CASOS
CUBANOS NOTIFICADOS POR:
Armando
Roque Toledo
Un
ovni en Nuevitas
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Mi
nombre es Armando Roque Toledo, tengo 36 años y vivo en la
ciudad de Camagüey, actualmente soy técnico en Computación
en el Instituto Superior de Ciencias Médicas. Quisiera aportar
con una anécdota de algo que me sucedió cuando era
pequeño. Es una pequeña historia, y que a pocas personas
he contado, es real y puede estar seguro que el hecho es 100 % verídico.
Aproximadamente
en el año 1978, siendo yo aún un adolescente mis padres
acostumbraban, siendo trabajadores de todo el año, a llevarnos
a mi hermana y a mí a la playa a pasar las vacaciones. Esto
se hacía rutina todos los años y nosotros muy felices
y contentos esperábamos las vacaciones. Este año fue
a la Playa de Santa Lucía, en la provincia de Camagüey
y siendo mas exacto en el norte de esta provincia, en el municipio
de Nuevitas.
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Ubicación
de Nuevitas en el mapa de Cuba
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En
una noche mis padres y algunos invitados nos sentamos a jugar dominó
en el portal de la casa. Eran aproximadamente cerca de las 9:00
de la noche, y yo como era un menor me dedicaba a verlos jugar.
O sea, que a veces miraba el juego y en otras me entretenía
mirando el cielo y las estrellas. Fue una noche que según
recuerdo era muy hermosa, y sentado con la cabeza mirando los pinos
que estaban cerca de la playa, me quedé anonadado al observar
lo que mis ojos veían: eran tres luces redondas que sobrevolaban
la playa detrás de los pinos, primero bordeando el mar y
después alejándose.
Eran,
según recuerdo, unos objetos muy luminosos, redondos y que
asumí ovalados, achatados en los polos, aunque no eran platillos
voladores como se acostumbra a decir.
Me
levanté de la silla lentamente y pensé que era alguna
luz procedente del mar y seguí observando, a nadie presente
le dije nada pues estaban en el juego. Abstraído en lo que
había visto seguí con mi mirada fija al mar para ver
aquello que se había como introducido en el mar. Al cabo
de unos minutos, y a una velocidad increíble, reaparecieron
estos objetos saliendo del mar, de la costa hacia la tierra, sobrevolando
a una altura que ahora calculo de unos 100 metros sobre la tierra,
y no encima de nuestras cabezas sino mas bien a unas casas algo
lejanas a las de nosotros.
Por
el ángulo aquel ninguno de los presentes pudieron ver nada,
y yo entretenido en aquello que había visto seguí
mirando, y le dije a mi papá que estaba a mi lado: Papi,
viste eso! y como me dijo que no pues estaban tomando cerveza, no
insistí mas en aquello.
Bueno
de aquella historia solo me queda ese recuerdo y la costumbre de
seguir mirando al cielo, pues es algo inolvidable y que ha quedado
en la memoria mía. Por eso creo y estoy convencido que estos
fenómenos ya sean naturales o extraterrestres son reales.
En este caso considero que es algo fuera de lo natural y procedente
del espacio exterior. Espero y estoy convencido que usted tome en
cuenta mis palabras y sea un hecho mas archivado, de los tantos
y tantos que suceden en el mundo.
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