EXPOSICIÓN
"De la prehistoria a los tiempos contemporáneos:
OVNIs"
Palabras
de inauguración
17 de Mayo del 2002
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Por:
Dr. Jorge R. Bermúdez
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LAS
HUELLAS DE LO DESCONOCIDO
Desde
los tiempos más remotos el hombre ha dado testimonio de su
paso por la vida. Sobre piedra, madera, arcilla, papel o pantalla
electrónica; en cuevas, vasijas, utensilios de trabajo, templos
o rascacielos, estos testimonios son evidencias irrefutables de
sus necesidades y esperanzas, de sus miedos y alegrías. Nadie
duda de ellos, aún cuando una filosofía tan ilustre
como la de Platón, sostiene la tesis que lo que vemos en
este mundo no son más que meros duplicados del modelo original,
ideal, que existe fuera de éste. Idealismo aparte, junto
a estos testimonios, sin embargo, existen otros, que no por más
enigmáticos e incomprensibles para el hombre, dejan de ser
lo que son: evidencias irrefutables de un saber y un hacer que van
más allá de cualquier explicación o referente
conocido, a no ser aquel que permite la intuición humana
y la imperiosa necesidad del hombre, en todos los tiempos, de conocer
incluso aquello que hasta el momento no tiene comprobación
cierta por el trabajo científico. Estos testimonios, estas
huellas de lo desconocido, son el eje central de la exposición
de documentos visuales sobre objetos volantes no identificados,
más conocidos por las siglas OVNIs, con que el atractivo
y necesario proyecto cultural "Los Límites de la
Realidad" ha querido conmemorar el "Día
Internacional de la Investigación Ufológica",
a celebrarse el 24 de junio de este año.
El
interés y el carácter polémico de estas imágenes,
las convierten, por sí mismas, en verdaderos signos de interrogación
de las tres preguntas capitales que se ha hecho siempre la especie
humana: ¿De dónde venimos? ¿Hacia dónde
vamos? ¿Qué hacemos aquí? El sentido mismo
de la vida, que da forma tan pródiga y variada se le es concedido
al hombre por la fe en Dios y en sus propios congéneres,
por su amor a la tierra, donde se le ha permitido ser lo que en
sueños ha querido ser, por amor también a la pareja,
a los hijos, a las bellezas naturales y a las del arte, al conocimiento
y a las ciencias, parece encontrar en tales preguntas el límite
razonable entre lo que sabemos y lo que tal vez un día llegaremos
a saber. ¿Acaso os sueños tienen límites? El
universo está tan en nosotros, que sentimos sus latidos en
cada uno de nuestros corazones.
La
ciencia y la religión se abocan cada vez más a un
mismo abismo. En cambio, el arte... la intuición del arte,
el conocimiento del arte, el sexto sentido del arte, alcanzado desde
lo más honesto y puro de lo humano eterno, sigue imperturbable
la desconocida huella. <<Algo viene hacia nosotros>>,
parece decirnos cada una de estas imágenes. No sé
que poder alumbró a Miguel Angel Bounarroti para concebir
la metáfora visual, que en el centro de la bóveda
de la Capilla Sixtina ilustra la creación del primer hombre
con el casi imperceptible roce del índice divino de Dios,
por la propia soberbia del artista convertido en hombre. Pero sí
sé que ese mismo índice, es el que utilizó
Steve Spilberg para que su entrañable extraterrestre se despidiera
del primer amigo que hizo en nuestro planeta. Si me pidierna un
epílogo para tamaña aventura, diría que ET
y el niño son dos hermanos que buscan incansablemente al
padre, para definir una vez por todas su identidad existencial,
y ¿por qué no?, estelar. También nosotros somos
hermanos de ET, estamos hechos del mismo polvo con que se hicieron
las estrellas, también nosotros buscamos una identidad mayorque
nos permita reencontrarnos. Dicho en términos más
llanos: una oportunidad para amarnos, para reconocernos mejor en
lo que somos, para volver de nuevo a lo perdido, no como derrotados,
sino como vencedores de nuestra pequeñez moral y lo limitado
de nuestros sentidos. Amigos, las imágenes aquí expuestas
son testimonios de que "algo" aún por explicar
forma parte de nuestra existencia desde los más remotos tiempos,
cuando Europa no tenía noticias de la existencia de un gran
continente entre ella y Asia, Erodoto dijo: "Lo más
bello del mundo se encuentra en los confines de la Tierra",
hoy, aquí y ahora, desde esta América nuestra, corramos
las fronteras, y digamos con él: Lo más bello de la
Tierra se encuentra en los confines del Universo.
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