada por los plegamientos.

   El modelado kárstico ha dado lugar a espectaculares formas muy típicas como lapiaces (Lanchar de los Pelaos, de los Hoyones y de la Cueva de Los Murciélagos); dolinas (Los Hoyones); uvalas y poljes (La Nava); simas (la de Cabra); Cañones (Río La Hoz); cuevas (Los Murciélagos y el Ángel); y fuentes vauclusianas (Fuente del Río y Fuente del Rey).

   

EN CUANTO A SU GÉNESIS, las Sierras Subbéticas, están formadas por materiales sedimentarios depositados en el mar de Thetis durante la era Mesozoica y que fueron plegados y fracturados en el Oligoceno y Mioceno.

 En el primer periodo del Mesozoico, el Triásico, la zona estaba emergida y recibía depósitos de tipo continental lacustre.

 A comienzos del Jurásico, durante el Lías, el mar ocupa toda la cuenca que posteriormente daría lugar a las Cordilleras Béticas. En el comienzo del Lías, la zona Prebética queda emergida, mientras la Subbética forma parte de un surco marino de carácter pelágico, que recibe grandes espesores de sedimentos marinos, calizos en el Subbético Externo, y alternando margas y calizas en el Subbético Interno.

 Durante el resto del Jurásico, el Dogger y el Malm, y todo el Cretácico, la subsidencia de la cuenca se intensifica sumergiendo también la zona Prebética. Los depósitos son cada vez más margosos y de facies pelágica, aunque con episodios de oscilación de los fondos.

 A comienzos de la era Cenozoica, las profundidades emigran hacia el Norte y el ambiente del depósito pasa a ser nerítico. En este momento comienza la emersión de la porción  Subbética.

 En el Eoceno Superior comienzan los movimientos que plegaron la región. Desde finales del Eoceno hasta finales del Burdigaliense, ya en el Mioceno, la comarca debió parecer un archipiélago, produciéndose sedimentación en los fondos marinos. Es precisamente durante el Burdigaliense que tienen lugar los deslizamientos que originan los cabalgamientos tan típicos de la comarca.

 A partir del Mioceno Medio, en el Vindoboniense, se consideran terminados los movimientos orogénicos, aunque se dieran algunos ligeros empujes típicos de los estertores del plegamiento.

A finales del Mioceno, en el Tortonense, se retiran definitivamente las aguas y comienza el predominio de la erosión sobre la sedimentación en el modelado de la región.

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