Pensamiento

La farsa electoral

Jorge Verstrynge

(1) Elecciones: alegr�a, alegr�a�

Todo es relativo. En las elecciones tambi�n. Las elecciones dan varios motivos de alegr�a:

1.- No las hay elecciones, ni en las monarqu�as absolutas, ni en las dictaduras (sean ambas� por la Gracia de Dios� o no). En eso las elecciones son buen s�ntoma�

2.- En donde hay campa�as electorales, hay mejoras. Nos prometen pluses de todo tipo y rebajas de impuestos, menos abusos (pero otros impuestos y abusos nuevos vendr�n�), menos dirigentes in�tiles (pero, habitualmente, ser�n sustituidos por otros equivalentes).

Esa competici�n, rivalidad, esfuerzo por ganarse al pueblo que son las elecciones, puede incluso provocar tambi�n hilaridad: �Yo con Don Mariano, detr�s de Don Mariano�, el cual �ossch� promete a todoshss beshoss y queshoss�; �Mi talante os traer� ahora lo que debi� traer hace ya tiempo�; Tal o cual Autonom�a �avanzara hacia el autogobierno, la independencia� dentro de cien a�os�, etc.

Pero �que contentos se ponen los ciudadanos! Cuando (como en algunos pa�ses) el d�a de votaci�n es declarado festivo; y tambi�n se alegran los candidatos, diputados, el d�a de la votaci�n: ya no tienen que esforzarse, agotados que est�n ellos de haberse tenido que dedicar a trabajar su electorado/circunscripci�n durante 90 d�as tras 45 meses de tocamiento de bolongos). Alegr�a esta que comparten tambi�n las agencias de publicidad: van a poder cobrar de los partidos o al menos, eso creen, y tambi�n las imprentas, las emisoras de radio y las televisiones (preparando las facturas por carteles, folletos, tr�pticos, panfletos varios, anuncios radiados y televisados, etc.), los peri�dicos y periodistas que han aceptado sobres para �orientar� la informaci�n de campa�a� Y tambi�n se alegran los que dominan el Sistema, maravillados de vernos agitarnos in�tilmente, como hormigas en un frasco de cristal cerrado a cal y canto�

Cerrado porque las elecciones sirven para muchas cosas excepto, como ha demostrado mi amigo Bernard Manin (del �Institut d�Etudes politiques� de Paris, autor de una obra magnifica titulada �Principios del Gobierno Representativo� y traducida al espa�ol -se descuidaron los censores-), para que el Pueblo pueda gobernar directamente: de lo que se trata es de que el pueblo �gobierne� a trav�s de representantes, es decir delegue su poder; es decir que no lo pueda ejercer por si mismo�, que deje a otros gobernar en su lugar.

(2) �Elections: �piege a Cons!� (o sea �Elecciones: trampa para gilipollas, o bien la descripci�n de una fantasmagor�a).

1.- Si Democracia es poder del pueblo, para el pueblo, pero sobre todo por el pueblo, entonces el sistema parlamentario de Gobierno (me resisto a llamar a eso democracia) no es democracia; ya lo explic� Rousseau: delegar la parte de soberan�a popular que ostenta cada ciudadano es renunciar a ella mientras dure la delegaci�n. Por lo dem�s, es evidente que durante la delegaci�n, quien gobierna es el representante (y no el pueblo: el representante no es el pueblo�; ni se le parece, como veremos).

2.- Por cierto que el ciudadano no vota a quien el cree votar, sino al que se presenta como aquel personaje al que el pueblo desea votar. No se vota a un personaje real, sino por una ficci�n elaborada por los gabinetes de imagen. Repito: no se vota a una persona tal cual es, sino tal cual es presentada, y que es presentada como el votante desea que sea. Se vota pues a un enga�o o, como m�nimo, a algo no verdadero�

(3) El representante (ya que aqu� no hay mandato imperativo, ni derecho de revocaci�n) podr� hacer lo que le d� la gana a el durante el mandato, o/y lo que le d� al Partido que lo presenta, o/y lo que le exija quienes les hayan financiado a el y al Partido. Por ello, es excepcional que el representante cumpla alguna vez lo que durante la campa�a ha prometido.

Pero si el representante incumple, no existe sanci�n posible del ciudadano hasta el final del mandato (y de ah� la importancia del llamado �derecho revocatorio� de la Constituci�n Bolivariana de Venezuela; o bien la de la renovaci�n parcial de las c�maras norteamericanas cada dos a�os) (*). Pero tampoco hay garant�a alguna de que aquel que escojamos en lugar del representante rechazado, que la alternativa seleccionada no se comporte con la misma impudicia o infidelidad que el representante sancionado�

4.- Y es que nos enga�an como a chinos m�s de una vez. Incluso la Revoluci�n Francesa desemboco en la supresi�n de un enga�o pero tambi�n en su sustituci�n por otros. En efecto: llevarse por delante un principio mon�rquico absolutamente demencial era anhelo tanto de burgueses como del pueblo llano. Y no pudiendo la burgues�a sola con la empresa busc� el apoyo del pueblo� al que enga�� posteriormente mediante tretas varias, pero con una en particular: la supresi�n del �Mandato Imperativo�. Hasta ese momento los representantes elegidos se deb�an a la voluntad de los electores, no pudiendo incumplir las promesas en virtud de las cuales hab�an sido elegidos y eso era el �Mandato Imperativo�. Ahora bien, tras lanzar al pueblo contra la monarqu�a, la burgues�a no estaba dispuesta a compartir el poder con su aliado. Recurri� entonces a dos mecanismos: el 1�, la elecci�n (pero ya el lector se habr� dado cuenta de que elecci�n y elite -es decir no el pueblo- tienen la misma ra�z); el 2�, alegar que el candidato representante de una circunscripci�n (pongamos por caso: Huelva) al resultar elegido pasa autom�ticamente a representar� a Espa�a entera con lo que:

a.) A Huelva que le den por saco en cuanto a sus problem�ticas especificas y las promesas de campa�a.

b.) Ahora el parlamentario �se debe al pa�s entero� pero como en este hay intereses contrapuestos, pues que obre o bien seg�n lo que le diga el partido (o sea, poco que ver con Huelva) o lo que le diga su conciencia (o sea sus bolongos� de clase). As�, quien sea candidato lo es para defender una provincia, pero quien ya sea representante solo se �debe� a la totalidad del pa�s, un razonamiento como m�nimo curioso�

5.- Otra limitaci�n grav�sima del sistema es que solo son votables los notorios. Quienes no son conocidos carecen de posibilidad de ser elegidos. Entonces solo caben las siguientes soluciones para ser votado:

a.) que sea personaje publico (porque se sea �hijo de� �famosillo� de la jet-set, c�lebre cient�fico, asesino en serie, Gigol� �de Marca�, etc.�). Pero eso no es �pueblo�.

b.) que tenga �posibles� heredados para darse a conocer, es decir pagarse su campa�a. Pero ser rico no es ser �pueblo�.

c.) que haya hecho fortuna, pero eso tampoco es com�n entre los mortales, y los sujetos s�per �hechos a si mismos� suelen tener un �techo de cristal� o varios �gatos en la gatera�.

d.) que un partido le financie/ promocione la imagen/ la campa�a� Solo que en este caso, har� lo que le diga el Partido, y no lo que le inspire/ diga el pueblo.

e.) que se vaya a parlamentar/ pactar con �el diablo�, es decir con el poder econ�mico� el cual pondr� condiciones, la �letra peque�a��

Caso practico emblem�tico: antes de las elecciones de 1979, se le ocurri� al PSOE que ya era hora de sustituir, en las conservas, la fecha de caducidad codificada (y, por lo tanto incomprensible excepto recurriendo al libro de c�digos) por otra evidente (d�a, mes, a�o). Ante mi asombro, en el Comit� Ejecutivo Nacional de Alianza Popular (luego PP), varios miembros se pronunciaron en contra de la propuesta socialista. Cuando, estupefacto, pregunt� el por qu� de dicha actitud, quien entonces se ocupaba de las finanzas del Partido me susurro en la oreja: �los grandes conserveros gallegos son financiadores nuestros�� Eso tampoco es �el pueblo�.

6.- Pero es que tampoco los candidatos como tales son reflejo el pueblo. Y no solo porque se trate de votar por los �mejores� (o sea los �superiores�, o sea no el pueblo) sino porque existe un sesgo evidente a la hora de �quien se presenta y a qu�. Y es que, obviamente, s�lo se presentan a las elecciones quienes se creen superiores, especiales, capacitados para gobernar. Porque quien est� capacitado pero sea modesto o humilde no se suele presentar a las elecciones. Dicho de otra forma, los parlamentos no representan al pueblo, sino a su autoproclamada elite�

7.- Seg�n la (err�nea) teor�a de la �Mano invisible�, esta dirige el �Mercado� para mayor �felicidad� de los ciudadanos (m�s o menos: el �ego�smo� de cada uno de estos �ltimos redunda en la �felicidad� del conjunto de la ciudadan�a). �Podr�a ser que tanta falta de representaci�n (o la mala representaci�n) de los ciudadanos viniera compensada por unas c�maras en conjunto �compensatorias�, en conjunto �representativas�? Pues tampoco: vayamos a la cuesti�n de la abstenci�n y del voto en blanco y nulo. No vamos a entrar aqu� en las causas (m�ltiples) por las que la gente vota en blanco o se abstiene. Pero si que debemos referirnos al resultado. E insistir en que las c�maras no representan al pueblo, sino en todo caso a la parte del pueblo que ha votado. La parte del pueblo que no ha votado o que ha votado en blanco queda fuera de la representaci�n. Lo cual tiene un efecto perverso sobre los gobernantes que creen (o hacen como que creen) representar y actuar en nombre de todo el pa�s.

Y no hay duda de que muchos lo terminan creyendo de buena fe. Y, sin embargo, en cada C�mara, solo una parte del Pa�s esta representada. Soluciones varias: dejar vac�os los esca�os que corresponden a la abstenci�n y al voto en blanco, sobre todo para que los pol�ticos sientan m�s humildad;

Segundo: restablecer el �mandato imperativo� a trav�s del bolivariano �derecho de revocaci�n� (o sea la posibilidad de destituir al Representante d�scolo infiel o incapaz al inicio de la segunda mitad del mandato), o bien renovar las c�maras por mitad cada media legislatura.

En todo caso el pueblo esta muy lejos de todo este teatro. De toda esta �pol�tica espect�culo�. Casi felizmente para el.

Jorge Verstrynge

(*) Lo de �los USA, primera Democracia del planeta� debe ser muy relativizado: pongamos como igual a cien la poblaci�n norteamericana mayor de 18 a�os; la inscripci�n en el censo de poblaci�n no es all� obligatoria, y se sabe que tan solo el 80% de la poblaci�n mayor de 18 a�os se inscribe (o sea, estamos en el 80%).

Pero adem�s, votar requiere la previa inscripci�n en el censo electoral, lo que hace tan solo el 80% del censo de poblaci�n

(Nos hallamos ya en el 80% del 80%). Sin embargo, tan solo el 50% del censo electoral vota: nos situamos pues en el 50% del 80 del 80�

Y si el Presidente de los USA es elegido por el 51% de los Votantes (en la mejor de las circunstancias), en realidad le han votado el 51% del 50 del 80 del 80... del 100; O sea un 16-18% de la poblaci�n mayor de edad.

T�ngase en cuenta, adem�s, y en relaci�n a esa arquet�pica �democracia�, que votan habitualmente quienes pagan impuestos� pero no los pobres y los negros.

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