Literatura

Biblioteca errante

Joaquín Albaicín *

Biblioteca Errante no es sólo el sello editorial fundado por el bardo Carlos Lencero, letrista de Camarón, Pata Negra y Raimundo. Es también el puñado de libros conjurados entre sí para que en todo viaje que haga haya de cargar con ellos: el Bhagavadgita, El Rey del Mundo de Guénon, el ensayo de Slessarev sobre el Preste Juan, Espectro luminoso del budismo de Marco Pallis, Bestias, hombres, dioses de Ossendowski... Casi todos lucen en su contrasolapa relación de los lugares a los que me han acompañado y, algunos, aplanada y seca, la flor local que una beldad introdujo entre sus hojas en Kharkhorin o Udaipur. ¿Quién me iba a decir que un día de mi cumpleaños iba a pasarlo en Ulan Baatar leyendo La tournée de Dios de Jardiel, que una noche en tren de Lucknow a Agra me la iba a acortar Simenon, o que mi vuelta en autocar del estreno de Narciso por Canales en Sagunto dispondría el Destino que la consumiera en la lectura de Blues de la frontera de Sherman Alexie...?

Es una Mano Invisible la que decide esos encuentros, aunque a veces la relación libro-lugar la cree el viajero, que es quien lleva al primero en la maleta y arriba al segundo (si bien, en ocasiones, impulsado por un autor). Borges, por ejemplo, me parece -acaso, por lo de los laberintos- pluma muy para leer en Benares. Los relatos publicados por Lencero bajo el título Los arenales de la madrugada los imagino -no me pregunten por qué- paladeados junto a un luminoso ventanal por aquel Yul Brynner dedicado en su castillo de Normandía a la cría de palomas mensajeras. Y me gustaría releer en París, o en alguna pensión berlinesa con vistas al canal Landwehr, toda mi biblioteca anastásica.

Claro que, como dijera el ya citado Jardiel: "La mujer y el libro que han de influir en una vida llegan siempre a las manos sin buscarlos". Hedin, cuando partió de Fergana rumbo a Kashgar con dos perros, "quince hermosos caballos y una verdadera muchedumbre de sirvientes", se llevó consigo obra tan célebre -en Suecia, suponemos- como Fänrich Stal, de Runeberg. Bruce Lockhart, dos semanas preso en el Kremlin, aprovechó para devorar, entre otros, a Tucídides, la Historia de los Papas de Ranke y Contra la corriente, de Lenin y Zinoviev. Mientras esperaba a que sus carceleros fuesen a asesinarlo en la saca de la checa de Fomento, Ledesma Ramos alternaba el juego de los barquitos con la lectura de libros de astronomía. En San Pedro y San Pablo, aguardando sentencia (las sacas no eran cosa de las prisiones del Zar, sino de las mazmorras populares), Dostoievsky leía la Biblia, a Shakespeare y a Charlotte Brönte. En cuanto a Yuri Gagarin, primer funcionario en traspasar la atmósfera, no echó libros al morral. Sólo, pensamientos de tan dudosa credibilidad como: "Pensé que la nave volaba sobre el Congo, sobre el país en el que los imperialistas habían asesinado arteramente a Patricio Lumumba, valeroso luchador contra el colonialismo y por la felicidad de su pueblo". Sí, es exactamente lo que un hombre inteligente pensaría a bordo de una nave espacial. ¿Cómo elegir otro objeto de cavilación? Y, ¡qué tierna infancia hubo de ser la de Yuri, que meses antes de su aventura se comía con los ojos las fotos de los astrochimpancés de Cabo Cañaveral publicadas por LIFE! Al pie de la escalera que conducía al interior de la cápsula, se detuvo un momento a recordar los fogonazos más felices de su vida. Uno de ellos es especialmente literario: "Escolar, escribiendo por primera vez la palabra Lenin". Ni Boris Izaguirre -con su humor en el fondo tan aparatchik- lo superaría. ¿Qué sienten hoy los niños al escribir por primera vez la palabra Bush? ¿Aman a Bush con la intensidad que Gagarin niño amó a Lenin? Y, ¿lee Bush? Algo, seguramente. Pasaron, por desdicha, los tiempos en que los hombres éramos gobernados por analfabetos como Carlomagno. Roguemos por su vuelta.

Artículo publicado en el diario ABC el 21-VII-2002.

JOAQUÍN ALBAICÍN (Madrid, 1966)
Escritor, conferenciante y cronista de la vida artística, sus artículos y relatos, así como sus críticas de arte flamenco -que han contribuido positivamente al presente resurgir del género- han aparecido en diarios como ABC, El País y Reforma (de México), y revistas como El Europeo, Vogue, Sur-Exprés, Axis Mundi, Letra y Espíritu, La Clave, Generación XXI, Debats, Amanecer, Web Islam, 6 Toros 6, El Ruedo, MAN, Próximo Milenio, The Ecologist, Más Allá, Omarambo... El esoterismo de las grandes tradiciones espirituales, la geopolítica, la tauromaquia, el espionaje, el Imperio Mongol y el mundo de los últimos Romanov son algunos de los principales focos de interés de este escritor nacido en una familia de artistas de raíces gitanas.
Contertulio habitual del programa de TV El Faro de Alejandría, dirigido y presentado por Fernando Sánchez Dragó, ha publicado en España la novela La serpiente terrenal (Anagrama, Barcelona 1993), el cuaderno de viajes Diario de un paulista (El Europeo, Madrid 1995) y los ensayos Gitanos en el ruedo: el Indostán en el toreo (Espasa Calpe, Madrid 1993), En pos del Sol: los gitanos en la historia, el mito y la leyenda (Obelisco, Barcelona 1997) -única obra escrita sobre la materia desde la perspectiva de la Philosophia Perennis-, El Príncipe que ha de venir (Muchnik Editores, Barcelona 1999) y Monteras de aquí y de allá (Castilnovo, 2006), así como el libro de cuentos La Estrella de Plata (Manuscritos, Madrid 2000). Dos relatos suyos inéditos en castellano han sido recientemente publicados en Suecia en la antología de literatura gitana coordinada por Gunilla Lundgren Svarta rosor/Rosas negras (Tranan, Estocolmo 2003).
En la actualidad está concluyendo una nueva novela, un ensayo sobre la leyenda medieval del Reino del Preste Juan, otro sobre el misterio de la Gran Duquesa Anastasia y un tercero sobre la controvertida figura del Barón Ungern-Sternberg. Su cajón guarda además un libro de cuentos inédito.
En la web www.svabhinava.org, creada por Sunthar Visuvalingam y dedicada al modelo indio de aculturación, Joaquín Albaicín coordina la sección Roma, consagrada a la diáspora indo-gitana. Los interesados encontrarán más información tanto en dicha web como en la de International Romani Writers Association (www.romaniwriters.com), de la que este autor es miembro.
Entrevista con Joaquín Albaicín en: 
"Opinión y Toros"

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