LA
LUZ DE YARA: MITO MAYOR CUBANO (III)
La Luz de Yara en Baracoa
Investigación y publicación de:
Carlos Alberto Heredero Gracia
Fotos del autor
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Majayara,
zona de manifestación de este fenómeno
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Baracoa
es un pueblo de mar, en la costa norte de la provincia de Guantánamo.
Su clima es agradable, y a la vista del mar se contraponen las montañas
que la rodean. A su carácter de villa primigenia, se le agrega
la candidez de sus habitantes. Al este de esta ciudad, y muy cercana
a ella, se encuentra la desembocadura del Rio Miel, y un poco más
allá, la meseta de Majayara, donde existe una zona llamada
Yara.
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Pueblo
de Baracoa, con su playa y el Yunque al fondo. En primer plano,
la desembocadura del Rio Miel
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Según
las investigaciones que realicé en la zona, la luz se observa
en todo el tramo costero, quizás limitado al oeste por el
Rio Toa, y al este pude seguirle el rastro hasta la Bahía
de Mata. Los testimonios son tan interesantes como en Granma, aunque
matizados por la presencia del mar y ríos de gran caudal.
Los
habitantes de la zona dicen que esta luz se podía ver todas
las noches, en época anterior a los años de 1940.
Se le podía ver comúnmente saltando desde una margen
a otra de la desembocadura del Rio Miel, entre dos grandes árboles
que allí había. Esta era precisamente la zona por
donde los barqueros cruzaban al personal, y donde actualmente existe
un puente de madera.
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Puente
de madera sobre el Rio Miel, anterior zona de avistamiento
del fenómeno
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Se
plantea que la luz surge en los farallones de las mesetas, desplazándose
hasta la costa, y penetrando en ocasiones al mar. Muchos pescadores
dan fe de que volaba alrededor de sus embarcaciones, y según
ellos, cuando esto ocurría se les espantaba la pesca.
En
una antigua leyenda se dice que si "se le raya un anillo de
oro en los arrecifes de la costa, ella aparece y viene para arriba
de ti". En esta zona la luz no tiene las características
que suele tener en Granma, como la facultad de hacer que las personas
la sigan inadvertidamente.
Ahora
bien, en la mayoría de las entrevistas realizadas se refleja
una capacidad extraña de estas luces: la de dividirse en
varias. Muchos de los testigos manifiestan que, luego de volar cierto
tiempo, dicha luz se divide, generalmente en siete luces de diferentes
colores, las cuales "juguetean" entre sí, para
luego volver a reunirse en una sola y desaparecer.
Los
colores más comunes son el rojo y el verde, pero existen
casos en que se presentan también otros.
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Farallones
en la desembocadura del Rio Miel
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Al
igual que en Granma, hay casos en que la luz "acompaña"
a personas durante cierto trayecto, como si fuera alumbrándoles
el camino. En un caso, se pudo precisar el lugar de donde había
surgido dicha luz: una pequeña cueva, de unos tres metros
de profundidad surgida en un farallón. Pero al investigar
en la misma, no tenía salida a ningún otro sitio,
por lo que si la luz salió de esa formación rocosa,
debió haber surgido de alguna hendidura sumamente pequeña
o bien "materializarse" en el lugar.
La
frecuencia actual de aparición de este fenómeno es
de aproximadamente una vez cada uno o dos meses. Esto me lleva a
contar con la posibilidad de grabar esta luz, en video o fotografía.
Así que en la actualidad me encuentro programando un viaje
para tratar de cumplir dicho objetivo, y obtener de esta forma el
testimonio fundamental para la demostración definitiva de
la existencia de un fenómeno anómalo en nuestras provincias
orientales.
Continuará...
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