Crónicas de Flamenco

Miguel El Rubio:
personalidad

Joaquín Albaicín *


Nos ha tocado gozar y sufrir una época flamenca en la que hay grandes cantaores o, al menos, gente que borda los cantes sin que pueda ponérsele una pega y nada tiene que envidiar afinando al que inventó el solfeo. Tenemos cantaores largos y cantaores cortos, cantaores espontáneos y cantaores cerebrales, cantaores que modulan con verdad la voz y cantaores que la empanan con falsete, cantaores predilectos del Duende y cantaores nulos de inspiración, cantaores frágiles y cantaores que parece que se suben a un ring… tenemos de todo y para todos los paladares.

Pero, lo que no hay, y eso es también menester reconocerlo, lo que no abunda, es cantaores con auténtica personalidad. Es decir: tenemos camaroneros a puñados, maireneros por un tubo, caracoleros que no pasan desapercibidos, bastantes peineteros, algún que otro marchenero testimonial, tal o cual taleguero empecinado… Pero cantaores con personalidad, que saquen la voz, jueguen con ella, se expriman el corazón y lo que les salga por la boca suene diferente -siendo lo mismo- a lo secularmente consignado en los anales flamencos, se pueden contar con los dedos de la mano. Así, cuando en la actualidad se canta por soleá, o por fandangos, no se habla ya, como en el pasado, de estilos acuñados por cantaores contemporáneos, sino que se hace siempre referencia al fandango de Menganito, o a la soleá de Periquito (siendo Periquito y Menganito gitanos cuya fecha de nacimiento, en el siglo pasado o los albores de este, permanece dudosa incluso para los más sesudos flamencólogos).

Uno de esos poquitos de quienes podríamos decir que es un cantaor con verdadera personalidad es Miguel El Rubio, hijo de un gitano que nunca fue artista profesional, pero sí un gran aficionado distinguido por los Cielos con una intuición portentosa y un eco de almíbar amargo que ha quedado en la historia del flamenco -dada la enorme influencia que ejerció su cante de cuarto sobre un juvenil Camarón de la Isla- como uno de los principales protagonistas de la última revolución.

Tiene fama Miguel -y bien ganada, por cierto- de ser un cantaor de cuarto, de reunión, de fiesta gitana, de acabar con el cuadro cuando canta en la intimidad para los amigos… y de sentirse como pez fuera del agua cuando le suben a un escenario. Pero compareció en el de Caracol y, por la seguridad y resolución con que tiró de las amígdalas, parecía que llevaba treinta festivales en lo que de noventa y cuatro va. Acompañado por la sabrosa guitarra de su hijo y las palmas de Pelao Chico, regaló detalles verdaderamente únicos y singulares por fandangos y bulerías, cantando con un sentido flamenco de inusual factura, y puso la fragua del sábado flamenco al rojo vivo con su eco de corcel indomable, investido de la energía de un relámpago negro. Este cantaor va a ser, si graba un disco en condiciones, de los que -al margen de la mayor o menor proyección artística que alcance- queden como referencia ejemplar de lo que es cantar puro y gitano de verdad. También por taranto, tangos y soleá anduvo en la citada y difícil línea de punzar con espuelas de oro los costados del caballo grande del cante.

Artículo publicado en el diario ABC el 28-IV-1994.

JOAQUÍN ALBAICÍN (Madrid, 1966)
Escritor, conferenciante y cronista de la vida artística, sus artículos y relatos, así como sus críticas de arte flamenco -que han contribuido positivamente al presente resurgir del género- han aparecido en diarios como ABC, El País y Reforma (de México), y revistas como El Europeo, Vogue, Sur-Exprés, Axis Mundi, Letra y Espíritu, La Clave, Generación XXI, Debats, Amanecer, Web Islam, 6 Toros 6, El Ruedo, MAN, Próximo Milenio, The Ecologist, Más Allá, Omarambo... El esoterismo de las grandes tradiciones espirituales, la geopolítica, la tauromaquia, el espionaje, el Imperio Mongol y el mundo de los últimos Romanov son algunos de los principales focos de interés de este escritor nacido en una familia de artistas de raíces gitanas.
Contertulio habitual del programa de TV El Faro de Alejandría, dirigido y presentado por Fernando Sánchez Dragó, ha publicado en España la novela La serpiente terrenal (Anagrama, Barcelona 1993), el cuaderno de viajes Diario de un paulista (El Europeo, Madrid 1995) y los ensayos Gitanos en el ruedo: el Indostán en el toreo (Espasa Calpe, Madrid 1993), En pos del Sol: los gitanos en la historia, el mito y la leyenda (Obelisco, Barcelona 1997) -única obra escrita sobre la materia desde la perspectiva de la Philosophia Perennis-, El Príncipe que ha de venir (Muchnik Editores, Barcelona 1999) y Monteras de aquí y de allá (Castilnovo, 2006), así como el libro de cuentos La Estrella de Plata (Manuscritos, Madrid 2000). Dos relatos suyos inéditos en castellano han sido recientemente publicados en Suecia en la antología de literatura gitana coordinada por Gunilla Lundgren Svarta rosor/Rosas negras (Tranan, Estocolmo 2003).
En la actualidad está concluyendo una nueva novela, un ensayo sobre la leyenda medieval del Reino del Preste Juan, otro sobre el misterio de la Gran Duquesa Anastasia y un tercero sobre la controvertida figura del Barón Ungern-Sternberg. Su cajón guarda además un libro de cuentos inédito.
En la web www.svabhinava.org, creada por Sunthar Visuvalingam y dedicada al modelo indio de aculturación, Joaquín Albaicín coordina la sección Roma, consagrada a la diáspora indo-gitana. Los interesados encontrarán más información tanto en dicha web como en la de International Romani Writers Association (www.romaniwriters.com), de la que este autor es miembro.
Entrevista con Joaquín Albaicín en: 
"Opinión y Toros"

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