Arte Taurino

Uceda: ya lo avisaba el cartujo.

Joaquín Albaicín *

A Uceda Leal sólo le había visto en Las Ventas en dos o tres tardes lacias y sin fortuna en las que prácticamente quedó inédito, salvo por su impecable manejo de la tizona, cuando comencé a tomarle en cuenta como torero a propósito de algunas entrevistas que le hicieron y leí. Reparé en que era de los pocos coletudos que no dan respuestas standard o dictadas por el apoderado. Luego, claro, le vi y aplaudí en la corrida de Victoriano del Río, de imborrable recuerdo. Hoy llegué a la plaza pensando por qué será que nunca veamos torear de capa en orden inverso al habitual, es decir: en series de medias verónicas cerradas con una entera, y no al revés. ¿No es la verónica un modo de decir hasta luego tan bueno como la media? Creo yo que sí. Rematar los rápidos en la amplitud de un lago no es menos torero que descansar de la espuma de las olas tomando refugio en la caleta…

Ya me había olvidado de ello cuando Uceda Leal compareció para recibir al cuarto cuvillo de la tarde y allí, junto a las tablas del uno, le ligó tres medias verónicas espléndidas de ajuste y torería. ¡Podía ser! Pero las verdaderamente buenas, antoñetadísimas, llegaron en el quite, tras el gran puyazo señalado por Israel de Pedro: también sucediéndose una a otra en ligazón, formando ramillete, cobrando naturaleza de eje de faena, y no de mero broche. La última fue hiperaristocrática, de suavísimo dibujo… eterna. Barrieron luego la arena ceñidísimos naturalazos, un impecable pase diestro de figura erguida, mano baja y relajo absoluto, y, tras el involuntario enganchón en el de pecho… otro gran natural y uno de pecho a pies juntos, inmenso de majestad, que me recordó al de Pepín Jiménez en la Maestranza, un día de la Virgen que fue el de su presentación como matador. La estocada, como la anterior, resultó fulminante, de inmejorable trayectoria. Con el toro ya presa de temblores agónicos, brotaron otros dos naturales y una voltereta. Y llegó la oreja, que Uceda, de malva y plata, paseó por el anillo al compás de ”Venta del Batán” y seguido por sus banderilleros ataviados a juego, los tres con bordados argénteos sobre seda negra. ¡Magnífica constelación habían formado los cuatro junto a las tablas del dos, mientras bajo el cielo otoñal veían morir al que rompió plaza!

Hubo otra media, esta a pies juntos y llevándose las manos a la cintura, que pegó Uceda en su turno al sexto y que podríamos considerar verdadero cierre de esas tres del quite anterior. ¿Le veremos algún día abrochar la serie de medias con una entera?

De cualquier modo, me lo tenía que haber olido. Voy a abrir una peluquería de señoras en la calle de Recoletos, a tiro de piedra del Wellington. El escaparate de la papelería de enfrente exhibe a uno de esos monjes cartujos que, con su varita, señalan el tiempo que viene: “Lluvioso”, “Ventoso”, “Soleado”, “Ni fu ni fa”… La otra mañana, el cartujo indicaba la inminencia de un mano a mano entre Uceda y Aparicio, con cuvillos o alcurrucenes, antes del remate de la temporada madrileña. ¿Se equivocará el monje? Yo siempre me fío del buen ojo de los dedicados a la vida contemplativa. Y tampoco tendría inconveniente –no sé la empresa- en que el duelo se anunciara y diera en Navidad. ¡Paso, en cualquier caso, a los toreros en ebullición, que trastocan el clima y hierven con fuego propio!

JOAQUÍN ALBAICÍN (Madrid, 1966)
Escritor, conferenciante y cronista de la vida artística, sus artículos y relatos, así como sus críticas de arte flamenco -que han contribuido positivamente al presente resurgir del género- han aparecido en diarios como ABC, El País y Reforma (de México), y revistas como El Europeo, Vogue, Sur-Exprés, Axis Mundi, Letra y Espíritu, La Clave, Generación XXI, Debats, Amanecer, Web Islam, 6 Toros 6, El Ruedo, MAN, Próximo Milenio, The Ecologist, Más Allá, Omarambo... El esoterismo de las grandes tradiciones espirituales, la geopolítica, la tauromaquia, el espionaje, el Imperio Mongol y el mundo de los últimos Romanov son algunos de los principales focos de interés de este escritor nacido en una familia de artistas de raíces gitanas.
Contertulio habitual del programa de TV El Faro de Alejandría, dirigido y presentado por Fernando Sánchez Dragó, ha publicado en España la novela La serpiente terrenal (Anagrama, Barcelona 1993), el cuaderno de viajes Diario de un paulista (El Europeo, Madrid 1995) y los ensayos Gitanos en el ruedo: el Indostán en el toreo (Espasa Calpe, Madrid 1993), En pos del Sol: los gitanos en la historia, el mito y la leyenda (Obelisco, Barcelona 1997) -única obra escrita sobre la materia desde la perspectiva de la Philosophia Perennis-, El Príncipe que ha de venir (Muchnik Editores, Barcelona 1999) y Monteras de aquí y de allá (Castilnovo, 2006), así como el libro de cuentos La Estrella de Plata (Manuscritos, Madrid 2000). Dos relatos suyos inéditos en castellano han sido recientemente publicados en Suecia en la antología de literatura gitana coordinada por Gunilla Lundgren Svarta rosor/Rosas negras (Tranan, Estocolmo 2003).
En la actualidad está concluyendo una nueva novela, un ensayo sobre la leyenda medieval del Reino del Preste Juan, otro sobre el misterio de la Gran Duquesa Anastasia y un tercero sobre la controvertida figura del Barón Ungern-Sternberg. Su cajón guarda además un libro de cuentos inédito.
En la web www.svabhinava.org, creada por Sunthar Visuvalingam y dedicada al modelo indio de aculturación, Joaquín Albaicín coordina la sección Roma, consagrada a la diáspora indo-gitana. Los interesados encontrarán más información tanto en dicha web como en la de International Romani Writers Association (www.romaniwriters.com), de la que este autor es miembro.
Entrevista con Joaquín Albaicín en: 
"Opinión y Toros"

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