Usa nos usa

Mil gracias, presidente Bush

Paulo Coelho

Gracias, o gran dirigente. Gracias, George W. Bush. Gracias por ense�arles a todos el peligro que representa Saddam Hussein. Muchos de nosotros quiz�s hab�an olvidado que utiliz� armas qu�micas contra su pueblo, contra los kurdos, contra los iran�es. Hussein es un dictador sanguinario, una de las expresiones m�s manifiestas del Mal hoy en d�a.

Pero tengo otros motivos para darle las gracias. En el transcurso de los dos primeros meses del a�o 2003, usted ha sabido mostrar al mundo muchas cosas importantes, y por ello se merece mi agradecimiento.

As�, recordando un poema que aprend� de ni�o, le quiero dar las gracias.

Gracias por ense�ar a todos que el pueblo turco y su Parlamento no se venden, ni siquiera por 26 mil millones de d�lares.

Gracias por revelar al mundo el gigantesco abismo que existe entre las decisiones de los gobernantes y los deseos del pueblo. Por hacer constar claramente que Jos� Mar�a Aznar y Tony Blair no tienen ning�n respeto por los votantes que los han elegido y no les toman en cuenta. Aznar es capaz de ignorar que el 90% de los espa�oles se oponen a la guerra, y Blair no hace ning�n caso de la mayor manifestaci�n p�blica de los �ltimos treinta a�os en Inglaterra.

Gracias, porque su perseverancia ha forzado a Tony Blair a acudir al Parlamento brit�nico con un dossier trucado, redactado por un estudiante hace diez a�os, y a presentarlo como "pruebas irrefutables conseguidas por los servicios secretos brit�nicos".

Gracias por conseguir que Colin Powell se ponga en rid�culo al presentar al Consejo de seguridad de la ONU fotos que, una semana m�s tarde, fueron contestadas en p�blico por Hans Blix, el inspector responsable del desarme de Irak.

Gracias, porque su postura vali� al ministro franc�s de asuntos exteriores Dominique de Villepin, al pronunciar su discurso contra la guerra, el honor de ser aplaudido en sesi�n plenaria � lo cual, que yo sepa, s�lo hab�a ocurrido una vez en la historia de las Naciones Unidas, con motivo de un discurso de Nelson Mandela.

Gracias, porque gracias a sus esfuerzos a favor de la guerra, por primera vez, las naciones �rabes � habitualmente divididas � han condenado por unanimidad una invasi�n, durante el encuentro del Cairo, la �ltima semana de febrero.

Gracias, porque gracias a su ret�rica afirmando que "la ONU tiene una oportunidad de demostrar su importancia", hasta los pa�ses m�s reacios han acabado por tomar posici�n en contra de un ataque contra Irak.

Gracias por su pol�tica exterior que ha conducido al ministro brit�nico de asuntos exteriores, Jack Straw, a declarar en pleno siglo XXI que "una guerra puede tener justificaciones morales" � y a perder as� toda su credibilidad. Gracias por intentar dividir una Europa que lucha por su unificaci�n; esta advertencia no ser� ignorada.

Gracias por conseguir lo que poca gente ha conseguido en un siglo: agrupar a millones de personas, en todos los continentes, que luchan por la misma idea � aunque esta idea se opone a la suya.

Gracias por hacernos sentir que nuestras palabras, aun si no son escuchadas, al menos son pronunciadas. Esto nos dar� m�s fuerza en el futuro.

Gracias por ignorarnos, marginar a todos los que han tomado posici�n contra su decisi�n, porque el futuro de la Tierra pertenece a los excluidos.

Gracias porque, sin usted, no habr�amos conocido nuestra capacidad de movilizaci�n. Quiz�s no sirva de nada hoy, pero seguro que ser� �til en el futuro.

Ahora que los tambores de guerra parecen sonar de manera irreversible, quiero hacer m�as las palabras que un rey europeo dirigi� hace mucho tiempo a un invasor:"Que para usted la ma�ana sea bella, que el sol brille sobre las armaduras de sus soldados � porque esta tarde le derrotar�".

Gracias por permitirnos a todos, ej�rcito de an�nimos que nos paseamos por las calles para tratar de parar un proceso ya en marcha, descubrir lo que es el sentimiento de impotencia, aprender a afrontarlo y a transformarlo.

Por consiguiente, disfrute de su ma�ana, y de la gloria que todav�a le puede aportar.

Gracias, porque no nos ha escuchado, y no nos ha tomado en serio. Sepa que nosotros s� le escuchamos y no olvidaremos sus palabras.

Gracias, o gran dirigente George W. Bush.

Muchas gracias.

Paulo Coelho.

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